VARELA Félix; Proceso de beatificación; Parte 2

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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Con motivo de los Procesos llevados a cabo para su beatificación.

Los actores de la Causa así como los encargados de su examen en la Congregación de las Causas de los Santos, han tenido que preparar una documentación histórica crítica sobre la biografía de Félix Varela Morales y sobre su producción literaria. Es lógico que en una Causa de beatificación se trate sobre todo del ejercicio heroico de las virtudes cristianas, así como de los problemas biográficos que se puedan encontrar en el curso de la misma. En el caso de Félix Varela Morales se prepararon, según las diversas fases del Proceso, lo que técnicamente se llama Positio super vita et virtutibus y varios complementos sucesivos, a partir de 1997 hasta 2011; los pasos dados fueron debidamente estudiados en manera que no quedasen dudas sobre su vida heroicamente santa “in crescendo” según los criterios de la teología católica[1].


Los estudios llevados a cabo con motivo de la causa de beatificación de Félix Varela Morales sacaron a la luz una abundante documentación de archivo y numerosos estudios sobre el personaje, que eran todavía relativamente escasos cuando se introdujo la Causa, a pesar de la relevancia histórica del personaje; pero, tras su introducción, tales estudios fueron creciendo con mayor base histórico-critica[2]. Los archivos donde se ha llevado a cabo una investigación sistemática para su Causa de beatificación han sido los siguientes: A.P.F. (Propaganda Fide en Roma); Archivo General de Indias en Sevilla, España; Archivo de la Arquidiócesis de New York en New York, EE.UU.; Archivo Secreto Vaticano en la Ciudad del Vaticano y Archivo de la Secretaría de Estado del Vaticano en la Ciudad del Vaticano; Archivo de la Biblioteca Nacional de Madrid en Madrid, España; Archivo General de Simancas en Valladolid, España; Archivo Nacional de Cuba en La Habana, Cuba. Luego se ha querido también ofrecer un examen crítico de las fuentes bibliográficas y biográficas, de modo especial sobre las más recientes. También hay que señalar que en la bibliografía sobre Varela se encuentra una larga lista de artículos publicados en inglés en Nueva York. En ellos se subrayan aspectos importantes sobre todo del periodo norteamericano de Varela o se recogen misceláneas sobre su pensamiento. Tres de ellos fueron publicados por la Universidad de La Habana en un volumen titulado “Miscelanea Filosófica”, y otros seis en “Boletín de las Provincias Eclesiásticas” de Cuba (1945-1946). En estos artículos se recogen ideas y actitudes de Varela, relativas a la vida religiosa, aspectos poco estudiados por buena parte de las publicaciones a él dedicadas y que se fijan mayormente sobre su ideario político. Como escribe Fernández Santalices: “se sabe que Varela tuvo una muerte santa; pero sería un acto de justicia situar este final y sus otras actuaciones públicas, en el marco sacerdotal y apostólico del que no puede separarse su figura sin grave quebranto de su íntegra personalidad cristiana y católica[3].


Ya en el siglo XIX aparece una interesante biografía de Varela: José Ignacio Rodríguez, Vida del Presbítero Don Félix Varela, Edición facsimilar [de la de Imprenta O Novo Mondo, Nueva York 1878, XVIII], Editorial Cubana, Miami 200. Entre las recientes indicaciones bibliográficas hay que señalar la ya mencionada Bibliografia del Padre Felix Varela, de Manuel Fernández Santalices, Saeta Ediciones, Miami (Florida – U.S.A.) 1991, donde tras dar una panorámica de los escritos de Varela y de escritos sobre el mismo, concluye que: “por la dificultad de acceso a la dispersa obra vareliana y la falta de una sistemática labor de investigación en lugares geográficamente distintos y distantes, se podrá comprender cómo esta Bibliografía que presentamos es necesariamente provisional. Pero sirve de base a unos trabajos más vastos y profundos...[4].


Los trabajos de Carlos Manuel De Céspedes García-Menocal, [vicario general del la archidiócesis de San Cristobal de La Habana], Aproximación y vigencia del Padre Félix Varela en la aurora del Tercer Milenio, [Conferencia en Pinar del Río (Cuba), 16 febrero 2001], en Novum Summarium adiunctum, pp. 150-167; Pasión por Cuba y por la Iglesia. Aproximación biográfica al P. Felix Varela, BAC, 1998. Mons. Céspedes nos ofrece un elenco de Sermones manuscritos, a partir del 1812 a 1819, donde se refleja el pensamiento filosófico de Varela en temas científicos, filosóficos, políticos y teológicos; Ética y emancipación en el pensamiento anticipador de Félix Varela. Simposio en la Universidad de La Habana, del 17 al 20 diciembre 1997. El trabajo de Jorge Ibarra Cuesta, Varela el precursor. Un estudio de época. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana 2004; los de de Joseph y Helen M. McC Adden, Felix Varela. Porta antorcha de Cuba, Ed. Universal, Miami, Florida, 2005. Otro estudioso valeriano es Fidel Rodríguez, Félix Varela: Profundidad manifiesta, . I: Primeros años de la vida del Padre Félix Varela Morales: infancia, adolescencia, juventud (1788-1821), I, Ediciones Universal, Miami, Florida, 2007, entre otros.

Algunos problemas en la biografía de Félix Varela.

A lo largo del Proceso de beatificación de Félix Varela Morales se tuvieron que estudiar varios problemas importantes relativos a su vida. Entre ellos destacan sobre todo algunos de su etapa cubana y de la española relacionados con su actividad “política” y de su pensamiento reformista en el cuadro de la ilustración española y del liberalismo católico de comienzos del XIX . El personaje surge como el de un profesor con una aguda inteligencia y perspicaz intuición que le da una extraordinaria capacidad de síntesis. Alguien comprometido con la formación del pensamiento de sus discípulos con la finalidad de dotarlos de autonomía y libertad en su pensar. Alguien comprometido no sólo con aquellos discípulos que contaban con los medios para poder costearse los estudios, sino también con aquellos que no tenía esa facilidad. El mundo en el que Varela se mueve en su período cubano, es pues, sobre todo, el académico.


La fase política española de Varela es una fase muy enredada entre restauración, absolutismo, independencias americanas y la revolución liberal del Riego. ¿Cómo se comporta Varela en este cuadro español? Entre los puntos más delicados se encuentra el de la cuestión de la condena del rey Fernando VII por felonía. Acerca de este punto tenemos el relato que el mismo Varela hace de su huida de España: “Breve exposición de los acontecimientos políticos de España desde el 11 de junio hasta el 30 de octubre de 1823 en que de hecho se disolvieron las Cortes” publicado en Apéndice H. de José Ignacio Rodríguez, Vida del Presbítero Don Félix Varela, Edición facsimilar [de la de Imprenta O Novo Mondo, Nueva York 1878, XVIII], Editorial Cubana, Miami 2002, 412-422. También están el Real Decreto de 23 de Junio de 1823 (p. 421-422) y el Manifiesto Real de 30 de Setiembre de 1823. Real Decreto de 1° de Octubre de 1823 (p. 423-424) . En el tomo 3 de “El Habanero” encontramos la narración en la que está la afirmación de Varela acerca de la votación realizada a favor de la regencia en la cual dice que ni siquiera los mismos diputados presentes pueden decir con precisión quién votó a favor y quién en contra, porque la sesión fue muy movida[5].


Llega luego la forzada Restauración. Cambiada la situación, es decir, una vez que el Rey es re-instalado en su poder absoluto por las fuerzas de la restauración, vienen condenados los diputados responsables de la deposición o condena del Rey. Aquí nos sirve otra vez la exposición antes mencionada. ¿Cómo escapa de aquella situación? Las fuentes bibliográficas citadas a veces no indican la procedencia de los documentos citados y por lo tanto su fiabilidad histórica. Vgr. Rodríguez, Fidel. ¿Existe una lista de diputados condenados a muerte como reos de lesa majestad? Probablemente la respuesta está en los archivos históricos españoles, especialmente en los de las “Cortes”. ¿Cuál es la situación de Varela tras la Restauración? Varela narra los días posteriores al hecho en la exposición antes mencionada. Si Varela se encuentra en la lista ó es apresado (que es igual a condena a muerte) ó escapa a Gibraltar (que es igual a libertad). ¿Cómo escapa? ¿Quién le ayuda a escapar? ¿Cómo se dirige a New York?


Comienza su fase norteamericana. Varela va a parar a New York y se incardina en ésta diócesis. Durante su estancia en New York. ¿Qué problemas principales tiene Varela? Hay dos frentes: el frente cubano, con la publicación de “El Habanero” y las cartas a sus amigos y su vida dentro de la naciente Iglesia católica neoyorkina: ¿por qué Varela decide quedarse en New York? Aquí se debe tomar en cuenta la hipótesis de trabajo que Jorge Ibarra Cuesta desarrolla en su obra Varela el precursor, un estudio de época[6]. Para este historiador cubano Varela no debe ser considerado como un “forjador” de la conciencia independentista cubana sino un “precursor”. Hace una introducción para aclarar la diferencia según él entre un forjador y un precursor. Estudia luego la proveniencia de los alumnos que el padre Varela tuvo en el seminario haciendo notar que los más vivos pertenecían a lo que el autor llama “clase plantadora”; es decir, provenían de familias dedicadas al cultivo de la caña de azúcar, del café y del tabaco y estaban muy involucrados en el destino económico, político y social de la Isla.


Después estudia el desarrollo del pensamiento de los discípulos más sobresalientes (José Antonio Saco, José de la Luz y Caballero y otros) para mostrar cómo estos discípulos fueron independizándose del pensamiento de Varela para tomar sus propios rumbos, en la mayoría de los casos a favor de la clase de la que provenían. Según Ibarra Cuesta el interés de Varela por permanecer en New York es puramente personal. Varela había propuesto toda una posición política respecto al absolutismo que se había reinstaurado en España. Después, cuando se dio la ley de amnistía, Varela no habría decidido acogerse a ella porque simplemente hubiera significado tener que reconocer que la posición que había tomado y las propuestas que había hecho eran totalmente erróneas y hubiera tenido que retractarse públicamente haciendo un acto de público arrepentimiento. Ibarra Cuesta sostiene que Varela no hizo esto porque eligió ser consecuente con su línea de pensamiento, siendo esta la motivación principal que le empujó a quedarse en el exilio de Nueva York. Esta hipótesis de trabajo deja claramente de lado toda la dimensión pastoral que desarrolló Varela en la diócesis de Nueva York y la dimensión sacerdotal del padre Varela.


Esto se puede percibir rápidamente si nos hacemos la pregunta ¿es que fue suficiente esta motivación política para que el padre Varela decidiera afrontar el terrible sufrimiento que sabemos efectivamente sufrió durante cada invierno neoyorquino? ¿Por qué no eligió un lugar geográfico menos extremo como San Agustín a donde se trasladaría años después para reponerse de su salud y desde donde nuevamente decide volver a Nueva York? Sabemos que el padre Varela no era un hombre de una salud de hierro, sino más bien proclive adquirir enfermedades en las vías respiratorias. De hecho su decisión de permanecer en Nueva York a pesar de las inclemencias que tuvo que soportar, tiene que haber obedecido a una razón más profunda que la de un simple deseo de ser consecuente con el pensamiento político propuesto. Tenemos una respuesta indirecta en sus mismas obras, que si bien no lo dicen expresamente, sí nos hablan acerca de las motivaciones que tenía para seguir trabajando en la diócesis asumiendo todas sus consecuencias. Por ejemplo las obras apologéticas nos hablan acerca de la preocupación del padre Varela por la comunicación de la recta verdad a favor del pueblo sencillo que era confundido por los medios de comunicación. Las instituciones que fundó (como aquella de la “templanza”) nos hablan acerca de su preocupación por la situación lamentable en la que se encontraban las familias involucradas directa o indirectamente en los problemas del alcoholismo. Las visitas a los hospitales nos muestran que dentro del él había algo más que una motivación puramente humana para permanecer en Nueva York.


¿Cuáles fueron los problemas que emergen en sus 30 años en los EE.UU., a partir de 1823? Ante todo el problema migratorio y la pastoral con inmigrantes (irlandeses, cubanos, franceses, alemanes, italianos). Llega en la década de la gran explosión demográfica neoyorquina producida por la migración en masa de personas de diversas lenguas y culturas ; entre ellos principalmente los irlandeses. Esto migrantes se encontraban en una situación de desventaja social pues, si bien la constitución hablaba de derechos igualitarios, en la práctica casi se llegaba al extremo de que uno sólo podía progresar socialmente si era protestante; si era un católico se hallaba segregado. El padre Varela tuvo que enfrentarse con estas situaciones. Testimonio de esto son diversos documentos que nos hablan de estas situaciones donde se ve su preocupación en favor de los fieles. Aunque no encontramos documentación directamente referida a esta actuación suya, nos ha dejado la huella de ella en lo que era inevitable; era tal su discreción y humildad que hubiese preferido callar y borrar tales huellas; tal era su discreción y humildad evangélica.


Luego encontramos la relación con los protestantes. El padre Varela fue un hombre de una gran inteligencia. Era capaz de ubicar inmediatamente el centro de una discusión y razonar sobre ella. Testimonio de esto son sus múltiples escritos apologéticos. ¿Cómo surgió esta confrontación? De los documentos investigados se puede decir que el padre Varela entró en ella movido por su sentido de pertenencia eclesial a la Iglesia Católica y por saber que esa era una tarea que le correspondía como sacerdote; su amor a la verdad, a la transparencia y su honestidad, que veía claramente mancilladas, y las groseras calumnias levantadas por algunos protestantes en sus publicaciones contra la Iglesia Católica, lo empujaron a publicar algunos de sus escritos apologéticos. Aquel era el tiempo del segundo gran despertar religioso protestante en los Estados Unidos, el llamado “revival” de las iglesias evangélicas, pentecostales o fundamentalistas, con el nacimiento de varias sectas[7]. Se puede ver en sus obras la febril actividad a la que se entregó al padre Varela en este campo con la única finalidad de defender la doctrina católica, no para imponerla, porque él sabía que era la verdadera sino para instruir, educar las mentes de los oyentes a fin de que pudiesen elegir con libertad y no dejarse arrastrar por las opiniones de otros.


El padre Varela es Vicario General de New York a partir de 1829. Su cargo de Vicario general le llevó también a veces a polémicas con su obispo y algún que otro sacerdote[8]. Estamos en 1829, seis años después de su llegada, ya ha comenzado el gran movimiento migratorio hacia Nueva York y la clara oposición de grupos protestantes contra los católicos. Su influjo será notable en el debate o controversia sobre la educación en aquel contexto, tema que después el primer arzobispo de Nueva York, John Hughes (1842-1864), sucesor de John Dubois (1826-1842), sacará adelante. Los complejos problemas, algunos aquí señalados, tuvieron que ser estudiados a lo largo del Proceso de beatificación de una de las personalidades más significativas del escenario eclesial, social y político en la historia eclesiástica del Continente Americano, precisamente el de los años dramáticos de las independencias latinoamericanas. Félix Varela Morales no sólo es un protagonista ideológico de las independencias iberoamericanas y de la problemática social y eclesial de la joven Iglesia en los Estados Unidos, sino un sacerdote católico que vivió con sentido total y consciente su vocación sacerdotal a lo largo de aquellos años difíciles, hasta su muerte en olor de santidad en 1853.

Notas y referencias

  1. Tales fueron: los exámenes de carácter histórico llevados a cabo en la década en 1997 y 1998 (Relatio et vota, de 1998) y lo que se llama un Summarium adiunctum con una investigación suplementar llevada a cabo en Brooklyn (22-26 junio de 1998). En base nuevas indicaciones de una Comisión histórica (enero de 2001) se preparó una ulterior documentación (Novum Summarium Adiunctum, 2002) con documentos encontrados en archivos españoles, romanos y números de la revista “El Habanero” publicada en Estados Unidos por Varela, con nuevas indicaciones bibliográficas y una lista más completa de los escritos de Varela así como la relación de un simposio sobre Varela, celebrado en Cuba (17-20 diciembre 1997): “Etica y emancipación en el pensamiento anticipador de Félix Varela”, y una conferencia en Pinar del Río (Cuba) del vicario general de la archidiócesis de La Habana (16.II.2001). Este material fue recogido en otro volumen (Positio del 2002); posteriores estudios históricos ampliados y documentación nueva hallada serán de nuevo presentados para su examen histórico-crítico (en Positio 2011). Entre tales estudios hay que destacar lo que a lo largo de esos años se presentó como fruto de la investigación histórica sucesiva, como una Biografia documentada, una “Cronologia documentada” de la vida de Félix Varela y una nueva serie de documentos recogidos en lo que se llamó Novum Summarium adiunctum, donde se dan las referencias de ocho biografías de Varela; los diversos Perfiles biográficos, escritos basados en noticias históricamente evaluadas, del 24 de abril de 1850; del 7 de marzo de 1853 y de otros sin fecha, pero del s. XIX, así como otros estudios históricos más recientes y basados en las fuentes publicadas o todavía inéditas.
  2. Informatio, Biografia documentata, cap. II; Cronologia de la Vida F. Varela, pp. III-VII; Novum Summarium ad., pp. 144-146. Queremos señalar la tesis doctoral en curso de José Walter Gutiérrez Senisse, ocd, El Padre Félix Varela y Morales: un pastor de almas forjador del pensamiento para la independencia política de Cuba. El desarrollo de su pensamiento en su itinerario histórico en Cuba, España y los Estados Unidos de Norteamérica, en la Facultad de Historia y de los Bienes Culturales de la Iglesia, de la PUG, bajo la dirección del Prof. Fidel González Fernández.
  3. Cit. en Positio super vita et virtutibus F.V. Novum Summarium adiunctum, (2002), Apéndice 1, 97.
  4. Ivi.
  5. FELIX VARELA Y MORALES, El Habanero. Papel político, científico y literario, Ediciones Universal, Miami-Florida, 1991, 122-123.
  6. J. RAMÓN IBARRA CUESTA, Varela, el precursor. Un estudio de época, Ed. Ciencias Sociales, La Habana 1996.
  7. Este “revival” inspiró el nacimiento de numerosas sectas para-cristianas en el seno del protestantismo americano.
  8. Así resulta de una carta del 23 de septiembre de 1829, firmada como Vicario General: FÉLIX VARELA Y MORALES, 1829 october 8. Félix Varela, vicar general, New York, to Dubois, bishop, Rome, APF (Roma), 10 SC Congressi America Centrale dal Canada all'istmo di Panama 1829-1832, ff. 211r-219v, 222v. A pesar de las diferencia con el colega Vicario John Power, los encontramos unidos para combatir los ataques, difamaciones e insultos de algunos grupos protestantes: F. VARELA Y MORALES – W.C. BROWNLEE – Th.C.Levins – J. POWER, The Religious Controversy between the Reverend Dr. W. C. Brownlee on the Part of the Protestants and the Rev. Drs. John Power, Thos. C.Levins and Félix Varela, on the Part of the Roman Catholics, Boyle & Benedict, Philadelphia 1833, 352.

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FIDEL GONZÁLEZ FERNÁNDEZ