GARCIDUEÑAS ARGÜELLO, Salvador
(Michoacán ,1856 – Ciudad de México, 1927). Siervo de Dios, sacerdote jesuita.
Salvador Garcidueñas Argüello nació en Santa Clara del Cobre, Michoacán; fue el segundo de seis hermanos. El pequeño Salvador realizó sus estudios en Morelia, ciudad a la cual se había mudado su familia. A los veinte años de edad ingresó al Seminario Diocesano, al que su hermano mayor había asistido anteriormente; no obstante su inclinación a la vida religiosa, poco tiempo después abandonó el seminario para cursar la carrera de leyes, aunque nunca abandonó la idea de convertirse en sacerdote.
Una vez que concluyó sus estudios en la escuela de leyes, en 1879 entró al Seminario Mayor de Morelia; un año más tarde decidió convertirse en sacerdote jesuita y viajó a Tepotzotlán para entrevistarse con el padre superior de la Orden. Fue aceptado como candidato e ingresó como uno de los primeros postulantes del noviciado de San Simón, cerca de Zamora, el 27 de abril de 1880; exactamente dos años después pronunció sus votos. En 1883 se trasladó a ciudad de Puebla para estudiar filosofía; en este mismo lugar fungió como maestro de 1885 a 1888. Después fue enviado al Colegio Máximo de Oña en Burgos, España, con la finalidad de estudiar teología. Mientras se encontraba en España recibió la ordenación sacerdotal, el 27 de julio de 1890.
Posteriormente regresó a México para la Tercera Probación, en Saltillo, en 1891. Una vez finalizada esta, el joven jesuita fue destinado al Santuario de Nuestra Señora de los Ángeles en la ciudad de México, en el cual permaneció durante los siguientes 36 años, hasta su muerte. Allí “fue incansable en sus ministerios, y se entregó a los más pobres del barrio”[1]inmediatamente comenzó a trabajar por los más necesitados fundando escuelas, visitando a los enfermos y velando por los niños que quedaron desamparados después de la clausura de escuelas como resultado de las políticas de los gobiernos liberales de la Reforma; les daba clases de catecismo y otras materias, organizaba para ellos juegos, así como viajes y excursiones a otros santuarios con la finalidad de fortalecer su piedad y fe en Dios. El apostolado del Padre Garcidueñas en esta parte de la ciudad rindió frutos evidentes: a través de la formación de una nueva generación de cristianos combatió la criminalidad creciente que asolaba a los habitantes de los barrios de la ciudad.
Asimismo organizaba retiros para varones en los cuales daba los Ejercicios Espirituales de San Ignacio. Era un gran confesor y director espiritual, de manera que acudían al Santuario personas de otras partes de la ciudad e incluso de otros estados. Además realizó obras de cimentación al Santuario a su cargo, debido a que éste se encuentra en un terreno húmedo y fangoso, lo que puso en riesgo la integridad de toda la construcción a principios del siglo XX.
Fue Superior de la Residencia en dos ocasiones; la primera de 1913 a 1920, y la segunda de 1923 hasta su muerte ocurrida en 1927. Durante la revolución mexicana, el Padre Garcidueñas mantuvo el servicio en el Santuario, e incluso durante la persecución religiosa desatada por Plutarco Elías Calles en 1926, permaneció en su puesto como custodio y guardián del mismo Santuario; en secreto y a riesgo de su vida administraba los sacramentos y llevaba la Comunión a los enfermos.
Falleció a causa de un cáncer que desarrolló en un hombro durante los últimos años de su vida, el cual le causaba mucho dolor. Días antes de su muerte, la enfermedad lo postró en cama; recibió la unción de los enfermos y finalmente falleció después de recibir el Santo Viático, el 4 de octubre de 1927 a la edad de 71 años. A causa de la suspensión de cultos derivada de la persecución callista, no hubo un funeral al que pudieran acudir los fieles, sino que los sacerdotes que se habían reunido en torno al lecho de muerte del Padre Garcidueñas celebraron la Santa Misa en una capilla privada, y posteriormente prepararon el cuerpo para que sus amigos más cercanos pudieran rendirle un último homenaje. Sus restos descansan en el santuario de Nuestra Señora de los Ángeles.
Los fieles que le conocieron lo consideraban como un verdadero santo y muchos de ellos atribuyeron diversas curaciones a su intercesión; algunos declararon haberlo visto elevarse del suelo mientras hacía oración.[2]La causa de su beatificación se encuentra actualmente en fase romana.[3]
NOTAS
BIBLIOGRAFÍA
Arquidiócesis de México. “Causas de los Santos”. Consultado el 13/10/2014, disponible en: http://www.arquidiocesismexico.org.mx/Causas%20de%20los%20Santos.html
Correa, Jaime S.J. Testigos de Santidad en la Compañía de Jesús. Santos, Bienaventurados y Siervos de Dios. Disponible en: http://www.jesuitas.cl/files/documentos/8_santos_beatos/testigos_de_santidad.pdf
Jesuit Singapore Website. Servent of God Salvador Garciduenas, SJ. Consultado el 15/10/2014, disponible en: http://www.jesuit.org.sg/html/companions/saints.martys/october/salvador.garciduenas.html
SIGRID MARÍA LOUVIER NAVA