Diferencia entre revisiones de «TRATA DE ESCLAVOS; Su abolición en los Estados Unidos»

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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Los comienzos de los movimientos abolicionistas y el papel preponderante de Inglaterra
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Antes de abordar el tema de la abolición de la esclavitud en Brasil y los Estados Unidos, es importante tener presente el cambio de Inglaterra sobre su política sobre la Trata de esclavos, ya que sin duda, los ingleses habían sido los mayores traficantes de esclavos, y la influencia que, tras este cambio, ejerció en otras naciones.  
 
Antes de abordar el tema de la abolición de la esclavitud en Brasil y los Estados Unidos, es importante tener presente el cambio de Inglaterra sobre su política sobre la Trata de esclavos, ya que sin duda, los ingleses habían sido los mayores traficantes de esclavos, y la influencia que, tras este cambio, ejerció en otras naciones.  

Revisión del 15:33 9 may 2020

Los comienzos de los movimientos abolicionistas y el papel preponderante de Inglaterra

Antes de abordar el tema de la abolición de la esclavitud en Brasil y los Estados Unidos, es importante tener presente el cambio de Inglaterra sobre su política sobre la Trata de esclavos, ya que sin duda, los ingleses habían sido los mayores traficantes de esclavos, y la influencia que, tras este cambio, ejerció en otras naciones.

A partir del siglo XVIII empezaron a cobrar importancia los movimientos que buscaban la abolición de la esclavitud como sistema legalmente practicado por casi todos los países del mundo occidental. En el resto del planeta la esclavitud campeó sin obstáculos; y desgraciadamente aún en los inicios del siglo XXI sigue siendo practicada en muchos países. En el caso del mundo occidental hubo dos razones que iniciaron el proceso del abolicionismo: el surgimiento de un nuevo orden filosófico y político a partir de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 en la Revolución francesa, y el surgimiento de un nuevo orden económico a partir de la Revolución industrial, la cual tuvo su inicio precisamente en Inglaterra, ya que las nuevas tecnologías hicieron que el sistema esclavista fuera menos conveniente que el sistema de trabajo remunerado.

De hecho existe una correlación directa entre industrialización y abolicionismo. Durante tres siglos el comercio atlántico de esclavos se realizó entre Europa, que lo promovió, África que lo proveyó y América que lo recibió, para regresar sus beneficios a Europa a donde regresaban los barcos negreros con mercancías americanas. Este comercio «triangular» benefició principalmente a Inglaterra, y también a los intereses de las colonias inglesas en el norte de América; pero también a los intereses de los criollos en el resto del Continente, pues el sistema económico americano se basaba fundamentalmente en la producción agrícola de las plantaciones, y en la explotación de la minería.

El movimiento abolicionista no es igual, ni en su comienzo y desarrollo, ni en su aplicación legal en los diversos países del mundo occidental. Fue Dinamarca el primer país occidental que abolió la esclavitud en 1792. En Francia se abolió la esclavitud el 4 de febrero de 1794 en la Convención Nacional. Sin embargo, Napoleón la restableció el 20 de mayo de 1802. La abolición definitiva llegó el 27 de abril de 1848.

El movimiento abolicionista en Inglaterra comienza a ser desarrollado por los cuáqueros; especialmente por Thomas Clarkson (1760 –1846) campeón de abolicionismo. Ayudó a fundar la «Society for the Abolition of the Slave Trade» y coperando a la aprobación de la ley «Slave trade Acty» de 1807 que prohibió la esclavitud. Se empeñó tenazmente para acabar con ella en todo el mundo, empezando por las Américas a través de la «Anti Slavery Society´s», con sede en Londres.

La historia de Clarkson comienza en Cambridge, en 1785 donde participa en un concurso que lo determinará en la lucha antiesclavista para el resto de la vida. El argumento de la disertación fue “An liceat invitos in servitutem dare” (Si es lícito esclavizar contra la propia voluntad). Este estudio llevó a Clarkson a considerar la trata de esclavos; leyó las obras de Anthony Benezet, un abolicionista cuáquero, junto con narraciones de mercaderes de esclavos como «Travels into the Interior Parts of Africa» de Francis Moore.

Sus investigaciones incluyeron entrevistas con algunos que tenían alguna experiencia personal sobre la trata y la esclavitud. Tras ganar el concurso se sintió llamado –según él- a una vocación especial mientras cabalgaba desde Cambridge a Londres. En 1786 Clarkson publicó un folleto titulado «An essay on the slavery and commerce of the human species, particularly the African, translated from a Latin Dissertation». Era su disertación premiada por la Universidad de Cambridge en 1785.

Se extiende así un movimiento antiesclavista iniciado por los cuáqueros en Inglaterra y en los Estados Unidos, con el apoyo de otros «no conformistas», sobre todo metodistas y bautistas. En 1783, unos 300 cuáqueros, en su mayoría de la zona de Londres, presentaron en el Parlamento una primera petición firmada contra la trata de esclavos.

En Gran Bretaña sucesivas medidas legislativas (1807, 1827, 1833 y 1834) prohíben primero la trata y posteriormente declaran abolida la esclavitud. La mayoría de los países europeos, en muchos casos bajo presión británica, hacen lo propio entre 1830 y 1860. Sin embargo, estas nuevas leyes «proteccionistas» de los derechos humanos eran sólo la fachada de lo que mucho tiempo después comenzó a implementarse, ya que extraoficialmente las principales Potencias europeas siguieron durante mucho tiempo con el tráfico de personas.

Además, el hecho de que en 1831 se produjera en Jamaica la revuelta de esclavos más importante en territorio Británico, protagonizada por unos 20 000 esclavos liberados que quemaron más de cien plantaciones, convenció al gobierno británico de la imposibilidad de mantener el régimen esclavista. Otro factor fundamental en aquel proceso fue la revolución industrial en curso, la que trajo consigo una revolución social que inaugura en la época contemporánea el nacimiento del proletariado y las luchas que acompañan ininterrumpidamente la historia mundial hasta nuestros días.

De hecho la modernización europea y la norteamericana, de la mano de la revolución industrial se llevó a cabo gracias en primer término a la mano de obra forzada que proporcionó la esclavitud, y más tarde a la inmensa multitud de trabajadores de un proletariado sometido a penosas y con frecuencia degradantes condiciones que ocupó su lugar. La lucha contra la trata liderada por Gran Bretaña fue con frecuencia más teórica que práctica. Baste decir que entre los años 1808 y 1870 tan solo se emplearon unos 30 barcos para reprimir el tráfico negrero.


El proceso abolicionista en los Estados Unidos de América.


Los colonos de origen inglés que formaron las «Trece Colonias» de Norteamérica y tras su independencia de Inglaterra en 1774 formaron los «Estados Unidos de América», determinaron profundamente la cultura dominante de esa Nación, sintetizada por las élites del siglo XIX en la sigla WASP: White, Anglo-Saxon, Protestant (blanco, anglosajón, protestante).

El protestantismo norteamericano llevado por los primeros «Pilgrim Fathers» (padres peregrinos) ahondaba sus raíces en la experiencia religiosa del puritanismo reformado calvinista, los llamados «dissenters» que se vieron obligados a emigrar al Nuevo Mundo, al que consideraban como una nueva bíblica «Tierra prometida». Aquella mentalidad acompañará el crecimiento de la Nación que será, andando el tiempo, los Estados Unidos de América, donde una mentalidad discriminatoria encontrará un fácil terreno para su desarrollo.

Tras su independencia en 1789, en los Estados Unidos la ideología proesclavista tuvo un repunte importante en 1849, en el periodo previo a la Guerra de Secesión (Norte vs. Sur) pues los interesados en defender el «modo de vida del Sur» reaccionaron al movimiento antiesclavista que se abría paso en los Estados del Norte.

Con anterioridad los esclavistas no habían tenido una necesidad de defensa para esa actividad que se había practicado, sin oposición destacable, en todo el mundo occidental hasta mediados del siglo XVIII. A comienzos del siglo XIX el movimiento abolicionista preocupó a los esclavistas ya que las medidas tomadas en Inglaterra y otros países iban limitando el tráfico internacional de esclavos y establecían legislaciones abolicionistas.

A partir de 1774, alcanzada ya la independencia de las Trece Colonias, el tema de la esclavitud se comenzó a debatir en algunos ambientes protestantes de los nuevos Estados Unidos y de Inglaterra. En la primera década del siglo XIX, los estados del Norte fueron aprobando legislaciones emancipadoras, mientras que en los estados del Sur las rechazaban. Hacia 1810 el 75% de los esclavos del Norte habían sido liberados, y buena parte en la siguiente generación.

Los argumentos antiesclavistas, además de filosóficos y morales, eran económicos y sociales, al destacar su ineficiencia especialmente en las zonas donde antes habían prevalecido. Incluso en un estado sudista y esclavista como Virginia, en la coyuntura entre 1783 y 1812, con el parcial abandono del cultivo del tabaco en favor de otros menos intensivos, llevó a liberaciones de esclavos en una escala que no se volvió a presenciar hasta 1865.

Las razones económicas desaparecieron en las décadas centrales del siglo XIX, cuando la demanda internacional de azúcar y algodón creció, y la compra a Napoleón del inmenso territorio de Luisiana en 1803, abrió nuevos territorios ideales para una economía basada en la agricultura, con el consiguiente aumento del número de esclavos. Ese incremento hizo que las críticas al esclavismo de los Estados del Sur se volvieran más frecuentes y enérgicas, lo que a su vez generó en los sureños una reacción pro esclavista más decidida.

La tradición liberal americana y el abolicionismo La tradición liberal de algunos estados del norte de los Estados Unidos de Norteamérica ofrecía un terreno propicio a los abolicionistas. Las medidas abolicionistas comenzaron siendo locales. La motivación económica era fundamental para estar a favor o en contra de la trata de negros. Las rivalidades económicas aumentaban la oposición entre el Norte y el Sur. Los movimientos humanistas y algunos miembros de comunidades protestantes, la influencia de teóricos ingleses como William Wilberforce, o Robert Owen, y las nuevas teorías sociales derivadas de la literatura romántica, tuvieron una influencia notable en las ideas anti esclavitud de los norteños.

La esclavitud en Estados Unidos se fue reduciendo lentamente. Una ordenanza de 1787 prohibía la propagación de la esclavitud hacia el noroeste. En 1793 aparecía la máquina desgranadora de algodón. En 1808 se prohibía la trata y se impedía la entrada de nuevos esclavos negros. Esto llevó a muchas luchas y debates intestinos porque los plantadores del sur no estaban dispuestos a arriesgar la economía de esa región. Se discutía si el poder federal debía respetar las tradiciones de los estados viejos y si tenía el derecho de prohibir la entrada de nuevos esclavos en sus territorios.

En los viejos estados del litoral, como Virginia, Delaware o Maryland, el número de esclavos aumentaba. En los territorios nuevos, con las grandes plantaciones de tipo industrial, de algodón o caña de azúcar, las condiciones de los esclavos eran cada vez peores.

A comienzos del siglo XIX, la plantación patriarcal típica de Virginia tendía a desaparecer. Lo que más proliferaban eran las pequeñas plantaciones explotadas por los blancos pobres. La esclavitud se extendía cada vez más en condiciones miserables y contrarias a los pensamientos de los hombres del norte y el oeste. Permitir la entrada de nuevos estados generaba desestabilización. En 1818 ya había 11 estados que no aceptaban la esclavitud, mientras que 10 estados sí tenían esclavos. El estado de Missouri solicitaba ser aceptado como Estado de la Unión, pero era un estado esclavista y esto traía un desequilibrio político. Los estados del norte sólo lo aceptaron después de que ingresara también el estado de Maine que no toleraba la esclavitud. También se prohibió la esclavitud en la parte norte de Luisiana.

En 1831 una revuelta de esclavos había generado matanzas en Virginia. En 1831 los extremistas de William Lloyd Garrison, exigían la abolición inmediata de toda forma de esclavitud en todo el territorio de la Unión. En 1848 llegaron oleadas de inmigrantes que traían ideas contrarias a la esclavitud.

Otros factores que favorecieron el abolicionismo La ambición por los territorios que pertenecían a México, (Texas primero, y luego Nuevo México y California) llevó a los Estados Unidos a invadirlos, y tras la guerra de 1846-1847, vino la violenta ocupación de esos territorios, claramente contra todo el derecho internacional vigente. Fue una incorporación forzada y abusiva que generó dificultades también en el tema de la esclavitud, pues en México la esclavitud estaba proscrita y la incorporación de esos territorios a los Estados Unidos significaba nuevamente su implantación en ellos.

El caso más dramático fue el de Texas donde Samuel Houston, partidario del esclavismo y propietario de esclavos, ocupó la Presidencia durante el breve tiempo de existencia de la «República de Texas», siendo luego Senador y Gobernador del Estado de Texas. El regreso de la esclavitud a los territorios arrebatados a México necesariamente produjo el incremento del comercio de esclavos. Los Estados del Sur, reforzados y alentados en su lucha contra el abolicionismo de los Estados del Norte, favorecieron el estallido de la guerra civil en 1861.

La incorporación de los antiguos territorios mexicanos exacerbó también otras disputas internas, en especial en el caso del estado de California que cortaba en dos la Línea Mason-Dixon, que separaba el norte abolicionista del sur esclavista o línea de demarcación entre cuatro de los Estados de la Unión que formaba parte de las fronteras de Pensilvania, Maryland, Delaware y Virginia Occidental.

Finalmente California y Nuevo México lograron la entrada como «Estado de la Unión» bajo la condición de territorios sin esclavos. Con el Convenio de Clay en 1850 se reconocía a los estados esclavistas el derecho de penetrar en los estados abolicionistas para buscar a los esclavos fugitivos que se hubieran escondido allí. Esto generó muchísimos incidentes y los estados del norte protestaron cuando los del sur lograron que se votase que los nuevos estados, independientemente de su posición geográfica, debían decidir en el momento de su ingreso a la Unión su aceptación o rechazo hacia la esclavitud. Las diferencias de criterios generaron verdaderos conflictos que arrojaban «leña al fuego», y eran estimulados con armas y dinero.


La esclavitud como causa de la Guerra de Secesión (1861-1865)

Los movimientos proesclavistas crecieron en los Estados Unidos con apoyos políticos y económicos muy fuertes desde finales de la década de 1830 hasta el estallido de la Guerra Civil en 1861. Los teóricos del esclavismo sostuvieron lo mismo en el campo de las teorías sociales, como en el campo jurídico; con ello ayudaron a crear un ambiente crispado por las situaciones de lucha ideológica y económica, debido a la sensibilidad de clase de una parte sustancial de la sociedad sureña.

Partían del hecho de que la base de la mayor parte de las sociedades históricas era la existencia de una clase de desposeídos de la tierra, que presentaban como fácilmente manipulable, lo que la convertía en una fuerza desestabilizadora de la economía, de la sociedad, del gobierno y del desarrollo pacífico y armonioso de las leyes: la mayor amenaza a la democracia.

Discursos como la llamada teoría del «Mudsill Speech» (discurso del barro), y otros alegatos pronunciados por defensores del esclavismo, incluso en el Senado de Estados Unidos como John C. Calhoum, pretendían hacer prevalecer la esclavitud desde argumentos falsos de filosofía política y económica, así como desde una equivocada antropología social.

Los políticos y las élites sudistas veían que su sistema económico, basado fundamentalmente en el sistema de plantaciones, se vendría abajo con la abolición de la esclavitud, además de que ello daría pauta a pretensiones de mejores condiciones de vida no solo de los afroamericanos, sino también de los mismos blancos empobrecidos. Por eso veían la abolición de la esclavitud como una grave amenaza a sus privilegios.

La crisis económica de 1857 acrecentó la oposición entre los estados del norte y los del sur. Los del sur pretendían vender sus materias primas cosechadas por esclavos pero los del norte estaban interesados en la industrialización y no en el trabajo esclavo. El conflicto entre proteccionistas y librecambistas acentuó las disputas. En 1859, el abolicionista John Brown sublevó a los esclavos de Virginia luego de atacar el arsenal de Harper's Ferry, un depósito de municiones del ejército. Brown fue rápidamente capturado, juzgado y sentenciado a la horca. Tras su ejecución muchos habitantes del Norte lo aclamaron como mártir.

Los del sur, conducidos por Jefferson Davis, tomaron posiciones extremistas también y produjeron la ruptura del Partido Demócrata con lo cual permitieron la elección del candidato del Partido Republicano Abraham Lincoln, quien en su programa de gobierno proponía, además del proteccionismo, la abolición de la esclavitud.

La llegada de Abraham Lincoln a la Presidencia en marzo de 1861 alertó más a los sudistas, pues Lincoln no sólo había manifestado su rechazo al sistema esclavista y propuesto su abolición, sino que desde tiempo antes había expresado argumentos firmes del porqué de su posición anti-esclavista, como su famoso discurso pronunciado en Milwaukee en 1859, donde señaló que el esclavismo era incompatible con el principio de «Tierra Libre», que en los Estados Libres las personas eran «trabajadores para si mismos». Estas posiciones encontradas fueron algunas de las principales causas que hicieron estallar la Guerra Civil Norte-Sur, llamada también «Guerra de Secesión», porque once Estados del Sur proclamaron la formación de una «Confederación» que se separaba de los Estados Unidos. Tras una de la guerras más sangrientas del siglo XIX, los «Confederados» fueron vencidos.


La abolición de la esclavitud La abolición de la esclavitud comenzó en 1862 durante la guerra, con medidas que la ordenaban en todo el territorio y en el distrito federal. Oficialmente, la Proclamación de Emancipación del 1º de enero de 1863, fue realizada por el presidente estadounidense Abraham Lincoln quien anunció la libertad de todos los esclavos de los estados en rebeldía. La proclamación no nombra los estados esclavistas de Kentucky, Misouri, Maryland y Delaware, que nunca declararon su secesión, por lo que no liberó los esclavos de esos estados. Tennessee ya había vuelto al control de la Unión, por lo que también resultó exento. Virginia fue nombrada, pero se establecieron exenciones para los 48 condados que estaban en el proceso de creación de Virginia Occidental, así como otros 7 condados y 2 ciudades. Nueva Orleans fue específicamente exenta y 13 distritos de Luisiana, todos los cuales estaban ya mayormente bajo control federal en el momento de la proclamación.

La Proclamación de Emancipación fue en su momento criticada por liberar únicamente a los esclavos que se encontraban en territorio fuera del control de la Unión, es decir, aquellos para los que no iba a surtir efecto inmediato sino conforme avanzara la conquista militar de los estados rebeldes. Aunque la mayoría de los esclavos no fueron liberados inmediatamente, la proclamación de Lincoln liberó a miles de esclavos el mismo día en la que tuvo efecto en buena parte de nueve de los diez Estados en los que la orden era efectiva (la excepción fue el Estado de Texas). En 1864 el presidente Abraham Lincoln fue reelecto y en 1865, la enmienda 13 de la Constitución decretaba la abolición de la esclavitud en todo el ámbito de la Unión.

NOTAS

DHIAL. Notas de FIDEL GONZÁLEZ FERNÁNDEZ