RAMÍREZ, Fray Juan

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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(La Rioja, 1529 – San Salvador, 1606) Dominico, misionero y obispo.

Nació el 21 de septiembre de 1529 en Morilla, en La Rioja, España. Se sabe que sus padres fueron modestos labradores pero se desconoce más información sobre sus primeros años de vida.

Ingresó a la Orden de Predicadores en el convento de Nuestra Señora de Valbuena. Más tarde fue enviado al convento de San Esteban en Salamanca para continuar sus estudios: “(…) advertidos sus Superiores de las virtudes que le adornaban y de sus privilegiados dores de inteligencia, acordaron enviarlo al Convento de San Esteban de Salamanca, a fin de que ampliase sus estudios de Teología”[1]. La influencia que ejercerán Salamanca y las doctrinas de Francisco de Vitoria en su pensamiento respecto de los indígenas, será definitiva.

Llegó a la Nueva España y en 1559 era subdiácono en el convento de Santo Domingo de México; más tarde trabajó en Oaxaca entre los indios chocos, cuyo idioma aprendió en pocos meses para posteriormente regresar a México a impartir la cátedra de teología, la cual enseñó durante veinticuatro años. En 1576 fue propuesto para la presentatura en el capítulo provincial. En 1585 recibió el grado de maestro por parte de la Orden; también tuvo la función de calificador del Santo Oficio.

Escribió dos cartas al rey Felipe II sobre el servicio personal de los indios, pero finalmente decidió viajar a España para luchar en persona por esta causa. No obstante, durante el viaje su embarcación fue interceptada por los ingleses, quienes lo apresaron y enviaron a Londres, desde donde logró llegar a España en 1595 para cumplir su cometido. Durante cuatro años estuvo en ese país escribiendo al rey sobre la situación de los indios en la Nueva España.

Entre sus obras se encuentra un comentario sobre la Summa Theologiae de Santo Tomás, así como dos memoriales sobre la defensa de los indios de la Nueva España, denominados, uno “Advertencias sobre el servicio personal al cual son forzados y compelidos los indios de la Nueva España por los visorreyes que en nombre de su magestad los gobiernan”, y el otro “Parecer sobre el servicio personal y repartimiento de los indios”.

En las Advertencias, Ramírez acusa que los indios eran obligados a dar su servicio personal a los españoles en los repartimientos con la complicidad de algunos miembros del gobierno, quienes a pesar de todas las cédulas, leyes y disposiciones que la Corona había otorgado en favor de los indios, los hacían trabajar mucho y les pagaban poco o nada: “insiste en que la conducta de los virreyes y de muchos otros funcionarios es fraudulenta, diciendo una cosa al rey y haciendo otra en la realidad”[2].

Esta situación es comparada por el dominico como una esclavitud disfrazada. Asimismo, en esta obra Ramírez enumera nueve razones por las cuales esta situación es injusta: se encuentra fuera de las leyes dictadas por los reyes españoles; va en contra del derecho natural; es indebido que el virrey designe lo que se le debe pagar a cada indio por su trabajo, ya que esto debe ser arreglado entre el trabajador y su patrón; la violencia con la que se obliga a servir es contraria a la ley natural; el trabajo que se les da a los indios es superior a sus fuerzas; es contraria a la ley eclesiástica pues el papa Paulo III declaró que los indios eran hombres verdaderos, capaces de religión y libres; va contra el patronazgo real pues el fundamento y objetivo de éste era la evangelización de los indios y no su esclavización; va contra el derecho de gentes eclesiástico y civil; y va contra la Sagrada Escritura en la cual se prohíbe oprimir a los pobres y desvalidos.

Por otra parte, en su obra Parecer, a pesar de ser más corta contiene las mismas ideas expuestas en las Advertencias, además de incluir las firmas de connotados personajes como “(…) el padre maestro fray Tomás de Guzmán, prior provincial de la provincia de España (…) El padre maestro fray Domingo Báñez, catedrático de Prima de Salamanca (…) El padre maestro fray Francisco Dávila, consultor del Supremo Consejo de la Inquisición (…) El padre fray Agustín Dávila, presentado de México (…)”[3], con las cuales “corroboraban la doctrina expuesta por fray Juan Ramírez[4].

Cuando se disponía a regresar a México, en 1600, fue designado obispo de Guatemala, a instancias de Felipe II. Pero antes de viajar a su sede, a la que arribó en los primeros meses de 1601, fue a Roma para recibir las bulas de parte de Clemente III que lo confirmaban en el nombramiento propuesto por la Corona española. Posteriormente fue consagrado en Córdoba por Pedro Laguna, obispo de aquélla diócesis, y de inmediato partió rumbo a Guatemala, para tomar posesión del obispado que le había sido encomendado.

“En lo personal, su dignidad de diocesano no le hace para nada alterar su régimen de vida, que lo preside aquella austeridad tan natural que lo caracteriza. (…) Durante sus constantes visitas pastorales que, a pesar de sus setenta y un años, extiende a los lugares más apartados del país, realiza largas caminatas a pie, y sólo cuando la larga duración del viaje, unido al rigor del clima tropical lo agota, accede a usar de caballerías para su transporte”[5].

Fray Juan Ramírez murió durante una visita pastoral en la ciudad de San Salvador el 24 de marzo de 1609, en cuya parroquia fue sepultado. Años más tarde sus restos fueron trasladados a la Capilla Mayor de la Catedral de Guatemala, donde se encuentra el siguiente epitafio: “Ilmus. D.F. Joanes Ramirez, pro meritis Episcopus de Gatimala, pure vixit, prudenter gubernavit, pie obiit ad vitam nom perituram intravit 24 Marlii 1609”[6].

Obra(s)

Secundus tomus adnotatium R.P.F. Joannis Ramírez min 2m. 2ae. S. Thomae a Quaest. 67 ad finem. Scriptus ann, 1575; Advertencias sobre el servicio personal al cual son forzados y compelidos los indios de la Nueva España por los visorreyes que en nombre de su magestad los gobiernan; Parecer sobre el servicio personal y repartimiento de los indios; Campo florido; Altar de virtudes; Vida, virtudes y muerte del Ven. Fr. Henrique Suson; Crónica de los varones ilustres del Orden de Santo Domingo; Catecismo de la lengua mejicana.

NOTAS

  1. Historia de la Orden de Santo Domingo de fray Juan López, citado en Leza, p. 46.
  2. Beuchot, p. 165.
  3. Ramírez, Juan. “Parecer sobre el servicio personal y repartimiento de los indios”, en Leza, Conclusión, p. 671.
  4. Beuchot, p. 171.
  5. Leza, p. 57.
  6. Leza, p. 60.

BIBLIOGRAFÍA

Beuchot, Mauricio, O.P. “Fray Juan Ramírez, O.P. y sus escritos en contra de la esclavitud de los indios”, en V.V.A.A. Dominicos en Mesoamérica 500 años. México, 1992, pp. 163-172.

Leza, Jesús de. “Fray Juan de Ramírez O.P.: un riojano defensor de los indios” en Berceo, no. 22 (1952), pp. 41-60.

Leza, Jesús de. “Fray Juan de Ramírez O.P.: un riojano defensor de los indios. (Continuación)” en Berceo, no. 23 (1952), pp. 309-320.

Leza, Jesús de. “Fray Juan de Ramírez O.P.: un riojano defensor de los indios (Conclusión)” en Berceo, no. 25 (1952), pp. 663-674.


SIGRID MARÍA LOUVIER NAVA