Diferencia entre revisiones de «TRITSCHLER Y CÓRDOVA, Martín»
(→NOTAS) |
|||
| Línea 15: | Línea 15: | ||
Entre las acciones más sobresalientes de su gestión al frente de la Iglesia yucateca, encontramos que ''“reformó la catedral dotándola de un magnífico órgano; reconstruyó muchos templos y capillas destruidos desde la guerra de castas y edificó y embelleció muchos otros, encomendando estos a los padres de la Compañía de Jesús; estableció una escuela católica para trabajadores y artesanos; organizó círculos de obreros como la A.C.J.M. y la Liga de Acción Católica; fundó la Orden de Caballeros de Colon, entre otros; ayudó a los periódicos católicos yucatecos: «La Revista de Mérida» de Cámara Lujan, el periódico «La Verdad» del licenciado Mediz Bolio, «La Lectura Popular», «El Criterio» de Ignacio Rubio Mañe y el «Boletín Eclesiástico» fundado por él mismo”''<ref>Velarde Cabrera,“Los arzobispos…”, p. 162.</ref>. | Entre las acciones más sobresalientes de su gestión al frente de la Iglesia yucateca, encontramos que ''“reformó la catedral dotándola de un magnífico órgano; reconstruyó muchos templos y capillas destruidos desde la guerra de castas y edificó y embelleció muchos otros, encomendando estos a los padres de la Compañía de Jesús; estableció una escuela católica para trabajadores y artesanos; organizó círculos de obreros como la A.C.J.M. y la Liga de Acción Católica; fundó la Orden de Caballeros de Colon, entre otros; ayudó a los periódicos católicos yucatecos: «La Revista de Mérida» de Cámara Lujan, el periódico «La Verdad» del licenciado Mediz Bolio, «La Lectura Popular», «El Criterio» de Ignacio Rubio Mañe y el «Boletín Eclesiástico» fundado por él mismo”''<ref>Velarde Cabrera,“Los arzobispos…”, p. 162.</ref>. | ||
| − | El obispo Martín Tritschler llegó a Yucatán cinco meses antes de la ocupación de Chan Santa Cruz por las tropas federales y poco pudo hacer por aquellos indígenas, pero su política respecto al estado de servidumbre injusta e inhumana en que los hacendados de Yucatán tenían a los indígenas, es considerada como ''“excesivamente prudente, tolerando aquel estado social de los indígenas –pero nunca aprobándolo- que se creía necesario para guardar el equilibrio económico de Yucatán”;''<ref>Víctor M. Suárez Molina, Historia del Obispado, T. III, p. 1196 como se citó en Canto Sosa, “Participación de los obispos…”, p. 99.</ref>nunca pretendió promover reformas radicales ni remediar los problemas con violencia, sino que esperó ''“que por una lenta evolución consciente mejorara la situación del jornalero de campo”'',<ref>Ibid.</ref>empleando la palabra evangélica en tono dulce y paternal. | + | El obispo Martín Tritschler llegó a Yucatán cinco meses antes de la ocupación de Chan Santa Cruz por las tropas federales y poco pudo hacer por aquellos indígenas, pero su política respecto al estado de servidumbre injusta e inhumana en que los hacendados de Yucatán tenían a los indígenas, es considerada como ''“excesivamente prudente, tolerando aquel estado social de los indígenas –pero nunca aprobándolo- que se creía necesario para guardar el equilibrio económico de Yucatán”;''<ref>Víctor M. Suárez Molina, Historia del Obispado, T. III, p. 1196 como se citó en Canto Sosa, “Participación de los obispos…”, p. 99.</ref>nunca pretendió promover reformas radicales ni remediar los problemas con violencia, sino que esperó ''“que por una lenta evolución consciente mejorara la situación del jornalero de campo”'',<ref>Ibid.</ref>empleando la palabra evangélica en tono dulce y paternal.<ref>Canto Sosa, “Participación de los obispos…”, p. 99.</ref> |
| + | |||
| + | A partir de la gubernatura de Olegario Molina (1902-1906), se instrumentó en Yucatán una política de conciliación con la Iglesia, de tal manera que juntos, Estado e Iglesia, entraron en un periodo de intensa y franca colaboración para resolver los problemas del subdesarrollo de la región.<ref>Velarde Cabrera, “Los arzobispos…”, p. 163.</ref>Uno de sus principales proyectos fue el establecimiento de centros educativos; para ese fin, monseñor Tritschler llevó a Yucatán a ''“profesores competentes de congregaciones comprometidas con la educación, estos profesores eran en su mayoría, hermanos Maristas y las religiosas de Jesús María”''<ref>Velarde Cabrera, “Los arzobispos…”, p. 190.</ref>provenientes del extranjero. Los resultados fueron evidentes: el número de colegios católicos aumentó significativamente, de once a cuarenta y dos.<ref>Ibid.</ref> | ||
| + | |||
| + | Sin embargo, la ejecución de estos proyectos sembró resentimientos entre los que no simpatizaban con el catolicismo, y que en su conjunto estimularían más tarde la actuación persecutoria de los revolucionarios a partir de la gubernatura de Eleuterio Ávila y la de su sucesor Salvador Alvarado entre 1915 y 1918.<ref>Marisa Pérez Pérez de Sarmiento. El exilio de Martin Tritschler y Córdova, arzobispo de Yucatán, en La Habana, Cuba. Inédito. Instituto Mora, como se citó en Velarde Cabrera, “Los arzobispos…”, p. 162.</ref>En efecto, a causa de las reformas implementadas en el periodo posrevolucionario, Tritschler padeció dos periodos de exilio. | ||
| − | |||
| − | |||
El primero de ellos lo llevó a La Habana, Cuba, durante cinco años. Una vez que el gobierno carrancista entró en funciones, a Yucatán comenzaron a llegar noticias sobre el “cierre de iglesias, sacerdotes recluidos, extranjeros expulsados, bibliotecas y archivos eclesiásticos destruidos, ornamentos y confesionarios convertidos en cenizas e imágenes «fusiladas», entre un gran número de desmanes” en ciudades como Tepic, Saltillo, Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí, Querétaro, Guanajuato, Celaya, Zamora, Toluca y Puebla. Fue así como se tomó la decisión de partir rumbo a la isla caribeña, ante la inminente llegada del general revolucionario Eleuterio Ávila al poder en Yucatán. | El primero de ellos lo llevó a La Habana, Cuba, durante cinco años. Una vez que el gobierno carrancista entró en funciones, a Yucatán comenzaron a llegar noticias sobre el “cierre de iglesias, sacerdotes recluidos, extranjeros expulsados, bibliotecas y archivos eclesiásticos destruidos, ornamentos y confesionarios convertidos en cenizas e imágenes «fusiladas», entre un gran número de desmanes” en ciudades como Tepic, Saltillo, Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí, Querétaro, Guanajuato, Celaya, Zamora, Toluca y Puebla. Fue así como se tomó la decisión de partir rumbo a la isla caribeña, ante la inminente llegada del general revolucionario Eleuterio Ávila al poder en Yucatán. | ||
No fue sino hasta el relevo del gobernador Alvarado por el líder ferrocarrilero Carlos Castro Morales, cuando pudieron iniciarse pláticas para la reanudación del culto y el retorno de los sacerdotes y obispos del destierro. Monseñor Tritschler llegó al puerto de Progreso el 12 de mayo de 1919. | No fue sino hasta el relevo del gobernador Alvarado por el líder ferrocarrilero Carlos Castro Morales, cuando pudieron iniciarse pláticas para la reanudación del culto y el retorno de los sacerdotes y obispos del destierro. Monseñor Tritschler llegó al puerto de Progreso el 12 de mayo de 1919. | ||
Revisión del 14:39 30 ago 2025
Nació en San Andrés Chalchicomula (hoy Ciudad Serdán) Puebla, el 26 de mayo de 1868. Fue el hijo mayor del matrimonio conformado por Martin Tritschler, inmigrante alemán, y Rosa Córdova; su hermano Guillermo fue obispo de San Luis Potosí y arzobispo de Nuevo León, y su hermana Rosa María fue madre superiora de las Siervas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Pobres, fundada por san José María de Yermo y Parres.
Estudió en el Seminario de Puebla; hizo la Teología en Roma, donde después hizo los doctorados en Filosofía (1887), Teología (1891) y Derecho Canónico (1893). Fue ordenado sacerdote en 1891 por el cardenal Lucido María Parocchi en San Juan de Letrán. Permaneció en Roma diez años; durante el último de ellos, ocupó los cargos menores de prefecto del Departamento de San Luis y prefecto de la Congregación Mariana.[1]
Ya de regreso en México, fue director espiritual y profesor de Derecho Canónico del Seminario de Puebla; también se desempeñó como secretario de Perfecto Amézquita y Gutiérrez, obispo de Puebla.
En julio de 1900 el papa León XIII lo nombró obispo de Yucatán; fue consagrado en la basílica de Guadalupe el 11 de noviembre de 1900 por Próspero María Alarcón, arzobispo de México. A la ceremonia asistieron varios obispos entre ellos el Dr. Ramón Ibarra y González de Chilapa –quien más tarde sería el primer arzobispo de Puebla– y el de Cuernavaca, Francisco Plancarte y Navarrete; destacó la presencia de la Sra. Carmen Romero Rubio de Díaz, esposa del presidente de la República Porfirio Díaz, de Francisco Martínez de Arredondo y Peraza, magistrado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y de diversos personajes de la política del régimen porfirista.
El 1 de diciembre de ese mismo año llegó a Mérida. El 11 de noviembre de 1906 la diócesis de Yucatán fue elevada a arzobispado, y las diócesis de Campeche y Tabasco pasaron a ser sus sufragáneas; Martín Tritschler y Córdova fue nombrado su primer arzobispo el 6 de marzo de 1907. En total, monseñor Tritschler dirigió los destinos de la Iglesia yucateca durante 42 años.
Este obispo, que poseía un “carácter prudente y conciliador”,[2] se dedicó desde 1901 a practicar sus visitas pastorales iniciando en Tunkás, Dzitás, Cenotillo, Calotmul, Espita, Tizimín y Valladolid, Tekax, Peto, Ticul y otras parroquias; ese mismo año contrajo la fiebre amarilla de la que pudo salir librado y continuó con sus visitas, principalmente del oriente de la diócesis de Yucatán.
Entre las acciones más sobresalientes de su gestión al frente de la Iglesia yucateca, encontramos que “reformó la catedral dotándola de un magnífico órgano; reconstruyó muchos templos y capillas destruidos desde la guerra de castas y edificó y embelleció muchos otros, encomendando estos a los padres de la Compañía de Jesús; estableció una escuela católica para trabajadores y artesanos; organizó círculos de obreros como la A.C.J.M. y la Liga de Acción Católica; fundó la Orden de Caballeros de Colon, entre otros; ayudó a los periódicos católicos yucatecos: «La Revista de Mérida» de Cámara Lujan, el periódico «La Verdad» del licenciado Mediz Bolio, «La Lectura Popular», «El Criterio» de Ignacio Rubio Mañe y el «Boletín Eclesiástico» fundado por él mismo”[3].
El obispo Martín Tritschler llegó a Yucatán cinco meses antes de la ocupación de Chan Santa Cruz por las tropas federales y poco pudo hacer por aquellos indígenas, pero su política respecto al estado de servidumbre injusta e inhumana en que los hacendados de Yucatán tenían a los indígenas, es considerada como “excesivamente prudente, tolerando aquel estado social de los indígenas –pero nunca aprobándolo- que se creía necesario para guardar el equilibrio económico de Yucatán”;[4]nunca pretendió promover reformas radicales ni remediar los problemas con violencia, sino que esperó “que por una lenta evolución consciente mejorara la situación del jornalero de campo”,[5]empleando la palabra evangélica en tono dulce y paternal.[6]
A partir de la gubernatura de Olegario Molina (1902-1906), se instrumentó en Yucatán una política de conciliación con la Iglesia, de tal manera que juntos, Estado e Iglesia, entraron en un periodo de intensa y franca colaboración para resolver los problemas del subdesarrollo de la región.[7]Uno de sus principales proyectos fue el establecimiento de centros educativos; para ese fin, monseñor Tritschler llevó a Yucatán a “profesores competentes de congregaciones comprometidas con la educación, estos profesores eran en su mayoría, hermanos Maristas y las religiosas de Jesús María”[8]provenientes del extranjero. Los resultados fueron evidentes: el número de colegios católicos aumentó significativamente, de once a cuarenta y dos.[9]
Sin embargo, la ejecución de estos proyectos sembró resentimientos entre los que no simpatizaban con el catolicismo, y que en su conjunto estimularían más tarde la actuación persecutoria de los revolucionarios a partir de la gubernatura de Eleuterio Ávila y la de su sucesor Salvador Alvarado entre 1915 y 1918.[10]En efecto, a causa de las reformas implementadas en el periodo posrevolucionario, Tritschler padeció dos periodos de exilio.
El primero de ellos lo llevó a La Habana, Cuba, durante cinco años. Una vez que el gobierno carrancista entró en funciones, a Yucatán comenzaron a llegar noticias sobre el “cierre de iglesias, sacerdotes recluidos, extranjeros expulsados, bibliotecas y archivos eclesiásticos destruidos, ornamentos y confesionarios convertidos en cenizas e imágenes «fusiladas», entre un gran número de desmanes” en ciudades como Tepic, Saltillo, Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí, Querétaro, Guanajuato, Celaya, Zamora, Toluca y Puebla. Fue así como se tomó la decisión de partir rumbo a la isla caribeña, ante la inminente llegada del general revolucionario Eleuterio Ávila al poder en Yucatán. No fue sino hasta el relevo del gobernador Alvarado por el líder ferrocarrilero Carlos Castro Morales, cuando pudieron iniciarse pláticas para la reanudación del culto y el retorno de los sacerdotes y obispos del destierro. Monseñor Tritschler llegó al puerto de Progreso el 12 de mayo de 1919. Durante unos años se vivió cierta paz y mayores libertades religiosas en el país, hasta el inicio de la presidencia de Plutarco Elías Calles (1924-1928). Como consecuencia de la aplicación de la Ley Calles, monseñor Tritschler experimentó su segundo periodo de exilio, de 1927 a 1929. En abril de 1927 fue arrestado y conducido a la inspección de policía, donde fue encarcelado e incomunicado durante tres días, para posteriormente ser embarcado rumbo a La Habana. Una vez firmados los «arreglos» entre el Episcopado y el Gobierno, monseñor Tritschler volvió a México el 26 de junio de 1929. Sin embargo, como en otras partes del país, el Gobierno mantuvo de manera intermitente actos persecutorios contra la Iglesia; en el caso de Yucatán, por ejemplo, cuando “el gobierno local de Bartolomé García Correa, redujo a nueve el número de sacerdotes, monseñor Tritschler juzgó conveniente no presentar oposición a la ley y se dispuso a acatarla, no sin protestar por el daño que se ocasionaba a su misión. Esta conducta movió en el centro del país una ola de críticas y hubo diarios que calificaron a Tritschler de cismático y apóstata (…) monseñor Tritschler calló ante las críticas; esta política de prudencia y conciliación fue el signo constante de su actitud hacia el interior de la Iglesia y las relaciones con los distintos gobiernos”. Años más tarde, monseñor Tritschler propuso un congreso eucarístico para celebrar los 400 años de la fundación de Mérida en noviembre de 1942. Sin embargo, no llegó a celebrarlo pues falleció seis días antes de su inicio. Su sorpresiva muerte fue el detonante para el desarrollo exitoso de dicho congreso.
NOTAS
- ↑ Gustavo Velarde Cabrera. Los arzobispos Martín y Guillermo Tritschler y Córdova. Semblanza biográfica y genealógica. Puebla, 2008, p. 153.
- ↑ Francisco Cantón Rosado, Historia de la Iglesia, pp. 59, como se citó en José Luis Canto Sosa. Participación de los obispos y el clero de Yucatán durante la guerra de Castas (1847-1901). Tesis de licenciatura. Pontificia Universidad Gregoriana, Roma, 1999.
- ↑ Velarde Cabrera,“Los arzobispos…”, p. 162.
- ↑ Víctor M. Suárez Molina, Historia del Obispado, T. III, p. 1196 como se citó en Canto Sosa, “Participación de los obispos…”, p. 99.
- ↑ Ibid.
- ↑ Canto Sosa, “Participación de los obispos…”, p. 99.
- ↑ Velarde Cabrera, “Los arzobispos…”, p. 163.
- ↑ Velarde Cabrera, “Los arzobispos…”, p. 190.
- ↑ Ibid.
- ↑ Marisa Pérez Pérez de Sarmiento. El exilio de Martin Tritschler y Córdova, arzobispo de Yucatán, en La Habana, Cuba. Inédito. Instituto Mora, como se citó en Velarde Cabrera, “Los arzobispos…”, p. 162.
BIBLIOGRAFÍA
Canto Sosa, José Luis. Participación de los obispos y el clero de Yucatán durante la guerra de Castas (1847-1901). Tesis de licenciatura. Pontificia Universidad Gregoriana, Roma, 1999.
Velarde Cabrera, Gustavo. Los arzobispos Martín y Guillermo Tritschler y Córdova. Semblanza biográfica y genealógica. Puebla, 2008.
SIGRID LOUVIER NAVA