VERACRUZ: Puerta del encuentro de dos mundos

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
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LA VILLA RICA DE LA VERA CRUZ

El primer asentamiento español en la Nueva España fue en la cosa atlántica donde hoy se levanta la ciudad y puerto de Veracruz, fundada con el nombre de «Villa Rica de la Vera Cruz». El primer contacto español con el territorio de la actual Veracruz fue en 1518, por una exploración capitaneada por Juan de Grijalva en el río Tonalá. La fundación de Veracruz se remonta al 22 de abril de 1519, cuando la expedición española al mando del conquistador Hernán Cortés desembarcó en «costa verde» o «Chalchiucueyetl-cuecan» (arena sobre arena amontonada), donde se asentó y posteriormente se fundó el primer ayuntamiento y asentamiento español en la Nueva España.

Se le llamó la Villa Rica de la Vera Cruz por lo siguiente: «Villa» como las de España, «Rica» por las manifestaciones de riqueza que Moctezuma hizo en el puerto a los recién llegados; «Vera» de verdadera y «Cruz» porque el día de su llegada era el Viernes Santo de aquel año y se rendía tributo a la Cruz de Cristo.

La Villa Rica de la Vera Cruz nació accidentalmente del conflicto de dos facciones rivales: Francisco de Montejo -enviado por Cortés a explorar por mar- había encontrado un sitio llamado «Quiahuiztla», en tierra de los totonacos y habiendo llegado la expedición a ese punto, se dividieron las opiniones: unos sólo se conformaban con lo alcanzado y no querían arriesgar sus vidas. Siendo leales al gobernador de Cuba Diego Velázquez, que les había enviado a explorar las tierras continentales, -para todos ellos aún desconocidas-, no querían romper su vínculo con Cuba.

Ante el descontento y división de opiniones partidistas, Cortés pospuso el embarque anunciando que todos volverían a Cuba. Entra aquí la historia de la llamada «quema de las naves», ordenada por Cortés. Por la noche, Cortés y sus partidarios se pusieron de acuerdo, persuadieron a otros y por la mañana en el campamento militar fundaron la ciudad, eligieron como alcaldes ordinarios a Alonso Hernández de Portocarrero (amigo de Cortés) y Francisco de Montejo (leal a Velázquez), de igual forma nombraron los oficiales que regían en los ayuntamientos castellanos: regidores, alguaciles, procurador, tesorero, contador; todos ellos eran partidarios de Cortés.

Así terminó la protesta y quedó instaurado un asentamiento que se convertiría en el primer ayuntamiento de la Nueva España México y de la Tierra Firme continental americana. Este hecho histórico constituye los inicios formales de la exploración y conquista de aquella Mesoamérica hasta entonces totalmente desconocida por el mundo occidental, y que convirtió de hecho a Cortés en legítimo y poderoso conquistador ya que contaba con mandato y autoridades legítimas establecidas de acuerdo a la legislación española. El 10 de julio de 1519 se consolidó la organización de un cuerpo político en el territorio de la Nueva España y se instaló el primer ayuntamiento de México y del continente americano. Sus primeros alcaldes,[1]como queda dicho, fueron Francisco de Montejo y Alonso Hernández de Portocarrero.

Aquel asentamiento de Veracruz cobrará una importancia fundamental a lo largo de toda la historia posterior del Continente Americano, pues se convirtió de inmediato en el puerto de entrada en el Virreinato de la Nueva España y desde aquí sería el punto de partida de todas las rutas en la historia española en las Américas, e incluso en el enlace con aquellas del Océano Pacífico hacia el Extremo Oriente: Filipinas. Esta importancia continuó teniéndola tras la independencia de México, formando parte del homónimo Estado de Veracruz, uno de los treinta y dos que hoy conforman México.

Tras la Independencia de México, fue una de las entidades federativas originales (séptima en orden de creación). Con la promulgación de la Constitución de 1857 llegó a su extensión actual. Como muestra de su importancia cultural, alberga dos de treinta y cinco lugares considerados Patrimonio de la Humanidad en México: la Ciudad prehispánica de El Tajín, y la zona de monumentos históricos de Tlacotalpan.[2]

La ciudad de Veracruz

La ciudad y puerto de Veraruz se encuentra frente a la entonces «Isla» de San Juan de Ulúa,[3]lugar donde que los españoles desembarcaron en 1519. El escudo de Veracruz reasume algunos aspectos de su antigua historia: Está cortado en dos campos: el superior en sinople o sinoble (verde) y el inferior en azur (azul), coronado por una cruz malteada en rojo en cuyos brazales se inscribe la palabra latina «vera» (verdadera), en alusión al nombre de la ciudad: Veracruz; en el campo de sinople y con esmalte en oro hay un torreón con dos almenas (en heráldica: poder, fortaleza o grandeza) significa «refugio de Indias»; en el campo de azur, con esmalte blanco, aparecen dos columnas en cuyas bandas se leen las palabras «Plus» (en la de la izquierda) y «Ultra» (en la de la derecha), que significan «Más Allá», haciendo referencia a las dos columnas de Hércules que ya campeaba en los escudos de los Reyes españoles. Sobre ellos campeaba un castillo y sobre el castillo un Cruz.

El actual escudo fue originalmente concedido a la ciudad mediante Real Cédula del 4 de julio de 1523, expedida en Valladolid por el rey-emperador Carlos I de España y V del Sacro Romano – Germánico Imperio. La orla de oro está tachonada con trece estrellas de esmalte en azul, de cinco puntas cada una de ellas, que representan a las provincias o regiones que en ese entonces pertenecían a la jurisdicción del Gobierno de Veracruz, el campo en sinople significa «tierra firme» y el torreón de oro con el campo en azur significa el mar y las columnas y su inscripción que el poderío y reino de España traspasaba el Mediterráneo y el estrecho de Gibraltar, las Columnas de Hércules, tradicional límite de los antiguos navegantes hasta el descubrimiento de América.[4]

Siguiendo la costumbre introducida en el México liberal, a las ciudades fundadas por los españoles y que dedicaban a celebrar siempre la memoria de un Misterio cristiano, de la Virgen o de un santo, los gobiernos liberales usualmente sustituyeron dicho nombre con otros que recordaban a personajes de la propia historia liberal. Así a Veracruz se le añadió en 1863 el nombre de «Ignacio de la Llave» un antiguo gobernador de aquel Estado. Otros nombres populares con los que se designa el lugar son: «El puerto jarocho»,«La puerta de América», «La cuatro veces heroica ciudad » (debido a las cuatro invasiones que sufrió a lo largo del siglo XIX por parte de tropas estadounidenses y francesas. Historia del asentamiento y Villa de Veracruz

En 1518 el capitán español Juan de Grijalva arribó al islote que llamó San Juan de Ulúa; la Villa Rica de la Vera Cruz fue fundada un año después en las playas llamadas Chalchihuecan; fundando el mismo día el Primer Ayuntamiento en la América continental y una de las primeras ciudades en ser fundadas por los españoles en toda la América continental.

Sus primeros alcaldes fueron Francisco de Montejo y Alonso Hernández de Portocarrero. En 1524, Veracruz cambió su asentamiento a donde hoy se encuentra «La Antigua», a orillas del río Huitzilapan; hasta que en 1599 el rey Felipe II de España decretó que Veracruz fuese trasladada de La Antigua a su primitivo lugar, que es el actual. En los siglos siguientes atracaron en sus muelles todos los barcos llegados de España y con ellos todos los personajes más importantes de la historia española en América; y desde aquí salieron hacia Europa todos los barcos y mercancías preciosas.

Por ello precisamente la Ciudad y puerto de Veracruz fue diana y objetivo principal de los ataques de la piratería, sobre todo inglesa, que intentaba incansable y frustradamente la destrucción del Imperio español en América. Durante los tres siglos de virreinato, la ciudad de Veracruz fue escenario de repetidos ataques de los piratas ingleses al servicio de Inglaterra; entre otros destacan John Hawkins y Francis Drake en 1568.

Durante dos siglos y medio corsarios y piratas realizaron continuos asaltos a puertos y ciudades marineras en ambos océanos (Atlántico y Pacífico), con la trata de esclavos negro-africanos y el comercio ilegal. Entre los ilustres marineros españoles que combatieron a los piratas a lo largo de esta pertinaz historia de ataques llevados a cabo bajo la bandera británica, la historia recuerda una falange de heroicos marinos y capitanes como el español Francisco Luján, quien libró un combate conocido como batalla de San Juan de Ulúa, logrando una notable victoria.

Dada la importancia del puerto de Veracruz durante el virreinato, pues era el principal lugar de partida para las naves que iban a España cargadas con el producto de la minería y de las mercancías en la denominada «Carrera de Indias», le valió el ser atacado continuamente por piratas y corsarios ingleses, y para repelerlos, la ciudad fue amurallada construyéndose una serie de fuertes y baluartes, destacándose el «Fuerte de San Juan de Ulúa» que se erigió en 1590, y el baluarte «Santiago» que lo protegía por un flanco.

A inicios del siglo XVII se construyeron varios edificios administrativos y religiosos importantes: en 1608 la casa del Cabildo (ayuntamiento) y el convento de Nuestra Señora de la Merced, al tiempo que se continuaba la fortificación de San Juan de Ulúa y se iniciaba la obra del Hospital de nuestra Señora de Loreto. En 1640 se organizó la Armada de Barlovento para defender el litoral de los piratas.

Fundación de la Armada de Barlovento

Desde mediados del siglo XVI el imperio español realizó diversas iniciativas para proteger los territorios de Las Indias Occidentales. En 1560 la Corona española elaboró un proyecto de poblamiento para esta área para hacer frente a los ataques de piratas y corsarios tanto ingleses como franceses, surgiendo así una propuesta de crear una serie de bases estratégicas entre las islas Bahamas y las Antillas, así como la formación de una armada. En el año 1576 los informes redactados por Diego de Sotomayor y Antonio Manrique para Felipe II señalaron a la Corona española la ventaja estratégica que podría tener para la defensa de Barlovento la formación de una flota que tuviese diversas sedes en los puertos del área.

En 1605 Felipe III aprobó la organización de una armada ligera de seis u ocho galeones, que en su etapa inicial debía formarse con carácter provisional a partir de la Armada de la Mar Océana, la cual fue creada en 1594 teniendo como puerto fijo a Lisboa, siendo comisionada con el patrullaje de las costas atlánticas de la Península ibérica para garantizar una llegada segura a las flotas provenientes de Indias. Algunos galeones pertenecientes a dicha armada en 1605 pasaron a formar parte de la Armada de Barlovento, junto a otros procedentes de la Armada de Vizcaya. Su sede principal fue el puerto de Veracruz, sin embargo tiempo después tuvo no solo una sino diversas bases en el puerto de Cartagena de Indias y en las Antillas Mayores (Puerto Rico, Cuba y La Española).

El 9 de septiembre de 1605 zarpó la flota del puerto de Lisboa, comandada por Luis de Fajardo bajo órdenes secretas sobre su destino, el cual era la salina de Araya (Venezuela), donde se habían establecido piratas holandeses y, una vez limpiada la zona de estos, hizo un recorrido por las islas de Barlovento, así como por las costas de Cartagena y Portobelo. Una vez finalizada misión la Armada se dividió y una parte regresó a España sin escalas, llegando en marzo de 1606, mientras la otra parte esperó en La Habana la llegada de las flotas mercantes, para protegerlas en su camino de regreso hacia España contra los ataques de holandeses, franceses e ingleses, llegando a Sevilla en octubre del mismo año. Esta primera iniciativa de organización fue el comienzo de otras, hasta que en 1635 culminaron en la definitiva creación de la Armada de Barlovento.

La Armada de Barlovento perteneció al régimen de la Flota de Indias, creada con el propósito de proteger los territorios españoles en América ante los ataques de sus enemigos europeos, sobre todo ingleses, holandeses calvinistas y franceses, que continuamente asediaban los territorios ultramarinos españoles y abordaban a los galeones españoles que navegaban desde las Indias a España y viceversa. Además, estas Potencias se servían de toda una red de piratas y corsarios a su servicio a parte de los que por propia cuenta se dedicaban al pillaje desde mediados del siglo XVI (1564-1577).

Este sistema de piratería sostenida por las señaladas Potencias europeas perdurará prácticamente hasta finales del siglo XVIII. La denominación de Barlovento, en términos geográficos actuales, se refiere a las islas que conforman las Antillas Menores; sin embargo en términos generales de finales del siglo XVI este término alude al espacio marítimo en donde los navíos españoles entraban en el Caribe en su ruta a América y, más específicamente, al área en conflicto permanente debido a ataques piratas, la cual podía incluir las Antillas Mayores y las costas de Tierra Firme.

Evolución posterior

En el siglo XVII, ante el aumento de la piratería en el Caribe español, se forma una gran armada, pero con un considerable coste económico. El financiamiento de estas flotas se consiguió a través de los impuestos denominados «avería» y «situado», los cuales gravaban las mercancías y sirvieron para cubrir los gastos generados por la realización de los viajes, convirtiéndose los propios comerciantes en los responsables directos de la protección del transporte de sus productos.

La armada ocupó un papel clave en la política española en América, desempeñando funciones tanto defensivas como logísticas cruciales, en especial para proteger el comercio y las costas, que comenzaban a ser atacados por algunas potencias europeas. A finales del siglo XVII la Armada de Barlovento no consiguió el fin para el que fue creada en primera instancia, debido a que las potencias europeas continuaban hostigando el comercio de España con América e incluso habían conseguido importantes enclaves en el Caribe desde los que lograron dirigir de una forma más eficaz el comercio ilícito.

Desgraciadamente para España, tras la Guerra de sucesión al Trono Español y tras la muerte de Carlos II de Austria, sin herederos directos, se desató un conflicto, entonces internacional, entre los contendientes al Trono: los Habsburgo austriacos (Carlos II pertenecía a tal dinastía) y los Borbones de Francia, también emparentados doblemente con el Rey difunto. Al lado de cada contendiente se alineó el resto de las Potencias europeas del momento, con la clara pretensión de deshacer el antiguo, extenso y poderoso Imperio Español.

Entre los contendientes en aquella liza se encontraba Inglaterra, plurisecular enemiga de España que pretendía el desguace de aquel Imperio. Ambos bandos tenían sus propios propósitos y claros planes: evitar sea la reconstrucción total del antiguo Imperio tal como lo había sido en tiempos de Carlos V y su hijo Felipe II, por una parte (la posición austríaca), y cuantos temían una formación política de extrema potencia bajo el «rey sol» Luis XIV Borbón de Francia, con el cual «ya no existirían los Pirineos», como se dice habría insinuado el mismo Rey Sol.

La contienda desencadenó una larga y extenuante Guerra de Sucesión que duraría 13 años y se concluiría con el Tratado de Utrecht-Rastatt de1713-15, por el que el antiguo Imperio Español quedaría cercenado y en parte descompuesto. Entre las cláusulas del mismo que sancionaban tal división del antiguo Imperio hispano, una tocaba precisamente el que la Armada de Barlovento debía ser disuelta, por lo que los territorios españoles ultramarinos quedaban a la merced de los ataques ingleses que no cesarán de ser crónicos en todo el siglo XVIII.

El comercio con las Indias quedó a merced de quienes dominaban ya los mares a través de una imponente red de apoyos marítimos y enclaves que recorrían todas las rutas marítimas del globo: desde Gibraltar a Malta y a través de las Antillas británicas hacia el control americano, pasando por los controles a la «Fenicia» con asentamientos a lo largo del Pacífico y del Indico en enclaves estratégicos. Para defender el Imperio Español a lo largo de sus dominios en el siglo XVIII la dinastía, ya española, de los Borbones planificó y llevó a cabo una red de construcciones de sólidos fuertes a lo largo de los puertos clave de la geografía de su Imperio. Historia moderna de Veracruz Tras la Independencia de México, el puerto de Veracruz continuó ejerciendo un papel preponderante como punto de llegada y de salida interoceánica atlántica. Son varios acontecimientos e iniciativas que lo demuestran. Así el «Jornal Económico Mercantil de Veracruz » fue el primer periódico, publicado en 1806. Una vez proclamada la independencia en septiembre de 1821, las últimas tropas españolas abandonaron la ciudad la noche del 26 de octubre, resguardándose en la fortaleza de San Juan de Ulúa hasta su toma por los insurgentes el 23 de noviembre de 1825. Francisco Arrillaga obtuvo en 1837 la concesión para construir el Ferrocarril entre Veracruz y la Ciudad de México.

El 4 de mayo de 1857 Benito Juárez llegó al puerto de Veracruz donde promulgó en 1859 las leyes de nacionalización de bienes eclesiásticos, del matrimonio como contrato civil, del registro civil, de secularización de los cementerios y la libertad de cultos. Veracruz ha sido en dos ocasiones sede del Poder Ejecutivo de la Federación: en 1858 durante la Guerra de Reforma con el gobierno encabezado por Benito Juárez, y en 1914 durante la Revolución Mexicana estando al frente Venustiano Carranza.

En 1861 una expedición tripartita de tropas francesas, británicas y españolas al mando del General Juan Prim arribaron a Veracruz con la intención de cobrar la deuda externa cuyo pago había sido suspendido por Benito Juárez. Las tropas españolas y las inglesas se retiraron tras la promesa de pago acordada en los Tratados de la Soledad, mas no las ropas francesas que atacaron Puebla en 1862 y tomaron esa ciudad en 1863.

En 1864 llegaron a la ciudad de Veracruz a bordo de la fragata «Novara», el Archiduque Maximiliano de Habsburgo y su esposa, la princesa Carlota de Bélgica, a quienes una Junta de Notables había ofrecido el trono del Segundo imperio mexicano, impulsado por el emperador francés Napoleón III. Por ese mismo puerto de Veracruz salieron las tropas napoleónicas en 1967, dando fin a la segunda intervención francesa.

Un suceso de trascendencia se produjo el 1 de enero de 1873 con el arribo del primer tren del ferrocarril mexicano, procedente de Ciudad de México. El tren «Jarocho» hizo su viaje inaugural llevando a bordo al presidente Sebastián Lerdo de Tejada. En 1897 el presidente Porfirio Díaz fundó la Heroica Escuela Naval a iniciativa de José María de Vega, jefe del Departamento de Marina.

En 1911 tras su renuncia el general Porfirio Díaz llegó al puerto para embarcar en el vapor alemán «Ypiranga» rumbo a su exilio en Europa. El 21 de abril de 1914 el puerto sufrió un nuevo e injustificado ataque por parte de la armada de los Estados Unidos. El 6 de enero de 1915, en funciones como poder ejecutivo bajo la figura de «primer jefe» creada por Venustiano Carranza, él mismo expidió la Ley agraria que estableció la restitución y dotación de tierras. El 12 de febrero de 1924 el gobernador interino Ángel Cazarín decretó como capital provisional del estado, a la ciudad de Veracruz.

El 18 de noviembre de 1825 las fuerzas españolas que aún permanecían en México, guarecidas en la fortaleza de San Juan de Ulúa y amenazaban con bombardear desde ella a la ciudad de Veracruz, fueron finalmente derrotadas y expulsadas tras dos semanas de combates con tropas mexicanas, comandadas por el general Miguel Barragán, en ese entonces gobernador de Veracruz. Por ese hecho, el 29 de julio de 1826 la ciudad obtuvo por decreto el primer título de «Heroica».

El bombardeo sufrido en noviembre de 1838 por los buques franceses del contralamirante Charles Baudin durante la «guerra de los pasteles», llevó a que en 1898 la Legislatura del Estado de Veracruz le concediera su segundo título de «Heroica». Ese título fue ampliado el 16 de diciembre de 1948, siendo presidente de la república Miguel Alemán Valdés, con el decreto número 73 que declaraba a Veracruz «Cuatro Veces Heroica» por haber sido escenario de agresiones extranjeras (Francia en 1838 y 1861, y los Estados Unidos en 1847 y 1914).

Algunas poblaciones veracruzanas con antiguas raíces históricas • La Antigua. Municipio ubicado a 28 km al norte del puerto de Veracruz; fue en este lugar donde Hernán Cortés fundó la primera iglesia católica en la América Continental; aún se puede apreciar las ruinas de la casa de Cortés. • Tlacotalpan. Ubicado a 84 km al sur de la ciudad de Veracruz, se conoce por ser la cuna del folklore jarocho y tierra de tradiciones y fiestas arraigadas como la fiesta de la Candelaria. • Orizaba. Es una de las ciudades más antiguas del Estado y posee interesante construcciones arquitectónicas como el Palacio de Hierro diseñado por Gustavo Eiffel y traído desde Bélgica desarmado y a bordo de dos buques. • Xalapa. Actualmente es la Capital del Estado de Veracruz; está ubicada 110 km de distancia del Puerto de Veracruz. Es famosa su Orquesta Sinfónica. En Xalapa se encuentran también el Parque Ecológico Macuiltepetl y el Jardín Botánico Francisco Javier Clavijero, en memoria del famoso historiador jesuita. GRUPOS ÉTNICOS E INMIGRACIONES Población autóctona ¿Qué grupos de indígenas encontraron los conquistadores españoles al desembarcar en las costas atlánticas del Golfo de México? Tres grupos autóctonas poblaban al territorio del hoy Estado de Veracruz: los huastecos, los totonacas y los olmecas, que fueron una vasta comunidad de pueblos emparentados étnica y culturalmente.

El área ocupada por los huastecos abarcaba desde el sur de Tamaulipas, parte de San Luis Potosí, Querétaro, Puebla e Hidalgo y por el sur el río Cazones. Los restos más antiguos de esta cultura se han encontrado en la zona de Pánuco. En el centro se asentó la cultura Totonaca; su principal centro ceremonial fue El Tajín, mientras que la cultura olmeca se asentó en la parte sur del estado, colindante con Tabasco.

El estado de Veracruz, especialmente su puerto, ha sido una encrucijada de varias culturas desde la época española hasta épocas recientes. El puerto de Veracruz ha traído carga, marineros, inmigrantes y esclavos de diversas partes, especialmente del Caribe y Europa. Veracruz tiene influencias culturales europeas, indígenas y africanas. Estos influjos pueden verse en la música, las tradiciones culinarias y en el propio pueblo veracruzano.

Indígenas: constituyen el 12% de la población del estado en el año 2000. Los más numerosos son los nahuas, totonacas, huastecas, popolocas, zapotecas, chinantecas, otomíes, mazatecas, tepehuas, mixtecos, zoques, mixes, mayas y tzotziles. Los más numerosos son los nahuas, que constituyen más de la mitad de la población indígena. La mayoría de las comunidades nativas se encuentran en 68 municipios, especialmente en Tehuipango, Mixtla de Altamirano, Astacinga, Soledad Atzompa, Tlaquilpan, Los Reyes, Magdalena, San Andrés Tenejapan, Tantoyuca, Zongolica, Chicontepec, Papantla, Ixhuatlán de Madero, Soteapan, Playa Vicente, Mecayapan y Coyutla. En 1998, alrededor del 10% de la población hablaba una lengua indígena; El censo de 2005 contó 605.135 hablantes de lengua indígena.

Inmigración europea Desde la llegada de los españoles en 1519, los inmigrantes que se han instalado en el territorio veracruzano ha sido abundante y heterogéneo. Esto se debe a que la villa y puerto de Veracruz fue la puerta de entrada principal para ingresar a la Nueva España. En su inmensa mayoría fueron primero españoles, y tras la independencia comenzaron a llegar nuevos inmigrantes, fundamentalmente procedentes de Europa, incluido en un segundo momento un notable número de españoles. Las políticas gubernamentales inmigratorias, impulsadas por Porfirio Díaz a finales del siglo XIX, fueron las de repoblar partes del territorio veracruzano.

A esta oleada de inmigrantes se añadiría a mediados del siglo XX una nueva ola, principalmente de españoles, italianos, libaneses, franceses, irlandeses y alemanes, quienes han mantienen comunidades importantes en diferentes puntos del país. La inmigración española ha sido la que ha mantenido un gran arraigo religioso, político y cultural criollo, principalmente en el puerto y en el sotavento veracruzano. Al terminar la Guerra Civil Española en 1939 con la derrota del Frente Popular republicano anarco-comunista, arribaron al puerto de Veracruz más de 25 mil exiliados españoles.

La mayoría se instalaron en la ciudad de México, pero también en las ciudades de Veracruz, Xalapa y Córdoba, buena parte de ellos eran intelectuales que contribuyeron a la cultura y las artes de México en general y de Veracruz en particular. Este exilio español en México, acogido por el Gobierno del Presidente Lázaro Cárdenas, se extingue en la década de 1970.

Por lo que se refiere a la inmigración italiana, entre 1858 y 1924 llegaron más de 3.800 italianos principalmente asentándose en Zentla y Colonia Manuel González que fue el primer pueblo italiano en México; posteriormente, en 1881, llegaron otros más instalándose en los municipios de Tepatlaxco , Gutiérrez Zamora, Martínez de la Torre y Camarón de Tejeda. En la actualidad existen más de 85 mil descendientes de italianos en el Estado de Veracruz.

En 1833 llegó el primer grupo de inmigrantes franceses a la región del río Bobos y Nautla asentándose en los municipios de San Rafael, Jicaltepec, Martínez de la Torre, Los Altos y Perote como parte de las colonias fundadas por el gobierno del siglo XIX, de igual forma a otras ciudades con auge industrial durante el porfiriato como Orizaba y el puerto de Veracruz. Se estima que alrededor más de 50.000 veracruzanos son de ascendencia francesa. Los alemanes fueron otro de los grupos recientes de inmigrados en El Mirador. Unos 10 000 inmigrantes judíos askenazí llegarían también, estableciéndose la mayor parte en el puerto de Veracruz, Córdoba, Tierra Blanca y Coatzacoalcos.

Afroamericanos También a través de Veracruz llegaron a México afroamericanos, traídos forzosamente como fuerza de trabajo, sobre todo en sus principios como servicio «doméstico». Su presencia desde el punto de su impacto cultural constituye una pieza importante en la cultura, el folclore y gastronomía, principalmente en el puerto de Veracruz, las llanuras del sotavento y el sur del estado. La historia de su llegada obligada data, algunos desde la época casi inmediata del asentamiento de los españoles en Veracruz a mediados de los siglos XVI y XVII.

Sus principales asentamientos fueron el puerto de Veracruz, el Sotavento, Yanga, Coyolillo, Cosamaloapan, Acayucan, Región de los Tuxtlas y poblaciones cercanas, donde se nota una descendencia notable de mulatos, zambos y pardos respectivamente. Se dieron, como en casi la mayor parte del Continente, sublevaciones de la población esclava africana. Fue notable la capitaneada por Gaspar Yanga (o Nyanga), nacido en Gabón el 15 de mayo de 1545, perteneciente a la tribu de los Bran y perteneciente a una familia real.

Capturado por los negreros fue transportado a América donde se le impuso el nombre de Gaspar. Dirigiendo un levantamiento de esclavos afrodescendientes, pasa a la historia como uno de los primeros «liberadores de los esclavos». A mediados del siglo XVI fue llevado a la Nueva España como esclavo, precisamente a Veracruz, donde fue empleado en los trabajos de una plantación de caña de azúcar, donde capitanea un levantamiento de esclavos hacia 1570 en los alrededores de Veracruz, creando una colonia de esclavos libres, llamados «Marones», que sobrevivió a lo largo de unos 30 años.

Yanga y este grupo de cimarrones sobrevivieron atacando a las caravanas de comerciantes entre Veracruz y la Ciudad de México, y al mismo tiempo organizando de manera que llama la atención, la vida social y de trabajo agrícola de la sociedad. El llamado «palenque» creado por Yanga pudo sobrevivir cuando las autoridades españolas se vieron obligadas a reconocerlo como una entidad legal y los Morrones se obligaron a pagar los debidos tributos a la Corona española, logrando así en 1618 que su población, llamada «San Lorenzo de Los Negros» fuese reconocida oficialmente por las autoridades españolas como un asentamiento libre.

Inmigración del Oriente Medio

Del Oriente Medio las inmigraciones han sido principalmente de Líbano y Turquía. Los primeros libaneses que llegaron a Veracruz lo hicieron en 1878, y provenían principalmente de Akkar, Baalbek, y Batrum; posteriormente durante el gobierno de Porfirio Díaz llegaron más de 4.000 personas al estado, instalándose en varios puntos como en los puertos de Veracruz y Coatzacoalcos y ciudades como Córdoba, Xalapa y Orizaba,

Se calcula que en los inicios del siglo XXI unos 104.000 veracruzanos son de origen libanés, con apellidos como Karam, Chedraui, Ayub, Yunez, Kuri etc, convirtiéndose junto con Yucatán, en los estados con mayor número de personas de origen libanés en México, mientras los turcos que llegaron durante en el porfiriato, lo hicieron en flujos más reducidos.

NOTAS

  1. Alcalde en el derecho castellano: un cargo público que se encuentra al frente de la administración pública de una ciudad, municipio o pueblo, que se llamada “ayuntamiento” (junta de vecinos). Desde la Edad Media era el gobernador o el máximo jefe militar y oficial jurisdiccional de un alcázar, castillo o fortaleza. Sus facultades eran de diferente orden y se extendían tanto a la jurisdicción civil como a la criminal, tanto al gobierno militar como al político.
  2. http://cuentame.inegi.org.mx/monografias/informacion/ver/default.aspx?tema=me&e=30
  3. En el siglo XX, con la construcción de los modernos Astilleros de Veracruz fue unida a tierra firme dejando de ser «isla»
  4. Cf. Gobierno del estado de Veracruz. «Historia del origen del nombre y Escudo de Veracruz»; Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal. «Veracruz de Ignacio de la Llave - Historia». Enciclopedia de los Municipios de México. Gobierno del Estado de Veracruz.