LASSO DE LA VEGA Rafael

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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(Santiago, 1764 – Quito, 1831) Obispo, político

+Quito, 6 de abril 1831) obispo panameño, obispo de Mérida y luego de Quito, Prelado, legislador y prócer bolivariano.

Don Hilarión José Rafael Lasso de la Vega nació en Santiago, capital de la provincia de Veraguas, en el Istmo de Panamá, el 26 de octubre de 1764. Hijo del Capitán de Milicias reales, don Nicolás Feliciano Lasso de la Vega y doña Estefanía Josefa de la Rosa Lombardo. Sus abuelos fueron Juan José Lasso de la Vega y doña Ambrosia de Ayala; don Pedro Lombardo y doña Aura Urrutia. Fue bautizado por un tío materno suyo, el sacerdote Pedro José Lombardo; una tía materna fue su madrina, y el padrino fue el también militar como su padre, capitán Agustín Núñez de Arce.

Pasó sus primeros quince años en el ambiente cristiano y señorial de sus progenitores en la colonial Santiago, y luego ingresó en el Seminario de Panamá pero no permaneció allí. Estudió en el Colegio Mayor del Rosario en Bogotá, donde recibió su formación intelectual graduándose de bachiller en Artes en 1790. Recibió las órdenes menores a título patrimonial con derecho a beneficios eclesiásticos, prebendas o canonjías en América.

A los 28 años, en 1792, lo ordena presbítero el Arzobispo de Santa Fe de Bogotá, Baltasar Martínez y Compañón. Al año siguiente la Universidad de Santo Tomás lo promueve a Doctor en Teología y Cánones. Desde entonces, por seis años consecutivos ejerce en la misma Universidad en las cátedras de Latinidad, Sintaxis y Prosodia.

Historiadores coinciden en presentar a este sacerdote como ejemplar, recto, justo, humilde y pobre, cuya austeridad personal se unía a su desprendimiento a favor de los necesitados. En 1794, año en que se doctoró, recibió la parroquia de Funza. Ejerció con altura su ministerio sacerdotal como párroco hasta 1804, construyendo la sacristía, la torre y la casa cural, de donde pasó a ser canónigo doctoral del Capítulo Metropolitano de Santa Fé de Bogotá. En este cargo se ocupa de la construcción de la catedral, recabando de la tesorería real los fondos necesarios y oponiéndose a los gastos superfluos.

Vino por entonces el gran cambio político en la Nueva Granada. El Dr. Lasso de la Vega, manteniéndose fiel al Rey, se negó a prestar juramento de sumisión al nuevo gobierno. Desterrado de esa capital por su firme posición de fidelidad a España, fue designado Chantre de la Catedral de Panamá gracias a las gestiones de su hermano José Antonio que servía como militar al Rey de España. A los pocos meses, en octubre de 1814 fue propuesto por Fernando VII para Obispo de Mérida, por sus méritos de fidelidad a la corona.

Mediante la Bula del 8 de marzo de l815, una vez conseguida la aceptación pontificia, le fue comunicada su designación. En octubre de ese mismo año, siguiendo las instrucciones del Rey, se dirige a Maracaibo. Desembarcó en el puerto de Maracaibo el 19 de octubre de 1815, de donde se dirigió por tierra a Bogotá. Allí fue consagrado por el Señor Arzobispo de Santa Fé Doctor Juan Bautista Sacristán el 11 de diciembre del mismo año, siendo apadrinado por el Virrey de Nueva Granada don Juan de Sámano.

Quinto Obispo de la Diócesis de Mérida de Maracaibo, llega a principios de 1817 a su diócesis, asolada por la guerra y el terremoto de 1812. Con escaso clero y disperso rebaño, pero con un gran fervor religioso, el Obispo Lasso de la Vega, venciendo mil obstáculos, inició su labor episcopal, fijando su sede episcopal en Maracaibo, dando cumplimiento a la real cédula dada por el Rey el 5 de marzo de 1816.

Careciendo de los más elementales recursos, recorrió cuatro veces la Diócesis, andando por trochas y caminos visitando pueblos y caseríos rudimentarios y distantes. Concluyó la construcción de la catedral y el seminario de Maracaibo, reconstruyó el seminario de Mérida, construyó capillas, restauró templos y creó Casas de Estudios Superiores en Mérida, Coro, Barinas y Pamplona, dotándolas de rentas, estatutos y mobiliarios; difundió tanto la educación primaria como la secundaria; fundó hospitales: convocó dos sínodos; (el primero en Maracaibo del 24 al 30 de junio, el segundo del 6 al 16 de enero de 1819); instituyó nuevas parroquias y atendió en forma solícita la marcha de la Diócesis.

El tercer sínodo tendrá lugar en Mérida, que volvió a ser la sede episcopal, del 23 al 28 de noviembre de 1822, en un ambiente político-eclesiástico nuevo, con adhesión a la nueva república. Fue en el ejercicio de su ministerio episcopal en esta diócesis cuando se produjo la gesta independentista que condujo a la liberación del yugo español, trayendo un cambio decisivo a su vida.

De fiel a la monarquía, se convierte en entusiasta adepto y colaborador de la causa americanista, llegando a tener una fuerte amistad con Simón Bolívar, después de una célebre entrevista con el Libertador en Trujillo el 1 de marzo de 1821. Por iniciativa de Bolívar, la Provincia de Maracaibo eligió al obispo Lasso como representante suyo en el Congreso Constituyente del Rosario de Cúcuta.

Al instalarse el mismo, aceptó la diputación de Maracaibo, siendo elegido el 28 de agosto Vicepresidente de la Constituyente, en la que tuvo una destacada actuación y como tal suscribió la Constitución de 1821. Asistió como senador a los congresos de 1823 y 1824 (único obispo con esa investidura) y 1826; su mediación fue decisiva para la pacificación de la provincia de Coro, y factor principal en las negociaciones con la Santa Sede.

Por su importancia excepcional para la historia del continente americano, se destaca su papel en el establecimiento de relaciones entre los nuevos países de América Hispana y la Santa Sede. Sus gestiones ante el Papa Pio VII y luego con León XII llevarán al nombramiento de los siete primeros obispos «propietarios» de sedes en el territorio de la Gran Colombia y Bolivia, nombramientos que habrían de realizarse con obispos favorables de las sedes vacantes que trajo la revolución, así como también al arreglo pacífico de los asuntos eclesiásticos perturbados por la política, y finalmente a la aceptación de las nuevas repúblicas por Roma.

A solicitud del gobierno de Colombia, el Sumo Pontífice León XII, promovió en diciembre de 1828 al Obispo Lasso de la Vega de la Diócesis de Mérida a la de Quito, siendo el propio Libertador Simón Bolívar quien pidió ese traslado. El 7 de diciembre de 1819 hizo su entrada en Quito, donde fue recibido con gran esplendor. No obstante lo avanzado de su edad, se dedicó con diligencia a la tarea de organizar y enrumbar su diócesis.

Invirtió todo el año de 1830 en visitarla, llevando hasta los más apartados rincones la esperanza, la justicia, la convivencia y la fraternidad evangélicas. Medio año después, mientras realizaba la visita pastoral de su diócesis, celebró las exequias del Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre.

La muerte del Libertador acaecida en San Pedro Alejandrino, cerca de Santa Marta, Colombia, el 17 de diciembre de 1830 fue motivo de gran aflicción y profundo duelo para el Obispo Lasso de la Vega, quien en su honor celebró solemnes funerales el 17 de marzo de 1831 en la Catedral de Quito, siendo la última vez que ofició de pontifical.

Poco después, vencido por el peso de los años, agotadas sus fuerzas y energías, murió en Quito, el 6 de abril de 1831, con fama de patriota y de santo.

BIBLIOGRAFÍA

CARRILLO Marcos Rubén, El Obispo Lasso de la Vega. Su Aporte a la Emancipación de América, Ediciones del Centro de Historia del Estado Trujillo(Venezuela), 1973

CASTILLERO Ernesto J. Dr. Rafael Lasso de la Vega, Prelado, Legislador y Prócer (1764-1831, Maracaibo, 1952

FIGUEROA NAVARRO Alfredo, Dominio y Sociedad en el Panamá Colombiano (1821-1903), Panamá, 1982, Editorial “La Moderna”, Panamá

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TERAN DUTARI Julio, El Panameño Don Rafael Lasso de la Vega Obispo de Mérida y de Quito, Prócer Bolivariano. Su significado para la Cultura Latinoamericana”.

MANUELITA NÚÑEZ CASTILLEROS