NÚÑEZ DE HARO Y PERALTA, Alonso
NÚÑEZ DE HARO Y PERALTA, ALONSO (Villagarcía del Llano, 1729 – México, 1800) Arzobispo y virrey. Nació en Villagarcía del Llano, España el 13 de octubre de 1729, probablemente el 31 de octubre, aunque algunos fechan su nacimiento el 1° de noviembre; provenía de dos familias nobles: la Peralta de Alarcón, oriunda de Cuenca, y la Núñez de Chinchilla, oriunda de Albacete. Estudió en las universidades de Toledo y Bolonia. Fue rector, catedrático de escritura y doctor teólogo del colegio mayor de San Clemente y de la Universidad de Ávila. Hablaba varios idiomas: hebreo, griego, caldeo, latín, francés e italiano. “Era hombre de clarísimo entendimiento, de elevada inteligencia” que pronto fue recomendado por S.S. Benedicto IV al arzobispo de Toledo donde fue canónigo; Fernando VI lo nombró su bibliotecario mayor y más tarde lo hizo canónigo de la catedral de Segovia. Fue también visitador general y administrador de la casa de huérfanos de Carlos III en esa misma ciudad. En 1771 fue nombrado arzobispo de México y el 12 de septiembre de 1772 tuvo lugar su consagración episcopal. Se hizo cargo de los hospitales de San Andrés y de San Juan de Dios y los mejoró; fundó el seminario de Tepozotlán, la Casa de Huérfanos y las Capuchinas de Guadalupe. Impulsó la terminación de la capilla del Pocito en la Villa de Guadalupe y las obras en la Catedral Metropolitana. Después de la muerte del cuadragésimo noveno virrey Bernardo de Gálvez, se le nombró virrey interino mediante la cédula real del 25 de febrero de 1787; tomó posesión el 8 de mayo de ese mismo año, cargo en el que duró unos cuantos meses, hasta el 16 de agosto cuando fue sustituido por Manuel Antonio Flores. Durante su administración fue encargado de llevar a cabo el proyecto del Jardín Botánico, propuesto por el Dr. Martín Sesé; reorganizó el Juzgado general de indios para llevar a término rápidamente las causas de los naturales y consolidó el establecimiento de las intendencias. Asimismo, el “arzobispo-virrey fundó algunos hospitales y fue por extremo caritativo” ; en efecto, la el ejercicio de la caridad fue una de sus prioridades, la cual promovía también entre sus fieles, como quedó asentado en sus Sermones: “Este (Dios) nos dice: «Dad á proporción de lo que os ha sido dado» Da secundum datum. Esto es, proporcionad vuestras limosnas con vuestras riquezas (…) Dad pues la limosna mientras que podéis aprovecharos de ella y os es más meritoria, esto es, durante la vida…Decidme, amados hijos míos, ¿os persuadís á que en la hora terrible sea la limosna de tanto consuelo para el moribundo como la que dio durante su vida?”. Le caracterizaba manejarse siempre con rectitud y fue condecorado con la gran cruz de Carlos III. Dejó escritos varios sermones que fueron impresos en Madrid por la Viuda de Ibarra en 1806: “(…) en casi todos estos Sermones se ve un estilo claro, correcto, gravemente elegante i patético, a semejanza de los mismos clásicos. Como el Sr. Núñez de Haro había adquirido su formación literaria en Bolonia i había visitado a Roma, en una i otra ciudad había visto i aprendido la buena oratoria sagrada y la había traído a España i a México”. Después de entregar el gobierno de la Nueva España regresó de lleno a sus funciones episcopales, continuando con su apoyo a instituciones de instrucción y caridad hasta su muerte, acontecida el 26 de mayo de 1800, a los 70 años de edad. Obra(s): Sermones escogidos, Pláticas espirituales y Pastorales. NOTAS
BIBLIOGRAFÍA
“Núñez de Haro y Peralta, Alonso” en Enciclopedia de México. Tomo X, p. 5886. Rivera, Agustín. Principios críticos sobre el Virreinato de la Nueva España i sobre la Revolución e Independencia. Tomo II. Tipografía de Vicente Veloz, San Juan de los Lagos, 1887. Serrano del Tornel, Emilia Baronesa de Wilson. México y sus gobernantes de 1519 a 1910. Editora Nacional, México, 1958.
SIGRID MARÍA LOUVIER NAVA