TRUJILLO; Diócesis

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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Consideraciones históricas

El 6 de julio de 1609 la Corona Española y la Iglesia católica hicieron realidad un obispado en la ciudad fundada por Francisco Pizarro en 1535 con el nombre de Trujillo, su pueblo natal, en una amplia y plana extensión al este de Chan Chan.

Al momento de la llegada española a la costa del país –1532– el enfrentamiento de sus constructores –los chimús– con los incas del Cuzco habían mellado su prosperidad. Esta decadencia, así como su cercanía al Océano Pacífico y su clima benigno, propiciaron allí el establecimiento colonial dedicado a la agricultura que alcanzó gran esplendor a partir del siglo XVIII.

Santo Toribio de Mogrovejo fue quien concretó el funcionamiento de esta jurisdicción eclesial. Además, este santo arzobispo mantuvo estrechas relaciones con Trujillo y su gente, que visitó varias veces como ha documentado el sacerdote jesuita Rubén Vargas Ugarte (1886-1975), insigne historiador de la Iglesia en el Perú.

Don Carlos García Yrigoyen (1857-1937) fue obispo de Trujillo desde 1909 hasta su muerte, y también se dio tiempo para estudiar y publicar sobre la vida de santo Toribio de Mogrovejo, con especial énfasis en sus recorridos por la costa norte del Perú. Mons. García Yrigoyen fue miembro fundador del Instituto Histórico del Perú, que desde 1962 se denomina Academia Nacional de la Historia.

El doctor José Antonio Benito Rodríguez, historiador español establecido en el Perú y profesor de la Universidad Sedes Sapientiae, nos ilustra sobre las visitas del arzobispo viajero y cómo comprendió la necesidad del establecimiento de la diócesis episcopal de Trujillo, para que fueran debidamente atendidas las necesidades de los españoles y, muy especialmente, la cristianización de las poblaciones indígenas que vivían en esta región peruana colindante con el obispado de Quito,.

Procedió al desmembramiento del norte del territorio de su sede arzobispal de Lima, y cuando murió, fue el virrey Marqués de Montesclaros quien culminó su delimitación en 1611, luego de recibir la Real Cédula autorizando dicha partición.

El primer obispo de Trujillo fue el fraile dominico español Francisco Díaz de Cabrera y Córdoba, obispo de Puerto Rico desde el 17 de agosto de 1611. El 6 de octubre de 1614 fue trasferido a la diócesis de Trujillo, en el Perú, donde sirvió hasta su muerte el 26 de abril de 1620.[1]

“La Iglesia fue desde sus inicios un ámbito integrador de las repúblicas de «españoles» y de «indios» de las diversas castas que se organizaron dentro de la sociedad colonial; ámbito de cruce y contacto entre hombres, establecía un manto uniformizador que bregaba permanentemente por la justicia social. Dentro de la Iglesia y en las manos de sus principales pastores, como el arzobispo Loaysa o Santo Toribio de Mogrovejo, se formularon planes para reducir los efectos perniciosos de las encomiendas, se formaron juntas para estudiar las consecuencias de la administración colonial-inicial y, a lo largo del tiempo, se discutieron muchas veces las decisiones de la Corona. La Iglesia buscó siempre ser un intermediario eficaz entre la población y la autoridad civil”.[2]

El siglo XVII transcurrió en las tierras trujillanas bajo el asedio de piratas y terremotos, como fue el sismo de 1619 que destruyó incluso sus mejores casas y sus bien edificadas iglesias. La ostentación de su prosperidad atrajo la codicia de los piratas Edward Davis y Raveneau de Lussan, quienes saquearon la ciudad a comienzos de la década de 1680, por lo que el virrey duque de la Palato determinó la construcción de una muralla.

En el siglo XVIII el prelado español don Baltasar Jaime Martínez de Compañón y Bujanda (1737-1797), como obispo de Trujillo entre 1779 y 1797, decidió que sus visitas episcopales incluyeran las observaciones filosóficas más exactas sobre los tres reinos de la naturaleza; así de 1782 a 1785 recorrió sus provincias, llevando consigo dibujantes y escribientes para registrar información fidedigna sobre la vida cotidiana en su diócesis.

La finalidad de este trabajo era la mejora de la evangelización de su jurisdicción episcopal. Esta tarea quedó plasmada en varios conjuntos de acuarelas –o aguadas como prefieren llamarlas algunos especialistas– hechas por diversas manos. El conjunto más completo consiste de 1,300 láminas y se conserva en nueve tomos en la Biblioteca del Palacio Real de Madrid. Estas fueron impresas en una edición facsimilar en 1985-1987. Esta colección tiene, además, mapas, planos e imágenes de piezas arqueológicas así como partituras musicales de tonadas indígenas.

Hacia finales de la década de 1980, el catálogo de la casa inglesa de remates Sotheby's difundía que estaba por subastar un juego de 120 láminas que, ciertamente, fueron hechas por los artistas que acompañaron a este ilustrado prelado en sus recorridos por las regiones que hoy llamamos Tumbes, Piura, Cajamarca, Amazonas y La Libertad.

En cuanto el distinguido periodista y literato doctor Aurelio Miró Quesada (1907-1998) se enteró que este patrimonio documental peruano estaba por ser rematado al mejor postor, le propuso al Banco Continental que adquiriera esos valiosos documentos, y así lo hizo esa entidad privada. Estas aguadas fueron expuestas en la Casa de la Emancipación de Trujillo en 1993; luego la Fundación del Banco Continental –EDUBANCO– hizo un libro dedicado a su estudio y difusión.[3]

Cuando Trujillo había consolidado su prestancia, la Corona Española implantó el régimen de las intendencias y la ciudad fue el centro de una de ellas (1790). Poco después, la intendencia de Maynas pasó así a formar parte de la Presidencia de Quito en el Virreinato de Nueva Granada. Estos cambios políticos sumieron a esta región amazónica en un estado de postración y marginalidad, tanto económica como espiritual, lo que llevó a su gobernador el teniente coronel Francisco Requena, a sustentar su reincorporación al Virreinato del Perú y su iglesia particular.

Estas disposiciones reales y eclesiales dieron inicio a un tiempo nuevo en que muchos criollos se inclinaron por la carrera eclesiástica, y conjuntamente con prósperos comerciantes y agricultores, optaron por los principios liberales, como nos dice el historiador Alberto Tauro del Pino.[4]

Estas características de los trujillanos se proyectaron sobre el siglo XIX y se afianzaron en tiempos republicanos; es así que desde la primera mitad del siglo XX Trujillo, en su más amplia acepción geográfica, se hizo presente en la vida económica, política y nacional.

El sacerdote jesuita Enrique Fernández García explica que durante la transición política peruana del virreinato a la república, la Iglesia no podía tomar parte en la lucha política, pero que aceptó la victoria patriótica, a la que contribuyeron connotados miembros, del clero.[5]

El obispado de Trujillo fue elevado a arquidiócesis por el papa Pío XII el 23 de mayo de 1943, siendo su primer arzobispo monseñor Juan Gualberto Guevara. Esta jurisdicción eclesiástica tiene una superficie de 15.550 kilómetros cuadrados y abarca las provincias de Pacasmayo, Otuzco, Santiago de Chuco, Lucán, Ascope, Virú, Gran Chimú, Chepén y Trujillo, en el departamento –hoy región– de La Libertad.


NOTAS

  1. Patritius Gauchat, Hierarchia Catholica Medii Et Recentioris Aevi Vol IV (Münster: Libraria Regensbergiana, 1935), 286 y 347; Antonio Alcedo, Diccionario geográfico-histórico de las Indias Occidentales ó América (Madrid: Imprenta de Benito Cano), 202.
  2. Franklin Pease G.Y., Hombre e Historia. Entre el siglo XVI y el XVIII, t. II. (Lima: EDUBANCO, 1992), 343.
  3. Pablo Macera y Arturo Jiménez Borja, Trujillo del Perú. Baltasar Jaime Martínez Compañón. Acuarelas. Siglo XVIII (Lima: Fundación del Banco Continental, 1997); Mariana Mould de Pease “Obispo ilustrado de Trujillo”, Bienvenida. Turismo Cultural del Perú, no. 54 (2006): 80-88.
  4. Alberto Tauro del Pino, Enciclopedia Ilustrada del Perú, t. 6 (Lima: PEISA, 1987), 2121-2124.
  5. Enrique Fernández García, Perú Cristiano. Primitiva evangelización de Iberoamérica y Filipinas, 1492-1600 e Historia de la Iglesia en el Perú, 1532-1900 (Lima: Fondo Editorial PUCP, 2000), 357.

BIBLIOGRAFÍA

ALCEDO Antonio. Diccionario geográfico-histórico de las Indias Occidentales ó América Imprenta de Benito Cano, Madrid

FERNÁNDEZ GARCÍA Enrique, Perú Cristiano. Primitiva evangelización de Iberoamérica y Filipinas, 1492-1600 e Historia de la Iglesia en el Perú, 1532-1900. Fondo Editorial PUCP, Lima, 2000

GAUCHAT Patritius, Hierarchia Catholica Medii Et Recentioris Aevi Vol IV. Libraria Regensbergiana, Münster, 1935

MACERA Pablo y JIMÉNEZ BORJA Arturo, Trujillo del Perú. Baltasar Jaime Martínez Compañón. Acuarelas. Siglo XVIII. Fundación del Banco Continental, Lima, 1997

MOULD DE PEASE Mariana. “Obispo ilustrado de Trujillo”, Bienvenida. Turismo Cultural del Perú, no. 54, 2006

PEASE G.Y. Franklin. Hombre e Historia. Entre el siglo XVI y el XVIII, t. II. EDUBANCO, Lima, 1992

TAURO DEL PINO Alberto, Enciclopedia Ilustrada del Perú, t. 6 PEISA, Lima. 1987


MARIANA MOULD DE PEASE

© RPHE, 12 (2010) 55-72