AGUASCALIENTES

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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Ciudad mexicana; capital del Estado del mismo nombre

Con una extensión territorial de 5,471 km², el Estado de Aguascalientes es, después de Tlaxcala, el más pequeño de la República Mexicana. Está situado en el centro-norte del país entre los estados de Zacatecas y Jalisco y es atravesado por la Sierra Madre Occidental; su principal elevación es el Cerro de la Ardilla, con una altitud de 3050 metros sobre el nivel del mar. El clima del estado de Aguascalientes es en su mayor parte templado semi-seco. Su capital es la ciudad de Aguascalientes, de la que toma su nombre, y que, con una altitud de 1889 msnm, se encuentra en la zona centro del estado. El censo de 2010 señala que la ciudad cuenta con 797,010 habitantes, y sumadas las localidades de Pocitos y Jesús María, su zona conurbada tiene 896,600 habitantes. La población de todo el Estado es de 1 184,996 habitantes[1].

Historia

En la época prehispánica el territorio donde se levanta la ciudad de Aguascalientes estuvo habitado por tribus a quienes los aztecas consideraban como bárbaros y que llamaban “ chichimecas”. Sumamente belicosos vivían en pequeños grupos remontados en las serranías; no conocían la agricultura y vivían en cuevas o en efímeras chozas. Hacia 1560 el virrey Luis de Velasco mandó construir, en la región chichimeca del camino que unía a las ciudades de México y Zacatecas, tres «presidios» como protección y refugio a los viajeros; al amparo del presidio de Ciénega Grande se establecieron varios vecinos españoles. En 1575 Juan de Montoro, en nombre de once vecinos solicitó a Jerónimo Orozco, Gobernador del Reino de Nueva Galicia, la fundación de la Villa de la Asunción de Nuestra Señora de las Aguas Calientes.

El nombre fue debido a unos manantiales situados al oriente del Presidio de Ciénega Grande que habían permitido la supervivencia de los vecinos en tan árida e inhóspita región. El 22 de octubre de 1575, el gobernador Orozco expidió la cédula de fundación, en la que se ordenaba hacer el trazo de la villa, repartir los solares y nombrar las autoridades correspondientes. El rey Felipe II confirmó la erección de la Villa de la Asunción de Nuestra Señora de Aguascalientes como Alcaldía Mayor dependiente del Reino de Nueva Galicia.

A principios del siglo XVII se logró la reducción de los chichimecas y para su mejor inserción en la vida civilizada, en 1620 se fundó para ellos el pueblo de San Marcos. Indígenas de otras latitudes –incluso tlaxcaltecas- fueron llevados a San Marcos para que enseñaran a los chichimecas labores agrícolas y artesanales. Con ellos fue posible construir las Iglesias de San Diego, de San Marcos y de Nuestra Señora de la Asunción; ésta última, reedificada totalmente a principios del siglo XVIII en estilo barroco primitivo, es hoy la Catedral de Aguascalientes.

En 1791 el territorio de Aguascalientes fue agregado a la Intendencia de Zacatecas; después de la Independencia, mediante un decreto de Antonio López de Santa Ana↗ fechado el 23 de mayo de 1835 se le consideró independiente de Zacatecas, siendo refrendado como “estado autónomo” en la Constitución de 1857↗. Por lo que se refiere a su Capital, en 1816 las autoridades virreinales concedieron a la Villa de Aguascalientes el título de «ciudad». Durante el Porfirismo↗ la ciudad de Aguascalientes se convirtió en uno de los principales centros ferroviarios del país al establecerse en ella la empresa del Ferrocarril Central Mexicano y sus talleres.

En 1914 y tras caída del régimen de Victoriano Huerta, las distintas facciones revolucionarias (Carrancistas, Zapatistas, Villistas, Obregonistas) acordaron reunirse en una “Soberana Convención[2]para dirimir sus diferencias y determinar el rumbo de la Nación. La “Convención” dio inicio en la ciudad de México pero sin la facción zapatista por lo cual acordaron trasladarla a la ciudad de Aguascalientes por ser territorio “neutral” a todas las facciones. Las sesiones de la “Soberana Convención de Aguascalientes” tuvieron lugar en el Teatro Morelos desde el 10 de octubre hasta el 9 de noviembre de 1914; los principales acuerdos tomados fueron: destituir a Venustiano Carranza↗ de su autonombramiento como “primer jefe” y designar como “presidente provisional” al general Eulalio Gutiérrez. Carranza y Obregón no aceptaron las decisiones de la Convención, pero Francisco Villa y los representantes de Emiliano Zapata si las aceptaron y buscaron ponerlas en práctica por lo que, de hecho, la “Convención de Aguascalientes” se convirtió en una “declaración de guerra” entre las facciones revolucionarias, dando origen a la etapa más violenta y destructiva de la revolución mexicana↗.

Durante la guerra cristera (1926-1929) ↗ resultado de la persecución religiosa desatada por el presidente Calles ↗, el Estado de Aguascalientes fue teatro de importantes combates entre las tropas de la federación y los cristeros. Meyer narra que “en Aguascalientes, ya en agosto de 1928, «es evidente, a pesar de desmentirlo el gobierno, que las partidas de rebeldes (cristeros) operan de nuevo». En una semana fueron atacados tres trenes militares; en septiembre, la situación era tal que los trenes dejaron de correr de noche, y tardaban 12 horas más en el viaje de Aguascalientes a México; el teléfono estaba cortado y las partidas se hallaban a 12 kilómetros de la capital. En octubre hubo «reanudación general de actividades rebeldes en los alrededores inmediatos de Aguascalientes»; (…) Todos los trenes iban precedidos de un tren militar. José Velasco (jefe cristero) tomó a Jesús María y Calvillo (…) La única satisfacción de la federación fue poder anunciar la muerte del jefe Lucas López, ex villista, como Velasco, pero ésta fue la única y última, porque a partir de diciembre de 1928 el estado quedó directamente unido a Gorostieta (el general en jefe de la Guardia Nacional Cristera), y las actividades guerreras de Velasco coordinadas con las de Jalisco y Guanajuato.”[3]

En la actualidad Aguascalientes se distingue por una intensa actividad industrial, ganadera y comercial, y dada su posición geográfica es punto de enlace de modernas vías de comunicación entre las zonas económicas más importantes del país. Anualmente, desde finales del mes de abril hasta principios de mayo, en Aguascalientes se lleva a cabo la «Feria Nacional de San Marcos», llamada también «La Feria de México»

Notas

  1. www.censo2010.org.mx
  2. Cf. Historia General de México (Ilustrada). Vol. II El Colegio de México- LXI Legislatura Cámara de Diputados, México, 2010, pp. 290-291
  3. Meyer Jean La Cristiada. Vol. I, La guerra de los cristeros. Ed. Siglo XXI quinta edición, 1977 pp. 268-269

Bibliografía

  • León Portilla de Diener Adriana El Estado de Aguascalientes. Ed. Nueva Guía, México, Tercera edición. 2001
  • Historia General de México (Ilustrada). Vol. II El Colegio de México- LXI Legislatura Cámara de Diputados, México, 2010
  • Meyer, Jean. La Cristiada. Vol. I, La guerra de los cristeros. Ed. Siglo XXI, México, quinta edición, 1977


JUAN LOUVIER CALDERÓN