REMÍREZ SÁNCHEZ Fernando

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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(Cáceres, 1643 – Panamá, 1652) Obispo

Don Fernando Remírez Sánchez era oriundo de la provincia de Cáceres, de una villa de nombre Arroyo del Puerco, donde nació en el año 1643. Era hijo de Isabel Sánchez y de Bernal Remírez, que en ese entonces era el alcalde de dicha villa.

En 1601 ingresó en la Orden de la Trinidad Calzada, en Toledo, en donde recibiría el hábito el 21 de marzo de dicho año de parte del maestro fray Gabriel de Ayala. Durante su noviciado, al joven Remírez lo caracterizó una vida devota, rica de oración y penitencia que le permitió superar, con la ayuda de su director espiritual, la tentación de abandonar la vida religiosa al encontrarse en un momento de prueba por calumnias que habían surgido en su contra.

Don Fernando Rémírez llegó a ejercer diversas funciones en la orden. Le tocó trabajar en la formación teológica y filosófica de sus hermanos de comunidad; fue vicario en el colegio de Nuestra Señora de las Virtudes en la provincia de Salamanca y ministro en los conventos de Fuensanta, Alcalá, Talavera y Toledo.

El 24 de abril de 1633, siendo ministro en Toledo, fue elegido como padre provincial en la reunión capitular que se llevó a cabo en Madrid, cargo que ejercerá con gran celo, interesándose sobre todo porque se diera en los conventos la observancia de los estatutos establecidos en dicho capítulo. Más adelante, por disposición del padre general, realizó la visita de la provincia religiosa de Aragón que comprendía los reinos de Valencia y Aragón, Cataluña y Mallorca. Posteriormente ejercerá el cargo de procurador general en la corte.

En 1640 se le había nombrado coadjutor de Don Cristóbal Martínez de Salas en la diócesis de Panamá, y por el estado de salud en que se encontraba el prelado, a la muerte del mismo Felipe IV lo propondrá como sucesor. Don Fernando Remírez fue consagrado en el convento de Madrid el 9 de febrero de 1642 por el obispo de Lugo, Don Diego de Castejón, y en agosto 1643 lograba desembarcar en el puerto de Portobelo en compañía de dos religiosos trinitarios y algunos familiares, en donde inició su visita administrando el sacramento de la confirmación a unas 690 personas.

Una vez en Panamá inició su apostolado teniendo muy pronto que afrontar la crisis económica intensificada por el incendio del 21 de febrero de 1644 que había destruido gran parte de la ciudad, incluidos el Palacio Episcopal y la Catedral. Logró recuperar algunos objetos de valor que se salvaron del incendio, usando como baptisterio la sacristía de la Catedral la cual no fue destruida, colocando en ella la pila bautismal y los santos óleos.

En 1646 inició la visita de la diócesis durante la cual confirmó a más de seis mil personas, y se dedicó a la evangelización de los indígenas tratando de establecer la enseñanza y el adoctrinamiento de los mismos.

En 1648 dio inicio a la construcción de la nueva Catedral, preocupándose porque la estructura de la misma fuese mejor planificada y más resistente que los proyectos anteriores. De hecho los sólidos fundamentos y el campanario de ésta pueden ser admirados entre las ruinas de la ciudad destruida 23 años más tarde por los piratas ingleses.

Igualmente un año más tarde, habiendo prácticamente culminado la construcción de la nueva Catedral, inició la reconstrucción de la iglesia de Portobelo que había encontrado en muy malas condiciones.

Un trabajo interesante fue el informe sobre la diócesis que con la ayuda de los canónigos Juan Bernal de Contreras y Juan de Tapia trató de llevar a cabo con no poca dificultad.

Agotado por su labor pastoral y las numerosas dificultades que encontró, murió en Panamá el 2 de junio de 1652.


BIBLIOGRAFÍA

ASUNCIÓN Antonio de la, Diccionario de Escritores Trinitarios de España y Portugal II, Roma 1899

VARGAS UGARTE Rubén, Historia de la Iglesia en el Perú III, Lima 1953.

HÉCTOR QUIRÓS