QUEVEDO, Fray Juan De
(Bejoris, ¿1450? – Molins del Rey, 1519) Religioso franciscano, Obispo
Nacido en Bejorís, en la región de Burgos, no se conoce la fecha exacta de su nacimiento. Pasó la mayor parte de su vida en Sevilla, donde fue guardián del monasterio franciscano, llegando a ser superior de la Provincia bética franciscana. En 1513 fue nombrado predicador de la capilla del Rey, siendo reconocidas sus dotes de gran orador por el Rey Fernando el Católico.
En ese mismo año el Rey escribe a su Embajador en Roma Mosén Jerónimo de Vich, solicitando a Su Santidad la institución del Patriarcado universal de las Indias en la persona del arzobispo don Juan Rodríguez de Fonseca, y del obispado de «Nuestra Señora de la Antigua» “en la provincia que se ha de llamar Bética Áurea para fray Juan de Quevedo, franciscano de la observancia”.
Por la bula del Papa León X «Pastoralis officii debitum» del 9 de septiembre de 1513, se erige la diócesis de Nuestra Señora de la Antigua. En este documento, erige además la villa de Nuestra Señora de la Antigua en ciudad, y da a su capilla la categoría de catedral con la misma advocación. El obispo Quevedo fue preconizado por el Papa León X el 28 de noviembre de 1513 y consagrado por el Arzobispo de Sevilla, el dominico Diego Deza el 29 de enero de 1514.
El obispo franciscano se embarcó hacia el Nuevo Mundo en el puerto de Sanlúcar de Barrameda el 11 de abril de 1514, en la expedición que venía a las órdenes de Pedrarias Dávila, nombrado como Gobernador y Capitán General. En la armada de Pedrarias Dávila, compuesta de diecinueve naves, airosamente adornadas con banderas y gallardetes portando imágenes marianas, las figuras de Santa María la Antigua, Santiago Apóstol y la Santa Cruz de Jerusalén, venían con el obispo seis franciscanos, bajo la dirección del comisario del ministro provincial de Santa Cruz. Diego de Torres, 17 clérigos. Con el Gobernador Pedrarias se alistaron casi 2000 hombres, incluyendo varios matrimonios. Entre los viajeros se encontraban Diego de Almagro, Hernando de Luque, Bernal Díaz del Castillo, Diego de la Tobilla, Gonzalo Fernández de Oviedo, Hernando de Soto, Pascual de Andagoya, Francisco de Montejo, futuros descubridores y conquistadores de tierras americanas.
La Armada llegó a su destino a finales de junio de 1514 encontrándose una colonia rica y floreciente. En un principio las relaciones entre el obispo y el gobernador Pedrarias fueron cordiales, pero luego cambiaron por diversas razones, llegando a convertirse realmente en tormentosas. El gobernador y sus oficiales ignoraron las advertencias reales y desoyeron los consejos del obispo Quevedo, llegando a cometer las más atroces crueldades no sólo contra los indígenas, sino también contra sus compatriotas rivales. Una de estas causas fue el juicio de residencia que el gobernador debía hacerle a Vasco Núñez de Balboa, alcalde mayor de la ciudad de Santa María la Antigua.
Durante los años de su estadía en la colonia, el obispo del Darién trató por todos los medios de reconciliar a Pedrarias con Balboa, incluso llegando a casar por poder a Balboa con la hija de Pedrarias, Inés de Bobadilla, quien residía en España. Los esfuerzos por lograr la reconciliación no lograron impedir el juicio y decapitación de Balboa en la plaza de Acla, en enero de 1519, con sus leales compañeros de exploraciones y conquistas, como resultado de las intrigas, envidias, y maledicencias que rodearon los últimos años de la vida del descubridor del Mar del Sur, Vasco Núñez de Balboa.
Los sinsabores producidos por las desavenencias con el gobernador y los graves sucesos ocurridos, impulsaron al obispo a solicitar licencia al rey para volver a España o para que se le trasladase a Santo Domingo. Con la intención de informar a la Corona de cuanto estaba sucediendo, salió de la colonia hacia su patria en abril de 1519, acompañado del Vicario de los franciscanos en Santa María Fray Francisco de San Román. Una vez en su patria, en la audiencia real en la corte reunida en Barcelona, ante el emperador Carlos V, sostuvo una fuerte polémica teológica-jurídica en torno a la natural esclavitud o a la libertad y racionalidad del indio, con el padre Bartolomé de las Casas, y sobre el abuso y el expolio de que eran objeto.
Entre las muchas cosas que habló el Obispo, denunció los muchos que habían muerto en el Darién desde su llegada hacía cinco años; sus denuncias fueron plasmadas en dos escritos, uno de los cuales se titula «Noticias de las matanzas, estragos e crueldades que abia visto fascer en aquellas partes de Tierra Firme».
En la célebre reunión, convocada y presidida por Carlos V, en la cual también estuvo presente fray Bartolomé de las Casas, que sostuvo criterios y opiniones tan contrarias al obispo franciscano, alcanzó a exponer los problemas que aquejaban la evangelización y el trato injusto a los indios.
Tres días después de las agotadoras jornadas ante el Emperador, Fray Juan se extinguió a consecuencia de fiebres malignas, el 24 de diciembre de 1519 en Molins del Rey, cerca de Barcelona.
BIBLIOGRAFIA
OSORIO OSORIO Alberto, “Fray Juan de Quevedo, Primer Obispo de Tierra Firme, Panamá, 2001
MORIN Alfredo, “Apuntes de Historia de la Iglesia de Panamá-Periodo Colonial, Panamá,2008); Articulo de Luis Carlos Mantilla. Biografía tomada de la Gran Enciclopedia de Colombia del Círculo de Lectores, tomo de biografías. (internet)
MANUELITA NÚÑEZ CASTILLEROS