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Revisión del 16:06 26 may 2016
(Sevilla, 1480; Quecholac, 1549) Sacerdote, evangelizador, mártir
El Padre Juan Díaz participó en la segunda expedición de exploración de las costas de Yucatán y Veracruz comandada por Juan de Grijalva, oficiando por vez primera la Misa en el territorio de lo que sería la Nueva España, el 7 de mayo de 1518 en la isla de Cozumel.
Regresó al año siguiente en la expedición comandada por Hernán Cortés como capellán de las misma junto con el fraile mercedario Bartolomé de Olmedo, participando ambos en la conquista de Tenochtitlán. Al ser destruidos los ídolos del templo mayor de Tenochtitlán, ambos clérigos colocaron en su lugar una cruz y la imagen de la Virgen, celebrando la Santa Misa en el lugar.
Fue también el Padre Juan Díaz quien, en 1520, bautizó a los cuatro senadores de Tlaxcala Xicoténcatl, Maxixcatzin, Citlalpopocatzin y Tlehuexolotzin, que habían aceptado la fe y que en el bautismo recibieron los nombres de Vicente, Lorenzo, Bartolomé y Gonzalo, respectivamente.
Al testimoniarse en los Concilios Provinciales que los clérigos ordinarios fueron los primeros misioneros, antes que los frailes religiosos, se narra que de los cinco sacerdotes y un religioso que trajo Cortés, el principal de ellos y su confesor era el padre Juan Díaz, que aprendió la lengua de los naturales y bautizó y catequizó a muchos indígenas como un verdadero apóstol.
En estos textos de los Concilios se cita que debido a la labor de destrucción de ídolos que hizo en el pueblo de Quechúla (Quecholac, estado de Puebla), los naturales agraviados lo mataron a golpes, comiéndose sus manos y pies y destrozando su cuerpo que se enterró en el jacal de paja que le servía de ermita. Enterado Cortés de este crimen mandó a Pedro de Villanueva a capturar y quemar a los responsables de este asesinato en la plaza del pueblo.
La Crónica de la Orden de la Merced por su parte, da primacía a fray Bartolomé de Olmedo, religioso mercedario, sobre el padre Juan Díaz. Existe en la parroquia de Santa Magdalena de la ciudad de Quecholac, un retrato del siglo XVIII del venerable siervo de Dios, Juan Díaz, con la siguiente inscripción:
El Venerable Siervo de Dios Juan Díaz: Primer Cura de Quecholac, primer Pastor de la Señoría de Tlaxcala,y el Primer Apóstol del Imperio Mexicano: confesor de Hernán Cortés, Capellán de su Armada y uno de los cinco primeros Clérigos seculares que traxo consigo a la Nueva España: Promulgó el Evangelio seis años antes de la venida de los Religiosos, persiguió los ídolos y fue el que más supo de las Lenguas nacionales: celebró la primera Misa en estas partes, la primera Prosesión y Primeros Sacramentos, bautizando con otros dos del Clero un millón y cien mil almas: Primer Martyr español de la Iglesia india: Murió a cantonazos y le comieron los pies y las manos en el citado Pueblo de Quecholac del Obispado de los Ángeles, en cuya Catedral y Capilla de la Antigua está su cuerpo y su Cruxifijo llamado el Conquistador en la del Sto. Sepulcro de la misma Ciudad. Están por dicho Primado del Clero el franciscano Torquemada, el agustino Grijalva y el Ilmo. Padilla dominicano. Como se ve en este el texto al pie de la obra, se afirma la primacía del clérigo Juan Díaz sobre los religiosos.
En esta pintura se observa a Juan Díaz con estola y con un Crucifijo en su mano, predicando a unos indios con sus atuendos de plumas que lo escuchan con gran atención, y llevan sus manos al corazón conmovidos por sus enseñanzas. Se muestran también unos ídolos destruidos sobre una tela roja a sus pies. El crucifijo tiene una flecha enterrada, de la que se dice era dirigida a Hernán Cortés y milagrosamente fue interceptada por la escultura. Se habla de otra pintura similar existente en la parroquia de la Inmaculada Concepción de Atlihuetzía, que está muy repintada y que muestra una firma de Muñoz.
Se hace notar en el texto citado que, el exaltar la figura de un sacerdote del clero secular y el darle la primacía de la evangelización de estas tierras, ayudaba a implantar las reformas borbónicas contra las órdenes religiosas del siglo XVIII.
Existe otra gran pintura anónima, de buen tamaño, en la parroquia de San Francisco Totimehuacan, Puebla titulada “El Triunfo de la Yglecia Americana” en la que, siguiendo el estilo de los grabados alegóricos de Rubens sobre este tema, muestra un carro que transporta al Papa cargando a la iglesia, triturando a los idólatras y siendo llevada a la Jerusalén Indiana, representada como Tenochtitlán, alrededor de un lago y coronada por el águila y la serpiente.
Una fila de diecinueve personajes aparecen unidos al carro del Papa por medio de un listón que es asido por las manos de todos. En la parte inferior de la pintura y relacionados por medio de letras se encuentra una cartela con los nombres de los personajes representados: el primer personaje junto al carro alegórico es precisamente el padre Juan Díaz, a quien se le señala con la letra A: El Lic. Juan Días.
La lista de los demás personajes tal y como está escrita es la siguiente: B. El R.P.Fr. Bartolomé Olmedo C. El P. Melgarejo D. El G. D. Fernando Cortes E. Xochil Rey de Tescuco F. Cacama Rey de Tescuco G. El Rey de Tepeaca H. Ntro.V.P. Fr. Martín de Balencia primer Custodio Fundador de esta Provincia del Sto. Evang. Y. El Rey de Huajosinoo J. El R.P. Pedro de Gante K. El Ilmo y Rmo.Sr. Dn. Fr. Juan de Sumaraga primer Obpo y Arzobpo de Mexico. L. Papan Reina de Tlalelulco M. El V.P.Fr. Toribio de Benavente conosido por Motolinia a su solicitud se fundo Ciu.d la Puebla de los Anggs y dixo la primer Misa en dha Ciud el dia 16 de Abril el año 1531. N. El Ylmo y Rmo Sr. Dn. F. Julian Garzes primer Obpo de Tlaxcala. O. Calzozin Rey de Michvacan. Los quatro Reyes de Tlaxcala P. Zitapopocalzin . Q. Olenuexolotzin R. Xicotoncal. S. Maxixcaltzin.
Parecería que la intención del lienzo fuera resaltar la historia de la evangelización y, nuevamente, la primacía del clero secular con el padre Juan Díaz sobre el clero regular, así como la utopía de la Jerusalén Indiana.
Como hemos visto, en la primera pintura se precisa el lugar del sepulcro del sacerdote en la capilla de la Virgen de la Antigua en el recinto de la Catedral Angelopolitana, que es hoy la que ocupa el Sagrado Corazón de Jesús, del lado de la epístola, estando la imagen de la Virgen en el Chocolatero del mismo recinto. Por su parte, Quecholac se disputa guardar los restos del mártir en la parroquia de la ciudad.
También es preciso el citar que el Cristo llamado “El Conquistador” estaba en la capilla del Santo Sepulcro en el conjunto del Vía Crucis, la última capilla ubicada en lo que llamamos “El Calvario” en las faldas de los cerros de Loreto y Guadalupe de Puebla. La posición que tiene la flecha incrustada en el torso de Cristo, hace ver que fue lanzada desde alguna distancia haciendo una parábola o bien, el arquero se encontraba en una ubicación por encima del nivel del piso.
El historiador Mariano Fernández de Echeverría y Veytia describe la existencia de otra capilla, parte de la del Santo Sepulcro situada más debajo de ésta y dedicada a la “Virgen de los Desamparados”, edificada por don Juan de Altamirano, cura de Veracruz, mencionando que existía en lo alto del retablo un crucifijo de media vara de alto que trajo el sacerdote Juan Díaz, que tenía en su lado izquierdo una flecha que le había impactado en una de las batallas del conquistador Hernán Cortés. A los lados del crucifijo estaban pintados el referido eclesiástico Juan Díaz y el licenciado Altamirano. La capilla fue destruida para construir la Casa de Ejercicios denominada “Del Santo Sepulcro” en el año de 1824, la cual estuvo mucho tiempo en el abandono y hoy está nuevamente en servicio.
Desgraciadamente para la historia de la evangelización de la Nueva España, esta escultura está desaparecida y es, junto con la Virgen Conquistadora y la de la Virgen de los Remedios, las primeras imágenes religiosas que sabemos tuvieron presencia en nuestra patria. Las dos primeras estarían en la ciudad de Puebla y la otra en la capital del país.
NOTAS
JOSÉ ANTONIO QUINTANA FERNÁNDEZ