COLEGIO ORIENTAL DE HUMANIDADES

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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Fundado en 1838 por el Pbro. Dr. Antonio R. de Vargas, canónigo de Guadix, con privilegios académicos otorgados por el gobierno del general Manuel Oribe, pasó a ser regenteado por los jesuitas en 1846. Durante ocho años su director fue el P. Francisco Ramón Cabré, S.J., conocido como el apóstol de Montevideo, quien a pesar de la situación de guerra civil del país y el asedio que sufría la capital, supo fortalecer y ampliar un colegio que sólo tenía siete alumnos en el momento en que los jesuitas se hicieron cargo de él.

La importancia histórica del centro tiene que ver con la animosidad que su presencia, en manos de la Compañía, generó entre algunos elementos anticlericales del gobierno, liderados por el ministro de Gobierno, Manuel Herrera y Obes. Desde 1847, con la creación del Instituto de Instrucción Pública, el Ministro fiel a una concepción educativa de corte estatista y napoleónica, pretendió limitar y controlar la actividad del colegio. Para Herrera y Obes la enseñanza privada y sobre todo, en manos de la Iglesia, implicaba una amenaza para el progreso y recta orientación de la enseñanza. La expulsión de los jesuitas y sus alumnos de la Casa de Ejercicios, donde se habían instalado, el 29 de enero de 1849, marcó el comienzo de una política secularizadora de larga duración en Uruguay.

El centro de estudios sobrevivió a todos los ataques y tensiones con el gobierno y la incipiente universidad estatal. Sin embargo, al terminar la Guerra Grande en 1852, los jesuitas advirtieron que era muy difícil brindar, en ese colegio, una educación conforme a su tradición humanista, centrada en la enseñanza de las lenguas clásicas y la filosofía. Según los jesuitas de Montevideo, la sociedad montevideana buscaba otro tipo de educación, más vinculada al perfil mercantil de la ciudad. Por eso decidieron cerrar el colegio en 1854 y proyectar un nuevo centro fuera de la ciudad, en una población llamada Santa Lucía, donde podrían aplicar su Ratio Studiorum.

El colegio de Santa Lucía llegó a ser construido y tuvo como alumnos algunos seminaristas, pero cuando se aprestaba a abrir sus puertas a los alumnos seglares, en 1859, un conflicto con el gobierno de Gabriel Antonio Pereira, motivado por un sermón del padre Félix Del Val, el 6 de enero de 1859, motivó la segunda expulsión de los jesuitas del territorio uruguayo, el día 30 del mismo mes y año. Los jesuitas no regresaron hasta 1872 y abrieron un Colegio Seminario en 1880.

BIBLIOGRAFÍA

CASTELLANOS, Alfredo, “Antecedentes de la Universidad. La ocupación de la Casa de Ejercicios”, Tribuna Católica, nº 4, Montevideo, 1950

FERNÁNDEZ TECHERA, SJ, Julio, Jesuitas, masones y universidad, Tomo I, Montevideo, 2007, 50-70

PÉREZ, Rafael, La Compañía de Jesús restaurada en la República Argentina y Chile. El Uruguay y el Brasil, Barcelona, 1901.


JULIO FERNÁNDEZ TECHERA