CATECISMOS en México

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda

CATECISMOS en México.

Parte trascendental del profundo proceso de cambio ocurrido en el mundo indígena mesoamericano a raíz de la conquista española, fue el que tuvo como fin la introducción del cristianismo en el pensamiento autóctono, lo que implicaría un enorme grado de dificultad, dadas las condiciones materiales y espirituales de los indios; una numerosa población que ascendía a millones de habitantes, hablantes de lenguas desconocidas para los misioneros, obligó a crear las herramientas necesarias para tender un puente de comunicación entre los frailes y los indios. Si realmente se pretendía transvasar el Evangelio al mundo indígena, era imperioso presentar a los catecúmenos las verdades esenciales del cristianismo, sí, pero en sus propios idiomas. Así, desde los tempranos años de la evangelización, la Iglesia indiana se vio obligada a desarrollar métodos eficientes que hicieran posible transmitir la doctrina cristiana a los grandes núcleos de población en Mesoamérica.

Catecismos en lenguas indígenas.

Es dentro de este contexto que surgen los catecismos indígenas, pensados y diseñados expresamente para evangelizar a los indios del México antiguo, lo que pretendía no solo introducir los principios básicos de la religión cristiana, sino también todos los valores de la cultura occidental; es decir se trataba de formar buenos cristianos pero al mismo tiempo, forjar buenos ciudadanos que caminaran bajo la ética cristiana que regía al mundo occidental.

Fueron los religiosos flamencos encabezados por Fray Juan de Tecto, quienes hicieron los primeros esfuerzos en pos de ese ideal; sobresale entre ellos el ilustre Fray Pedro de Gante quien en el año de 1527, a escasos seis años de la conquista de México Tenochtitlan, manda imprimir en los Países Bajos una primera cartilla para la instrucción de los indios; más adelante, hacia 1539, ya con la ventaja de tener en México una imprenta propia, se abre la puerta a un importante proyecto editorial catequético, que dio como resultado una magna obra misionera única en su género.

Varios fueron los que trabajaron en la consecución de dicho proyecto, frailes versados en teología, con la colaboración de aquellos otros que habiendo incursionado en las lenguas autóctonas, tenían ya los conocimientos suficientes como para poder traducir la literatura misionera, lo que dio como resultado la elaboración de una obra catequética hecha a la medida de los indios. El esfuerzo y los frutos fueron monumentales, tan es así que entre 1539 y 1583, en menos de cincuenta años, se imprimieron en México más de cuarenta doctrinas en cerca de una docena de lenguas autóctonas entre las que se cuentan el náhuatl, maya, huasteco, mixteco, zapoteco, otomí, lengua guatemalteca y lengua chuchona. (De la Torre Villar, 48 – 60).

Catecismos Testerianos.

Cabe recordar empero que junto a esta pedagogía, basada en dichos catecismos políglotas, se desarrolló paralelamente una metodología diferente, encaminada asimismo a la enseñanza de la doctrina cristiana. Me refiero a los “catecismos testerianos”, surgidos para acceder directa y claramente a la gran masa de población indígena que no podía leer, por lo que se optó por presentar la doctrina a base de dibujos estilizados muy sencillos acompañados de glifos autóctonos; los catecismos contenían los temas básicos de la doctrina, empezando por las cinco oraciones principales, el Pater Noster, el Ave María, el Credo, la Salve Regina y el Confitero Deo; algunos incluían también los Mandamientos de la ley de Dios y de la Iglesia, los Sacramentos, los Artículos de la fe, el Santo Rosario y los más completos, como la Doctrina Christiana, que se conserva en el Museo Británico, abarcaban las Obras de Misericordia, las Bienaventuranzas e incluso el Dialoguito de la palabra de Dios del padre Cataño.

El término “testeriano”, con el que hoy se les conoce, se refiere a Fray Jacobo de Testera, monje francés, antiguo chambelán del rey Francisco I, quien ante la imposibilidad de comunicarse verbalmente con los indios tuvo, supuestamente por vez primera, la idea de presentarles el catecismo de manera visual. Sin embargo, hoy sabemos que ya antes del padre Testera, el dominico fray Gonzalo Luzero había usado este método entre los indios de la mixteca; sea como sea, lo interesante es que el sistema resultó de tal manera exitoso, que proliferaron los ejemplares de estas obritas, lo que provocó una difusión masiva del catecismo entre los indios.

El modelo típico de “testeriano” era un librillo, en el que a base de pequeñas figuras se representaban frases, palabras o sílabas del texto principal a manera de rebus o por nemotecnia; las figuras se colocaban entre líneas paralelas trazadas en forma horizontal formando grandes renglones que cruzaban de página a página para ser leídas de derecha a izquierda y en algunos casos en bustrófedon, es decir de derecha a izquierda y de izquierda a derecha en forma alternada; algunos de ellos se acompañaban de glosas en lengua indígena con la intensión de reforzar aún más la información.

Todo indica que el diseño original se copiaba de algunas estampas europeas traídas por los frailes, sin embargo, poco a poco, con la intervención de los tlacuilos o pintores indígenas, la influencia de la escritura tradicional autóctona fue manifestando su presencia, surgiendo así un nuevo método evangelizador al que se le podría llamar con toda justicia “catecismos Indígenas”, catecismos por su contenido catequético e indígenas por la técnica tradicional pictográfica plasmada en ellos por los indios (Galarza, p. 7).

Hoy en día sobreviven 35 catecismos de este tipo, resguardados en archivos y bibliotecas especializadas en México, España, Francia, Inglaterra, Estados Unidos y Alemania; se trata de joyas bibliográficas que sirven no solo para recordar el esfuerzo realizado en pos de la conversión de los indios de México, sino también para conocer un aspecto más del desarrollo universal de la escritura.


Notas


Biliografía

Galarza, Joaquín, Códices Testerianos, Catecismos Indígenas, el Pater Noster, México, Tava Editorial, S.A. de C.V. 1992. Torre Villar, Ernesto de la, “Estudio crítico en torno de los catecismos y cartillas como instrumentos de evangelización y civilización”, en: Doctrina Christiana en Lengua Mexicana, por FRAY PEDRO DE GANTE, México, Centro de Estudios Históricos Fray Bernardino de Sahagún, 1981.


ANA RITA VALERO DE GARCÍA LASCURÁIN