TEPEACA

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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A 35 kilómetros al oriente de la ciudad de Puebla↗se encuentra Tepeaca, población que en la actualidad cuenta con 74,708 habitantes[1]y cuyo origen se encuentra en las migraciones tolteca-chichimeca del siglo XII. El nombre de Tepeaca es la castellanización de la palabra náhuatl Tepeyacac, a su vez compuesta de las raíces tepetl, que significa cerro, y yacat que es nariz o punta, por lo que su significado es “en donde principian los cerros”. Esa etimología coincide con la del cerro del Tepeyac, lugar de las apariciones de la Virgen de Guadalupe.


En 1438 Tepeyacac fue conquistada por los Mexicas y convertida en tributaria de Tenochtitlán. A la llegada de los españoles y una vez establecida la alianza entre ellos y la república de Tlaxcala, Hernán Cortés fundó en Tepeaca, el 4 de septiembre de 1520, la segunda ciudad y Ayuntamiento de Nueva España, dándole el nombre de “Villa de Segura de la Frontera”, debido a su cercanía a Tlaxcala y su posición estratégica en el camino hacia la costa de Veracruz. Fue en Tepeaca donde Hernán Cortés escribió su “segunda carta de relación” al Rey Carlos V, en la que le solicitaba llamar a las nuevas tierras “Nueva España de la mar océano”.


Concluida la Conquista de México, la villa de Tepeaca, encomendada al conquistador Pedro Chirinos, tuvo un papel importante en el desarrollo de la colonización y evangelización de Nueva España, pues estaba situada en el punto donde confluía uno de los caminos a Veracruz con el camino a Tehuacán y Oaxaca. Por ello, ya en 1529 los frailes franciscanos edificaron una pequeña capilla donde decían misa cuando venían a Tepeaca. “Sabemos, además, gracias a los «Anales de Tecamachalco», que el fraile Juan de Rivas se estableció en Tepeaca en 1530; y en 1532 llegó a ser guardián del establecimiento original, que estaba en la cima de la colina próxima al sitio actual.[2]


En 1543 los frailes trasladaron la Villa de Segura de la Frontera al pie del cerro para proveerla de agua traída por canales desde las colinas de Acatzingo, y simultáneamente empezaron la construcción de un gran convento dedicado a San Francisco de Asís, cuya mole tiene aspecto de una fortaleza que se erige en la orilla de la amplia plaza principal. En la misma plaza se encuentra una singular torre hexagonal de estilo mudéjar a la cual, a finales del siglo XIX, se le puso un gran reloj.


En el templo parroquial se venera una milagrosa imagen del Santo Niño Jesús como Doctor de los enfermos. Ese templo, de estilo barroco, es contemporáneo al convento. “La iglesia, a diferencia de otras, tuvo el privilegio de recibir una consagración episcopal por parte del obispo de Tlaxcala, Martín de Hojacastro Sarmiento, quien ocupó la sede de 1546 a 1558. Villaseñor, que escribía en 1746, dice: «la iglesia cuenta de su dedicación más de doscientos años», por lo que habría que fechar la ceremonia antes de 1546. El convento estaba todavía en construcción hacia 1553. De cualquier forma para 1580 el establecimiento estaba ya concluido (…) De acuerdo con la inscripción del siglo XVIII localizada en el contrafuerte norte de la fachada, algunas partes del convento fueron terminadas más tarde.[3]


La promulgación de las Leyes Nuevas por Carlos V en 1548 suprimió el sistema de « encomiendas», sustituyéndolo el de «corregimientos»; con ello Tepeaca se convirtió en Provincia regida por un alcalde y un corregidor. El 22 de febrero de 1549 el Rey le otorgó su escudo de Armas, en el cual figura, sobre un campo de gules, un águila con las alas abiertas posada sobre un cerro, lo cual hace referencia al nombre náhuatl de la población. En 1559 Tepeaca recibió el título de «ciudad».


Las condiciones de Tepeaca eran singulares: se trataba de una comunidad indígena con sesenta europeos residentes. Al lado oeste de la plaza se encontraba el ayuntamiento, una construcción sólida, de dos pisos, con varios cuartos que incluían un aposento para la justicia municipal, una cárcel y una posada. Al parecer, estas construcciones estaban reservadas al uso de los europeos, pues había en el patio trasero un edificio de un piso para las juntas de las autoridades indígenas de la comunidad.[4]


El tianguis (mercado) de Tepeaca que se remonta a la época prehispánica, alcanzó notable importancia en la época virreinal por la intensidad de sus intercambios de ganado vacuno, lanar, caprino, caballar; de productos agrícolas como maíz, cereales, azúcar, cacao; así como manufacturas de lana y algodón los que eran producto de cuatro obrajes textileros ubicadas en la misma ciudad. El tianguis de Tepeaca sigue teniendo en la época actual un extraordinario movimiento; se instala los viernes y desde las tres de la madrugada anima la vida comercial de la región.


Notas

  1. INEGI Censo 2010
  2. Kubler. p. 581
  3. Ibídem.
  4. Ibídem, p. 222


Bibliografía

  • Kubler George. Arquitectura Mexicana del Siglo XVI. Fondo de Cultura Económica, México, 1984
  • Musacchio Humberto. Milenios de México. Tomo 3, Hoja Casa Editorial, México, 1999


JUAN LOUVIER CALDERÓN