LICEO de Estudios Universitarios (LEU)

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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Desde la inauguración del Club Católico de Montevideo, la Iglesia oriental manifestaba su preocupación por instruir y formar a los jóvenes católicos. El 5 de marzo de 1876, Mariano Soler retomó el tema y se refirió a la inminente fundación “de un establecimiento de enseñanza superior y elemental”, el Liceo Universitario, “que tiene el honor de ser una protesta contra la tiranía de la enseñanza oficial que se impone a la gran mayoría de los católicos orientales”[1]. En diciembre de 1875 se habían iniciado las gestiones para la fundación del Liceo de Estudios Universitarios (LEU), solicitando “la facultad competente y perpetua de autorizar como universitarios para los efectos legales los cursos de este establecimiento, con la obligación, sin embargo, de comunicar la época de los exámenes a la Universidad Mayor de la República; la cual tendrá el derecho de enviar para este acto un diputado universitario”. (Carta de M. Soler a T. Narvaja, 30 de diciembre de1875). La autorización fue concedida el 26 de enero de 1876.

El vicario Jacinto Vera apoyó la iniciativa y ofreció para el Liceo un local en el centro de Montevideo. Esta decisión evidenciaba la opción de monseñor Vera, molesto por la actitud de los jesuitas, reinstalados en la ciudad desde 1872. Vera proyectaba encomendar a los jesuitas la formación del clero y un colegio superior de internos; sin embargo la Compañía de Jesús retrasaba la toma de decisiones. El rechazo de la dirección del colegio proyectado de Villa Colón y la demora en la apertura de un externado en el centro de la ciudad, provocaron el disgusto del vicario y generaron su distanciamiento temporal de los jesuitas. Monseñor Vera habría decidido entonces apoyar la propuesta del doctor Mariano Soler y ofrecer el local para la fundación del Liceo de Estudios Universitarios.

El primero de marzo de1876 se iniciaron las actividades en el Liceo: “El objeto fundamental de este Establecimiento es tutelar la libertad de conciencia de la juventud católica contra los sistemas y doctrinas heterodoxas, garantizando una enseñanza católica para aquellos individuos que profesando libremente las doctrinas, instituciones y civilización basadas en el credo católico no quieran ser traicionados en sus creencias y convicciones por las doctrinas y sistemas arbitrarios de cualquier dogmatizador”[2]. Entre 1876 y 1878 el Liceo ofreció cursos de bachillerato, asimilables a los cursos de la Universidad Menor. Entre 1878 y 1885 se desarrolló una nueva etapa con la apertura de los cursos de Derecho, en el marco de la primera Universidad Libre o Católica del Uruguay.

Las autoridades del LEU incluían: presidente - Jacinto Vera; comisión directiva; rector y tres directores de las aulas elementales, aulas universitarias y aulas profesionales. Las aulas elementales comprendían seis años de estudios: al finalizar los cursos de las aulas elementales inferiores, se rendía examen de Gramática, Aritmética, Geometría, Geografía, Historia Sagrada y Doctrina Cristiana; las aulas elementales superiores incluían estudios de Física, Química, Historia Natural, Retórica y Poética, Historia Universal y Nacional, Geografía General y Nacional y Religión Demostrada. Las aulas universitarias permitían acceder al título de Bachiller en Ciencias o en Letras, lo que habilitaba para ser profesor de la institución. A partir de 1878 las aulas universitarias incluyeron los cursos de Derecho. Las aulas de estudios profesionales comprendían Agrimensura, Teneduría de Libros, Contadores y Liquidadores, y Artes de adorno.

En sus comienzos, el funcionamiento del LEU se vio favorecido por la legislación nacional. El decreto-ley de “libertad de estudios en todo el territorio de la República”, firmado por Lorenzo Latorre, el 12 de enero de 1877, consideraba que la libertad de enseñanza era “un sagrado derecho individual” que el gobierno debía “respetar y garantir”.

En estrecha vinculación con el LEU, desde 1878 funcionaron los cursos de Derecho de la Universidad Libre o Católica y, en 1882, para competir mejor con la Universidad estatal, se iniciaron los cursos gratuitos. La Universidad Libre compartía las autoridades con el LEU; Mariano Soler fue rector hasta marzo de 1885, siendo sucedido por el presbítero Santiago Silva y por Francisco Bauzá. La ley del 14 de julio de 1885 fue un duro golpe para la Universidad Católica. Si bien esta ley mantuvo cierto grado de libertad en los estudios secundarios, la eliminó para los estudios universitarios. Hasta la década de 1890 continuaron dictándose cursos en la Universidad Católica, pero las actividades fueron perdiendo vitalidad ante el restablecimiento del monopolio estatal de los estudios universitarios.


Notas y referencias

  1. SOLER, Mariano, Ensayos de una pluma, Montevideo, 1877. 54
  2. Ibídem, 19-20

BIBLIOGRAFÍA

Archivo de la Curia de Montevideo, Serie Obispado, Visita ad limina de Mons. Inocencio María Yéregui a Roma, Montevideo, 5 de julio de 1888; FERNÁNDEZ TECHERA, SJ, Julio, Jesuitas, masones y Universidad. Tomo II: 1860-1903. Montevideo, 2010; GRIEGO, Mª del Rosario, «Soler y el Liceo de Estudios Universitarios», en GRIEGO, Mª del R. y otros, Mariano Soler. Acción y obras. Montevideo, 1991, pp. 371-431; MONREAL, Susana, Universidad Católica del Uruguay. El largo camino hacia la diversidad, Montevideo, 2005, pp. 49-61; Programa de exámenes públicos del Liceo Universitario (Universidad Libre). Curso académico correspondiente al año 1878, Montevideo, 1878; SOLER, Mariano, Ensayos de una pluma, Montevideo, 1877.


SUSANA MONREAL