Diferencia entre revisiones de «JUNGUITO, Francisco Javier»
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Revisión del 05:15 16 nov 2018
(Bogotá, 1841; Panamá, 1911) Jesuita, Obispo.
Nació el 3 de diciembre de 1841 en Bogotá, de una familia conservadora que además de una sólida educación cristiana, le proporcionó una esmerada formación (música, idiomas, lenguas clásicas). Siendo aún candidato a la Compañía de Jesús, debido a la persecución de Tomás Cipriano Mosquera, debió salir al destierro a Guatemala con los jesuitas ingresando al Noviciado de aquella ciudad en 1862. En el Seminario de dicha ciudad, regentado entonces por los jesuitas realizó su Noviciado y estudios de Filosofía y Matemáticas, trabajando después como profesor. Expulsado de Guatemala por el gobierno liberal de García Granados, con sus compañeros, se trasladó a Nicaragua donde cursó los años de Teología en la ciudad de León. Allí trabajó tras ser ordenado sacerdote por Mons. Ulloa y Ca1vo mostrando un incansable celo pastoral.
Junguito fue de nuevo expulsado en Junio de 1881 con sus compañeros jesuitas y fue destinado al Panamá, en el momento que F. de Lesseps comenzaba las obras del Canal. Durante quince años, Junguito se entregó al trabajo pastoral en tierras del Istmo: se preocupó especialmente por asociaciones laicales como la Conferencia de San Vicente, las Hijas de María y enseñó Moral en el Seminario y Filosofía e Inglés en el recién fundado Colegio Balboa, perteneciente a la Iglesia. Fue también capellán del ejército, del Hospital Santo Tomás y del presidio, viviendo en la Residencia abierta por los jesuitas desde 1873 en el Casco viejo, de la que por años fue Superior. Con sus esfuerzos se logró poner en plena actividad el templo de San Francisco, donde era conocido como elocuente predicador.
Desde 1896, cuando la residencia jesuita en Panamá fue suprimida por algunos problemas con el Obispo Peralta, y hasta 1900 fue trasladado por los Superiores a Cartagena, donde explicó Filosofía en el Colegio y Universidad, siendo además el Superior de la Residencia jesuita y Provicario de la Diócesis. Quebrantada su salud por problemas cardíacos, viajó en 1900 a los Estados Unidos buscando su curación. Informado de su candidatura, Junguito mostró sus resistencias ante los rumores de su nombramiento en sustitución de Mons. Peralta recientemente fallecido, pero a través del General jesuita, el Papa León XIII le hizo saber su deseo, movido por los pareceres del Jefe de Estado y del Delegado Apostólico en Colombia Mons. Antonio Vico y así fue electo Obispo de Panamá el 15 de Abril de 1901 y consagrado en Cartagena el 14 de Julio.
Junguito fue un incansable pastor: fundó el Seminario independiente, organizó escuelas católicas, obras de beneficencia como el Asilo de Malambo, Congregaciones y Asociaciones religiosas de laicos y visitó incansablemente toda la Diócesis. La gestión episcopal de Mons. Junguito estuvo marcada por la delicada situación de Panamá en las vísperas y primeros años de su independencia. Muchas de las estructuras eclesiales estaban en franco deterioro y buena parte del clero había abandonado a su grey. Fue consagrado cuando el país se encontraba en pleno conflicto de los mil días. En agosto de 1903 el Senado colombiano impugnaba el primer pacto canalero Herrán-Hay sin dejar paso a negociación y el 3 de Noviembre el gobierno de Panamá, mayoritariamente liberal, decretaba la secesión de Colombia.
Mostrando una gran capacidad de ver el futuro, Junguito aceptó la nueva condición el Estado, asegurando a la vez los derechos de la Iglesia en el futuro independiente, especialmente en lo tocante al respeto a la religión católica. Conseguiría además que la primera Convención Constituyente asegurara la ayuda al Seminario diocesano y a las misiones en las zonas indígenas hasta la presidencia de Belisario Porras y la celebración nacional de las fiestas religiosas. No logró, en cambio, Mons. Juguito que fuera reconocida la vieja deuda contraída por el gobierno colombiano con la Iglesia de Panamá.
Una vez restablecida la calma Mons. Junguito se propuso visitar toda la Diócesis para reconfortar a las comunidades y a sus sacerdotes, después de tanto tiempo de inestabilidad política. Aprovechaba el verano para acudir a las zonas más recónditas de Veraguas, Chitré, Coclé, Colón, Bocas de Toro, Chiriquí y hasta el Darién. En medio de la escasez de clero diocesano, invitó a varias Congregaciones religiosas a sumarse al trabajo pastoral y educativo en Panamá (Salesianos, Jesuitas, Vicentinos, Eudistas y Hermanos de La Salle). Ante la avalancha de migrantes europeos, asiáticos y latinoamericanos, con motivo de la construcción del Canal, Junguito trató de asegurar la atención cristiana de la ciudad y Zona del canal sin abandonar las parroquias del interior y las mismas zonas indígenas del país.
En su primera Carta pastoral invitaba a los panameños a la reconciliación, propósito en el que de nuevo insistía en la escrita en septiembre de 1902. Un año después en su quinta Carta anunciaba la primera visita pastoral aprovechando el armisticio de los acuerdos del buque Wisconsin. La sexta Carta se unía al homenaje póstumo de toda la Iglesia ante el deceso del Papa León XIII, y las últimas Cartas se ocupaban de expresar los criterios cristianos ante los debatidos temas de la laicización de la educación y la legalización del divorcio civil.
Mientras realizaba la segunda gran gira pastoral a la Diócesis se agravaron los achaques de su salud y murió de una angina de pecho mientras realizaba los Ejercicios espirituales el 21 de Octubre de 1991 en la ciudad de Panamá. Respetado y querido de los panameños por su pasión apostólica y sus obras de caridad inagotable, fue el primer Obispo del Istmo que visitó toda la diócesis a él encomendada. Nacido en un hogar conservador pero educado como sacerdote en un ambiente de continuas expulsiones y destierros de parte de los gobiernos liberales de la época, Junguito supo aportar con tacto y prudencia criterios cristianos ante los retos del naciente Estado e Iglesia de Panamá trasmitiendo el espíritu de la reconciliación y diálogo tolerante, manteniéndose firme en la defensa de los derechos religiosos de la Iglesia. Su cuerpo reposa hoy en la cripta de la catedral de Panamá.
Bibliografía
- MORENO, A., Necrologio de la Compañía de Jesús en Colombia, Editorial Bedout, Medellín, 1957.
- MORÍN, A. “Período del Episcopado de Mons. Francisco Javier Junguito” en… MUÑOZ, L. J., Notas históricas sobre la Compañía de Jesús restablecida en Colombia y Centro América 1842-1914. Oña, 1920. OSORIO, A. Historia eclesiástica de Panamá 1815-1915. Conferencia Episcopal. Panamá, 2000.
- RESTREPO, D., La Compañía de Jesús en Colombia. Compendio historial y galería de ilustres varones, Bogotá, 1940.
- SANTOS, A. Jesuitas y Obispados. La Compañía de Jesús, Univ. Comillas. Madrid, 1998.
- URIBE, G. Los Arzobispos y Obispos colombianos desde el tiempo de la Colonia hasta nuestros días, La Sociedad, Bogotá, 1918.
- ROJAS Y ARRIETA, G. Reseña histórica de los Obispos que han ocupado la silla de Panamá desde su fundación hasta nuestros días. Esc. Tipográfica Salesiana, Lima, 1929. Escritos:
- JUNGUITO, F. J., Carta Pastoral, Panamá, 16 de febrero de 1908” (Star & Herald, Panamá, 1908). Trece Cartas Pastorales, Imprenta el Mercurio
JESÚS M. SARIEGO SJ