ALVARADO, Pedro de

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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(Badajoz, 1485; Guadalajara, 1541) Capitán en la conquista de Cuba, México y Guatemala.

Nació en Badajoz, Provincia de Extremadura, España, en el año de 1485, pero se desconoce el día y mes así como los nombres de sus padres, pues la única información cierta que se tiene acerca de su familia es que era sobrino de Diego Velázquez, gobernador de Cuba, y que Pedro viajó a Las Indias en compañía de sus hermanos Gonzalo, Jorge, Hernando y Juan. Los cinco hermanos Alvarado desembarcaron en la isla de La Española en 1509 y se pusieron a las órdenes de su tío Diego Velázquez, participando con él en la conquista de la isla de Cuba, y una vez concluida, Pedro se quedo es Cuba dedicándose a la agricultura.

Pero su carácter fuerte y aventurero lo llevó dejar la agricultura para unirse a la expedición de Juan de Grijalva que en 1518 exploró las costas de Yucatán y del Golfo de México, bautizando con su apellido «Alvarado» a la población que se encontraba en la desembocadura del río Papaloapan. Regresó un año después en la expedición que comandaba Hernán Cortés, distinguiéndose como uno de los principales capitanes españoles que realizaron la Conquista de México.

Junto a Hernán Cortés entró Pedro de Alvarado a Tenochtitlán en noviembre de 1519, y por lo rubio de su pelo y barba, los indígenas le llamaron Tonatiuh, que quiere decir “hijo del Sol”. Cuando Cortés tuvo que salir hacia Veracruz para hacer frente a Pánfilo de Narváez que traía órdenes de apresarlo, dejó en Tenochtitlán una pequeña guarnición al mando de Pedro de Alvarado. Pocos días después los aztecas celebraban la fiesta del quinto mes que llamaban tóxcatla honra del dios llamado Titlacauan, y por otro nombre Tezcatlipoca; a éste tenían por dios de los dioses; a su honra mataban en esta fiesta a un mancebo escogido, que ninguna tacha tuviese en su cuerpo.”[1]Los preparativos de esta fiesta, que era la principal del calendario azteca, hicieron sospechar a Alvarado de una insurrección y se preparó a evitarla; cuando la fiesta estaba ya celebrándose en el Templo Mayor, al frente de la guarnición española Alvarado atacó a los participantes en el sacrificio del mancebo. “Al momento todos acuchillan, alancean a la gente y les dan tajos, con las espadas los hieren. A algunos les acometieron por detrás; inmediatamente cayeron por tierra disparadas sus entrañas.”[2]

Este hecho conocido como “La matanza del Templo Mayor” irritó enormemente a los sacerdotes y capitanes aztecas, quienes azuzaron a la población que rodeó hostilmente el lugar en el cual se encontraban los españoles. Esta fue la situación que encontró Cortés cuando regresó a México- Tenochtitlán a finales de junio de 1520 tras su victoria en Veracruz sobre Narváez. Entonces los acontecimientos se precipitaron: Cortés pidió a Moctezuma que hablara a su pueblo para tranquilizarlo, pero lejos de eso los aztecas le lanzaron piedras, causándole la muerte. Por eso Cortés decidió salir sigilosamente en la madrugada del día 30 de junio, pero la columna española fue descubierta cuando huía por la Calzada de Tlacopan, dando origen a la llamada « Noche Triste». Cuenta una leyenda que “en la célebre retirada de los españoles, Pedro de Alvarado, al llegar a la tercera cortadura de la Calzada de Tlacopan, «clavó su lanza en los objetos que asomaban sobre las aguas, se lanzó hacia adelante con todo el impulso posible, y de un salto salvó el foso». Hecho tan inexacto como admirable, impuso el nombre a una de nuestras principales avenidas, que todavía se llama «del Puente de Alvarado»[3]

Durante el sitio de Tenochtitlán (30 de mayo-13 de agosto de 1521), Pedro de Alvarado comandó las tropas del lado de Tlatelolco. Después de consumada la Conquista de México realizó la Conquista de Guatemala entre los años de 1526 a 1526. Pedro de Alvarado escribió dos cartas dirigidas a Hernán Cortés; “la primera está fechada en Utatlán el 11 de abril y la segunda el 28 de Julio de 1524 en Santiago de los caballeros (…)hace una relación firme y realista de sus campañas en Guatemala, en las que se revela su carácter y el espíritu que animaba a los conquistadores. Sus « Cartas de Relación de la Conquista de Guatemala» se imprimieron en Toledo en 1525.[4]

En 1527 regresó a España, donde contrajo nupcias con doña Beatriz de la Cueva, nieta del duque de Alburquerque. Regresó a Guatemala en 1538 como Gobernador de Guatemala y en 1539 organizó una expedición marítima por las costas del Océano Pacífico, en la cual llegó a las costas de Jalisco en 1541. En esos días había estallado la rebelión de los caxcanes ( chichimecas) en la región del Mixtón, y el Virrey de Nueva España Antonio de Mendoza, enterado de la presencia de Pedro de Alvarado, le solicitó se sumara a las tropas que guarnecían Guadalajara. El 12 de junio Alvarado decidió salir contra los alzados, enfrentándose con ellos el día 24 en Nochistlán donde murieron treinta españoles. Emprendida la retirada, en una cuesta empinada rodó el caballo de Pedro de Alvarado, el que cayó sobre el capitán español y le aplastó el pecho; malherido fue llevado a Guadalajara donde falleció el 4 de julio.

Notas

  1. Sahagún, p. 81
  2. Ibídem, Libro XII, capítulo XX, p. 780
  3. González Obregón, p. 51
  4. De la Torre Villar, p. 184

Bibliografía

  • Enciclopedia de México. Tomo I. México, 1993
  • Sahagún, Bernardino de. Historia general de las cosas de Nueva España. Porrúa, México, 1989,
  • González Obregón, Luis. México Viejo. Alianza Editorial, México, 1991
  • De la Torre Villar, Ernesto. Lecturas Históricas Mexicanas. Tomo I. UNAM, México, 1994


JUAN LOUVIER CALDERÓN