DU ROUSIER, Ana
DU ROUSIER, Ana (Poitou, 1806; Santiago1880) Religiosa, Educadora
Perteneciente a una familia de la élite francesa vinculada a la Contrarrevolución, nace en la zona del Poitou en la propiedad de sus padres. A los 8 años ingresa al Pensionado del Sagrado Corazón en Poitiers; de la congregación del mismo nombre recientemente fundada -en 1800- por Sofía Barat. Dicha Orden responde al nuevo modelo de vida activa que surge en Francia luego de la Revolución que presta servicios concretos a la sociedad. Se establecen más de cuatrocientas, pasando a ser las mujeres figura central del catolicismo decimonónico.[1]
La Sociedad del Sagrado Corazón se crea con el fin de evangelizar y llevar la Buena Nueva hasta los confines de la tierra mediante la educación de las mujeres de élite, quienes por su condición de futuras madres se consideran las más idóneas para trasmitir los valores cristianos a las generaciones futuras[2]. Este fundamento da lugar al trabajo conjunto de religiosas y jesuitas, implementando planes de estudios que adaptan la Ratio Studiorum a las mujeres. Se forma una moderna red educativa que busca aplicar en todo el mundo los mismos parámetros de una enseñanza integral que traspasa la instrucción, al abarcar desde la formación religiosa -piedra angular- hasta los modos de comportamiento en la mesa (Règlement).
Anna du Rousier entra como novicia en Poitiers y antes de profesar parte a Turín, fundación vinculada a la monarquía, donde permanece 25 años convirtiéndose en Vicaria del Piamonte en 1842 con 11 casas a su cargo: nueve en Italia, una en Austria y otra en Polonia. En estos años forma su personalidad y se instruye en las materias religiosas, educativas y temporales propias de una congregación moderna.
Amenazada durante las Revoluciones de 1848, vuelve a París y en 1852 parte a Estados Unidos. Allí la congregación se ha establecido en 1818 gracias a Philippine Dúchense, canonizada en 1988. Anna, como visitadora, informa a la Casa Madre sobre la situación de Norteamérica, donde funcionan más de diez casas repartidas entre Canadá, la costa Este y el centro de Estados Unidos. Su labor se detiene precipitadamente, al ser enviada a Chile, pues el Arzobispo Valdivieso a solicitado hace años una fundación del Sagrado Corazón, dado su prestigio.
Luego de un arriesgado viaje[3], llega a Santiago en septiembre de 1853 acompañada por dos religiosas. Son acogidas por las Clarisas de la Victoria hasta que el gobierno les entrega una casa en la Plaza San Isidro. Desde ahí Anna proyecta y dirige “La Maestranza”, su establecimiento definitivo en Santiago, actual calle Portugal. La labor es ardua para estas francesas que en materias de enseñanza de este tipo, sólo han sido antecedidas por las Religiosas de los Sagrados Corazones, con establecimientos en Valparaíso y Santiago. Anna y las suyas, poseedoras de una cultura excepcional para las mujeres de su época, ponen en práctica el modelo del Sagrado Corazón que contempla el internado y la escuela gratuita externa en el mismo lugar con diferentes contenidos de enseñanza. Este aparato educativo, sustentado en una clara metodología y en el uso de manuales comunes para todos los establecimientos, con el francés como lengua principal, es difícil de instaurar en Chile, debido a la “indisciplina” -a juicio de Anna- de las alumnas y a la falta de costumbre al trabajo[4].
Aunque no lo sabe al llegar, su labor en Chile da un paso más, pues funda y dirige la primera Escuela Normal de Preceptoras de la República, por encargo del Presidente Manuel Montt[5], debido a su trayectoria y reputación en el campo educativo. Anna contrae un estrecho vínculo con las autoridades estatales, cuando comienza a vislumbrarse la secularización, pasando a ser con el tiempo un blanco vulnerable en estas materias[6]. La sociedad chilena responde rápidamente al modelo del Sagrado Corazón en Santiago y regiones. En 1858 se funda en Talca, en 1865 en Concepción, en 1870 en Valparaíso, en 1874 en Chillán y se traspasa la frontera en 1876 con la fundación de Lima y en 1880 en Buenos Aires.
El legado de Anna du Rousier en Chile se encuentra no sólo en la trayectoria de miles de mujeres que, gracias a su iniciativa pasan a ser parte de una élite cultural reconocida en el resto del mundo, sino también en las prácticas de piedad que pasan a ser tradicionales en el país como la Primera Comunión. Muere el 28 de enero de 1880 en Santiago.
Notas y referencias
BIBLIOGRAFÍA
Anales de la Universidad de Chile 1854; Leyes y Decretos del Supremo Gobierno.
Departamento de Justicia, Culto e Instrucción Pública, Santiago 5-I-1854
CARREEL, M.F. Sophie Barat. Un project éducatif pour aujourd’hui, Paris 2003
Journal de la Maison de Santiago, manuscrito inédito, Archivo provincial de la Sociedad del Sagrado Corazón en Chile, Santiago
LANGLOIS, C. Le catholicisme au féminin. Les congregations françaises à supèrieure générale au XIXème siécle, Paris 1984
SERRANO, S. Vírgenes viajeras. Diarios de religiosas francesas en su ruta a Chile 1837-1874, Santiago 2000
ALEXANDRINE DE LA TAILLE