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El  «Hospital de Caridad»  de Uruguay (denominado «Hospital Maciel» a partir de 1911) fue fundado en 1788 a instancias de la Cofradía de San José y Caridad, bajo la dirección y presidencia del cura párroco de la Iglesia Matriz de Montevideo, don Felipe Ortega y Esquivel. Dicha cofradía se había conformado en 1775, con el fin de distribuir beneficios y ayudas en caso de muerte de sus integrantes. A su vez, estos se comprometían a “ejercer la caridad con los reos en capilla, costeándoles entierro y funeral”. Luego incorporaron la ayuda “con dos reales diarios” a todos los enfermos pobres, “amparando también a los náufragos”.  
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El  « Hospital de Caridad»  de Uruguay (denominado «Hospital Maciel» a partir de 1911) fue fundado en 1788 a instancias de la Cofradía de San José y Caridad, bajo la dirección y presidencia del cura párroco de la Iglesia Matriz de Montevideo, don Felipe Ortega y Esquivel. Dicha cofradía se había conformado en 1775, con el fin de distribuir beneficios y ayudas en caso de muerte de sus integrantes. A su vez, estos se comprometían a ''“ejercer la caridad con los reos en capilla, costeándoles entierro y funeral”''. Luego incorporaron la ayuda ''“con dos reales diarios”'' a todos los enfermos pobres, ''“amparando también a los náufragos”''.<ref>De María, 8 y 9</ref>
  
 
La necesidad de contar con un hospital civil en la ciudad-puerto fue una preocupación constante de las autoridades, que se hizo más imperiosa a partir de la aprobación del Reglamento de Comercio de 1778, por el cual se creó la aduana de Montevideo. La nueva situación generó un rápido crecimiento económico y social, que obligó a enfrentar las carencias que eran evidentes en la ciudad, entre las que se contaba un centro asistencial y de internación.  
 
La necesidad de contar con un hospital civil en la ciudad-puerto fue una preocupación constante de las autoridades, que se hizo más imperiosa a partir de la aprobación del Reglamento de Comercio de 1778, por el cual se creó la aduana de Montevideo. La nueva situación generó un rápido crecimiento económico y social, que obligó a enfrentar las carencias que eran evidentes en la ciudad, entre las que se contaba un centro asistencial y de internación.  
  
El 23 de noviembre de 1778, el síndico procurador del Cabildo de Montevideo y también integrante de la Cofradía de San José y Caridad, Mateo Vidal, presentó un  proyecto de “creación de un hospital para los pobres del pueblo”, que fue aprobado. El gobernador de la ciudad, Joaquín del Pino, en su calidad de ingeniero, efectuó los planos de la obra. Sin embargo el proyecto no prosperó; inconvenientes económicos impidieron la compra del terreno asignado a la construcción.  
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El 23 de noviembre de 1778, el síndico procurador del Cabildo de Montevideo y también integrante de la Cofradía de San José y Caridad, Mateo Vidal, presentó un  proyecto de ''“creación de un hospital para los pobres del pueblo”'',<ref>Bacigalupi, 468</ref>que fue aprobado. El gobernador de la ciudad, Joaquín del Pino, en su calidad de ingeniero, efectuó los planos de la obra. Sin embargo el proyecto no prosperó; inconvenientes económicos impidieron la compra del terreno asignado a la construcción.  
  
Un giro importante se produjo a partir del 5 de octubre de 1787, cuando los hermanos de la cofradía le otorgaron plenos poderes al hermano mayor, Francisco Antonio Maciel -conocido como el padre de los pobres-, para que gestionara ante el Cabildo la reanudación del proyecto del hospital. El proceso de negociación con las autoridades culminó el 17 de junio de 1788, “en que en brazos de los Cófrades, fueron trasladados al nuevo local asistencial los 10 enfermos que se encontraban internados en el asilo, recibiendo dos de ellos el alta esa misma noche”. También se decidió dar cumplimiento a las  disposiciones de la Leyes de Indias (Libro 1, Título IV, Ley II),  por lo que se acordó construir una capilla en el solar que la Hermandad compró al Dr. De Molina.
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Un giro importante se produjo a partir del 5 de octubre de 1787, cuando los hermanos de la cofradía le otorgaron plenos poderes al hermano mayor, Francisco Antonio Maciel -conocido como ''el padre de los pobres''-, para que gestionara ante el Cabildo la reanudación del proyecto del hospital. El proceso de negociación con las autoridades culminó el 17 de junio de 1788, ''“en que en brazos de los Cófrades, fueron trasladados al nuevo local asistencial los 10 enfermos que se encontraban internados en el asilo, recibiendo dos de ellos el alta esa misma noche”''.<ref>Bacigalupi, 470</ref>También se decidió dar cumplimiento a las  disposiciones de la [[LEYES_DE_INDIAS;_Resumen_del_compendio | Leyes de Indias]] (Libro 1, Título IV, Ley II),  por lo que se acordó construir una capilla en el solar que la Hermandad compró al Dr. De Molina.
  
En un principio, el hospital se mantuvo gracias a los cofrades Juan Francisco García de Zúñiga, Juan José Seco y Manuel Pedro Balbis, quienes acordaron “entregar el producido de la faena de 150 vacas, que en principio se estimaba en la suma de $600”, cantidad considerada suficiente para el pago de las ampliaciones del edificio y el pago de sueldos. Se contrató al médico José Giró y al cirujano Pedro Méndez, y se designó al sacerdote español Pedro Sauco, para atender las necesidades espirituales de los enfermos.
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En un principio, el hospital se mantuvo gracias a los cofrades Juan Francisco García de Zúñiga, Juan José Seco y Manuel Pedro Balbis, quienes acordaron ''“entregar el producido de la faena de 150 vacas, que en principio se estimaba en la suma de $600”'', cantidad considerada suficiente para el pago de las ampliaciones del edificio y el pago de sueldos. Se contrató al médico José Giró y al cirujano Pedro Méndez, y se designó al sacerdote español Pedro Sauco, para atender las necesidades espirituales de los enfermos.
  
Desde 1788 hasta 1825, el Hospital de Caridad siguió los avatares propios del proceso histórico del país. Durante el período revolucionario se dio asistencia a los enfermos, y en ocasiones también funcionó como cuartel militar. Durante la dominación luso brasileña fue denominado «Hospital de la Misericordia» y se estableció la Casa Cuna o Asilo de Expósitos, a iniciativa del Pbro. Dámaso Antonio Larrañaga. En 1819 se inició una práctica de largo aliento como fue la implementación de la lotería para solventar los gastos del hospital.
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Desde 1788 hasta 1825, el Hospital de Caridad siguió los avatares propios del proceso histórico del país. Durante el período revolucionario se dio asistencia a los enfermos, y en ocasiones también funcionó como cuartel militar. Durante la dominación luso brasileña fue denominado «Hospital de la Misericordia» y se estableció la Casa Cuna o Asilo de Expósitos, a iniciativa del Pbro. Dámaso Antonio Larrañaga. En 1819 se inició una práctica de largo aliento como fue la implementación de la lotería para solventar los gastos del hospital.
  
En 1825 se inició una nueva etapa, ya que el 24 de abril se colocó la piedra fundamental del nuevo edificio, obra encomendada a José Manuel Toribio, quien fue maestro mayor de Reales Obras de Montevideo. Durante la Guerra Grande, en 1844, el hospital pasó a manos del Ministerio de Guerra y al fin de la contienda, en 1851, quedó bajo la administración de la Junta Económica Administrativa de Montevideo. En 1857 se aprobó el Reglamento Interno del Hospital de Caridad de Montevideo.
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En 1825 se inició una nueva etapa, ya que el 24 de abril se colocó la piedra fundamental del nuevo edificio, obra encomendada a José Manuel Toribio, quien fue maestro mayor de Reales Obras de Montevideo. Durante la Guerra Grande, en 1844, el hospital pasó a manos del Ministerio de Guerra y al fin de la contienda, en 1851, quedó bajo la administración de la Junta Económica Administrativa de Montevideo. En 1857 se aprobó el Reglamento Interno del Hospital de Caridad de Montevideo.
  
En 1856, la Junta contrató a las Hijas de María Santísima del Huerto, congregación oriunda de Italia, para ocuparse de la administración del centro y de los servicios religiosos. A partir de 1889 el Hospital de Caridad, junto a otras instituciones de asistencia y caridad, pasó a ser administrado por la Comisión Nacional de Caridad y Beneficencia Pública. En 1905 el Hospital contaba con 489 camas y recibía cada año entre cinco y seis mil enfermos.  
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En 1856, la Junta contrató a las Hijas de María Santísima del Huerto, congregación oriunda de Italia, para ocuparse de la administración del centro y de los servicios religiosos. A partir de 1889 el Hospital de Caridad, junto a otras instituciones de asistencia y caridad, pasó a ser administrado por la Comisión Nacional de Caridad y Beneficencia Pública. En 1905 el Hospital contaba con 489 camas y recibía cada año entre cinco y seis mil enfermos.<ref>Soiza Larrosa, 491</ref>
  
 
En 1911 por decreto del presidente Claudio Williman, a iniciativa del director de la Asistencia Pública Nacional, Dr. José Scosería, pasó a denominarse Hospital Maciel.
 
En 1911 por decreto del presidente Claudio Williman, a iniciativa del director de la Asistencia Pública Nacional, Dr. José Scosería, pasó a denominarse Hospital Maciel.
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==NOTAS==
 
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==BIBLIOGRAFÍA==
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DE MARÍA, Isidoro, ''Memoria Histórica del  Hospital de Caridad de Montevideo, desde su fundación'', Montevideo, 1864;
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GORLERO BACIGALUPI, Ruben “El  Hospital de Caridad de Montevideo. Primera etapa (1788-1825)”, en GUTIÉRREZ BLANCO, Horacio, ''Médicos ejemplares, Tomo II. 60 semblanzas biográficas. Historia del Hospital Maciel'', Montevideo, 1989;
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LOCKHART, Jorge, ''La Historia del Hospital Maciel'', Montevideo, 1982;
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SOIZA LARROSA, Augusto, “El  Hospital de Caridad de Montevideo en el siglo XIX (1825-1900)” en GUTIÉRREZ BLANCO, H., M''édicos ejemplares, Tomo II. 60 semblanzas biográficas. Historia del Hospital Maciel'', Montevideo, 1989.
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Revisión actual del 20:15 9 ago 2020

El « Hospital de Caridad» de Uruguay (denominado «Hospital Maciel» a partir de 1911) fue fundado en 1788 a instancias de la Cofradía de San José y Caridad, bajo la dirección y presidencia del cura párroco de la Iglesia Matriz de Montevideo, don Felipe Ortega y Esquivel. Dicha cofradía se había conformado en 1775, con el fin de distribuir beneficios y ayudas en caso de muerte de sus integrantes. A su vez, estos se comprometían a “ejercer la caridad con los reos en capilla, costeándoles entierro y funeral”. Luego incorporaron la ayuda “con dos reales diarios” a todos los enfermos pobres, “amparando también a los náufragos”.[1]

La necesidad de contar con un hospital civil en la ciudad-puerto fue una preocupación constante de las autoridades, que se hizo más imperiosa a partir de la aprobación del Reglamento de Comercio de 1778, por el cual se creó la aduana de Montevideo. La nueva situación generó un rápido crecimiento económico y social, que obligó a enfrentar las carencias que eran evidentes en la ciudad, entre las que se contaba un centro asistencial y de internación.

El 23 de noviembre de 1778, el síndico procurador del Cabildo de Montevideo y también integrante de la Cofradía de San José y Caridad, Mateo Vidal, presentó un proyecto de “creación de un hospital para los pobres del pueblo”,[2]que fue aprobado. El gobernador de la ciudad, Joaquín del Pino, en su calidad de ingeniero, efectuó los planos de la obra. Sin embargo el proyecto no prosperó; inconvenientes económicos impidieron la compra del terreno asignado a la construcción.

Un giro importante se produjo a partir del 5 de octubre de 1787, cuando los hermanos de la cofradía le otorgaron plenos poderes al hermano mayor, Francisco Antonio Maciel -conocido como el padre de los pobres-, para que gestionara ante el Cabildo la reanudación del proyecto del hospital. El proceso de negociación con las autoridades culminó el 17 de junio de 1788, “en que en brazos de los Cófrades, fueron trasladados al nuevo local asistencial los 10 enfermos que se encontraban internados en el asilo, recibiendo dos de ellos el alta esa misma noche”.[3]También se decidió dar cumplimiento a las disposiciones de la Leyes de Indias (Libro 1, Título IV, Ley II), por lo que se acordó construir una capilla en el solar que la Hermandad compró al Dr. De Molina.

En un principio, el hospital se mantuvo gracias a los cofrades Juan Francisco García de Zúñiga, Juan José Seco y Manuel Pedro Balbis, quienes acordaron “entregar el producido de la faena de 150 vacas, que en principio se estimaba en la suma de $600”, cantidad considerada suficiente para el pago de las ampliaciones del edificio y el pago de sueldos. Se contrató al médico José Giró y al cirujano Pedro Méndez, y se designó al sacerdote español Pedro Sauco, para atender las necesidades espirituales de los enfermos.

Desde 1788 hasta 1825, el Hospital de Caridad siguió los avatares propios del proceso histórico del país. Durante el período revolucionario se dio asistencia a los enfermos, y en ocasiones también funcionó como cuartel militar. Durante la dominación luso brasileña fue denominado «Hospital de la Misericordia» y se estableció la Casa Cuna o Asilo de Expósitos, a iniciativa del Pbro. Dámaso Antonio Larrañaga. En 1819 se inició una práctica de largo aliento como fue la implementación de la lotería para solventar los gastos del hospital.

En 1825 se inició una nueva etapa, ya que el 24 de abril se colocó la piedra fundamental del nuevo edificio, obra encomendada a José Manuel Toribio, quien fue maestro mayor de Reales Obras de Montevideo. Durante la Guerra Grande, en 1844, el hospital pasó a manos del Ministerio de Guerra y al fin de la contienda, en 1851, quedó bajo la administración de la Junta Económica Administrativa de Montevideo. En 1857 se aprobó el Reglamento Interno del Hospital de Caridad de Montevideo.

En 1856, la Junta contrató a las Hijas de María Santísima del Huerto, congregación oriunda de Italia, para ocuparse de la administración del centro y de los servicios religiosos. A partir de 1889 el Hospital de Caridad, junto a otras instituciones de asistencia y caridad, pasó a ser administrado por la Comisión Nacional de Caridad y Beneficencia Pública. En 1905 el Hospital contaba con 489 camas y recibía cada año entre cinco y seis mil enfermos.[4]

En 1911 por decreto del presidente Claudio Williman, a iniciativa del director de la Asistencia Pública Nacional, Dr. José Scosería, pasó a denominarse Hospital Maciel.


NOTAS

  1. De María, 8 y 9
  2. Bacigalupi, 468
  3. Bacigalupi, 470
  4. Soiza Larrosa, 491

BIBLIOGRAFÍA

DE MARÍA, Isidoro, Memoria Histórica del Hospital de Caridad de Montevideo, desde su fundación, Montevideo, 1864;

GORLERO BACIGALUPI, Ruben “El Hospital de Caridad de Montevideo. Primera etapa (1788-1825)”, en GUTIÉRREZ BLANCO, Horacio, Médicos ejemplares, Tomo II. 60 semblanzas biográficas. Historia del Hospital Maciel, Montevideo, 1989;

LOCKHART, Jorge, La Historia del Hospital Maciel, Montevideo, 1982;

SOIZA LARROSA, Augusto, “El Hospital de Caridad de Montevideo en el siglo XIX (1825-1900)” en GUTIÉRREZ BLANCO, H., Médicos ejemplares, Tomo II. 60 semblanzas biográficas. Historia del Hospital Maciel, Montevideo, 1989.


CAROLINA GREISING