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==NUEVAS NUBES DE TORMENTA ANTIRRELIGIOSA==
 
==NUEVAS NUBES DE TORMENTA ANTIRRELIGIOSA==
  
Fin del «maximato» y surgimiento del «presidencialismo feroz»
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==Fin del «maximato» y surgimiento del «presidencialismo feroz»==
  
A la sombra política de Plutarco Elías Calles creció el joven Lázaro Cárdenas del Río, y en 1934 el  «jefe máximo de la revolución» lo designó a como candidato a la presidencia de la República por el Partido Nacional Revolucionario (PNR) para el periodo 1934-1940, que sería el primer «sexenio» pues antes el periodo presidencial era de cuatro años. Pero el joven Cárdenas, había crecido doctrinalmente bajo la sombra de un socialista radical: Francisco J. Mújica,  y gradualmente fue adoptando la ideología jacobina que éste le acercó.
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A la sombra política de Plutarco Elías Calles creció el joven Lázaro Cárdenas del Río, y en 1934 el  «jefe máximo de la revolución» lo designó a como candidato a la presidencia de la República por el Partido Nacional Revolucionario (PNR) para el periodo 1934-1940, que sería el primer «sexenio» pues antes el periodo presidencial era de cuatro años. Pero el joven Cárdenas, había crecido doctrinalmente bajo la sombra de un socialista radical: Francisco J. Mújica,<ref>Francisco José Mújica (1884-1954) nació en Michoacán.  Ingresó al Seminario de Zamora donde concluyó los estudios de filosofía, pero no siguió los de Teología y abandonó el Seminario. Se trasladó a la ciudad de México donde colaboró con los hermanos Flores Magón, familiarizándose con el marxismo de Enrique y el anarquismo de Ricardo, ideologías que adoptó desde entonces. En Michoacán encabezó la revolución carrancista y en 1916 fue designado diputado al [[MÉXICO;_Camino_del_nacimiento_de_un_estado_laico_(III) | Congreso Constituyente]], donde dirigió la redacción jacobina de los [[MÉXICO;_Constitución_de_1917;_artículos_antirreligiosos. | artículos antirreligiosos de la Constitución]]. En el gobierno de Lázaro Cárdenas fue Secretario de Comunicaciones y Obras Públicas. Después de ser desplazado de la candidatura por el partido oficial a la Presidencia se le dio como “premio de consolación” la gubernatura del territorio de Baja [[CALIFORNIA;_Misiones | California]]. Falleció en la ciudad de México en abril de 1954.</ref> y gradualmente fue adoptando la ideología jacobina que éste le acercó.
  
La persecución religiosa continuó durante el «maximato», como lo denunciaba el Papa Pío XI en su encíclica «Acerba animi» del 29 de septiembre de 1932: “... violadas abiertamente las condiciones estipuladas en la conciliación, se levantó una nueva persecución cruel…” Sin embargo esa persecución renovada tuvo en el socialismo un nuevo ingrediente: la ideología marxista.   
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La persecución religiosa continuó durante el «[[MAXIMATO;_Los_presidentes_del_periodo | maximato]]», como lo denunciaba el Papa Pío XI en su encíclica «Acerba animi» del 29 de septiembre de 1932: ''“... violadas abiertamente las condiciones estipuladas en la conciliación, se levantó una nueva persecución cruel…”'' Sin embargo esa persecución renovada tuvo en el socialismo un nuevo ingrediente: la ideología marxista.   
  
Ya desde la campaña presidencial de Cárdenas se fue haciendo explícito en signos y propuestas un socialismo inspirado en el bolchevismo soviético; así la hoz y el martillo presidía muchos de los afiches propagandísticos del «Plan sexenal 1934-1940» del PNR, y el 20 de julio de 1934, acompañado por Calles, Cárdenas pronunció el «grito de Guadalajara» afirmando: “Es necesario que entremos al nuevo periodo de la Revolución (…)debemos entrar y apoderarnos de las conciencias de la niñez, de las conciencias de la juventud, porque son y deben pertenecer a la Revolución”
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Ya desde la campaña presidencial de Cárdenas se fue haciendo explícito en signos y propuestas un socialismo inspirado en el bolchevismo soviético; así la hoz y el martillo presidía muchos de los afiches propagandísticos del «Plan sexenal 1934-1940» del PNR, y el 20 de julio de 1934, acompañado por Calles, Cárdenas pronunció el «grito de Guadalajara» afirmando: ''“Es necesario que entremos al nuevo periodo de la Revolución (…)debemos entrar y apoderarnos de las conciencias de la niñez, de las conciencias de la juventud, porque son y deben pertenecer a la Revolución”''
  
Esa «expropiación de las conciencias», propia de los totalitarismos fascistas y marxistas, no quedó en palabras. El 11 de octubre de ese mismo año el Congreso modificó el artículo 3°: “La educación que imparta el Estado será socialista y, además de excluir toda doctrina religiosa, combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear a la juventud un concepto racional y exacto del Universo y de la vida social. Solo el Estado impartirá educación.”
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Esa «expropiación de las conciencias», propia de los totalitarismos fascistas y marxistas, no quedó en palabras. El 11 de octubre de ese mismo año el Congreso modificó el artículo 3°: ''“La educación que imparta el Estado será socialista y, además de excluir toda doctrina religiosa, combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear a la juventud un concepto racional y exacto del Universo y de la vida social. Solo el Estado impartirá educación.”''
Las pocas escuelas católicas que habían empezado a funcionar tras los “arreglos” fueron nuevamente clausuradas, incluso con lujo de fuerza como fue el caso del Colegio Teresiano de Puebla, donde los padres de familia que protestaban por su clausura fueron atacados a balazos, con el resultado de varios muertos y gran número de heridos.   
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Las pocas escuelas católicas que habían empezado a funcionar tras los “arreglos” fueron nuevamente clausuradas, incluso con lujo de fuerza como fue el caso del Colegio Teresiano de Puebla, donde los padres de familia que protestaban por su clausura fueron atacados a balazos, con el resultado de varios muertos y gran número de heridos.<ref>Cfr. Enrique Cordero y Torres, ''Historia compendiada del Estado de Puebla'', Vol. III, p. 122</ref>
El régimen empezó a impartir a los niños  una supuesta, inapropiada e inmoral  «educación sexual», y mientras cancelaba los incipientes retoños de la educación católica, por otro lado el Gobierno promocionaba la penetración de las sectas norteamericanas. En 1935 y con el decidido apoyo de Cárdenas, el presbiteriano Moisés Saénz, formado en los Estados Unidos y luego subsecretario de Educación en el gobierno de Calles, fundó en 1935 el «Instituto Lingüístico de verano» que estableció los primeros grupos protestantes en las poblaciones indígenas del sureste de México,  bajo el pretexto de “estudiar la fonología y morfología de las lenguas indígenas de México”.  
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Siguiendo las acciones propuestas por Mújica y el líder obrero Vicente Lombardo Toledano, el presidente Cárdenas dio fin al «maximato» expulsando de México nada menos que a Plutarco Elías Calles el 10 de abril de 1936. Todas las atribuciones meta-constitucionales que Calles se había abrogado como «jefe máximo» fueron absorbidas por Cárdenas, dando así lugar a un «presidencialismo feroz», el cual continuó con la hostilidad y persecución al pueblo católico.   
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El régimen empezó a impartir a los niños  una supuesta, inapropiada e inmoral  «educación sexual», y mientras cancelaba los incipientes retoños de la [[ASOCIACIÓN_URUGUAYA_DE_EDUCACIÓN_CATÓLICA | educación católica]], por otro lado el Gobierno promocionaba la penetración de las [[PERSECUSIÓN_EN_GUATEMALA;_La_invasión_de_las_sectas_fundamentalistas | sectas]] norteamericanas. En 1935 y con el decidido apoyo de Cárdenas, el presbiteriano Moisés Saénz, formado en los Estados Unidos y luego subsecretario de Educación en el gobierno de Calles, fundó en 1935 el «Instituto Lingüístico de verano» que estableció los primeros grupos protestantes en las poblaciones indígenas del sureste de México,  bajo el pretexto de ''“estudiar la fonología y morfología de las [[MISIONEROS_Y_LENGUAS_EN_HISPANOAMÉRICA | lenguas indígenas]] de México”.''
El Dr. José Macías escribe en su libro La Mártir de Coyoacán que poco antes de la misa de 10 de la mañana, dedicada especialmente a los niños, se presentó en el atrio un grupo de unos 60 jóvenes pertenecientes a los Camisas Rojas que salieron del Ayuntamiento cargando varios botes de gasolina. Desde el atrio los Camisas Rojas empiezan a vociferar contra la Religión y contra la Iglesia, mientras el sacerdote comienza la celebración de la Misa.
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María de la Luz y Lupita (su hermana) se quedan a la puerta de la Iglesia, de cara a la chusma amenazante. Mueve los labios para pedir a Cristo Rey serenidad y fortaleza. Y Cristo se la da. Los que están junto a ella oyen que dice con voz fuerte para que le oigan los de enfrente:-¡El que se atreva a entrar, antes pasará sobre mi cuerpo...! Entonces, disimuladamente, un jovenzuelo se acerca a Maria de la Luz y le dice en voz baja: -Señorita: le suplico que no se quede aquí. Retírese porque vamos a quemar la iglesia. María de la Luz reconoció al muchacho; era de Coyoacán. Ella lo había preparado para la Primera Comunión (...)
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Siguiendo las acciones propuestas por Mújica y el líder obrero Vicente Lombardo Toledano, el presidente Cárdenas dio fin al «[[MAXIMATO;_Los_presidentes_del_periodo | maximato]]» expulsando de México nada menos que a Plutarco Elías Calles el 10 de abril de 1936. Todas las atribuciones meta-constitucionales que Calles se había abrogado como «jefe máximo» fueron absorbidas por Cárdenas, dando así lugar a un «presidencialismo feroz», el cual continuó con la hostilidad y persecución al pueblo católico.   
No se movió de su sitio, Cerca de ella estaba un mendigo paralítico. Se oye la campanilla del <Sanctus> que anunciaba la proximidad de la Consagración. Desde fuera los Camisas Rojas notan que la gente se arrodilla. Esto los irrita y lanzan insultos y blasfemias ¡Mueran los Curas! ¡Maldita la Iglesia! (...) Se escucha de pronto una valiente voz: -¡Los que tengan valor, que vengan a la puerta! Unas veinte personas se levantaron y siguieron al que había hablado. Van señoritas, obreros y aun algunas mamás con sus niños de la mano. María de la Luz se queda en primera fila.
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Las blasfemias y maldiciones de la hueste rojinegra eran contrarrestadas por los gritos resueltos de los católicos: ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen de Guadalupe! (...) Ante esta resistencia inesperada, el jefe rojinegro decide cambiar de táctica. Hay que atacar matando... Y vino el grito que era orden y contraseña: ¡Viva la Revolución! Las pistolas empezaron a funcionar. Ya antes de que se diera la orden de ataque, varios Camisas Rojas habían apuntado sus revólveres a María de la Luz para amedrentarla y hacerla callar; pero ella no retrocedió ni se ocultó. Era lógico que los primeros disparos fueran contra ella. Una bala atravesó su pecho virginal y le impidió terminar el grito, cuya última palabra se ahogó en su garganta: ¡Viva Cristo ...! Su precioso cuerpo se desplomó blandamente entre los brazos de su valiente hermana Guadalupe, quien no se apartó de ella un solo momento. Siguióse una balacera y una gran confusión. Además de María de la Luz, otras cuatro personas cayeron heridas de muerte: el mendigo tullido, dos terciarios franciscanos, Angel Calderón, comerciante, Inés Mendoza y otro joven más. Se dice que también murieron varios niños, pero fueron rápidamente recogidos y ocultados por sus madres.
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El Dr. José Macías escribe en su libro ''La Mártir de Coyoacán'' que poco antes de la misa de 10 de la mañana, dedicada especialmente a los niños, se presentó en el atrio un grupo de unos 60 jóvenes pertenecientes a los Camisas Rojas que salieron del Ayuntamiento cargando varios botes de gasolina. Desde el atrio los Camisas Rojas empiezan a vociferar contra la Religión y contra la Iglesia, mientras el sacerdote comienza la celebración de la Misa.
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''María de la Luz y Lupita (su hermana) se quedan a la puerta de la Iglesia, de cara a la chusma amenazante. Mueve los labios para pedir a [[CRISTO_REY;_La_fiesta_de_los_laicos | Cristo Rey]] serenidad y fortaleza. Y Cristo se la da. Los que están junto a ella oyen que dice con voz fuerte para que le oigan los de enfrente:-¡El que se atreva a entrar, antes pasará sobre mi cuerpo...! Entonces, disimuladamente, un jovenzuelo se acerca a Maria de la Luz y le dice en voz baja: -Señorita: le suplico que no se quede aquí. Retírese porque vamos a quemar la iglesia. María de la Luz reconoció al muchacho; era de Coyoacán. Ella lo había preparado para la Primera Comunión (...)''
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''No se movió de su sitio, Cerca de ella estaba un mendigo paralítico. Se oye la campanilla del <sanctus> que anunciaba la proximidad de la Consagración. Desde fuera los Camisas Rojas notan que la gente se arrodilla. Esto los irrita y lanzan insultos y blasfemias ¡Mueran los Curas! ¡Maldita la Iglesia! (...) Se escucha de pronto una valiente voz: -¡Los que tengan valor, que vengan a la puerta! Unas veinte personas se levantaron y siguieron al que había hablado. Van señoritas, obreros y aun algunas mamás con sus niños de la mano. María de la Luz se queda en primera fila.''
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''Las blasfemias y maldiciones de la hueste rojinegra eran contrarrestadas por los gritos resueltos de los católicos: ¡Viva [[CRISTO_REY;_La_fiesta_de_los_laicos | Cristo Rey]]! ¡Viva la Virgen de Guadalupe! (...) Ante esta resistencia inesperada, el jefe rojinegro decide cambiar de táctica. Hay que atacar matando... Y vino el grito que era orden y contraseña: ¡Viva la Revolución! Las pistolas empezaron a funcionar. Ya antes de que se diera la orden de ataque, varios Camisas Rojas habían apuntado sus revólveres a María de la Luz para amedrentarla y hacerla callar; pero ella no retrocedió ni se ocultó. Era lógico que los primeros disparos fueran contra ella. Una bala atravesó su pecho virginal y le impidió terminar el grito, cuya última palabra se ahogó en su garganta: ¡Viva Cristo ...! Su precioso cuerpo se desplomó blandamente entre los brazos de su valiente hermana Guadalupe, quien no se apartó de ella un solo momento. Siguióse una balacera y una gran confusión. Además de María de la Luz, otras cuatro personas cayeron heridas de muerte: el mendigo tullido, dos terciarios franciscanos, Angel Calderón, comerciante, Inés Mendoza y otro joven más. Se dice que también murieron varios niños, pero fueron rápidamente recogidos y ocultados por sus madres''.
  
 
Otro ejemplo del resurgimiento de la persecución en el régimen cardenista es el martirio del Padre Pedro de Jesús Maldonado. El 10 de febrero de 1937 era Miércoles de Ceniza. Pasó el día confesando, predicando e imponiendo la ceniza. Como a las tres de la tarde se presentó en la casa de la ranchería Boquilla del Río un grupo de hombres armados y borrachos, que iban a detener al padre. El sacerdote quería salir a hablar con ellos, pero las personas que estaban con él se opusieron y le hicieron salir por una puerta trasera para esconderse en un cuarto abandonado que había en la huerta cercana.
 
Otro ejemplo del resurgimiento de la persecución en el régimen cardenista es el martirio del Padre Pedro de Jesús Maldonado. El 10 de febrero de 1937 era Miércoles de Ceniza. Pasó el día confesando, predicando e imponiendo la ceniza. Como a las tres de la tarde se presentó en la casa de la ranchería Boquilla del Río un grupo de hombres armados y borrachos, que iban a detener al padre. El sacerdote quería salir a hablar con ellos, pero las personas que estaban con él se opusieron y le hicieron salir por una puerta trasera para esconderse en un cuarto abandonado que había en la huerta cercana.
Aunque había logrado esconderse, se entregó a los soldados porque estos amenazaron de quemar la casa con sus habitantes. Pero antes logró recoger la Eucaristía que conservaba en un cuarto convertido en capilla. Fue atado y obligado a caminar descalzo por delante de los caballos de los soldados. Los cristianos que se habían concentrado en aquel rancho para asistir a la misa lo seguían detrás. El sacerdote rezaba el rosario en voz alta y los cristianos le respondían a pesar de las mofas de los soldados. Parecía una versión moderna del Viernes Santo camino del Calvario. En el camino una mujer, llena de compasión, le ofreció algo de comer.
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Lo llevaron a la presidencia, al piso superior, donde lo apalearon. El jefe de los políticos de la región, Andrés Rivera, le golpeó la cabeza con la culata de su pistola quebrándole el cráneo y haciéndole saltar el ojo izquierdo. Entonces el sacerdote cayó al suelo. De su pecho saltó la caja con las formas consagradas que allí había escondido. Aquel político, que era uno de los verdugos, recogió las Sagradas formas y se las metió en la boca gritándole: "Cómete eso!". Aquella comunión, obtenida a través de su propio verdugo, era la gracia que el padre Pedro había pedido tantas veces a su Señor Eucarístico de poder recibir el Santo Viático en la hora de su muerte.  
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Aunque había logrado esconderse, se entregó a los soldados porque estos amenazaron de quemar la casa con sus habitantes. Pero antes logró recoger la [[EUCARISTÍA;_distribución_a_los_indios | Eucaristía]] que conservaba en un cuarto convertido en capilla. Fue atado y obligado a caminar descalzo por delante de los caballos de los soldados. Los cristianos que se habían concentrado en aquel rancho para asistir a la misa lo seguían detrás. El sacerdote rezaba el rosario en voz alta y los cristianos le respondían a pesar de las mofas de los soldados. Parecía una versión moderna del Viernes Santo camino del Calvario. En el camino una mujer, llena de compasión, le ofreció algo de comer.
Otras acciones del socialismo cardenista
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En el medio rural Lázaro Cárdenas promocionó la «colectivización» de las tierras, siguiendo el modelo de los «koljós» establecidos en la Unión Soviética, burdamente ocultos en la tradición de los «ejidos» que la Corona española estableció en los tiempos del Virreinato para proteger a los pueblos indígenas, y que fueron destruidos por las Leyes de Reforma.
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Lo llevaron a la presidencia, al piso superior, donde lo apalearon. El jefe de los políticos de la región, Andrés Rivera, le golpeó la cabeza con la culata de su pistola quebrándole el cráneo y haciéndole saltar el ojo izquierdo. Entonces el sacerdote cayó al suelo. De su pecho saltó la caja con las formas consagradas que allí había escondido. Aquel político, que era uno de los verdugos, recogió las Sagradas formas y se las metió en la boca gritándole: "Cómete eso!". Aquella comunión, obtenida a través de su propio verdugo, era la gracia que el padre Pedro había pedido tantas veces a su Señor Eucarístico de poder recibir el Santo Viático en la hora de su muerte.<ref>Fue beatificado el 22 de noviembre de 1992 y canonizado el 21 de mayo del año 2000, por S.S. Juan Pablo II.</ref>
“Los zapatistas de Guerrero y de Puebla denunciaban la miseria de los «ejidatarios…sujetos al despojo de sus tierras o al servicio de las armas en apoyo de las pasiones políticas y demás concupiscencias de sus explotadores, de la destrucción de la Religión de Cristo, y perversión de la niñez”.                              
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De manera simultánea al socialismo implementado en el ámbito político, social, educativo y económico, el régimen Cardenista se caracterizó también por su política exterior de total apoyo a todo lo que favoreciera a la «revolución mundial»,  mientras guardaba silencio  ante aquello que pudiera perjudicarla.
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==Otras acciones del socialismo cardenista==
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En el medio rural Lázaro Cárdenas promocionó la «colectivización» de las tierras, siguiendo el modelo de los «koljós» establecidos en la Unión Soviética, burdamente ocultos en la tradición de los «ejidos» que la [[CORONA_ESPAÑOLA:_Su_papel_en_la_evangelización_y_en_los_derechos_del_indio | Corona española]] estableció en los tiempos del Virreinato para proteger a los pueblos indígenas, y que fueron destruidos por las [[MÉXICO._Reforma,_Guerra_y_Leyes_de | Leyes de Reforma]].
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''“Los zapatistas de Guerrero y de Puebla denunciaban la miseria de los «ejidatarios…sujetos al despojo de sus tierras o al servicio de las armas en apoyo de las pasiones políticas y demás concupiscencias de sus explotadores, de la destrucción de la Religión de Cristo, y perversión de la niñez”.''<ref>Manifiesto común (1936) de Guerrero, Puebla, Oaxaca, de Juventino Montaño y Baraquiel Laurences. Citado por Jean Meyer, [[CRISTIADA | La Cristiada]] Vol. I, p. 379</ref>                           
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De manera simultánea al socialismo implementado en el ámbito político, social, educativo y económico, el régimen Cardenista se caracterizó también por su política exterior de total apoyo a todo lo que favoreciera a la «revolución mundial»,<ref>Entre otras acciones está el hecho de haber sido México uno de los primeros países que enviaron armas al Frente Popular durante la Guerra Civil Española.</ref>mientras guardaba silencio  ante aquello que pudiera perjudicarla.<ref>Como fue el silencio guardado ante la invasión de la Unión Soviética a Finlandia.</ref>
  
 
Pero también su política exterior se caracterizó por una actitud sumisa ante el gobierno de los Estados Unidos, incluso en lo que sería su mayor «timbre de orgullo»: la expropiación petrolera de 1938, la cual fue previamente consensuada y avalada por el gobierno norteamericano, apoyo explicitamente manifiesto por el propio presidente Cárdenas que en una carta dirigida al entonces embajador de los Estados Unidos en México Josephus Daniels  le dice:
 
Pero también su política exterior se caracterizó por una actitud sumisa ante el gobierno de los Estados Unidos, incluso en lo que sería su mayor «timbre de orgullo»: la expropiación petrolera de 1938, la cual fue previamente consensuada y avalada por el gobierno norteamericano, apoyo explicitamente manifiesto por el propio presidente Cárdenas que en una carta dirigida al entonces embajador de los Estados Unidos en México Josephus Daniels  le dice:
  
“Mi gobierno considera que la actitud adoptada por el gobierno de los Estados Unidos de América, en el caso de la expropiación de las empresas petroleras (que en México eran en ese momento 70% europeas y 30% norteamericanas) confirme una vez más la soberanía de los pueblos de este Continente, que el estadista del poderoso país de América, Su excelencia el Presidente Roosevelt, ha sostenido entusiastamente. Por esta actitud, Señor embajador, su Presidente y su pueblo han ganado la estimación del Pueblo de México.”  
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''“Mi gobierno considera que la actitud adoptada por el gobierno de los Estados Unidos de América, en el caso de la expropiación de las empresas petroleras (que en México eran en ese momento 70% europeas y 30% norteamericanas) confirme una vez más la soberanía de los pueblos de este Continente, que el estadista del poderoso país de América, Su excelencia el Presidente Roosevelt, ha sostenido entusiastamente. Por esta actitud, Señor embajador, su Presidente y su pueblo han ganado la estimación del Pueblo de México.”''<ref>Josephus Daniels, ''Diplomático en mangas de camisa''. Talleres Gráficos de la Nación, México, 1949, p.289</ref>
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Poco después el desfile del 1° de mayo fue presenciado desde el balcón central del Palacio Nacional por el Presidente Cárdenas, acompañado por el embajador de los Estados Unidos Josephus Daniels.       
 
Poco después el desfile del 1° de mayo fue presenciado desde el balcón central del Palacio Nacional por el Presidente Cárdenas, acompañado por el embajador de los Estados Unidos Josephus Daniels.       
  
 
==NOTAS==
 
==NOTAS==
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==BIBLIOGRAFÍA==
 
==BIBLIOGRAFÍA==
  
CORDERO Y TORRES Enrique, Historia compendiada del Estado de Puebla, Ed. Bohemia Poblana, 3vol. Puebla, 1986
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CORDERO Y TORRES Enrique, ''Historia compendiada del Estado de Puebla'', Ed. Bohemia Poblana, 3vol. Puebla, 1986
 
 
  
DANIELS Josephus, Diplomático en mangas de camisa. Talleres Gráficos de la Nación, México, 1949
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DANIELS Josephus, ''Diplomático en mangas de camisa''. Talleres Gráficos de la Nación, México, 1949
  
LOUVIER CALDERÓN Juan, Historia Política de México, Ed. Trillas, México, 2004
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LOUVIER CALDERÓN Juan, ''Historia Política de México'', Ed. Trillas, México, 2004
  
MACÍAS José  “La Mártir de Coyoacán”. Ed. Tradición, 2 ed., México, 1986
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MACÍAS José  ''“La Mártir de Coyoacán”.'' Ed. Tradición, 2 ed., México, 1986
  
MEYER Jean, La Cristiada, Ed. Siglo XXI,  vol. I. México, 1977
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MEYER Jean, [[CRISTIADA | La Cristiada]], Ed. Siglo XXI,  vol. I. México, 1977
  
  
JUAN LOUVIER CALDERÓN
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'''JUAN LOUVIER CALDERÓN'''
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</sanctus>
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<relatedtags>
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[[CRISTIADA|CRISTIADA]]
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[[MÉXICO._Reforma,_Guerra_y_Leyes_de|MÉXICO. Reforma, Guerra y Leyes de]]
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[[CRISTO_REY;_La_fiesta_de_los_laicos|CRISTO REY; La fiesta de los laicos]]
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[[MISIONEROS_Y_LENGUAS_EN_HISPANOAMÉRICA|MISIONEROS Y LENGUAS EN HISPANOAMÉRICA]]
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[[CALIFORNIA;_Misiones|CALIFORNIA; Misiones]]
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[[CORONA_ESPAÑOLA:_Su_papel_en_la_evangelización_y_en_los_derechos_del_indio|CORONA ESPAÑOLA: Su papel en la evangelización y en los derechos del indio]]
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[[EUCARISTÍA;_distribución_a_los_indios|EUCARISTÍA; distribución a los indios]]
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[[MAXIMATO;_Los_presidentes_del_periodo|MAXIMATO; Los presidentes del periodo]]
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[[ASOCIACIÓN_URUGUAYA_DE_EDUCACIÓN_CATÓLICA|ASOCIACIÓN URUGUAYA DE EDUCACIÓN CATÓLICA]]
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[[PERSECUSIÓN_EN_GUATEMALA;_La_invasión_de_las_sectas_fundamentalistas|PERSECUSIÓN EN GUATEMALA; La invasión de las sectas fundamentalistas]]
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[[MÉXICO;_Constitución_de_1917;_artículos_antirreligiosos.|MÉXICO; Constitución de 1917; artículos antirreligiosos.]]
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[[MÉXICO;_Camino_del_nacimiento_de_un_estado_laico_(III)|MÉXICO; Camino del nacimiento de un estado laico (III)]]
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Revisión actual del 19:25 20 nov 2021

NUEVAS NUBES DE TORMENTA ANTIRRELIGIOSA

Fin del «maximato» y surgimiento del «presidencialismo feroz»

A la sombra política de Plutarco Elías Calles creció el joven Lázaro Cárdenas del Río, y en 1934 el «jefe máximo de la revolución» lo designó a como candidato a la presidencia de la República por el Partido Nacional Revolucionario (PNR) para el periodo 1934-1940, que sería el primer «sexenio» pues antes el periodo presidencial era de cuatro años. Pero el joven Cárdenas, había crecido doctrinalmente bajo la sombra de un socialista radical: Francisco J. Mújica,[1] y gradualmente fue adoptando la ideología jacobina que éste le acercó.

La persecución religiosa continuó durante el « maximato», como lo denunciaba el Papa Pío XI en su encíclica «Acerba animi» del 29 de septiembre de 1932: “... violadas abiertamente las condiciones estipuladas en la conciliación, se levantó una nueva persecución cruel…” Sin embargo esa persecución renovada tuvo en el socialismo un nuevo ingrediente: la ideología marxista.

Ya desde la campaña presidencial de Cárdenas se fue haciendo explícito en signos y propuestas un socialismo inspirado en el bolchevismo soviético; así la hoz y el martillo presidía muchos de los afiches propagandísticos del «Plan sexenal 1934-1940» del PNR, y el 20 de julio de 1934, acompañado por Calles, Cárdenas pronunció el «grito de Guadalajara» afirmando: “Es necesario que entremos al nuevo periodo de la Revolución (…)debemos entrar y apoderarnos de las conciencias de la niñez, de las conciencias de la juventud, porque son y deben pertenecer a la Revolución”

Esa «expropiación de las conciencias», propia de los totalitarismos fascistas y marxistas, no quedó en palabras. El 11 de octubre de ese mismo año el Congreso modificó el artículo 3°: “La educación que imparta el Estado será socialista y, además de excluir toda doctrina religiosa, combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear a la juventud un concepto racional y exacto del Universo y de la vida social. Solo el Estado impartirá educación.” Las pocas escuelas católicas que habían empezado a funcionar tras los “arreglos” fueron nuevamente clausuradas, incluso con lujo de fuerza como fue el caso del Colegio Teresiano de Puebla, donde los padres de familia que protestaban por su clausura fueron atacados a balazos, con el resultado de varios muertos y gran número de heridos.[2]

El régimen empezó a impartir a los niños una supuesta, inapropiada e inmoral «educación sexual», y mientras cancelaba los incipientes retoños de la educación católica, por otro lado el Gobierno promocionaba la penetración de las sectas norteamericanas. En 1935 y con el decidido apoyo de Cárdenas, el presbiteriano Moisés Saénz, formado en los Estados Unidos y luego subsecretario de Educación en el gobierno de Calles, fundó en 1935 el «Instituto Lingüístico de verano» que estableció los primeros grupos protestantes en las poblaciones indígenas del sureste de México, bajo el pretexto de “estudiar la fonología y morfología de las lenguas indígenas de México”.

Siguiendo las acciones propuestas por Mújica y el líder obrero Vicente Lombardo Toledano, el presidente Cárdenas dio fin al « maximato» expulsando de México nada menos que a Plutarco Elías Calles el 10 de abril de 1936. Todas las atribuciones meta-constitucionales que Calles se había abrogado como «jefe máximo» fueron absorbidas por Cárdenas, dando así lugar a un «presidencialismo feroz», el cual continuó con la hostilidad y persecución al pueblo católico.

El Dr. José Macías escribe en su libro La Mártir de Coyoacán que poco antes de la misa de 10 de la mañana, dedicada especialmente a los niños, se presentó en el atrio un grupo de unos 60 jóvenes pertenecientes a los Camisas Rojas que salieron del Ayuntamiento cargando varios botes de gasolina. Desde el atrio los Camisas Rojas empiezan a vociferar contra la Religión y contra la Iglesia, mientras el sacerdote comienza la celebración de la Misa.

María de la Luz y Lupita (su hermana) se quedan a la puerta de la Iglesia, de cara a la chusma amenazante. Mueve los labios para pedir a Cristo Rey serenidad y fortaleza. Y Cristo se la da. Los que están junto a ella oyen que dice con voz fuerte para que le oigan los de enfrente:-¡El que se atreva a entrar, antes pasará sobre mi cuerpo...! Entonces, disimuladamente, un jovenzuelo se acerca a Maria de la Luz y le dice en voz baja: -Señorita: le suplico que no se quede aquí. Retírese porque vamos a quemar la iglesia. María de la Luz reconoció al muchacho; era de Coyoacán. Ella lo había preparado para la Primera Comunión (...)

No se movió de su sitio, Cerca de ella estaba un mendigo paralítico. Se oye la campanilla del <sanctus> que anunciaba la proximidad de la Consagración. Desde fuera los Camisas Rojas notan que la gente se arrodilla. Esto los irrita y lanzan insultos y blasfemias ¡Mueran los Curas! ¡Maldita la Iglesia! (...) Se escucha de pronto una valiente voz: -¡Los que tengan valor, que vengan a la puerta! Unas veinte personas se levantaron y siguieron al que había hablado. Van señoritas, obreros y aun algunas mamás con sus niños de la mano. María de la Luz se queda en primera fila.

Las blasfemias y maldiciones de la hueste rojinegra eran contrarrestadas por los gritos resueltos de los católicos: ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen de Guadalupe! (...) Ante esta resistencia inesperada, el jefe rojinegro decide cambiar de táctica. Hay que atacar matando... Y vino el grito que era orden y contraseña: ¡Viva la Revolución! Las pistolas empezaron a funcionar. Ya antes de que se diera la orden de ataque, varios Camisas Rojas habían apuntado sus revólveres a María de la Luz para amedrentarla y hacerla callar; pero ella no retrocedió ni se ocultó. Era lógico que los primeros disparos fueran contra ella. Una bala atravesó su pecho virginal y le impidió terminar el grito, cuya última palabra se ahogó en su garganta: ¡Viva Cristo ...! Su precioso cuerpo se desplomó blandamente entre los brazos de su valiente hermana Guadalupe, quien no se apartó de ella un solo momento. Siguióse una balacera y una gran confusión. Además de María de la Luz, otras cuatro personas cayeron heridas de muerte: el mendigo tullido, dos terciarios franciscanos, Angel Calderón, comerciante, Inés Mendoza y otro joven más. Se dice que también murieron varios niños, pero fueron rápidamente recogidos y ocultados por sus madres.

Otro ejemplo del resurgimiento de la persecución en el régimen cardenista es el martirio del Padre Pedro de Jesús Maldonado. El 10 de febrero de 1937 era Miércoles de Ceniza. Pasó el día confesando, predicando e imponiendo la ceniza. Como a las tres de la tarde se presentó en la casa de la ranchería Boquilla del Río un grupo de hombres armados y borrachos, que iban a detener al padre. El sacerdote quería salir a hablar con ellos, pero las personas que estaban con él se opusieron y le hicieron salir por una puerta trasera para esconderse en un cuarto abandonado que había en la huerta cercana.

Aunque había logrado esconderse, se entregó a los soldados porque estos amenazaron de quemar la casa con sus habitantes. Pero antes logró recoger la Eucaristía que conservaba en un cuarto convertido en capilla. Fue atado y obligado a caminar descalzo por delante de los caballos de los soldados. Los cristianos que se habían concentrado en aquel rancho para asistir a la misa lo seguían detrás. El sacerdote rezaba el rosario en voz alta y los cristianos le respondían a pesar de las mofas de los soldados. Parecía una versión moderna del Viernes Santo camino del Calvario. En el camino una mujer, llena de compasión, le ofreció algo de comer.

Lo llevaron a la presidencia, al piso superior, donde lo apalearon. El jefe de los políticos de la región, Andrés Rivera, le golpeó la cabeza con la culata de su pistola quebrándole el cráneo y haciéndole saltar el ojo izquierdo. Entonces el sacerdote cayó al suelo. De su pecho saltó la caja con las formas consagradas que allí había escondido. Aquel político, que era uno de los verdugos, recogió las Sagradas formas y se las metió en la boca gritándole: "Cómete eso!". Aquella comunión, obtenida a través de su propio verdugo, era la gracia que el padre Pedro había pedido tantas veces a su Señor Eucarístico de poder recibir el Santo Viático en la hora de su muerte.[3]

Otras acciones del socialismo cardenista

En el medio rural Lázaro Cárdenas promocionó la «colectivización» de las tierras, siguiendo el modelo de los «koljós» establecidos en la Unión Soviética, burdamente ocultos en la tradición de los «ejidos» que la Corona española estableció en los tiempos del Virreinato para proteger a los pueblos indígenas, y que fueron destruidos por las Leyes de Reforma.

“Los zapatistas de Guerrero y de Puebla denunciaban la miseria de los «ejidatarios…sujetos al despojo de sus tierras o al servicio de las armas en apoyo de las pasiones políticas y demás concupiscencias de sus explotadores, de la destrucción de la Religión de Cristo, y perversión de la niñez”.[4]

De manera simultánea al socialismo implementado en el ámbito político, social, educativo y económico, el régimen Cardenista se caracterizó también por su política exterior de total apoyo a todo lo que favoreciera a la «revolución mundial»,[5]mientras guardaba silencio ante aquello que pudiera perjudicarla.[6]

Pero también su política exterior se caracterizó por una actitud sumisa ante el gobierno de los Estados Unidos, incluso en lo que sería su mayor «timbre de orgullo»: la expropiación petrolera de 1938, la cual fue previamente consensuada y avalada por el gobierno norteamericano, apoyo explicitamente manifiesto por el propio presidente Cárdenas que en una carta dirigida al entonces embajador de los Estados Unidos en México Josephus Daniels le dice:

“Mi gobierno considera que la actitud adoptada por el gobierno de los Estados Unidos de América, en el caso de la expropiación de las empresas petroleras (que en México eran en ese momento 70% europeas y 30% norteamericanas) confirme una vez más la soberanía de los pueblos de este Continente, que el estadista del poderoso país de América, Su excelencia el Presidente Roosevelt, ha sostenido entusiastamente. Por esta actitud, Señor embajador, su Presidente y su pueblo han ganado la estimación del Pueblo de México.”[7]

Poco después el desfile del 1° de mayo fue presenciado desde el balcón central del Palacio Nacional por el Presidente Cárdenas, acompañado por el embajador de los Estados Unidos Josephus Daniels.

NOTAS

  1. Francisco José Mújica (1884-1954) nació en Michoacán. Ingresó al Seminario de Zamora donde concluyó los estudios de filosofía, pero no siguió los de Teología y abandonó el Seminario. Se trasladó a la ciudad de México donde colaboró con los hermanos Flores Magón, familiarizándose con el marxismo de Enrique y el anarquismo de Ricardo, ideologías que adoptó desde entonces. En Michoacán encabezó la revolución carrancista y en 1916 fue designado diputado al Congreso Constituyente, donde dirigió la redacción jacobina de los artículos antirreligiosos de la Constitución. En el gobierno de Lázaro Cárdenas fue Secretario de Comunicaciones y Obras Públicas. Después de ser desplazado de la candidatura por el partido oficial a la Presidencia se le dio como “premio de consolación” la gubernatura del territorio de Baja California. Falleció en la ciudad de México en abril de 1954.
  2. Cfr. Enrique Cordero y Torres, Historia compendiada del Estado de Puebla, Vol. III, p. 122
  3. Fue beatificado el 22 de noviembre de 1992 y canonizado el 21 de mayo del año 2000, por S.S. Juan Pablo II.
  4. Manifiesto común (1936) de Guerrero, Puebla, Oaxaca, de Juventino Montaño y Baraquiel Laurences. Citado por Jean Meyer, La Cristiada Vol. I, p. 379
  5. Entre otras acciones está el hecho de haber sido México uno de los primeros países que enviaron armas al Frente Popular durante la Guerra Civil Española.
  6. Como fue el silencio guardado ante la invasión de la Unión Soviética a Finlandia.
  7. Josephus Daniels, Diplomático en mangas de camisa. Talleres Gráficos de la Nación, México, 1949, p.289

BIBLIOGRAFÍA

CORDERO Y TORRES Enrique, Historia compendiada del Estado de Puebla, Ed. Bohemia Poblana, 3vol. Puebla, 1986

DANIELS Josephus, Diplomático en mangas de camisa. Talleres Gráficos de la Nación, México, 1949

LOUVIER CALDERÓN Juan, Historia Política de México, Ed. Trillas, México, 2004

MACÍAS José “La Mártir de Coyoacán”. Ed. Tradición, 2 ed., México, 1986

MEYER Jean, La Cristiada, Ed. Siglo XXI, vol. I. México, 1977


JUAN LOUVIER CALDERÓN </sanctus>