INQUISICIÓN EN HISPANOAMÉRICA; Fuentes y Bibliografía

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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No resulta fácil a la mentalidad del siglo XXI, testigo de una realidad lacerada por conflictos extremistas bajo apariencia religiosa, hablar de un instrumento institucional como el de los tribunales de la Inquisición en la época medieval y moderna; tanto más si no se tiene en cuenta la diversidad que caracterizó la Inquisición medieval o romana, de los tribunales de la península ibérica, de los de América latina.

¿Qué decir de esta institución, cuya finalidad inicial era corregir toda doctrina o posible acción «herética» para preservar la integridad de la fe católica en una época en que la visión religiosa impregnaba todas las realidades de la vida cotidiana? Debemos esforzarnos por entender la mentalidad de otros tiempos, ajenos a los nuestros, desde la óptica de su tiempo.

La historia es fruto de la libertad humana y por ello tiene su riesgo; ante cualquier hecho acaecido –positivo o negativo– no es posible dar marcha atrás. Toca solamente a las generaciones sucesivas conocer y asumir la responsabilidad y consecuencias del pasado para construir el futuro evitando errores. En este sentido, una memoria histórica que sabe discernir lo positivo de cada tiempo, es maestra de sabiduría para el progreso de la humanidad.

Desde esta premisa intentamos aproximarnos al estudio de los tribunales de la Inquisición española que posee peculiaridades propias que la distinguen de otros tribunales europeos o de la misma Inquisición romana. Fue ante todo un organismo dependiente de la Corona por el derecho de patronato que el Papa había concedido a los reyes católicos. Así, la documentación inquisitorial que se conserva sobre los tribunales americanos (México, Lima y Cartagena) permite conocer no solo las instrucciones dadas por la monarquía, sino que además ofrece elementos muy valiosos para entender la realidad social contemporánea.

Fuentes La principal fuente para el estudio de la Inquisición española sigue siendo la sección «Inquisición» del Archivo Histórico Nacional de Madrid. Para el estudio del tribunal de Cartagena de Indias es prioritaria su consulta, pues se trata del único archivo que conserva documentación del tribunal americano tras el incendio que sufriera el palacio inquisitorial de Cartagena. Los libros y legajos relativos al tribunal cartaginés contienen las relaciones de las causas de fe que se remitían periódicamente al consejo de la Suprema, los procesos que abarcan desde el siglo XVII al XIX y la documentación relativa a las visitas realizadas a la sede de dicho tribunal; se hallan, además, documentos de expedientes, memoriales, decretos reales, consultas y registros de cartas al consejo que contienen una rica información sobre su organización y funcionamiento interno. Es posible consultar papeles de hacienda, competencias y temas variados referidos a Cartagena de Indias. En sección aparte se halla información sobre procesos criminales, pleitos fiscales y civiles, siempre de jurisdicción inquisitorial, prácticamente inéditos. Con algunas excepciones, en general, el estado de conservación de estos documentos es óptimo y la caligrafía fácilmente legible.

Balance historiográfico Los primeros estudios que encontramos sobre el tribunal de Cartagena de Indias se remontan a la obra de Toribio Medina a finales del siglo XIX y de Henry Lea en el XX. La obra de Toribio Medina es ya clásica y su consulta obligada. Sin embargo, el gran historiador chileno, en su deseo de escribir una historia objetiva, omitió todo tipo de interpretación o análisis, siguiendo una narración fiel, a manera de crónica, del tribunal, y omitiendo las referencias a las fuentes de archivo.

La obra de Lea, se apoya en la fuente de Medina y añade algunas informaciones sobre las finanzas. El comienzo de la historia social de la Inquisición en Indias se remonta a los años 50-60 del siglo XX con los trabajos realizados bajo la dirección del Prof. Ballesteros Gabrois en la Universidad de Valencia, así como los de Manuel Tejado Fernández, J.L. Molina Moreno, y T. Escribano Vidal . Continuadores de la línea de historia social es el grupo de la Universidad Autónoma de Madrid surgido en la década de los años 80. En particular, la obra dirigida por los profesores Pérez Villanueva y Escandell Bonet, «Historia de la Inquisición en España y América», que ofrece una amplia panorámica acerca de la historiografía de su tiempo con perspectivas de estudio sobre temas inquisitoriales.

Sin embargo, estos autores ya señalaron la falta de estudios con información detallada de los procesos, discriminación de datos, de estadísticas, de tipologías de procesos, de las personas del tribunal, de criterios de expropiaciones. Recientemente, un valioso instrumento de información sintético sobre el tema es el «Dizionario storico dell’Inquisizione», en cuatro volúmenes, publicado en italiano por la Escuela Normal Superior de Pisa en 2010.

Por lo que se refiere a América, contamos con algunas monografías realizadas en los años noventa, dedicadas a las tres inquisiciones americanas de Lima, México y Cartagena. Las publicaciones de los profesores René Millar Carbacho y Paulino Castañeda sobre la Inquisición de Lima, son exhaustivas para conocer toda la historia del tribunal peruano. Sobre el tribunal de México contamos con los estudios de Greenleaf. (Nota de la Redacción: Una monografía bien documentada es la de Alfonso Junco, «Inquisición sobre la Inquisición», publicada por editorial JUS en 1983).

Acerca del tribunal inquisitorial de Cartagena de Indias, remito al estudio de F. Álvarez Alonso: «La Inquisición en Cartagena de Indias durante el siglo XVII», Madrid 1999 que abarca el siglo XVII, y otros más recientes de Ricardo Escobar Quevedo, que analiza los contactos entre los diversos grupos de judaizantes de América Latina. Escobar se centra más bien en la herejía y en los grupos de judaizantes procesados por los tres tribunales americanos para llegar a reconstruir las diferentes redes establecidas por los conversos entre Lima, Cartagena de Indias y México, así como su relación con el «asiento» de negros portugués que tenía su punto de arribo en el puerto neogranadino de Cartagena de Indias.


NOTAS

FERMINA ÁLVAREZ ALONSO