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Hija de don Manuel de Salas Corvalán y de doña Manuela Palazuelos y Aldunate, desde muy niña acompañó a su padre en las actividades caritativas realizadas por su padre en la cárcel, hospicios y hospitales. En 1809, contrajo matrimonio con Isidoro Errázurriz Aldunate<ref>Miranda, 65</ref>. Entre 1814 y 1818 socorrió a los relegados por los regalistas en la isla de Juan Fernández, entre los que se encontraban su padre y su esposo. Entre 1819 y 1820 colaboró abnegadamente durante la epidemia de viruela, exponiendo su propia salud. Asimismo, participó en la Hermandad de Dolores, institución fundada en 1818 por los desterrados de Juan Fernández y establecida en Santiago después de la batalla de Maipú con Bernardo O’Higgins como presidente, institución que desplegó servicios gratuitos en hospitales, cárceles y en la casa de Huérfanos<ref>Figueroa, 742; García, 79</ref>. | Hija de don Manuel de Salas Corvalán y de doña Manuela Palazuelos y Aldunate, desde muy niña acompañó a su padre en las actividades caritativas realizadas por su padre en la cárcel, hospicios y hospitales. En 1809, contrajo matrimonio con Isidoro Errázurriz Aldunate<ref>Miranda, 65</ref>. Entre 1814 y 1818 socorrió a los relegados por los regalistas en la isla de Juan Fernández, entre los que se encontraban su padre y su esposo. Entre 1819 y 1820 colaboró abnegadamente durante la epidemia de viruela, exponiendo su propia salud. Asimismo, participó en la Hermandad de Dolores, institución fundada en 1818 por los desterrados de Juan Fernández y establecida en Santiago después de la batalla de Maipú con Bernardo O’Higgins como presidente, institución que desplegó servicios gratuitos en hospitales, cárceles y en la casa de Huérfanos<ref>Figueroa, 742; García, 79</ref>. |
Revisión del 16:49 21 may 2014
(Santiago, 1788; Santiago, 1867) Seglar, Fundadora, denominada “el ángel de la caridad”.
Hija de don Manuel de Salas Corvalán y de doña Manuela Palazuelos y Aldunate, desde muy niña acompañó a su padre en las actividades caritativas realizadas por su padre en la cárcel, hospicios y hospitales. En 1809, contrajo matrimonio con Isidoro Errázurriz Aldunate[1]. Entre 1814 y 1818 socorrió a los relegados por los regalistas en la isla de Juan Fernández, entre los que se encontraban su padre y su esposo. Entre 1819 y 1820 colaboró abnegadamente durante la epidemia de viruela, exponiendo su propia salud. Asimismo, participó en la Hermandad de Dolores, institución fundada en 1818 por los desterrados de Juan Fernández y establecida en Santiago después de la batalla de Maipú con Bernardo O’Higgins como presidente, institución que desplegó servicios gratuitos en hospitales, cárceles y en la casa de Huérfanos[2].
En 1852, Antonia Salas fundó la Sociedad de Beneficencia de Santiago, formada por señoras de la aristocracia, de la cual fue presidenta. El objetivo de la institución era velar por el mejor funcionamiento de las obras de beneficencia destinadas a las mujeres de escasos recursos y a los niños; con estatutos aprobados por el arzobispo de Santiago[3]y con la aprobación del presidente Manuel Montt, contaron con autonomía para desarrollar sus actividades en todos los establecimientos de beneficencia pública[4].
En 1858 fundó la Casa del Buen Pastor, destinada a las huérfanas abandonadas. Sin embargo, las necesidades y dedicación requeridas por estos servicios a mediados del siglo XIX eran muy superiores a la disponibilidad de personal que permitiera asumir un servicio estable de estas obras, por tanto, pronto se vio la necesidad de establecer en Chile comunidades religiosas femeninas específicamente dedicadas a estas tareas, las cuales no existían en el país. Es así que se impulsó la llegada de las primeras congregaciones religiosas dedicadas específicamente al servicio de las instituciones de caridad, como fueron las congregaciones de las Hijas de la Caridad, las Hermanas de la Providencia y las del Buen Pastor.
En reconocimiento a la labor realizada por la señora Antonia Salas, el gobierno de Chile le dedicó el conjunto escultórico “A la Caridad” ubicado en la plaza frente a la basílica de La Merced.
Notas
Bibliografía
ALIAGA, F. Aporte pastoral de la mujer en el siglo XIX, en Anuario de Historia de la Iglesia en Chile 13 (1995)
FIGUEROA, V. Diccionario histórico y bibliográfico de Chile 1800-1831, V, Santiago 1931
GARCÍA, E. Católicas pioneras en la educación en Chile independiente, en Anuario de Historia de la Iglesia en Chile 23 (2005)
MIRANDA, M. Mujeres chilenas, Santiago 1940
SERRANO S. (Ed.) Vírgenes viajeras, diarios de religiosas francesas en su ruta a Chile 1837-1874, Santiago 2000.
MARÍA INÉS CONCHA