CUBA; erección de templos a la Virgen de la Caridad

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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Aparición Milagrosa de la Virgen de la Caridad del Cobre


El Padre Onofre de Fonseca, primer capellán del Santuario del Cobre, utilizó los Autos de 1687-1688 y empleando las declaraciones de los testigos, según sus palabras, escribió la primera Historia de la aparición milagrosa de Nuestra Sra. de la Caridad del Cobre sacada de un manuscrito que el primer Capellán que fue de ella[1]componía el año de 1703,[2]y sacaba de los autos que en el de 1688 se formaron ante Juez competente, los cuales se hallan en el archivo de la Santa Casa, por el Presbítero D. Bernardino Ramírez, Capellán que también fue de la Virgen.

El Padre Onofre de Fonseca fue un hombre de Dios que divulgó con esta historia de la Virgen los testimonios contenidos en los Autos de 1687-1688. Sin embargo, con el paso de los años surgieron modificaciones en otras versiones de la historia: por ejemplo, en la narración original y en los Autos se dice claramente que eran dos indios (los hermanos Hoyos) y el negrito Juan Moreno, los que encontraron la imagen flotando sobre una tablita en aguas de la bahía de Nipe, y en versiones posteriores se habla de tres tripulantes blancos o de tres Juanes (Juan Negro, Juan Indio y Juan Esclavo). Este excelente religioso, además de legar para la posteridad la trayectoria de la Virgen, defendió los derechos de los habitantes de la villa del Cobre sobre la tierra, al tiempo que gestionó de todas las formas a su alcance, incluso ante la autoridad máxima de la Corona de España, que estas personas tuvieran el mejor trato posible.[3]El P. Fonseca dejó el Santuario del Cobre para reunirse con el Creador en 1710. Por el contenido de su partida de defunción sabemos que fue enterrado en el Santuario, a los pies de la Virgen de la Caridad a quien había servido con tanta entrega y devoción, motivo por el cual también se le conoce con el apelativo de Padre Onofre de la Caridad...


Problemas sociales en la villa del Cobre: Rebelión de los cobreros por sus derechos


Al comenzar el siglo XVIII, los habitantes del Cobre tuvieron graves problemas con el gobernador de Oriente, quien les prohibió el uso de las escorias y la realización de monterías y labores agrícolas. Impedidos de sembrar y cosechar, a pesar de su larga hoja de servicios a la corona española en diversas guerras, y de su participación en la construcción de los castillos y fortificaciones de Santiago de Cuba, los cobreros, después de impetrar la ayuda de la Virgen de la Caridad, pidieron ayuda al capellán de la parroquia y la situación se normalizó.

Pero desde 1723 las familias poderosas de Santiago de Cuba y Bayamo trataban de acrecentar sus haciendas restando tierras al hato de Barajagua, sobre todo las que estaban más cerca de las minas, lo que perjudicaba a los cobreros porque desde tiempos inmemoriales las tierras del gran hato los abastecían de los productos agrícolas necesarios para la subsistencia, y lesionaba sus derechos ancestrales sobre aquellas tierras. Por estas razones los mineros se alzaron en las montañas. Vino en su auxilio el Deán de la Catedral, nada menos que Pedro Agustín Morell de Santa Cruz, quien logró que se reconocieran los derechos de aquellos cubanos tan pobres y tan cercanos a la Virgen.


Intervención de Morell


Morell preparó un informe que resulta notable por la elocuencia con que defendió a los cobreros. En este documento, el Deán describió con vivos colores los abusos a que fueron sometidos, y de esta forma justificó la sublevación, a la que desde luego calificó de “desacertada”... la lectura del informe permite apreciar el hondo sentido de justicia y caridad que manifestaba Morell de Santa Cruz y su acendrado amor por los pobres, seguramente inspirado por Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, a la que tanto había rogado.


Iglesias de la Virgen de la Caridad a lo largo de la Isla


Al comenzar el siglo XVIII, la devoción a la Virgen de la Caridad del Cobre había pasado del cerro de Cardenillo y el hato de Barajagua donde tuvo su primera morada, su primera ermita y su primer altar, a las villas de Santiago de Cuba y San Salvador de Bayamo, llegando al puerto de Manzanillo por la costa sur, donde ya existía presencia humana, y a Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa por la costa norte. También había ido más allá de la frontera de la provincia más oriental de Cuba y se le había erigido un templo en la villa de Santa María de Puerto Príncipe, la actual ciudad de Camagüey.


La Virgen en Santiago


Alrededor de 1681, poco después de la celebración del Sínodo Diocesano y antes de que tuvieran lugar los testimonios contenidos en los Autos de 1687-1688, fue fundada en Santiago de Cuba la Iglesia de Santo Tomás Apóstol, donde fue colocada una imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, que probablemente haya sido confeccionada a finales del siglo XVII, porque se trata de una imagen de bulto cuya factura es muy antigua. En 1727, muy pocos años después de su consagración, la Iglesia de Santo Tomás Apóstol fue erigida en Parroquia Auxiliar del Sagrario de la Catedral, lo que demuestra la importancia y popularidad alcanzada en un lapso muy breve por esa parroquia, donde se colocó la que fue probablemente la segunda imagen de la Virgen de la Caridad en tierras del oriente cubano. Esta imagen fue la que veneraron los libertadores dándole el nombre de Virgen Mambisa.


Sancti Spíritus


El Padre Silvestre Alonso se destacó por sus magníficas obras construyendo iglesias, hospitales y escuelas en Sancti Spiritus. Pero la realización más notable de este sacerdote fue la Iglesia de la Virgen de la Caridad, primer templo que tuvo Nuestra Señora fuera del territorio oriental, que se edificó en el año 1717 en su ciudad, Sancti Spíritus, que se encuentra prácticamente en el centro de la Isla.


Las Tunas de Bayamo


En 1711 el Obispo Gerónimo Valdés inauguró una hospedería con el doble propósito de dar albergue a los peregrinos que iban a visitar a la Virgen de la Caridad en su Santuario del Cobre y enseñar la catequesis a los lugareños.


Camagüey


En 1734 comenzó la construcción de la Iglesia de la Caridad en Camagüey, en el barrio de indios de la Caridad, situado entonces en las afueras. La Iglesia fue consagrada solemnemente y participaron los miembros de la Capilla de Música de la Catedral de Santiago, porque los habitantes de Santa María de Puerto Príncipe querían festejar por todo lo alto la apertura de un nuevo templo a la Madre de Dios en una villa que nació bajo la protección de María. Católicos fervientes, los vecinos del barrio acostumbraban dar albergue en sus propias casas, que presidía aquel templo, a los peregrinos en tránsito hacia el Santuario del Cobre. En este barrio, y como un acto de amor a la Virgen, empezaron a celebrarse todos los años las Ferias de la Caridad para festejar el Nacimiento de la Madre de Dios.


La Virgen de la Caridad llega a La Habana


La Virgen de la Caridad fue entronizada en una ermita erigida en Los Quemados, en 1747, por el Obispo Juan Lazo de la Vega. Con la erección de este templo, la Reina de Cuba se hizo presente en toda la Isla excepto el territorio de Pinar del Río, muy poco poblado a mediados del siglo XVIII, ya que sólo había habitantes en algunas haciendas pues la ciudad de Pinar del Río fue fundada en 1775 y eran escasos los sitios poblados.


La Caridad reinaba en Cuba


Lo anterior significa que la Virgen de la Caridad imperaba en toda la Isla hacia 1747, cuando los habitantes de Cuba no llegaban a 150,000: tenía su Santuario en el Cobre, había imágenes de ella en la Iglesia de Santo Tomás Apóstol y en otras Iglesias de la Isla, y se habían levantado sus templos en Sancti Spíritus, Santa María de Puerto Príncipe (Camagüey), y en Quemados, barrio extramuros de San Cristóbal de La Habana. Sin embargo, la presencia de Nuestra Señora ya se hacía sentir en la capital de Cuba, porque cuando se construyó la Iglesia de Quemados, ya Nuestra Señora de la Caridad del Cobre había llegado a San Cristóbal de La Habana, y una imagen suya había sido colocada en 1733 en uno de los altares de la Iglesia del Espíritu Santo, con autorización del Obispo Juan Lazo de la Vega, y en 1771, al publicarse el testamento del regidor de La Habana, Don José Martín Félix de Arrate, se dispuso de un legado para la atención del culto a la Virgen de la Caridad en la capital de Cuba.[4]La lectura del testamento de Arrate, famoso porque escribió una de las primeras historias de Cuba, da a conocer que era devoto de la Caridad, porque en la relación de sus bienes se consigna una imagen de Nuestra Señora.[5]Además había imágenes y altares de la Virgen en Bayamo, Las Tunas de Bayamo, en la Iglesia de Santo Tomás de Santiago de Cuba, en Baracoa, Jiguaní, El Caney y en la villa de la Santísima Trinidad, sin contar las imágenes y estampas que se conservaban en las casas particulares de las villas y en las haciendas.

En aquella época, ya había 9 lugares habitados con el nombre de Caridad: 3 en Oriente, 2 en Holguín, 1 en Matanzas, 2 en Camagüey y 1 en Las Villas; así como otros 19 con el nombre de La Caridad: 5 en Oriente contando el pueblo La Caridad de los Indios, 5 en tierras de Camagüey, 1 cerca de Ciego de Ávila, 3 en Las Villas, 2 en Matanzas, 2 en La Habana y 1 en Pinar del Río. La devoción de los criollos, en tiempos en que Cuba estaba muy poco poblada, había bautizado 28 lugares habitados con la Reina de las Virtudes, la Caridad que daba su título a la Virgen de Nipe.


La Virgen de la Caridad del Cobre llega a la Florida


En 1702, el Capitán General Diego de Córdoba encargó al capitán Esteban Berroa el mando de las tropas cubanas que fueron con la doble misión de romper el sitio de la ciudad de Pensacola, amenazada por los ingleses, y proteger San Agustín. Estaban integradas por varias Compañías de Fijos de La Habana y Santiago de Cuba, que a partir de 1718 formaron los Regimientos de Fijos. Tenían un distintivo que desde ese año se agregó al uniforme: una escarapela con la imagen de Nuestra Señora, la Virgen de la Caridad del Cobre.[6]

Fue así como la Patrona de Cuba llegó a la Florida, hace 207 años: en cientos de imágenes que llevaban sobre el hombro izquierdo los combatientes cubanos.

Notas

  1. Precisamente el P. Onofre de Fonseca
  2. En este año el P. Fonseca terminó de escribir la historia
  3. Archivo General de Indias (AGI). Informe del P. Onofre de Fonseca al rey, Villa del Cobre, 25.V.1693
  4. García, Alicia. Investigación del CECREM. Tesis de grado sobre la arquitectura religiosa colonial. La Habana, 2007
  5. Ibídem.
  6. Cf. Larrúa Guedes, Salvador. Historia de la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de la Isla de Cuba, Reina y Madre de todos los cubanos. Cap. VII, Miami, 2008; Difusión del culto a la Virgen de la Caridad del Cobre, Conferencia Magistral en la peña Vareliana de 12.IX.2005, Miami


SALVADOR LARRÚA