Diferencia entre revisiones de «LEYENDA NEGRA: Las publicaciones de Thedor De Bry»

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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1. Creadores y propulsores de la «Leyenda Negra antiespañola»: sus orígenes  
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Así es como Julián Juderías define la «Leyenda Negra antiespañola»: “La España inquisitorial, ignorante, fanática, incapaz de figurar entre los pueblos cultos lo mismo ahora que antes, dispuesta siempre a las represiones violentas; enemiga del progreso o de las innovaciones; o, en otros términos, la leyenda que, habiendo empezado a difundirse en el siglo XVI, a raíz de la Reforma, no ha dejado de utilizarse en contra nuestra desde entonces y más especialmente en momentos críticos de nuestra vida nacional. […] Los caracteres que ofrece la leyenda antiespañola no han cambiado a pesar del transcurso del tiempo. Se fundan en dos elementos principales: la omisión (de lo que puede favorecernos) y la exageración (de cuanto pueda perjudicarnos)”  .  
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Así es como Julián Juderías define la «Leyenda Negra antiespañola»: “La España inquisitorial, ignorante, fanática, incapaz de figurar entre los pueblos cultos lo mismo ahora que antes, dispuesta siempre a las represiones violentas; enemiga del progreso o de las innovaciones; o, en otros términos, la leyenda que, habiendo empezado a difundirse en el siglo XVI, a raíz de la Reforma, no ha dejado de utilizarse en contra nuestra desde entonces y más especialmente en momentos críticos de nuestra vida nacional. […] Los caracteres que ofrece la leyenda antiespañola no han cambiado a pesar del transcurso del tiempo. Se fundan en dos elementos principales: la omisión (de lo que puede favorecernos) y la exageración (de cuanto pueda perjudicarnos)”  .  
  
 
Aparte de Autores del mundo protestante europeo y americano y de algunos hispanoamericanos a partir de la Independencias, también hay autores ilustrados, liberales, positivistas y marxistas, europeos y españoles que han favorecido la «leyenda negra». En España esta historiografía se desarrolla especialmente desde los siglos XIX y XX, a lo largo de las grandes crisis que afectaron España desde esa época y con el renacer de varias corrientes de nuevos nacionalismos regionales en la misma España. Por otra parte, significativamente con frecuencia los mayores «enamorados» de la historia de España han sido no españoles.
 
Aparte de Autores del mundo protestante europeo y americano y de algunos hispanoamericanos a partir de la Independencias, también hay autores ilustrados, liberales, positivistas y marxistas, europeos y españoles que han favorecido la «leyenda negra». En España esta historiografía se desarrolla especialmente desde los siglos XIX y XX, a lo largo de las grandes crisis que afectaron España desde esa época y con el renacer de varias corrientes de nuevos nacionalismos regionales en la misma España. Por otra parte, significativamente con frecuencia los mayores «enamorados» de la historia de España han sido no españoles.
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Frente a esta historia marcada por tanta desgracia se alzaría la civilizada, pura y respetuosa presencia anglosajona y protestante. Los iniciadores de la «leyenda negra» reconocen en Las Casas un defensor de los derechos del indio, pero habría sido tal como táctica para lograr encarnar su espíritu antiespañol. Esta interpretación denigratoria nace a propósito para sostener posiciones que nada tienen que ver con la posición lascasiana.
 
Frente a esta historia marcada por tanta desgracia se alzaría la civilizada, pura y respetuosa presencia anglosajona y protestante. Los iniciadores de la «leyenda negra» reconocen en Las Casas un defensor de los derechos del indio, pero habría sido tal como táctica para lograr encarnar su espíritu antiespañol. Esta interpretación denigratoria nace a propósito para sostener posiciones que nada tienen que ver con la posición lascasiana.
  
2. La «leyenda negra» anticatólica
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Precisamente en este tiempo, el protestante calvinista Theodor de Bry funda su casa editora en Frankfurt con el fin de combatir con la imprenta al catolicismo y el papado, intentando dar un golpe a la España Católica considerada como el brazo secular del mismo. Entre 1590 e 1623 publica la «Colección sobre los Grandes y Pequeños viajes de las Indias», de autores principalmente protestantes, algunos de los cuales eran piratas al servicio de los Estados Protestantes como Inglaterra, traducidos al latín o al alemán (Walter Raleig, Francis Drake, Oliver Noor, Thomas Candisch, Jacques Lemoyne, Jean Lery).  
 
Precisamente en este tiempo, el protestante calvinista Theodor de Bry funda su casa editora en Frankfurt con el fin de combatir con la imprenta al catolicismo y el papado, intentando dar un golpe a la España Católica considerada como el brazo secular del mismo. Entre 1590 e 1623 publica la «Colección sobre los Grandes y Pequeños viajes de las Indias», de autores principalmente protestantes, algunos de los cuales eran piratas al servicio de los Estados Protestantes como Inglaterra, traducidos al latín o al alemán (Walter Raleig, Francis Drake, Oliver Noor, Thomas Candisch, Jacques Lemoyne, Jean Lery).  
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Esta intolerancia anticatólica se manifiesta inmediatamente en los territorios ocupados por estos grupos calvinistas contra las misiones católicas: expulsan a los jesuitas del territorio brasileño de Pernambuco, conquistado por ellos a los portugueses, privando a la población de las únicas escuelas existentes. Los calvinistas mandan entonces predicadores y maestros para trabajar con los indígenas y con los esclavos negros. En el Congo [antiguo reino africano, actualmente parte en la moderna Angola y en la moderna República Democrática del Congo], arrebatado a los portugueses, impiden la acción misionera de los capuchinos, mandando predicadores y maestros para enseñar el flamenco. Se proponían convertir al calvinismo al rey del Congo, reino entonces independiente, Don García II, eliminando el influjo católico, propósito que no lograron alcanzar.
 
Esta intolerancia anticatólica se manifiesta inmediatamente en los territorios ocupados por estos grupos calvinistas contra las misiones católicas: expulsan a los jesuitas del territorio brasileño de Pernambuco, conquistado por ellos a los portugueses, privando a la población de las únicas escuelas existentes. Los calvinistas mandan entonces predicadores y maestros para trabajar con los indígenas y con los esclavos negros. En el Congo [antiguo reino africano, actualmente parte en la moderna Angola y en la moderna República Democrática del Congo], arrebatado a los portugueses, impiden la acción misionera de los capuchinos, mandando predicadores y maestros para enseñar el flamenco. Se proponían convertir al calvinismo al rey del Congo, reino entonces independiente, Don García II, eliminando el influjo católico, propósito que no lograron alcanzar.
  
3. Observaciones sobre el origen de algunas acusaciones por parte de algunos críticos del catolicismo en esta historia:
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==3. Observaciones sobre el origen de algunas acusaciones por parte de algunos críticos del catolicismo en esta historia:==
  
 
3.1. La historiografía protestante a partir del siglo XVII, y luego la cultura ilustrada-liberal, han acusado la historia latino-americana de tres pecados originales: la violenta «colonización» ibérica, el catolicismo del que ella se encontraba empapada, y el corrompido mestizaje antropológico y cultural fruto de aquel encuentro.
 
3.1. La historiografía protestante a partir del siglo XVII, y luego la cultura ilustrada-liberal, han acusado la historia latino-americana de tres pecados originales: la violenta «colonización» ibérica, el catolicismo del que ella se encontraba empapada, y el corrompido mestizaje antropológico y cultural fruto de aquel encuentro.
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Esta falange de críticos radicales encuentra, por ejemplo, una expresión apropiada en la obra del uruguayo Eduardo Galeano, «Las venas abiertas de América Latina» y en múltiples ensayos de este tipo.  
 
Esta falange de críticos radicales encuentra, por ejemplo, una expresión apropiada en la obra del uruguayo Eduardo Galeano, «Las venas abiertas de América Latina» y en múltiples ensayos de este tipo.  
  
4. La América imaginada por Theodor de Bry y las «crueldades» de la conquista española
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==4. La América imaginada por Theodor de Bry y las «crueldades» de la conquista española==
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Theodor de Bry ofrece diversas imágenes de América a través de su obra en varias entregas: Americae…, obra a la que dieron continuidad los herederos del autor, especialmente su hijo Johann Théodor (1561-1623). De Bry acerca a Europa una imagen fantástica e ideológicamente recreada  de América, pretendiendo basarse en noticias y crónicas de viajes, entre otras las de Jean de Léry, Hans Staden,  Antonio de Herrera,  Sebald de Weert,  Geronimo Benzoni y fray Bartolomé de las Casas.  
 
Theodor de Bry ofrece diversas imágenes de América a través de su obra en varias entregas: Americae…, obra a la que dieron continuidad los herederos del autor, especialmente su hijo Johann Théodor (1561-1623). De Bry acerca a Europa una imagen fantástica e ideológicamente recreada  de América, pretendiendo basarse en noticias y crónicas de viajes, entre otras las de Jean de Léry, Hans Staden,  Antonio de Herrera,  Sebald de Weert,  Geronimo Benzoni y fray Bartolomé de las Casas.  
  

Revisión del 20:50 14 dic 2016

1. Creadores y propulsores de la «Leyenda Negra antiespañola»: sus orígenes

Así es como Julián Juderías define la «Leyenda Negra antiespañola»: “La España inquisitorial, ignorante, fanática, incapaz de figurar entre los pueblos cultos lo mismo ahora que antes, dispuesta siempre a las represiones violentas; enemiga del progreso o de las innovaciones; o, en otros términos, la leyenda que, habiendo empezado a difundirse en el siglo XVI, a raíz de la Reforma, no ha dejado de utilizarse en contra nuestra desde entonces y más especialmente en momentos críticos de nuestra vida nacional. […] Los caracteres que ofrece la leyenda antiespañola no han cambiado a pesar del transcurso del tiempo. Se fundan en dos elementos principales: la omisión (de lo que puede favorecernos) y la exageración (de cuanto pueda perjudicarnos)” .

Aparte de Autores del mundo protestante europeo y americano y de algunos hispanoamericanos a partir de la Independencias, también hay autores ilustrados, liberales, positivistas y marxistas, europeos y españoles que han favorecido la «leyenda negra». En España esta historiografía se desarrolla especialmente desde los siglos XIX y XX, a lo largo de las grandes crisis que afectaron España desde esa época y con el renacer de varias corrientes de nuevos nacionalismos regionales en la misma España. Por otra parte, significativamente con frecuencia los mayores «enamorados» de la historia de España han sido no españoles.

Uno de los autores, fuente de la «leyenda negra» fue el español fray Bartolomé de Las Casas. Los creadores de la llamada leyenda negra antiespañola, para sustentarla pretenden basarse en una falsa interpretación de las intenciones de Las Casas, totalmente extraña a su espíritu e intenciones desde un punto de vista documental. El fraile dominico fue un convencido y acérrimo defensor de los derechos naturales de los indios. Pero se puede desvirtuar su espíritu de manera tal que se podría interpretar perversamente su acción.

Y en ese sentido se puede llegar a establecer una interpretación de sus escritos que da pábulo a la llamada «leyenda negra antiespañola», en cierto modo hoy ya superada por la historiografía científicamente más rigurosa. Respecto a esta «leyenda» de su antiespañolidad, comienza a difundirse ya en el siglo XVI por algún autor italiano como Benzoni, claramente antiespañol, en ambientes protestantes ingleses en lucha con la España de Felipe II, en sectores del mundo protestante calvinista y luego en sus herederos culturales, que usarán algunos de los escritos de Las Casas para alimentar esa leyenda negra, anti-católica y anti-española.

Así se fue fomentando una historiografía negativa en tal sentido a partir del mismo siglo XVI con el calvinista flamenco Theodor de Bry (1528-1598), quien fundó una editorial para dar a conocer los libros de viajes que él mismo ilustraba con diseños y grabados. Al morir Theodor en 1598, continuaron llevando la empresa sus dos hijos, especialmente Johann Theodor de Bry (1561-1623), y el yerno de éste, Matías Merian (1693-1650).

Su fogosa fe de reformado calvinista llevó a Theodor sénior a querer demoler la Iglesia católica allí donde se mostraba más pujante, que era precisamente la América bajo el dominio español, publicando cuatro series de su colección a este tema, editando textos de otros autores, cuidadosamente seleccionados y anotados y profusamente ilustrados. Hay que tener en cuenta que nos hallamos en plena lucha de España en Holanda, territorio entonces parte de la Corona Española por herencia del emperador Carlos V, y que en buena parte se adheriría a la reforma calvinista.

Los calvinistas holandeses se propusieron combatir al Papado como signo y bastión del catolicismo, y a los españoles como exponentes principales en la defensa del mismo. En ese cuadro de guerras religiosas que se extendían por todo el centro y norte de Europa, hay que colocar la lucha mediática que personajes de gran capacidad comunicativa usaron en su lucha en favor del calvinismo, y en le denigración del catolicismo y de su acción, también en el campo de los descubrimientos y colonizaciones, especialmente en el Continente americano, representados por españoles y portugueses.

De Bry fue el gran diseñador de la «leyenda negra» americana. Lo que él se propone demostrar e ilustrar, es que la única causa que empujó a los españoles a ir a América fue el oro, no la Religión. Condensó su propósito en este categórico epigrama estampado en apertura de su “Americae pars quarta” (p. 9). “Ergo, Hispane audax, lucrum fuit causa:/ Tantae Religio non tibi causa viae”.

Las series de Teodoro de Bry tuvieron un éxito extraordinario. Como dice Jantz (p. 101): “They contributed centrally to devolping the Christian and humanist poetic image of the Noble Savage” (Ellos contribuyeron centralmente a devolver la imagen poética cristiana y humanista del Noble Salvaje), y luego sus discípulos como la cultura ilustrada y liberal, han tildado la historia latinoamericana con tres pecados originales: la colonización ibérica violenta, el catolicismo amalgamado con ella, y el corrompido «mestizaje».

Frente a esta historia marcada por tanta desgracia se alzaría la civilizada, pura y respetuosa presencia anglosajona y protestante. Los iniciadores de la «leyenda negra» reconocen en Las Casas un defensor de los derechos del indio, pero habría sido tal como táctica para lograr encarnar su espíritu antiespañol. Esta interpretación denigratoria nace a propósito para sostener posiciones que nada tienen que ver con la posición lascasiana.


2. La «leyenda negra» anticatólica

Precisamente en este tiempo, el protestante calvinista Theodor de Bry funda su casa editora en Frankfurt con el fin de combatir con la imprenta al catolicismo y el papado, intentando dar un golpe a la España Católica considerada como el brazo secular del mismo. Entre 1590 e 1623 publica la «Colección sobre los Grandes y Pequeños viajes de las Indias», de autores principalmente protestantes, algunos de los cuales eran piratas al servicio de los Estados Protestantes como Inglaterra, traducidos al latín o al alemán (Walter Raleig, Francis Drake, Oliver Noor, Thomas Candisch, Jacques Lemoyne, Jean Lery).

Siguen algunas traducciones en holandés, inglés, francés, alemán, y usa también autores españoles que habían escrito sus memoriales a los Reyes españoles, como Las Casas, que lo habían hecho con una finalidad totalmente opuesta a cuanto De Bry ahora se proponía instrumentalizar. El trabajo, en 22 libros con numerosas ilustraciones imaginarias, con sus correspondientes explicaciones novelescas, será continuado por los hijos de De Bry, Juan Israel y Juan Teodoro. Las famosas publicaciones en forma de «historietas» alcanzaron los 45 volúmenes con diversas ediciones. 

¿Cómo había nacido la obra? De Bry había usado la citada obra antiespañola del milanés, expulsado de Milán, Gerolamo Benzoni. Este autor había inventado totalmente toda una historia y extiende a épocas y regímenes diferentes supuestas e inauditas crueldades, que entonces se convertirán sinónimas en la historiografía protestante y más tarde en la ilustrada, y en parte continuada por la positivista y romántica sobre la conquista española en América.

De Bry ejemplifica las tesis de Benzoni en 75 dibujos llenos de horror y de barbaries crueles. Un tercer autor traducido por De Bry es el hugonote francés Urbain Chauveton, que traduce al francés la obra de Benzoni y que De Bry publica en latín en 1594 y en 1596. En una glosa de más de cien folios, Chauveton cualifica al imperio español como un imperio satánico, y a los españoles como hombres crueles por naturaleza, que ponen su crueldad, injusticias y crímenes al servicio de la evangelización católica de los papistas, dibujada a través de imágenes iconográficas de monstruos y de figuras horribles.

Es interesante notar que los autores han tomado como modelo las reproducciones anteriormente aparecidas sobre los crímenes cometidos por los calvinistas hugonotes en Francia contra los católicos. Estos autores escribían a partir de una posición ideológica previa, porque conocían los diversos autores españoles «americanos», pero los interpolan y falsifican.

La obras de De Bry fueron continuadas por los autores calvinistas Francis Fletcher (1624), Jean Laët (1633), William Coppier (1645), Thomas Gage (1648), Vincent de Blanc (1648), Alexander Olivier Exmelin (1686), y Francis Froger (1695), quienes acusan al catolicismo de ser fuente de barbarie, y la razón del supuesto genocidio de los indios americanos.

La obra tenía ya desde sus comienzos una finalidad precisa: herir en el corazón la fe católica mostrando como la Corona española no era sino la «lunga manus» del Papado y del catolicismo, una consecuencia nefasta de los mismos y un instrumento satánico de opresión. No hay que olvidar la lucha enconada del calvinismo y del naciente nacionalismo mercantil holandés, ya totalmente unido al liderazgo de los príncipes de Orange y a las Compañías comerciales holandesas de las Indias occidentales y orientales, y contra el dominio español en los Países Bajos.

Esta hostilidad calvinista persigue especialmente a las misiones católicas y a los misioneros católicos dondequiera que se encuentren. Encontramos calvinistas holandeses no solamente a la caza de los galeones ibéricos, y con frecuencia asesinando a los misioneros que viajaban en ellos en las rutas marítimas, dejando libres a los otros pasajeros. Los encontramos encendiendo la persecución anticatólica en casos como los del Japón, en Etiopía, y en otros lugares arrebatados a los portugueses y ocupados por ellos por algún tiempo como en el norte de Brasil, o en las islas de Indonesia y en otros numerosos lugares de las costas de África de Medio y Extremo Oriente.

Esta intolerancia anticatólica se manifiesta inmediatamente en los territorios ocupados por estos grupos calvinistas contra las misiones católicas: expulsan a los jesuitas del territorio brasileño de Pernambuco, conquistado por ellos a los portugueses, privando a la población de las únicas escuelas existentes. Los calvinistas mandan entonces predicadores y maestros para trabajar con los indígenas y con los esclavos negros. En el Congo [antiguo reino africano, actualmente parte en la moderna Angola y en la moderna República Democrática del Congo], arrebatado a los portugueses, impiden la acción misionera de los capuchinos, mandando predicadores y maestros para enseñar el flamenco. Se proponían convertir al calvinismo al rey del Congo, reino entonces independiente, Don García II, eliminando el influjo católico, propósito que no lograron alcanzar.

3. Observaciones sobre el origen de algunas acusaciones por parte de algunos críticos del catolicismo en esta historia:

3.1. La historiografía protestante a partir del siglo XVII, y luego la cultura ilustrada-liberal, han acusado la historia latino-americana de tres pecados originales: la violenta «colonización» ibérica, el catolicismo del que ella se encontraba empapada, y el corrompido mestizaje antropológico y cultural fruto de aquel encuentro.

3.2. A esta historia, estigmatizada por tanta ruina se contrapondría la respetuosa presencia del mundo protestante, tanto anglosajón en los Estados Unidos de Norteamérica, como el reformado calvinista en otros lugares de África del Sur y del Oriente asiático. Estas presencias protestantes-calvinistas habrían considerado aquellas tierras como “tierras bíblicamente prometidas” al nuevo pueblo cristiano reformado, tierras de libertad y de progreso, mientras que «indios» o «negros» serían tratados como una nueva versión de pueblos cananeos vetotestamentarios destinados a la sujeción y al exterminio, en favor del nuevo pueblo elegido.

Las Iglesias de la Reforma en algunos de sus escritos, así como muchas de las sectas para-cristianas fundamentalistas protestantes de origen norteamericano actuales, han considerado desde antiguo a los pueblos católicos latinoamericanos como pueblos sincretistas y paganos, con falsos barnices cristianos. Para ellos el catolicismo sería una forma sincretista y carnal de un cristianismo paganizado.

Ya a partir del siglo XIX, el poder económico y político norteamericano apoyó fuertemente esta tesis de neo-imperialismo comercial en la América latina, con la ayuda de los regímenes liberales casi siempre apoyados claramente por una masonería fuertemente radical en sentido anticatólico. Las compañías comerciales procedentes del Norte han apoyado aquella política anticatólica y han estado en el origen de toda una política anticatólica que llega hasta la conclusión del siglo XX; aquellas sectas para-cristianas han sido desde el siglo XIX instrumentos eficaces de tal política.

3.3. Según algunos autores sostenedores de la «leyenda negra», en la América ocupada por los conquistadores y descubridores ibéricos habría comenzado inmediatamente un genocidio sistemático de su población indígena tras el encuentro trágico entre los españoles recién llegados con la primera expedición de Cristóbal Colón y los indígenas de las islas del Caribe, con las guerras de conquista, los trabajos forzados, los castigos inhumanos, las enfermedades contraídas en el contacto con los recién llegados y la evangelización forzada bajo la amenaza de la espada.

Los conquistadores ibéricos habrían generado un sistema inicuo que ha durado hasta nuestros días, imponiendo por la fuerza una lengua, una cultura y una fe religiosa. “La espada que mataba de día el cuerpo, de noche mataba el alma del indio”, vienen a sostener tale autores. Algunos de ellos, entre los que se encuentran algunos miembros de la Comisión de Estudios de Historia de la Iglesia en América Latina (CEHILA), insisten sobre esta visión dialéctica de la historia, según el conocido método dialéctico propuesto por las corrientes marxistas.

Esta falange de críticos radicales encuentra, por ejemplo, una expresión apropiada en la obra del uruguayo Eduardo Galeano, «Las venas abiertas de América Latina» y en múltiples ensayos de este tipo.

4. La América imaginada por Theodor de Bry y las «crueldades» de la conquista española

Theodor de Bry ofrece diversas imágenes de América a través de su obra en varias entregas: Americae…, obra a la que dieron continuidad los herederos del autor, especialmente su hijo Johann Théodor (1561-1623). De Bry acerca a Europa una imagen fantástica e ideológicamente recreada de América, pretendiendo basarse en noticias y crónicas de viajes, entre otras las de Jean de Léry, Hans Staden, Antonio de Herrera, Sebald de Weert, Geronimo Benzoni y fray Bartolomé de las Casas.

Se trata de la visión gráfica más difundida a finales del siglo XVI y durante el XVII, hecha desde una perspectiva cultural de prospectiva religiosa explícitamente anticatólica, y desde una imaginación eurocéntrica, por lo que las formas anatómicas de los indígenas y la arquitectura de las escenas no se ajustan con fidelidad a la realidad que se dice describir. Pero sobre todo dibuja una América inexistente donde se habría dado rienda suelta a las atrocidades cometidas por los conquistadores católicos españoles, fruto de su salvajismo y crueldad puestos al servicio del catolicismo romano. Su Americae pretende retratar una serie de grandes viajes en los que de De Bry dice inspirarse y es una narración secuencial, seriada. Los libros dedicados a la conquista y colonización de los españoles, se basan en textos de escritores como el de Benzoni, Novae Novi Orbis Historia, y el de Bartolomé de las Casas, Brevísima relación de la destrucción de las Indias, que alimentan la llamada leyenda negra, sin pretenderlo en absoluto en el caso de Las Casas.

Las imágenes con las que describe la conquista española son terroríficas, como sus ilustraciones donde nativos de Perú, acusados de sodomía, supuestamente son devorados por los perros salvajes de Balboa. El conjunto de estas ilustraciones constituye un ejemplo excepcional del papel de la recientemente inventada imprenta, en el campo de la comunicación social en la difusión de las novedades del mundo de la modernidad, y del valor comunicativo de un medio tan novedoso como era entonces la imprenta y la publicación de libros.

Las imágenes de los libros de Theodor de Bry sobre America fueron editadas en diferentes entregas entre 1590 y 1634, muchas de ellas coloreadas. Se publicaron inicialmente en latín y alemán, pero enseguida fueron traducidas a otras lenguas. En su obra, De Bry recoge más de un centenar de ilustraciones imaginadas y que demuestran el papel de la imprenta en la construcción de la imagen americana: nativos, dura conquista, crímenes de los conquistadores…, difundidas en Europa con el preciso propósito difamador ya señalado y nunca escondido por el Autor y sus herederos.

La Obra de Theodor de Bry “Américae…”, que consta de varios libros nos hace ver este estilo, muy cuidado y tipográficamente se puede decir que artísticamente óptimo y atractivo, a base de imágenes ilustrativas. Para ceñirnos al mundo iberoamericano encontramos toda una serie de imágenes coloreadas que hablan por sí solas de la mentalidad que las creó y plasmó de manera imaginativa, con un fuerte fin ideológico muy lejano de la realidad histórica.

Así en el libro III con la portada de la parte tercera de su Americae, describe el modo de vida de los habitantes de Brasil. Las ilustraciones están basadas en los textos de Jean de Léry (1578) y de Hans Staden (1557), que habían recorrido la zona y describieron las costumbres de los indios tupí.

La portada del libro IV de Americae, está basada a partir de un texto de Jerónimo Benzoni Novae Novi Orbis Historia (Venecia, 1565), en el que se refiere, por ejemplo, el primer viaje de Cristóbal Colón a América en 1492. Benzoni viajó, según afirma él, a América desde Sanlúcar de Barrameda, España, en 1541, aunque hay historiadores que lo ponen en duda.

Para la Portada de la parte quinta de Americae, aparecida en 1594, De Bry se basa también en el texto de Gerolamo Benzoni Novae Novi Orbis Historia (Venecia, 1565). La página muestra una alegoría del acuerdo de Pizarro y Almagro, sellado en Panamá, para la conquista de Perú, así como los trabajos penosos de los indios en el acarreo de oro a través del itsmo de Panamá.

En el libro VI se dibuja a Francisco Pizarro, Diego de Almagro y al padre Hernando de Luque pactando el reparto de las riquezas que esperaban encontrar en Perú. En el libro VIII dibuja escenas de la primera colonia española a Buenos Aires. En 1535, Pedro de Mendoza y varios centenares de hombres iniciaron la colonización de Buenos Aires. Las relaciones con los indios, inicialmente buenas, se hicieron tensas por causa de la escasez de comida. Éstos robaron un caballo, que comieron, como también los cuerpos de los españoles que capturaron.

La portada del libro IX da cuenta de los primeros viajes de los holandeses a América del Sur. La portada del libro X de Americae presenta la empresda oceánica de Magallanes, iniciada bajo el Rey de Castilla Fernando de Aragón. La portada del libro XI homenajea a los navegantes que surcaron América del Sur: Willem Cornelis Schouten, Fernando de Magallanes, y también Francis Drake, Noort, Cavendish y Spilbergen.

La portada del libro XII, editado en 1623. Edición revisada, con detalles acerca de las naciones, ciudades, economía y características de América. El libro XIII, trata del viaje del inglés Oliver Leagh a la Guayana en 1605, durante el cual el capitán St. John desembarcó con varios marineros y entabló relaciones comerciales con los habitantes del lugar. Inesperadamente, los indios atacaron a los ingleses con gran ferocidad en una batalla que duró varios días. Los europeos huyeron hacia la costa venezolana de la Guaira.

Teodoro de Bry dedica también parte de su obra a las empresas inglesas en Norteamérica. Así representa un mapa, que probablemente se basaba en otro de John White, que había acompañado el primer viaje de Walter Raleigh, y que había sido gobernador de la colonia de Raleigh en Roaneke Island. El mapa fue impreso en “A Brief and True Report of the New Found Land of Virginia” por Thomas Harriot, y publicado en 1588.

Harriot escribió que “Because of the many islands on the seacoast of Virginia it was difficult to discover an entry to the mainland....Before we came upon an entrance we made many attempts at different places.... Sailing farther, we reached a large island. As soon as the inhabitants of this island caught sight of us, they set up a loud and terrible outcry, as if they had never before seen men dressed as we were, and they ran off screaming like beasts and yelling like madmen. But we called them back and offered them presents....Convinced of our good intentions and kindness, they slowly approached and made us welcome.... Thus we reached the part of the world called Virginia”.

En 1594 De Bry publicó una colección de mapas: «Collectiones Peregrinationum in Indiam»… En uno de los mapas Tabula Chorographica, se han inspirado una serie de sellos [estampillas] de correos emitidos por Anguilla y Jamaica, aunque en el sello de Anguilla contiene algunos errores anacrónicos en la reproducción y que no se encuentran en las correspondientes imágenes del mapa de De Bry, como por ejemplo las naves reproducidas son las carabelas de Colón, ausentes en el mapa de De Bry. Mientras que en el de Jamaica corresponde mayormente al mapa de De Bry y contiene una inscripción debajo del mapa de la isla que dice: “Hoc loco prima dessensio orta, et pugna commisea inter Hispanos,” que es una referencia al motín que hicieron algunos miembros de la tripulación de Colón durante su cuarto viaje.

Otros errores cometidos se refieren al hecho de colocar a los «indios» (indígenas americanos) en diferentes hemisferios en el mismo dibujo. Todavía, en 1590, cuando De Bry contaba 62 años y él y sus dos hijos comenzaban con el enorme proyecto, recogían cuantos dibujos y descripciones reales o imaginarias de los nuevos viajes de exploración caían en sus manos, para incorporarlos a su obra.

En 1634 la familia De Bry había elaborado varios centenares de llamativas ilustraciones y de placas de cobre para imprimirlas. Los De Bry rediseñaron los dibujos y redactaron las historias ilustradas que los acompañaban. Ignoraban la realidad antropológica de los indígenas americanos, por lo que en sus dibujos los pintan como si fuesen griego-romanos. Mezclan elementos culturales de origen imaginario siguiendo cánones europeos del momento, y presentan el mundo americano al mundo europeo de ese tiempo como si se tratase de una imagen de aquella realidad y mundo tan lejanos.

Los calvinistas De Bry eran gente ignorante del mundo marino; desconocían totalmente el Nuevo Mundo en todos sus aspectos, y su empresa ya desde sus comienzos se proponía lanzar una serie de acusaciones contra el catolicismo y contra los españoles y portugueses que habían llegado al Nuevo Mundo. Sus figuras ofrecen representaciones de salvaje canibalismo por parte de los indígenas, matando y comiendo españoles; torturas indecibles y matanzas por parte de los conquistadores y colonos ibéricos; ritos abominables por parte del mundo indígena; figuras grotescas; ansia de tesoros y búsqueda del oro por parte de los conquistadores, en una cadena ininterrumpida de abominaciones de toda clase.

Precisamente cuando los De Bry publicaban la serie de sus libros ilustrados, el mundo protestante anglosajón y el calvinista comenzaban su explotación metódica de aquellas poblaciones indias en América, y se apropiaban de la trata de esclavos africanos que, arrancados de África, transportaban al Nuevo Mundo; especialmente a las islas antillanas, a las colonias inglesas de Norteamérica y a los territorios que luego arrebatarán a Portugal en el norte del actual Brasil.

Los calvinistas De Bry debían justificar aquella trata de esclavos africanos y el exterminio de los indios o su esclavitud, por lo que tratan de representarlos como gentes salvajes y degeneradas, y sin ninguna moral mínima, por lo que se podía justificar su explotación e incluso exterminio, como si se tratase de los pueblos cananeos del Antiguo Testamento, cuyas tierras habían sido invadidas por el Pueblo elegido (el Israel bíblico) por mandato divino, y al que le había concedido aquellas tierras como la nueva tierra de la promesa.

Los De Bry crearon así una imagen del Nuevo Mundo invadido por los degenerados católicos ibéricos, de indios también salvajes y degenerados, y que finalmente, los reformados protestantes podían adueñarse de aquel Nuevo Mundo eliminando a los antiguos habitantes, nuevos «cananeos». Crearon así la primera iconografía del indio americano, degenerado y no sujeto de algún derecho fundamental; mentalidad que se impondrá largamente en aquel mundo de raíces culturales calvinistas y protestantes hasta prácticamente nuestros tiempos contemporáneos.

A pesar de esto es innegable la belleza artística de las placas creadas por los De Bry, pero crearon imaginariamente un falso mundo nuevo y fantástico, desde una perspectiva totalmente eurocéntrica.

NOTAS


BIBLIOGRAFÍA

BUCHER, B., Icon and Conquest: A Structural Analysis of Illustrations of de Bry's Great Voyages, The University of Chicago Press, Chicago1981.

MAYOR, A.H., Prints & People: A Social History of Printed Pictures, The Metropolitan Museum of Art, New York, 1971. The Age of The Marvelous, (Joy Kenseth, ed.) Hood Museum of Art - Dartmouth College, Hanover, NH 1991.

PARKS, G.B., Richard Hakluyt and the English Voyages, American Geographical Society, New York 1928, pp. 161-163.

                  IVINS, W.M., Jr., How Prints Look, Beacon Press, Boston, 1943 (revisto en 1987.) (De Bry sólo viajó a Inglaterra y no se encontró con el explorador inglés Hakluyt.). 

THEODORE DE BRY, Great Voyages, Part IV, publicado en 1594. Todas las imágenes de esta obra pueden verse en: http://digital.lib.uh.edu/cdm4/about_collection.php?CISOROOT=/p15195coll39. Jacques Le Moyne de Morgues, University of Houston Digital Library: Theodor de Bry's America digital.lib.uh.edu/collection/p15195coll39

Theodor de Bry | Flemish-German engraver | Britannica.com www.britannica.com/biography/Theodor-de-Bry

INFOAMÉRICA - La América de Théodore de Bry www.infoamerica.org/museo/expo_bry/bry000.htm Contents of Grand Voyages. (German and Latin Editions). Bry ... hdl.loc.gov/loc.rbc/rbdk.d031 Kraus Collection of Sir Francis Drake; Grands Voyages. The Library of Congress holds nearly 100 copies of de Bry's Grands Voyages; America. [PDF]Theodore De Bry's Images for America:https://archiv.ub.uni-heidelberg.de/.../Keazor_The...

Theodor De Bry's Grand Voyages Early ... - Philadelphia Print Shop: www.philaprintshop.com/debry.html

Theodor De Bry - Biblioteca Panizzi: panizzi.comune.re.it/Sezione.jsp?titolo=Theodor+De+Bry&idSezione... Impresos de Theodor De Bry‎: www.allposters.it/‎

FIDEL GONZÁLEZ FERNÁNDEZ