CUBA; Afrodescendientes
El primer registro de esclavos negros en Cuba se remonta a 1512, en tiempos del gobernador Diego Velázquez de Cuéllar. Inicialmente destinados al servicio doméstico, su situación cambió a partir de 1530 con la explotación de las minas de cobre en la zona de Santiago. Desde entonces, el número de esclavizados fue creciendo, siendo en su mayoría destinados a la industria azucarera, pero también a oficios como la carpintería, sastrería, albañilería y zapatería.
Se calcula que unos 925.000 esclavos ingresaron oficialmente en la isla, aunque esta cantidad podría superar el millón de negros debido al contrabando. En 1841 los africanos representaban el 45 por ciento de la población cubana. Las tropas independentistas se nutrieron de negros cimarrones, esclavos y libertos. Sus esfuerzos no fueron recompensados, por lo que crearon el Partido Independentista de Color y se alzaron en 1912, en lo que se llamó la “guerrita de los negros”.
La frustración de los afrocubanos hoy se constata en las estadísticas de las cárceles, donde el 85 por ciento de presos son negros y mulatos. Según el discurso oficial del régimen castrista, no hay racismo en Cuba; sin embargo, son pocos los negros y mulatos en los puestos más altos del gobierno y del partido. Además, la televisión cubana apuntala los prejuicios raciales. La presencia de locutores afrocubanos es ínfima, a pesar de que los Afrodescendientes constituyen entre el 35 y el 62 por ciento de la población. También es evidente la escasa presencia de negros y mulatos en puestos relevantes de la estructura laboral.
Una investigación realizada por el Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana demuestra que los negros representan el 5 por ciento de los directivos en el sector turístico, frente al 75 por ciento de blancos y el 19 por ciento de mulatos. La problemática racial está vinculada con el acceso a la vivienda. Negros y mulatos son mayoría en barrios como La Habana Vieja y Centro Habana, donde abundan las corralas con graves problemas estructurales y de servicios sanitarios colectivos.
Estas zonas son también lugares de religiosidad afrocubana como la santería, culto sincrético que tiene su origen en la cultura yoruba (Nigeria), y la sociedad secreta Abakuá o de los ñáñigos. Negros son los ritmos propios de la isla, como la salsa, el son, la rumba, el cha-cha-chá y el cumbé. Ni qué decir tiene del deporte, donde en la mayoría de las disciplinas hay predominio absoluto de atletas cubanos Afrodescendientes
©MUNDO NEGRO Junio 2011
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