Diferencia entre revisiones de «BOTURINI BENADUCCI, Lorenzo»
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Estudió en Milán, de donde pasó a Trieste; desempeñó cargos en la Corte de Carlos VI, emperador de Austria, de donde salió debido a la guerra con Felipe V, yéndose a Viena, y de ahí a Lisboa en 1734. Al año siguiente pasó a España, en donde doña Manuela de Oca Silva y Moctezuma, condesa de Santibáñez, le propuso pasar a Nueva España con amplios poderes para cobrarle ciertos adeudos que con ella tenían las cajas del virreinato. Aceptó y se embarcó en la nave «Santa Rosa», a finales de 1735, llegando a la Villa Rica de la Vera Cruz, en febrero de 1736. | Estudió en Milán, de donde pasó a Trieste; desempeñó cargos en la Corte de Carlos VI, emperador de Austria, de donde salió debido a la guerra con Felipe V, yéndose a Viena, y de ahí a Lisboa en 1734. Al año siguiente pasó a España, en donde doña Manuela de Oca Silva y Moctezuma, condesa de Santibáñez, le propuso pasar a Nueva España con amplios poderes para cobrarle ciertos adeudos que con ella tenían las cajas del virreinato. Aceptó y se embarcó en la nave «Santa Rosa», a finales de 1735, llegando a la Villa Rica de la Vera Cruz, en febrero de 1736. | ||
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Se dirigió a la capital del virreinato, y en el camino encontró el santuario guadalupano, donde conoció la aparecida imagen de Nuestra Señora, recibiendo fuerte impacto, que le estimuló, "''sintiendo un superior y tierno impulso a conocer y escribir sobre Ella''". Los siguientes siete años los ocupó en recopilar información y documentación sobre el tema, encontrando además otros documentos que se referían a la historia de los indígenas. Se estableció en un anexo a la capilla del Tepeyac (cerrito), en donde durante unos años siguió su labor de investigación, saliendo constantemente a las regiones que le señalaban como posibles fuentes de información. | Se dirigió a la capital del virreinato, y en el camino encontró el santuario guadalupano, donde conoció la aparecida imagen de Nuestra Señora, recibiendo fuerte impacto, que le estimuló, "''sintiendo un superior y tierno impulso a conocer y escribir sobre Ella''". Los siguientes siete años los ocupó en recopilar información y documentación sobre el tema, encontrando además otros documentos que se referían a la historia de los indígenas. Se estableció en un anexo a la capilla del Tepeyac (cerrito), en donde durante unos años siguió su labor de investigación, saliendo constantemente a las regiones que le señalaban como posibles fuentes de información. | ||
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El 18 de julio de 1738 desde la ciudad de Puebla, solicitó a Roma, por medio del P. Domingo Torrani S.J., la autorización para coronar a la santa imagen, aprovechando el legado que el conde Sforza Pallavicino había dejado para promover las coronaciones de las imágenes célebres y devotas. Se accedió en Roma a esta coronación el 11 de julio de 1740, pero se omitió el "pase" indispensable del Consejo de Indias, "pase" que ya no pudo solicitar porque Inglaterra estaba en guerra y existían gran cantidad de corsarios que dificultaban los viajes a Europa; la deficiencia la subsanó acudiendo a la Audiencia, la cual accedió sin dificultad. Boturini empezó entonces a colectar fondos para ello, enviando misivas a un gran número de personas, lo que llegó a oídos del recién llegado virrey D. Pedro Cebrián y Agustín, conde de Fuenclara, quien le mandó comparecer ante el alcalde del crimen el 28 de septiembre de 1742. | El 18 de julio de 1738 desde la ciudad de Puebla, solicitó a Roma, por medio del P. Domingo Torrani S.J., la autorización para coronar a la santa imagen, aprovechando el legado que el conde Sforza Pallavicino había dejado para promover las coronaciones de las imágenes célebres y devotas. Se accedió en Roma a esta coronación el 11 de julio de 1740, pero se omitió el "pase" indispensable del Consejo de Indias, "pase" que ya no pudo solicitar porque Inglaterra estaba en guerra y existían gran cantidad de corsarios que dificultaban los viajes a Europa; la deficiencia la subsanó acudiendo a la Audiencia, la cual accedió sin dificultad. Boturini empezó entonces a colectar fondos para ello, enviando misivas a un gran número de personas, lo que llegó a oídos del recién llegado virrey D. Pedro Cebrián y Agustín, conde de Fuenclara, quien le mandó comparecer ante el alcalde del crimen el 28 de septiembre de 1742. | ||
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Se le acusó de ser extranjero sin licencia para estancia, de haber colectado donativos sin autorización, de promover el culto de la santa imagen siendo extranjero y de intentar poner en la corona armas diferentes a las de Su Majestad. Fue reducido a prisión el 4 de febrero de 1743, embargándosele sus bienes al día siguiente. En el memorial que Boturini envió al marqués de Ensenada por 1754, cuenta detalladamente cuantos acontecimientos le habían acaecido, conservando a veces hasta nimios detalles que revelan una vida de labor intensa, amargada de continuo por sinsabores y penas, que se fueron multiplicando. Después de ocho meses de trámites, reconoció el juez su inocencia, pero, no siendo recomendable que permaneciera aquí, se le embarcó en el «Concordia» hacia España, a principios de 1744. La nave cayó en poder de los corsarios ingleses, quienes acabaron de despojarlo de sus pocas pertenencias. Vistiéndolo con ropa de marino y dándole unos pesos, lo desembarcaron en Gibraltar. Como pudo, se dirigió a Madrid, en donde lo recibió el historiador Mariano Fernández de Echeverría y Veytia, con quien vivió dos años. | Se le acusó de ser extranjero sin licencia para estancia, de haber colectado donativos sin autorización, de promover el culto de la santa imagen siendo extranjero y de intentar poner en la corona armas diferentes a las de Su Majestad. Fue reducido a prisión el 4 de febrero de 1743, embargándosele sus bienes al día siguiente. En el memorial que Boturini envió al marqués de Ensenada por 1754, cuenta detalladamente cuantos acontecimientos le habían acaecido, conservando a veces hasta nimios detalles que revelan una vida de labor intensa, amargada de continuo por sinsabores y penas, que se fueron multiplicando. Después de ocho meses de trámites, reconoció el juez su inocencia, pero, no siendo recomendable que permaneciera aquí, se le embarcó en el «Concordia» hacia España, a principios de 1744. La nave cayó en poder de los corsarios ingleses, quienes acabaron de despojarlo de sus pocas pertenencias. Vistiéndolo con ropa de marino y dándole unos pesos, lo desembarcaron en Gibraltar. Como pudo, se dirigió a Madrid, en donde lo recibió el historiador Mariano Fernández de Echeverría y Veytia, con quien vivió dos años. | ||
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El Consejo de Indias lo absolvió, y el rey le nombró historiógrafo de indias, con un sueldo de 1000 pesos anuales; se ordenó que le devolviesen sus papeles, para que pudiese escribir los libros que había planeado. Boturini no quiso regresar a México y los papeles no los recobraron ni él ni sus herederos; primero estuvieron depositados en la Secretaría del Virreinato, en donde el descuido, la humedad, los ratones y los curiosos los destruyeron notablemente. Lo que quedó pasó a la Biblioteca de la Universidad; luego, una parte al Museo Nacional y otra al extranjero (Colección Goupil). Escribió y publicó en Madrid: ''Idea de una nueva historia general de la América septentrional'', en que incluyó el Catálogo de su Museo (1746). Cronología de las principales naciones de la América septentrional, cuyo primer tomo presentó al Consejo de Indias en 1749, habiendo autorizado su publicación, sin que la haya realizado; el manuscrito de esta obra está perdido. | El Consejo de Indias lo absolvió, y el rey le nombró historiógrafo de indias, con un sueldo de 1000 pesos anuales; se ordenó que le devolviesen sus papeles, para que pudiese escribir los libros que había planeado. Boturini no quiso regresar a México y los papeles no los recobraron ni él ni sus herederos; primero estuvieron depositados en la Secretaría del Virreinato, en donde el descuido, la humedad, los ratones y los curiosos los destruyeron notablemente. Lo que quedó pasó a la Biblioteca de la Universidad; luego, una parte al Museo Nacional y otra al extranjero (Colección Goupil). Escribió y publicó en Madrid: ''Idea de una nueva historia general de la América septentrional'', en que incluyó el Catálogo de su Museo (1746). Cronología de las principales naciones de la América septentrional, cuyo primer tomo presentó al Consejo de Indias en 1749, habiendo autorizado su publicación, sin que la haya realizado; el manuscrito de esta obra está perdido. | ||
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También dejó manuscrita e inconclusa la historia de las apariciones guadalupanas, que pasó preparando durante siete años, en que recogió información y documentos. En la actualidad sólo se conocen fracciones de esa obra, una de las cuales mencionó el P. Lauro López Beltrán, como existente en la Biblioteca Nacional de México (1955), con el nombre de ''La Margarita Mexicana''. Joaquín García Icazbalceta dio noticia de ella, transcribiendo el nombre completo: ''Laurentii Botturini Benaducis, Sacri Romani Imperii Equitis, Domini de Turre et Hono eum pertinentis, Margarita Mexicana, id est Apparitionis Virginis Guadalupensis loanni Didaco ejusque avunculo loanni...'' (De Lorenzo Boturini Benaducci, caballero del Sacro Romano Imperio, Señor de la Torre de Hono, Margarita Mexicana, es decir, de la Aparición de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego y a su tío Juan Bernardino...). Se conoce también otro escrito guadalupano suyo con el título de: ''Taumaturgae Virginis de Tequatlanopeua, vulgo de Guadalupe, compendiaria historia, quam scripsit'' (De la milagrosa Virgen de Tequatlanopeua, vulgo de Guadalupe, compendio histórico, que escribió...). Fotocopias de las carátulas de esas obras aparecieron en la revista ''Mañana'', del 20 de octubre de 1945, y en Mensajero Mariano, de septiembre de 1920, pág. 487. | También dejó manuscrita e inconclusa la historia de las apariciones guadalupanas, que pasó preparando durante siete años, en que recogió información y documentos. En la actualidad sólo se conocen fracciones de esa obra, una de las cuales mencionó el P. Lauro López Beltrán, como existente en la Biblioteca Nacional de México (1955), con el nombre de ''La Margarita Mexicana''. Joaquín García Icazbalceta dio noticia de ella, transcribiendo el nombre completo: ''Laurentii Botturini Benaducis, Sacri Romani Imperii Equitis, Domini de Turre et Hono eum pertinentis, Margarita Mexicana, id est Apparitionis Virginis Guadalupensis loanni Didaco ejusque avunculo loanni...'' (De Lorenzo Boturini Benaducci, caballero del Sacro Romano Imperio, Señor de la Torre de Hono, Margarita Mexicana, es decir, de la Aparición de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego y a su tío Juan Bernardino...). Se conoce también otro escrito guadalupano suyo con el título de: ''Taumaturgae Virginis de Tequatlanopeua, vulgo de Guadalupe, compendiaria historia, quam scripsit'' (De la milagrosa Virgen de Tequatlanopeua, vulgo de Guadalupe, compendio histórico, que escribió...). Fotocopias de las carátulas de esas obras aparecieron en la revista ''Mañana'', del 20 de octubre de 1945, y en Mensajero Mariano, de septiembre de 1920, pág. 487. | ||
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El 20 de mayo de 1755, murió D. Lorenzo en Madrid, pobre y al amparo de una humilde familia. Algunos dicen que fue enterrado en fosa común, lo que ha imposibilitado el encontrar sus restos. Por iniciativa del historiador Antonio Pompa y Pompa, la biblioteca de la basílica de Guadalupe recibió el nombre de tan ilustre guadalupano. En ella se conservan algunas cartas de ese auténtico mártir del guadalupanismo. El historiador Mariano Cuevas encontró en Sevilla el boceto de la artística corona, diseñada por Boturini para la frustrada coronación de la Virgen de Guadalupe. Encontró también en el Archivo General de Indias, en Sevilla, un dibujo a pluma realizado por Boturini sobre el milagro del Tepeyac. | El 20 de mayo de 1755, murió D. Lorenzo en Madrid, pobre y al amparo de una humilde familia. Algunos dicen que fue enterrado en fosa común, lo que ha imposibilitado el encontrar sus restos. Por iniciativa del historiador Antonio Pompa y Pompa, la biblioteca de la basílica de Guadalupe recibió el nombre de tan ilustre guadalupano. En ella se conservan algunas cartas de ese auténtico mártir del guadalupanismo. El historiador Mariano Cuevas encontró en Sevilla el boceto de la artística corona, diseñada por Boturini para la frustrada coronación de la Virgen de Guadalupe. Encontró también en el Archivo General de Indias, en Sevilla, un dibujo a pluma realizado por Boturini sobre el milagro del Tepeyac. | ||
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==Catálogo del Museo Indiano== | ==Catálogo del Museo Indiano== | ||
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El Caballero Lorenzo Boturini Benaducci publicó en 1746, en Madrid, su Idea de una Nueva Historia General de la América Septentrional, que consta de XXVIII capítulos. Al término de ellos incluye el Catálogo de su ''Museo Histórico Indiano'', en XXXVI capítulos, de los que los últimos tres los dedica a la "Historia de Guadalupe". Esa parte del "Catálogo", no es igual al "Inventario", sino que se complementan. Los escritores guadalupanos se refieren a los dos indistintamente. | El Caballero Lorenzo Boturini Benaducci publicó en 1746, en Madrid, su Idea de una Nueva Historia General de la América Septentrional, que consta de XXVIII capítulos. Al término de ellos incluye el Catálogo de su ''Museo Histórico Indiano'', en XXXVI capítulos, de los que los últimos tres los dedica a la "Historia de Guadalupe". Esa parte del "Catálogo", no es igual al "Inventario", sino que se complementan. Los escritores guadalupanos se refieren a los dos indistintamente. | ||
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"Cap. XXXIV: Libros impresos: 1.- Historia impresa en lengua castellana, de las Apariciones de la Gran Señora, su autor el Lic. Don Miguel Sánchez. Es la primera, que se dio á la luz, y está en estilo panegírico. 2.- También imprimió una devota Novena, que tengo diminuta. 3.- Otra historia impresa en Náhuatl por el Bachiller Luis Lasso de la Vega, Vicario que fue del Santuario de la Divina Señora, esta no es, ni puede ser de dicho Autor, antes sí se arguye ser de don Antonio Valeriano, o de otro alumno del Imperial Colegio de Santiago Tlatilulco, contemporáneo al Milagro de dichas Apariciones, y lo probaré con argumentos sólidos en la mía, que estoy escribiendo de la Santísima Señora; y me sirve mucho a ese fin la Aprobación que dicho Bachiller puso a la Historia del Lic. Sánchez, y lo que escribe el P. Florencia en el capítulo de los Manuscritos de Autores Indios, y la misma narrativa de dicho Bachiller Lasso, donde trata de los Milagros de la Santa Imagen, y de lo que sucedió a los Indios de San Juan Teotihuacan, que arrepentidos del gran desacato que cometieron contra Dios, y la Sagrada Religión del Señor S. Agustín, en quemar la Iglesia Conventual de dicha Ciudad, se fueron a Atzcapotzalco, y escondidos de la Justicia en casa de Parientes, y Amigos, iban de noche a visitar, y a rogar a la aparecida Bendita Imagen de Guadalupe, para que sosegase la indignación del Virrey, y de los Padres Agustinos." | "Cap. XXXIV: Libros impresos: 1.- Historia impresa en lengua castellana, de las Apariciones de la Gran Señora, su autor el Lic. Don Miguel Sánchez. Es la primera, que se dio á la luz, y está en estilo panegírico. 2.- También imprimió una devota Novena, que tengo diminuta. 3.- Otra historia impresa en Náhuatl por el Bachiller Luis Lasso de la Vega, Vicario que fue del Santuario de la Divina Señora, esta no es, ni puede ser de dicho Autor, antes sí se arguye ser de don Antonio Valeriano, o de otro alumno del Imperial Colegio de Santiago Tlatilulco, contemporáneo al Milagro de dichas Apariciones, y lo probaré con argumentos sólidos en la mía, que estoy escribiendo de la Santísima Señora; y me sirve mucho a ese fin la Aprobación que dicho Bachiller puso a la Historia del Lic. Sánchez, y lo que escribe el P. Florencia en el capítulo de los Manuscritos de Autores Indios, y la misma narrativa de dicho Bachiller Lasso, donde trata de los Milagros de la Santa Imagen, y de lo que sucedió a los Indios de San Juan Teotihuacan, que arrepentidos del gran desacato que cometieron contra Dios, y la Sagrada Religión del Señor S. Agustín, en quemar la Iglesia Conventual de dicha Ciudad, se fueron a Atzcapotzalco, y escondidos de la Justicia en casa de Parientes, y Amigos, iban de noche a visitar, y a rogar a la aparecida Bendita Imagen de Guadalupe, para que sosegase la indignación del Virrey, y de los Padres Agustinos." | ||
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=Bibliografía= | =Bibliografía= | ||
* Enciclopedia Guadaupana,p. 144-149 | * Enciclopedia Guadaupana,p. 144-149 |
Revisión del 16:36 29 may 2014
BOTURINI BENADUCCI, Lorenzo (Sondrio, 1702; Madrid, 1755).
Estudió en Milán, de donde pasó a Trieste; desempeñó cargos en la Corte de Carlos VI, emperador de Austria, de donde salió debido a la guerra con Felipe V, yéndose a Viena, y de ahí a Lisboa en 1734. Al año siguiente pasó a España, en donde doña Manuela de Oca Silva y Moctezuma, condesa de Santibáñez, le propuso pasar a Nueva España con amplios poderes para cobrarle ciertos adeudos que con ella tenían las cajas del virreinato. Aceptó y se embarcó en la nave «Santa Rosa», a finales de 1735, llegando a la Villa Rica de la Vera Cruz, en febrero de 1736.
Se dirigió a la capital del virreinato, y en el camino encontró el santuario guadalupano, donde conoció la aparecida imagen de Nuestra Señora, recibiendo fuerte impacto, que le estimuló, "sintiendo un superior y tierno impulso a conocer y escribir sobre Ella". Los siguientes siete años los ocupó en recopilar información y documentación sobre el tema, encontrando además otros documentos que se referían a la historia de los indígenas. Se estableció en un anexo a la capilla del Tepeyac (cerrito), en donde durante unos años siguió su labor de investigación, saliendo constantemente a las regiones que le señalaban como posibles fuentes de información.
El 18 de julio de 1738 desde la ciudad de Puebla, solicitó a Roma, por medio del P. Domingo Torrani S.J., la autorización para coronar a la santa imagen, aprovechando el legado que el conde Sforza Pallavicino había dejado para promover las coronaciones de las imágenes célebres y devotas. Se accedió en Roma a esta coronación el 11 de julio de 1740, pero se omitió el "pase" indispensable del Consejo de Indias, "pase" que ya no pudo solicitar porque Inglaterra estaba en guerra y existían gran cantidad de corsarios que dificultaban los viajes a Europa; la deficiencia la subsanó acudiendo a la Audiencia, la cual accedió sin dificultad. Boturini empezó entonces a colectar fondos para ello, enviando misivas a un gran número de personas, lo que llegó a oídos del recién llegado virrey D. Pedro Cebrián y Agustín, conde de Fuenclara, quien le mandó comparecer ante el alcalde del crimen el 28 de septiembre de 1742.
Se le acusó de ser extranjero sin licencia para estancia, de haber colectado donativos sin autorización, de promover el culto de la santa imagen siendo extranjero y de intentar poner en la corona armas diferentes a las de Su Majestad. Fue reducido a prisión el 4 de febrero de 1743, embargándosele sus bienes al día siguiente. En el memorial que Boturini envió al marqués de Ensenada por 1754, cuenta detalladamente cuantos acontecimientos le habían acaecido, conservando a veces hasta nimios detalles que revelan una vida de labor intensa, amargada de continuo por sinsabores y penas, que se fueron multiplicando. Después de ocho meses de trámites, reconoció el juez su inocencia, pero, no siendo recomendable que permaneciera aquí, se le embarcó en el «Concordia» hacia España, a principios de 1744. La nave cayó en poder de los corsarios ingleses, quienes acabaron de despojarlo de sus pocas pertenencias. Vistiéndolo con ropa de marino y dándole unos pesos, lo desembarcaron en Gibraltar. Como pudo, se dirigió a Madrid, en donde lo recibió el historiador Mariano Fernández de Echeverría y Veytia, con quien vivió dos años.
El Consejo de Indias lo absolvió, y el rey le nombró historiógrafo de indias, con un sueldo de 1000 pesos anuales; se ordenó que le devolviesen sus papeles, para que pudiese escribir los libros que había planeado. Boturini no quiso regresar a México y los papeles no los recobraron ni él ni sus herederos; primero estuvieron depositados en la Secretaría del Virreinato, en donde el descuido, la humedad, los ratones y los curiosos los destruyeron notablemente. Lo que quedó pasó a la Biblioteca de la Universidad; luego, una parte al Museo Nacional y otra al extranjero (Colección Goupil). Escribió y publicó en Madrid: Idea de una nueva historia general de la América septentrional, en que incluyó el Catálogo de su Museo (1746). Cronología de las principales naciones de la América septentrional, cuyo primer tomo presentó al Consejo de Indias en 1749, habiendo autorizado su publicación, sin que la haya realizado; el manuscrito de esta obra está perdido.
También dejó manuscrita e inconclusa la historia de las apariciones guadalupanas, que pasó preparando durante siete años, en que recogió información y documentos. En la actualidad sólo se conocen fracciones de esa obra, una de las cuales mencionó el P. Lauro López Beltrán, como existente en la Biblioteca Nacional de México (1955), con el nombre de La Margarita Mexicana. Joaquín García Icazbalceta dio noticia de ella, transcribiendo el nombre completo: Laurentii Botturini Benaducis, Sacri Romani Imperii Equitis, Domini de Turre et Hono eum pertinentis, Margarita Mexicana, id est Apparitionis Virginis Guadalupensis loanni Didaco ejusque avunculo loanni... (De Lorenzo Boturini Benaducci, caballero del Sacro Romano Imperio, Señor de la Torre de Hono, Margarita Mexicana, es decir, de la Aparición de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego y a su tío Juan Bernardino...). Se conoce también otro escrito guadalupano suyo con el título de: Taumaturgae Virginis de Tequatlanopeua, vulgo de Guadalupe, compendiaria historia, quam scripsit (De la milagrosa Virgen de Tequatlanopeua, vulgo de Guadalupe, compendio histórico, que escribió...). Fotocopias de las carátulas de esas obras aparecieron en la revista Mañana, del 20 de octubre de 1945, y en Mensajero Mariano, de septiembre de 1920, pág. 487.
El 20 de mayo de 1755, murió D. Lorenzo en Madrid, pobre y al amparo de una humilde familia. Algunos dicen que fue enterrado en fosa común, lo que ha imposibilitado el encontrar sus restos. Por iniciativa del historiador Antonio Pompa y Pompa, la biblioteca de la basílica de Guadalupe recibió el nombre de tan ilustre guadalupano. En ella se conservan algunas cartas de ese auténtico mártir del guadalupanismo. El historiador Mariano Cuevas encontró en Sevilla el boceto de la artística corona, diseñada por Boturini para la frustrada coronación de la Virgen de Guadalupe. Encontró también en el Archivo General de Indias, en Sevilla, un dibujo a pluma realizado por Boturini sobre el milagro del Tepeyac.
Catálogo del Museo Indiano
El Caballero Lorenzo Boturini Benaducci publicó en 1746, en Madrid, su Idea de una Nueva Historia General de la América Septentrional, que consta de XXVIII capítulos. Al término de ellos incluye el Catálogo de su Museo Histórico Indiano, en XXXVI capítulos, de los que los últimos tres los dedica a la "Historia de Guadalupe". Esa parte del "Catálogo", no es igual al "Inventario", sino que se complementan. Los escritores guadalupanos se refieren a los dos indistintamente.
"Cap. XXXIV: Libros impresos: 1.- Historia impresa en lengua castellana, de las Apariciones de la Gran Señora, su autor el Lic. Don Miguel Sánchez. Es la primera, que se dio á la luz, y está en estilo panegírico. 2.- También imprimió una devota Novena, que tengo diminuta. 3.- Otra historia impresa en Náhuatl por el Bachiller Luis Lasso de la Vega, Vicario que fue del Santuario de la Divina Señora, esta no es, ni puede ser de dicho Autor, antes sí se arguye ser de don Antonio Valeriano, o de otro alumno del Imperial Colegio de Santiago Tlatilulco, contemporáneo al Milagro de dichas Apariciones, y lo probaré con argumentos sólidos en la mía, que estoy escribiendo de la Santísima Señora; y me sirve mucho a ese fin la Aprobación que dicho Bachiller puso a la Historia del Lic. Sánchez, y lo que escribe el P. Florencia en el capítulo de los Manuscritos de Autores Indios, y la misma narrativa de dicho Bachiller Lasso, donde trata de los Milagros de la Santa Imagen, y de lo que sucedió a los Indios de San Juan Teotihuacan, que arrepentidos del gran desacato que cometieron contra Dios, y la Sagrada Religión del Señor S. Agustín, en quemar la Iglesia Conventual de dicha Ciudad, se fueron a Atzcapotzalco, y escondidos de la Justicia en casa de Parientes, y Amigos, iban de noche a visitar, y a rogar a la aparecida Bendita Imagen de Guadalupe, para que sosegase la indignación del Virrey, y de los Padres Agustinos."
Bibliografía
- Enciclopedia Guadaupana,p. 144-149