VARELA, José Pedro

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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(Montevideo, 1845; Montevideo, 1879) Pedagogo, periodista y político

Hijo de Jacobo Varela, exiliado unitario proveniente de Buenos Aires, y de Benita Berro, hermana del presidente Bernardo Berro y sobrina del Pbro. Dámaso A. Larrañaga, nació en la ciudad sitiada de Montevideo el 19 de marzo de 1845, en plena Guerra Grande. Estudió en el colegio de los padres Escolapios, donde tuvo como maestro a Pedro Giralt, quien sería unos de sus referentes en los temas de educación.

A los 15 años comenzó a trabajar en el comercio de su padre. Muy joven se hizo conocer por sus escritos: composiciones poéticas, crónicas y artículos literarios. Entre mayo de 1865 y abril de 1866 publicó sus artículos en la Revista literaria, publicación en la que manifestaría su adhesión al racionalismo espiritualista.

Durante 1867 y 1868 realizó el soñado viaje a Europa -visitó a Víctor Hugo en la isla de Guernsey- y a los Estados Unidos, país que le causó profunda impresión y del que admiró las instituciones educativas. En Nueva York conoció a Domingo F. Sarmiento, con quien realizó el viaje de regreso al Río de la Plata. Esta relación fortaleció su interés por los temas de la enseñanza y motivó el inicio de sus investigaciones y proyectos.

En Montevideo retomó las actividades periodística y política, y fundó, el 18 de septiembre de1868, la «Sociedad de Amigos de la Educación Popular», junto con figuras destacadas de su generación: Elbio Fernández, Eduardo Brito del Pino, Carlos Ambrosio Lerena y Carlos María Ramírez, entre otros. La Sociedad promovió la fundación de una escuela laica modelo, la escuela Elbio Fernández.

Varela publicó La educación del Pueblo en 1874 y La legislación escolar en 1876, obras en las que trató la cuestión educacional y la importancia del desarrollo educativo para superar el estado de profunda desorganización de la sociedad uruguaya.

En marzo de 1876, durante la dictadura del coronel Lorenzo Latorre, José Pedro Varela asumió la Dirección de la Comisión de Instrucción Pública y presentó su proyecto de Ley de Educación Común en junio. Éste sería parcialmente aprobado en el Decreto-Ley de Educación Común del 24 de agosto de 1877. Fueron admitidos los principios de la escuela pública gratuita y obligatoria, para los niños y las niñas de entre 5 y 15 años, pero fueron introducidas significativas modificaciones en otros puntos.

Varela no obtuvo el sistema mixto de administración de la enseñanza, en el que se combinaban la acción del Estado con la iniciativa privada, ni la organización descentralizada de la enseñanza pública, con autoridades con cierta autonomía a nivel nacional, a nivel departamental y a nivel de distrito.

En cuanto a la enseñanza religiosa, el proyecto de Varela otorgaba a cada Comisión de Distrito especiales facultades para disponer si se daría o no formación religiosa católica en las escuelas. Se disponía que la enseñanza de la religión no podía conducir al descuido de otras asignaturas, y que si un solo padre se oponía a la formación religiosa, la enseñanza del catecismo debería ubicarse fuera del horario escolar.

En La Educación del Pueblo, Varela ya se había manifestado contra la religión positiva en la escuela, aunque sostenía la necesidad de comunicar principios generales de moral y de religión natural. Afirmaba que, para no favorecer a ninguna confesión religiosa, el Estado debía ser laico y la escuela también laica. Esta propuesta provocó la reacción de una sociedad mayoritariamente católica, en un estado de religión oficial católica de acuerdo a la Constitución de 1830.

Los planteos de Varela fueron sustancialmente modificados en el artículo 18 del Decreto-ley de 1877: “La enseñanza de la Religión Católica es obligatoria en las escuelas del Estado exceptuándose a los alumnos que profesen otras religiones y cuyos padres, tutores o encargados, se opongan a que la reciban”. La acción de la Iglesia y de la sociedad católica fue fuerte y eficaz para lograr este nuevo enfoque.

En el proyecto de Varela la minoría podía suspender la educación religiosa; en el Decreto-Ley la minoría podía abstenerse de recibir la formación religiosa. Si bien la reforma escolar de 1877 no eliminó la enseñanza religiosa de las escuelas públicas, la Iglesia Católica - jerarquía y laicos - centró su atención en la prédica secularizante que acompañó a este movimiento de renovación pedagógica. El principio a defender era: la educación sin Dios es desmoralizante para la familia y para la sociedad.

José Pedro Varela murió prematuramente el 24 de octubre de 1879, en pleno proceso de implementación de la reforma escolar. Su hermano Jacobo Varela se encargaría de continuar su obra.


Bibliografía

  • ARDAO, Arturo, Etapas de la inteligencia uruguaya, Montevideo, 1971;
  • GONZÁLEZ ALBISTUR, Jorge, José Pedro Varela. El hombre y el mito, Montevideo, 1997;
  • GONZÁLEZ MERLANO, Gabriel, Varela y Vera. Dos visiones sobre la religión en la escuela, Montevideo, 2011;
  • MANACORDA, Telmo, José Pedro Varela, Montevideo, 1948;
  • MANACORDA, T., Itinerario y espíritu de Jacobo Varela, Montevideo, 1950; PIOTTI, Diosma, El "Elbio" Una institución privada con vocación pública, Montevideo, 2000;
  • VÁZQUEZ ROMERO, Andrés, Varela: estudio preliminar y selección documental, Montevideo, 1979;
  • VILLEGAS SJ, Juan, Influjo de Ira Mayhew en “La Educación del pueblo” de José Pedro Varela, Montevideo, 1989.


Susana Monreal (Montevideo, 1955). Licenciada en Historia (Pontificia Universidad Católica del Rio Grande del Sur, Brasil, 1978) y Doctora en Ciencias Históricas (Universidad Católica de Lovaina – KUL, Bélgica, 1990). Profesora de Alta Dedicación de la Universidad Católica del Uruguay y Directora del Instituto de Historia de la misma universidad. Miembro activo del Sistema Nacional de Investigadores de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (SNI-ANII). Miembro de número del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay, miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia (España) y de la Junta de Historia Eclesiástica Argentina (Argentina). Desde 2007 es Secretaria Ejecutiva de la Comisión para la Cultura y el Diálogo con los No Creyentes de la Conferencia Episcopal Uruguaya (CEU). Ha publicado Liberalismo y jacobinismo en el Uruguay batllista, en coauturía con Pablo da Silveira (Montevideo, Santillana, 2003) y Universidad Católica del Uruguay. El largo camino hacia la diversidad (Montevideo, Universidad Católica del Uruguay, 2005), entre otros libros, y numerosos artículos en revistas especializadas