UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL URUGUAY

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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La fundación de la Universidad Católica del Uruguay “Dámaso Antonio Larrañaga” fue el resultado de un largo proceso, durante el cual la Iglesia Católica reivindicó constantemente el derecho constitucional a la libertad de enseñanza a todos los niveles, incluyendo el universitario.

El antecedente más lejano data de 1876, cuando el presbítero Mariano Soler fundó el Liceo de Estudios Universitarios que se convirtió en Universidad Libre con la aprobación del gobierno nacional. La Universidad Libre extendió su acción entre 1878 y 1886; los problemas económicos y la legislación restrictiva en el área de los estudios superiores provocaron su clausura.

A mediados del siglo XX surgieron nuevas iniciativas católicas. En 1953 se reunió en Montevideo el congreso de la Unión Nacional de Educación Católica (UNEC), presidido por el arzobispo de Montevideo, monseñor Antonio Mª Barbieri, en cuyo marco se planteó una propuesta de creación de un centro católico de estudios superiores. En marzo de 1954, fue fundado el Instituto de Filosofía por iniciativa de las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús, con la aprobación de monseñor Barbieri, con el propósito de promover una formación humanista de fundamentos cristianos. En 1967 el Instituto de Filosofía había extendido su acción educativa a otras áreas del conocimiento y pasó a llamarse Instituto de Filosofía, Ciencias y Letras. Desde 1962 dependía de la Conferencia Episcopal Uruguaya. Monseñor Antonio Corso, monseñor Andrés Rubio y monseñor Carlos Mullin desempeñaron sucesivamente el cargo de rector.

En los años 60 se detectaban dos corrientes en la sociedad católica: una era partidaria de orientar los esfuerzos evangelizadores hacia la Universidad estatal; la otra promovía la creación de una Universidad Católica. El 7 de marzo de 1961 el episcopado hizo pública una declaración de apoyo a la libertad de enseñanza a todos los niveles, y a la erección de la Universidad libre - “postulado claro de la conciencia católica”. Varios factores se asociaron para provocar el fracaso del proyecto: a la falta de definición y al clima de confusión reinantes en la Iglesia uruguaya, se agregaron personalismos, desencuentros y apoyos políticos inestables.

En 1979 el Instituto de Filosofía, Ciencias y Letras, fue encomendado a la Compañía de Jesús, siendo nombrado rector el Lic. Manuel Gutiérrez Semprún, S.J. Se inició una etapa de institucionalización y redefinición de la institución, en cuyo seno se gestó un nuevo proyecto de Universidad Católica. Esbozado desde fines de 1979, progresivamente definido en los tres años siguientes, enfrentado a serios obstáculos hacia 1983, el proyecto se concretó en 1984. La Santa Sede, la Iglesia uruguaya y los sucesivos gobiernos participaron en el nacimiento de esta obra.

En 1981 la Conferencia Episcopal Uruguaya manifestó públicamente su apoyo al proyecto de crear una Universidad Católica. El 11 de noviembre de 1981, los obispos uruguayos emitieron una declaración en la que ofrecían “a la sociedad uruguaya” el Instituto de Filosofía, Ciencias y Letras, con sus casi 30 años de experiencia, como base de una posible “Universidad Privada”.

El 22 de agosto de 1984, por el decreto 343/984, se autorizó el funcionamiento de la Universidad Católica del Uruguay "Dámaso Antonio Larrañaga", y se aprobaron sus planes de estudios y programas. El 22 de octubre de 1984, se aprobó la ley 15.661 que otorgaba validez a los títulos profesionales otorgados por las universidades privadas, luego de su registro ante el Ministerio de Educación y Cultura.

El año 1984 fue un año de grandes logros para el proyecto universitario y para la redemocratización del país. En el mes de noviembre se realizaron elecciones democráticas, después de once años de dictadura. En febrero de 1985 se instaló el Parlamento elegido libremente y el 13 de marzo de 1985 fueron convalidados, a través de la ley 15.738, los actos jurídicos que habilitaron la fundación de la Universidad Católica.

El 25 de enero de 1985, la Sagrada Congregación para la Educación Católica decretó la erección de la Universidad Católica del Uruguay. Su Santidad Juan Pablo II había manifestado expresamente su apoyo a esta casa de estudios, en enero de 1985, en ocasión de la visita "ad limina" de los obispos uruguayos. El Papa precisó: “Es mi ferviente deseo que por medio de ella pueda hacerse pública, estable y profunda la presencia del pensamiento cristiano en los esfuerzos de promoción de la cultura superior”.

Con el expreso apoyo papal, obra de la Conferencia Episcopal Uruguaya confiada a la dirección de la Compañía de Jesús, la Universidad Católica fue inaugurada el 5 de marzo de 1985. El P. Luis del Castillo, S.J. fue su primer rector; lo sucedieron en el cargo los padres jesuitas José Squadroni; José Luis Mendizábal; Carlos Vásquez; Antonio Ocaña y Eduardo Casarotti.


Bibliografía

  • MONREAL, Susana, “Génesis del Instituto de Filosofía, Ciencias y Letras y estudio de sus diversas etapas”, en Pensamiento universitario, UCU, Montevideo, 2005, nº 6, pp. 41-75
  • MONREAL, S., Universidad Católica del Uruguay. El largo camino hacia la diversidad, Montevideo, 2005.


SUSANA MONREAL