Diferencia entre revisiones de «COMPAÑÍA DE JESÚS; Arribo y expansión en las Indias Occidentales»

De Dicionário de História Cultural de la Iglesía en América Latina
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
 
(No se muestran 6 ediciones intermedias de otro usuario)
Línea 1: Línea 1:
 
==Indicaciones de San Ignacio, Diego Laínez y San Francisco de Borja==
 
==Indicaciones de San Ignacio, Diego Laínez y San Francisco de Borja==
  
La Compañía nace en América, «iure pleno», como Provincia de las Indias Occidentales (1567).<ref>Cfr. Dionisio Vázquez (ex comm) aAntonio Sedeño. Roma, 27 agosto 1567. MonAntFlor (= Monumenta Antiquce Florida- (1566-1572) Ed. F. ZUBILLAGA. Roma 1946) 195-197. Los textos de los documentos citados se transcriben como en el original con la morfología y sintaxis propias de la época.</ref>La primera expedición, propiamente dicha, se establece en Perú en 1568, bajo el primer provincial, Jerónimo Ruiz de Portillo quien, antes de partir, en virtud de su cargo y autoridad, firmaba, en Sevilla (septiembre 1567), en su calidad de «Praepositus Provincialis Societatis Iesu in Indiis Occidentalibus», el nombramiento de Juan Bautista Segura como Viceprovincial de F1orida.<ref>Ruiz de Portillo a Juan Bautista Segura. Sevilla 28 septiembre 1567. MHSI MonAntFlor 205-206.</ref>
+
La Compañía nace en América, «iure pleno», como Provincia de las Indias Occidentales (1567).<ref>Cfr. Dionisio Vázquez (ex comm) aAntonio Sedeño. Roma, 27 agosto 1567. ''MonAntFlor (= Monumenta Antiquce Florida-'' (1566-1572) Ed. F. ZUBILLAGA. Roma 1946) 195-197. Los textos de los documentos citados se transcriben como en el original con la morfología y sintaxis propias de la época.</ref>La primera expedición, propiamente dicha, se establece en Perú en 1568, bajo el primer provincial, Jerónimo Ruiz de Portillo quien, antes de partir, en virtud de su cargo y autoridad, firmaba, en Sevilla (septiembre 1567), en su calidad de «Praepositus Provincialis Societatis Iesu in Indiis Occidentalibus», el nombramiento de Juan Bautista Segura como Viceprovincial de F1orida.<ref>Ruiz de Portillo a Juan Bautista Segura. Sevilla 28 septiembre 1567. ''MHSI MonAntFlor'' 205-206.</ref>
  
En esta región, ejercían su ministerio, desde el año anterior, algunos jesuitas llevados, con licencia de Felipe II, por el Adelantado Pedro Menéndez de Avsiulés.  Dejada la Florida, se crea la provincia de México (1571) coincidente, en sus límites geográficos, con el virreinato de Nueva España, mientras la provincia del Perú abarca todo el virreinato peruano. Ambas provincias se desarrollarán y darán lugar a nuevas demarcaciones provinciales: de Méjico nace la provincia de Filipinas (1594 viceprovincia/1604 provincia), cuyo primer establecimiento fue el colegio de Manila fundado en 1581.  
+
En esta región, ejercían su ministerio, desde el año anterior, algunos [[EVANGELIZACIÓN_DE_AMÉRICA;_contribución_de_los_jesuitas | jesuitas]] llevados, con licencia de Felipe II, por el Adelantado Pedro Menéndez de Avsiulés.  Dejada [[LA_FLORIDA;_el_Castillo_de_San_Marcos | la Florida]], se crea la provincia de México (1571) coincidente, en sus límites geográficos, con el virreinato de Nueva España, mientras la provincia del Perú abarca todo el virreinato peruano. Ambas provincias se desarrollarán y darán lugar a nuevas demarcaciones provinciales: de Méjico nace la provincia de Filipinas (1594 viceprovincia/1604 provincia), cuyo primer establecimiento fue el colegio de Manila fundado en 1581.  
  
 
En 1605, la extensa provincia del Perú se divide en las viceprovincias de Charcas y del Nuevo Reino y Quito. Esta se convierte en provincia en 1611. La primera desaparece dos años después, en 1607, aun antes de su constitución, para convertirse en provincia del Paraguay, que abarcaba los territorios de las actuales Repúblicas de Paraguay, Uruguay, Argentina y Chile. Ésta última región se desgaja, como viceprovincia dependiente de Perú (decreto 1624/ promulgación 1625).  
 
En 1605, la extensa provincia del Perú se divide en las viceprovincias de Charcas y del Nuevo Reino y Quito. Esta se convierte en provincia en 1611. La primera desaparece dos años después, en 1607, aun antes de su constitución, para convertirse en provincia del Paraguay, que abarcaba los territorios de las actuales Repúblicas de Paraguay, Uruguay, Argentina y Chile. Ésta última región se desgaja, como viceprovincia dependiente de Perú (decreto 1624/ promulgación 1625).  
Línea 9: Línea 9:
 
Años más tarde, en 1683/1684 (fechas del decreto y su ejecución), será elevada a provincia «pleno iure», no obstante los intentos de unirla de nuevo con la provincia del Paraguay (1666-1669), o de suprimirla integrándola en la provincia del Perú (1676-1679), lo que no llegó a tener efecto.
 
Años más tarde, en 1683/1684 (fechas del decreto y su ejecución), será elevada a provincia «pleno iure», no obstante los intentos de unirla de nuevo con la provincia del Paraguay (1666-1669), o de suprimirla integrándola en la provincia del Perú (1676-1679), lo que no llegó a tener efecto.
  
El 24 de marzo de 1696 se ejecuta el decreto de erección de la Provincia de Quito, a la que se asignan, separándolos de la provincia del Nuevo Reino, los colegios y casas de los obispados de Quito, Panamá y Popayán (menos los partidos de Antioquia y Medellín) y las misiones de los Maynas y del Chocó. Aquí se trata de los territorios de estas siete provincias de América hispana y Filipinas como un todo orgánico y señalando los puntos de contacto con el Oriente, evangelizado por las provincias de la Asistencia Lusitana que  van a marcar la primera pauta de la metodología misionera de la Compañía de Jesús.
+
El 24 de marzo de 1696 se ejecuta el decreto de erección de la Provincia de Quito, a la que se asignan, separándolos de la provincia del Nuevo Reino, los colegios y casas de los obispados de Quito, Panamá y Popayán (menos los partidos de Antioquia y Medellín) y las misiones de los [[MAYNAS;_Características_de_la_Misión | Maynas]] y del Chocó. Aquí se trata de los territorios de estas siete provincias de América hispana y Filipinas como un todo orgánico y señalando los puntos de contacto con el Oriente, evangelizado por las provincias de la Asistencia Lusitana que  van a marcar la primera pauta de la metodología misionera de la [[JESUITAS_(Compañia_de_Jesús) | Compañía de Jesús]].
  
Son de capital importancia, para comprender estas líneas generales comunes a ambas Indias, Orientales y Occidentales, además de la correspondencia de san Ignacio,<ref>Esta correspondencia ha sido tratada en la obra fundamental de obligada referencia: Jesús Mª GRANERO, La acción misionera y ¡os métodos misiona1es de San Ignacio de Loyola, Bibliotheca Hispana Missionum VI, Burgos 1931.</ref>y la de sus sucesores Diego Laínez y san Francisco de Borja, el memorial de Juan Alfonso de Polanco de 1558, preparado para la I Congregación General,<ref>«Quae ad finem Societatis nostrae praefixum divinae gloriae et cornmunis boni tractandae videtur» ARSI Instit. 18, fol. 43 l'-434'. Publicado y comentado por PEDRO DE LETURIA, Un significativo documento de 1558 sobre 1as misiones de infieles de la Compañía de Jesús. AHSI 8 (1939) 102-117.</ref>y las instrucciones de Borja de 1567 a los visitadores de la India,<ref>«Recuerdos que se dan al P. Visitador de las Indias de Portugal». 10 enero 1567. MHSI DocInd (=Documenta Indica. Ed. J. WICKI (14-16 coed. J. GOMES) 18 vol. Roma: 1948-1988) 7, 187-192; Segunda instrucción, lº octubre 1567. Ibidem 304-313.</ref>y del Brasi1,<ref>«Instrucción para el P Ignatio de Acebedo en la visitación de la Provincia del Brasil» [24 febrero 1566] y cartas al mismo visitador de 30 y fin de enero 1567. MHSI MonBras (= Monumenta Bmsiliae. Ed. S. LEITE, 4 vol. 1956-1960) 4, 323-329 357-381.</ref>y al P. Ruiz de Portillo.<ref>«Instruction al Padre Portillo y a los otros Padres que van a las Indias de España en Marzo 1567» MHSI MonPer (= Monuinenta Peruana Ed. A. DE EGAÑA 7 vol. Romae 1956-1986) l, 121-124. Sobre estas instrucciones, véase FÉLIX ZUBILLAGA Métodos misionales de la primera instrucción de San Francisco de Borja para La América Española (1567) AHSI 12 (1943) 58-88.</ref>Estas últimas normas serán recogidas en la instrucción, o «Recuerdos» del mismo Borja, de 1571, dirigidos al P. Pedro Sánchez, provincial de la recién erigida provincia de Nueva España.<ref>«Recuerdos para el Padre D. Pedro Sánchez y los que con él van a la Nueva España». Madrid, hacia 20 enero 1571. Véase FÉLIX ZUBILLAGA Instrucción de Borja al Primer Provincia7 de Nueva España (1571 ). Métodos misionales. Studia Missionalia 3 (1947) 155-206.</ref>
+
Son de capital importancia, para comprender estas líneas generales comunes a ambas Indias, Orientales y Occidentales, además de la correspondencia de san Ignacio,<ref>Esta correspondencia ha sido tratada en la obra fundamental de obligada referencia: Jesús Mª GRANERO, ''La acción misionera y ¡os métodos misiona1es de San Ignacio de Loyola, Bibliotheca Hispana Missionum'' VI, Burgos 1931.</ref>y la de sus sucesores Diego Laínez y san Francisco de Borja, el memorial de Juan Alfonso de Polanco de 1558, preparado para la I Congregación General,<ref>«Quae ad finem Societatis nostrae praefixum divinae gloriae et cornmunis boni tractandae videtur» ARSI Instit. 18, fol. 43 l'-434'. Publicado y comentado por PEDRO DE LETURIA, ''Un significativo documento de 1558 sobre 1as misiones de infieles de la Compañía de Jesús. AHSI'' 8 (1939) 102-117.</ref>y las instrucciones de Borja de 1567 a los visitadores de la India,<ref>«Recuerdos que se dan al P. Visitador de las Indias de Portugal». 10 enero 1567. ''MHSI DocInd (=Documenta Indica.'' Ed. J. WICKI (14-16 coed. J. GOMES) 18 vol. Roma: 1948-1988) 7, 187-192; Segunda instrucción, lº octubre 1567. Ibidem 304-313.</ref>y del Brasi1,<ref>«Instrucción para el P Ignatio de Acebedo en la visitación de la Provincia del Brasil» [24 febrero 1566] y cartas al mismo visitador de 30 y fin de enero 1567. ''MHSI MonBras (= Monumenta Bmsiliae''. Ed. S. LEITE, 4 vol. 1956-1960) 4, 323-329 357-381.</ref>y al P. Ruiz de Portillo.<ref>«Instruction al Padre Portillo y a los otros Padres que van a las Indias de España en Marzo 1567» ''MHSI MonPer (= Monuinenta Peruana'' Ed. A. DE EGAÑA 7 vol. Romae 1956-1986) l, 121-124. Sobre estas instrucciones, véase FÉLIX ZUBILLAGA Métodos misionales de la primera instrucción de San Francisco de Borja para La América Española (1567) AHSI 12 (1943) 58-88.</ref>Estas últimas normas serán recogidas en la instrucción, o «Recuerdos» del mismo Borja, de 1571, dirigidos al P. Pedro Sánchez, provincial de la recién erigida provincia de Nueva España.<ref>«Recuerdos para el Padre D. Pedro Sánchez y los que con él van a la Nueva España». Madrid, hacia 20 enero 1571. Véase FÉLIX ZUBILLAGA Instrucción de Borja al Primer Provincia7 de Nueva España (1571 ). Métodos misionales. ''Studia Missionalia'' 3 (1947) 155-206.</ref>
  
 
==Delineación del método misional==
 
==Delineación del método misional==
Línea 17: Línea 17:
 
A lo largo de 200 años, hasta la expulsión de 1767, estas líneas inspiraron, en sus elementos básicos, el método misional de la Compañía en América hispana y Filipinas. El tema es muy amplio, por lo hay que reducirlo a algunos principios fundamentales y aplicaciones concretas. Se centrará en el método misional delineado por Ignacio de Loyola, basado en la experiencia primigenia de la India.  
 
A lo largo de 200 años, hasta la expulsión de 1767, estas líneas inspiraron, en sus elementos básicos, el método misional de la Compañía en América hispana y Filipinas. El tema es muy amplio, por lo hay que reducirlo a algunos principios fundamentales y aplicaciones concretas. Se centrará en el método misional delineado por Ignacio de Loyola, basado en la experiencia primigenia de la India.  
  
Lo actuado aquí es importante pues tiene su origen en san Francisco Xavier y en la aprobación de Ignacio, de acuerdo con el espíritu del Instituto de la Compañía de Jesús que se va plasmando en sus Constituciones. Por ello, es posible hablar, en líneas generales, de un método misional o «modo de proceder» de la Compañía en la evangelización. El mismo Francisco de Borja, siendo general de la Compañía, expresará su respeto por el «modo de proceder» de la India, en el primer punto de los «Recuerdos» (10 enero 1567) al visitador de aquella provincia: “Porque aquella Provincia tiene particular experiencia para buen proceder en muchas cosas, no sea fácil en mudar cosa alguna aunque le parezca no conforme a lo que la Compañía usa destas partes de Europa...”.<ref>«Recuerdos que se dan al P. Visitador de las Indias de Portugal» 10 enero 1567. MHSI DocInd 7, 187.</ref>
+
Lo actuado aquí es importante pues tiene su origen en san Francisco Xavier y en la aprobación de Ignacio, de acuerdo con el espíritu del Instituto de la Compañía de Jesús que se va plasmando en sus Constituciones. Por ello, es posible hablar, en líneas generales, de un método misional o «modo de proceder» de la Compañía en la evangelización. El mismo Francisco de Borja, siendo general de la Compañía, expresará su respeto por el «modo de proceder» de la India, en el primer punto de los «Recuerdos» (10 enero 1567) al visitador de aquella provincia: ''“Porque aquella Provincia tiene particular experiencia para buen proceder en muchas cosas, no sea fácil en mudar cosa alguna aunque le parezca no conforme a lo que la Compañía usa destas partes de Europa...”.''<ref>«Recuerdos que se dan al P. Visitador de las Indias de Portugal» 10 enero 1567. MHSI DocInd 7, 187.</ref>
  
 
==Envío a las indias de Castilla==
 
==Envío a las indias de Castilla==
Línea 23: Línea 23:
 
Para encuadrar la acción y el método misional de la Compañía en las Indias Occidentales de España, hay que hacer unas observaciones sobre el interés de san Ignacio por éstas; y, segundo, se ofrecen unas notas sobre el papel de [los padres] Polanco y de Borja en el proceso de formación de la metodología misional de la Compañía en su aplicación a la América hispana.
 
Para encuadrar la acción y el método misional de la Compañía en las Indias Occidentales de España, hay que hacer unas observaciones sobre el interés de san Ignacio por éstas; y, segundo, se ofrecen unas notas sobre el papel de [los padres] Polanco y de Borja en el proceso de formación de la metodología misional de la Compañía en su aplicación a la América hispana.
  
En un Congreso Ignaciano, con motivo de los quinientos años del nacimiento de Íñigo López de Loyola, un autor de nota afirmaba la falta de interés de Ignacio por las Indias de Castilla en contraposición al mostrado por las Indias de Portugal. Afirmación que basaba en la producción literaria y cartográfica sobre el tema de los descubrimientos y conquistas que, según aquel autor, interesaban poco a la población española y, entre ellos, a Iñigo por lo que tampoco -estas son sus palabras -: “pudo influir sobre la acción misionera ulterior de la Compañía, pues se sabe que los Jesuitas llegaron muy tarde a las posesiones españolas, ya muy avanzado el reinado de Felipe II y, claro está, mucho después de la muerte de Ignacio”.<ref>J. CHARLES VERLINDEN, Iñigo López de Loyola y el descubrimiento de América, en QUINTÍN ALDEA (ed.), Ignacio de Loyo1a en gran crisis del siglo XVI. Congreso Internacional de Historia. Madrid, 19-21 noviembre de 1991. Universidad Complutense. Bilbao 1993. pp. 111-113.</ref>  
+
En un Congreso Ignaciano, con motivo de los quinientos años del nacimiento de Íñigo López de Loyola, un autor de nota afirmaba la falta de interés de Ignacio por las Indias de Castilla en contraposición al mostrado por las Indias de Portugal. Afirmación que basaba en la producción literaria y cartográfica sobre el tema de los descubrimientos y conquistas que, según aquel autor, interesaban poco a la población española y, entre ellos, a Iñigo por lo que tampoco -estas son sus palabras -: ''“pudo influir sobre la acción misionera ulterior de la Compañía, pues se sabe que los Jesuitas llegaron muy tarde a las posesiones españolas, ya muy avanzado el reinado de Felipe II y, claro está, mucho después de la muerte de Ignacio”.''<ref>J. CHARLES VERLINDEN, ''Iñigo López de Loyola y el descubrimiento de América'', en QUINTÍN ALDEA (ed.), ''Ignacio de Loyo1a en gran crisis del siglo XVI. Congreso Internacional de Historia. Madrid, 19-21 noviembre de 1991''. Universidad Complutense. Bilbao 1993. pp. 111-113.</ref>  
  
Estas afirmaciones ni reflejan la realidad de la corte de Fernando el Católico, donde se formó Íñigo de Loyola (1507/8-1516), ni la de la familia Loyola con intereses y miembros presentes en Indias; entre éstos, Hernando de Loyola, hermano de Iñigo, muerto en Tierra Firme hacia 1516.<ref>Sobre la relación de la familia Loyola con las Indias, puede verse mi artículo Íñigo López de Loyola: probable estancia en Sevilla (1508 y 1511 ) y su reflejo en los Ejercicios AHSI 63 (1994) 3-75; pp. 32-43.</ref>Tampoco es exacto afirmar, como se viene haciendo, que fueran los jesuitas a América bien avanzado el reinado de Felipe II, ya que éste no comienza a gobernar, en persona, como rey, los reinos de España, hasta su 1legada de Flandes en 1559: seis años después, en 1565, Felipe daba licencia al Adelantado de la Florida para llevar consigo jesuitas y, al año siguiente, ordenaba su envío a Perú y a Nueva España.
+
Estas afirmaciones ni reflejan la realidad de la corte de Fernando el Católico, donde se formó Íñigo de Loyola (1507/8-1516), ni la de la familia Loyola con intereses y miembros presentes en Indias; entre éstos, Hernando de Loyola, hermano de Iñigo, muerto en Tierra Firme hacia 1516.<ref>Sobre la relación de la familia Loyola con las Indias, puede verse mi artículo Íñigo López de Loyola: probable estancia en Sevilla (1508 y 1511 ) y su reflejo en los Ejercicios ''AHSI'' 63 (1994) 3-75; pp. 32-43.</ref>Tampoco es exacto afirmar, como se viene haciendo, que fueran los jesuitas a América bien avanzado el reinado de Felipe II, ya que éste no comienza a gobernar, en persona, como rey, los reinos de España, hasta su 1legada de Flandes en 1559: seis años después, en 1565, Felipe daba licencia al Adelantado de la Florida para llevar consigo jesuitas y, al año siguiente, ordenaba su envío a Perú y a Nueva España.
  
Por otra parte, y esto es más importante, la intención y solicitud de enviar compañeros de Ignacio de Loyola a las Indias de Castilla es anterior a la fundación de la misma Compañía, e incluso, a la invitación para ir a las Indias de Portugal; pero diversas circunstancias impidieron la realización de este deseo hasta el generalato de Francisco de Borja, fuera de algunas excursiones de los jesuitas del Brasil al Paraguay, a petición de sus vecinos castellanos, que solicitaban a su superior, Manuel de Nóbrega la fundación de un colegio en Asunción.
+
Por otra parte, y esto es más importante, la intención y solicitud de enviar compañeros de Ignacio de Loyola a las Indias de Castilla es anterior a la fundación de la misma Compañía, e incluso, a la invitación para ir a las Indias de Portugal; pero diversas circunstancias impidieron la realización de este deseo hasta el generalato de Francisco de Borja, fuera de algunas excursiones de los jesuitas del [[BRASIL;_Afrodescendientes | Brasil]] al Paraguay, a petición de sus vecinos castellanos, que solicitaban a su superior, Manuel de Nóbrega la fundación de un colegio en Asunción.
  
Por noviembre de 1537, 1legaron a Roma, procedentes de Venecia, Ignacio y dos de sus compañeros de París, Pedro Fabro y Diego Lainez y, por Pascua de 1538, el resto de los compañeros. Por ese tiempo, un obispo español (quizás Pedro Sarmiento, arzobispo de Santiago de Compostela, residente en Roma y uno de los favorecedores de Ignacio y sus compañeros, creado cardenal en 18 noviembre 1538) y el embajador del Emperador en la corte romana, Juan Fernández Manrique, trataron del envío de Ignacio y sus compañeros a las Indias para la evangelización de los “indios que los españoles estaban ganando para el Emperador”.  
+
Por noviembre de 1537, 1legaron a Roma, procedentes de Venecia, Ignacio y dos de sus compañeros de París, Pedro Fabro y Diego Lainez y, por Pascua de 1538, el resto de los compañeros. Por ese tiempo, un obispo español (quizás Pedro Sarmiento, arzobispo de Santiago de Compostela, residente en Roma y uno de los favorecedores de Ignacio y sus compañeros, creado cardenal en 18 noviembre 1538) y el embajador del Emperador en la corte romana, Juan Fernández Manrique, trataron del envío de Ignacio y sus compañeros a las Indias para la evangelización de los ''“indios que los españoles estaban ganando para el Emperador”.''
  
Pero el papa Paulo III, a cuya obediencia Ignacio y sus compañeros se habían ofrecido, los retuvo en Roma. Así consta de la respuesta de Pedro Fabro, en nombre de sus compañeros, a Diogo Gouvea, principal del colegio de Santa Bárbara de París, que les pedía para la India del rey de Portugal.<ref>Pedro Fabro y compañeros a Diego de Gouvea. Roma, 23 noviembre 1538. MHSI MonBras 1, 98-10l; MHSI EppIgn (=Sancti Ignatii de LoyoIa Societatis Iesu fundatoris epistolae et intstructiones. 12 vol. Madrid 1903-1911. Reimpr. 1964-1968) I, 132.</ref>
+
Pero el papa Paulo III, a cuya obediencia Ignacio y sus compañeros se habían ofrecido, los retuvo en Roma. Así consta de la respuesta de Pedro Fabro, en nombre de sus compañeros, a Diogo Gouvea, principal del colegio de Santa Bárbara de París, que les pedía para la India del rey de Portugal.<ref>Pedro Fabro y compañeros a Diego de Gouvea. Roma, 23 noviembre 1538. ''MHSI MonBras'' 1, 98-10l; ''MHSI EppIgn (=Sancti Ignatii de LoyoIa Societatis Iesu fundatoris epistolae et intstructiones.'' 12 vol. Madrid 1903-1911. Reimpr. 1964-1968) I, 132.</ref>
  
Pocos meses antes, el mismo Gouvea había informado a Juan III de la partida de París para Jerusalén de Simáo Rodrigues y seis compañeros y del fruto que hacían en Italia. Proponía al rey portugués que, por medio de sus embajadores en Venecia y en Roma, invitaran a Rodrigues y a sus compañeros a ejercer su ministerio en la India.<ref>Gouvea «O Velho» a Juan III. París, 17 febrero 1538. MHSI MonBras 1, 87-97. ib. 94.</ref> ato curioso, aunque sea de paso: según Gouvea, “O principal delles hé hum Mestre Pedro Fabro, homem docto e de mui grande vida, e hum outro Inigo, castelhao”.<ref>Ibidem.</ref>
+
Pocos meses antes, el mismo Gouvea había informado a Juan III de la partida de París para Jerusalén de Simáo Rodrigues y seis compañeros y del fruto que hacían en Italia. Proponía al rey portugués que, por medio de sus embajadores en Venecia y en Roma, invitaran a Rodrigues y a sus compañeros a ejercer su ministerio en la India.<ref>Gouvea «O Velho» a Juan III. París, 17 febrero 1538. ''MHSI MonBras'' 1, 87-97. ib. 94.</ref>dato curioso, aunque sea de paso: según Gouvea, ''“O principal delles hé hum Mestre Pedro Fabro, homem docto e de mui grande vida, e hum outro Inigo, castelhao”.''<ref>Ibidem.</ref>
  
 
Fabro explicaba a su antiguo principal, el «magister noster» Diogo de Gouvea, que todos cuantos se habían juntado en la Compañía, se habían entregado al Sumo Pontífice como supremo señor de toda la mies de Cristo, y le habían significado que estaban dispuestos a todo lo que, acerca de ellos, juzgare en Cristo. Se habían sometido al juicio y voluntad del papa por saber que tenía mayor conocimiento de lo que más convenía a toda la cristiandad.<ref>«Deuouimus nosmetipsos Summo Pontifici, quatenus ipse est dominus vniuersae messis Xpi.; in qua quidem oblacione ei significauimus, nos esse paratos ad cuncta, quae ipse de nobis judicarit in Xpo.. Causa autem quare hoc pacto nos subiecimus ejus judicio ac voluntati fuit, quod sciamus penes ipsum majorem [esse] cognicionem eorum, quae expediant vniuerso xpianismo». Ibidem.</ref>
 
Fabro explicaba a su antiguo principal, el «magister noster» Diogo de Gouvea, que todos cuantos se habían juntado en la Compañía, se habían entregado al Sumo Pontífice como supremo señor de toda la mies de Cristo, y le habían significado que estaban dispuestos a todo lo que, acerca de ellos, juzgare en Cristo. Se habían sometido al juicio y voluntad del papa por saber que tenía mayor conocimiento de lo que más convenía a toda la cristiandad.<ref>«Deuouimus nosmetipsos Summo Pontifici, quatenus ipse est dominus vniuersae messis Xpi.; in qua quidem oblacione ei significauimus, nos esse paratos ad cuncta, quae ipse de nobis judicarit in Xpo.. Causa autem quare hoc pacto nos subiecimus ejus judicio ac voluntati fuit, quod sciamus penes ipsum majorem [esse] cognicionem eorum, quae expediant vniuerso xpianismo». Ibidem.</ref>
  
Este hecho constituía el cumplimiento de la segunda parte del voto de Montmartre (París), origen y fundamento remoto de la Compañía de Jesús: Ignacio y siete compañeros de la Universidad parisina, hicieron, el 15 agosto 1534, voto de peregrinar a Jerusalén para “gastar su vida en provecho de 1as ánimas” y esperar un año la nave en Venecia. Pasado el año sin embarcación, quedarían libres de este voto y se pondrían, en Roma, a la obediencia del papa para que los enviara a donde juzgase más conveniente.<ref>San Ignacio de Loyola. Obras. Edición manual. Madrid 51991 (=BAC 86). I. Autobiografía (Ed. C. DE DALMASES) cap. VIII, n. 85, pp. 157-159.</ref>
+
Este hecho constituía el cumplimiento de la segunda parte del voto de Montmartre (París), origen y fundamento remoto de la Compañía de Jesús: Ignacio y siete compañeros de la Universidad parisina, hicieron, el 15 agosto 1534, voto de peregrinar a Jerusalén para ''“gastar su vida en provecho de 1as ánimas”'' y esperar un año la nave en Venecia. Pasado el año sin embarcación, quedarían libres de este voto y se pondrían, en Roma, a la obediencia del papa para que los enviara a donde juzgase más conveniente.<ref>''San Ignacio de Loyola''. Obras. Edición manual. Madrid 51991 (=BAC 86). I. ''Autobiografía'' (Ed. C. DE DALMASES) cap. VIII, n. 85, pp. 157-159.</ref>
  
 
De aquí que, el ir o no ir a las Indias, ya fueran las del Emperador, como Rey Católico de Castilla y León, o las del Rey de Portugal, no dependiera de Ignacio y de sus compañeros sino del Papa. Este era el punto central y el que constituye la identidad de la Compañía: la puesta de sus personas a la disposición del papa para ser enviados a donde juzgara mejor convenir.
 
De aquí que, el ir o no ir a las Indias, ya fueran las del Emperador, como Rey Católico de Castilla y León, o las del Rey de Portugal, no dependiera de Ignacio y de sus compañeros sino del Papa. Este era el punto central y el que constituye la identidad de la Compañía: la puesta de sus personas a la disposición del papa para ser enviados a donde juzgara mejor convenir.
  
Este elemento, constitutivo esencial de la identidad de la Compañía, se expresa claramente en la Fórmula del Instituto aprobada por la bula de Paulo III «In Regimini militantis Ecclesiae» (27 septiembre 1540), acta de fundación de la Compañía de Jesús y, luego, de modo más explícito, por la bula de confirmación de Julio III, «Exposcit debitum» (21 julio 1550). En esto consiste el fin de la Compañía de Jesús y el sentido del 4º voto que hacen sus profesos.  
+
Este elemento, constitutivo esencial de la identidad de la Compañía, se expresa claramente en la Fórmula del Instituto aprobada por la [[BULA | bula]] de Paulo III «In Regimini militantis Ecclesiae» (27 septiembre 1540), acta de fundación de la Compañía de Jesús y, luego, de modo más explícito, por la bula de confirmación de Julio III, «Exposcit debitum» (21 julio 1550). En esto consiste el fin de la Compañía de Jesús y el sentido del 4º voto que hacen sus profesos.  
  
Este era el fin: “Sub cmcis vexillo militare, soli Domino ac Ecclesiae Ipsius sponsae, sub Romano Ponti:í'ice, Christi in teris Vicario, servire ... ad fidei defensionem et propagationem ...”.<ref>Julio III Exposcit debitum 21 julio 1550.</ref>
+
Este era el fin: ''“Sub cmcis vexillo militare, soli Domino ac Ecclesiae Ipsius sponsae, sub Romano Ponti:í'ice, Christi in teris Vicario, servire ... ad fidei defensionem et propagationem ...”.''<ref>Julio III ''Exposcit debitum'' 21 julio 1550.</ref>
  
El 4º voto de los profesos rezaba así: “Además del vínculo ordinario de los tres votos, con un voto especial, por el cual nos obligamos a ejecutar, sin subterfugio ni excusa alguna, inmediatamente, en cuanto de nosotros depende, todo lo que nos manden los Romanos Pontífices, el actual y sus sucesores, en cuanto se refiere al provecho de las almas y a la propagación de la fe; y a cualquiera región a que nos quieran enviar, aunque piensen que nos tienen que enviar a los turcos, o a cualesquiera otros infieles, incluso en las regiones que llaman Indias; o a cualesquiera herejes, cismáticos, o a los fieles cristianos que sea”.<ref>Ibidem. La redacción de la bula Regimini mi1itantis Ecclesiae, decía «...o a cualesquiera otros infieles, incluso los que viven en las regiones que llaman Indias».</ref>
+
El 4º voto de los profesos rezaba así: ''“Además del vínculo ordinario de los tres votos, con un voto especial, por el cual nos obligamos a ejecutar, sin subterfugio ni excusa alguna, inmediatamente, en cuanto de nosotros depende, todo lo que nos manden los Romanos Pontífices, el actual y sus sucesores, en cuanto se refiere al provecho de las almas y a la propagación de la fe; y a cualquiera región a que nos quieran enviar, aunque piensen que nos tienen que enviar a los turcos, o a cualesquiera otros infieles, incluso en las regiones que llaman Indias; o a cualesquiera herejes, cismáticos, o a los fieles cristianos que sea”.''<ref>Ibidem. La redacción de la bula ''Regimini mi1itantis Ecclesiae,'' decía «...o a cualesquiera otros infieles, incluso los que viven en las regiones que llaman Indias».</ref>
  
 
Como se ve, las Indias están presentes en el horizonte de los fundadores. Pero, en el caso de las Indias Occidentales, además del mandato, o «missio» del Papa, la única puerta para pasar a las Indias era el mandato del Rey Católico, en cuanto rey de Castilla y León  ya que, por las bulas pontificias, la responsabilidad del envío para la evangelización radicaba en él.   
 
Como se ve, las Indias están presentes en el horizonte de los fundadores. Pero, en el caso de las Indias Occidentales, además del mandato, o «missio» del Papa, la única puerta para pasar a las Indias era el mandato del Rey Católico, en cuanto rey de Castilla y León  ya que, por las bulas pontificias, la responsabilidad del envío para la evangelización radicaba en él.   
  
A fines de 1539 o comienzos de 1540, el Licenciado Juan de Arteaga y Avendaño, comendador de Santiago, antiguo compañero de Ignacio en Alcalá y Salamanca, ofreció a Ignacio para sí o para algún otro de la Compañía, su obispado de Chiapas, en la Nueva España, para el que había sido preconizado.<ref>MHSI Fontes narr. (=Fontes narrativi de S. Ignatio de Loyola et de Societatis Iesu initiis 4 vol.) l, 170 no 8. Aviso 18.10.39, ejecución 22.XI.40. (+8.9.41 Veracruz, antes de entrar), Arteaga era preceptor de Don Luis de Requesens, hijo de Don Juan de Zúñiga, ayo y mayordomo mayor del Príncipe, a quien Iñigo había visitado, en Madrid, en la Casa del Príncipe, en 1535.</ref>
+
A fines de 1539 o comienzos de 1540, el Licenciado Juan de Arteaga y Avendaño, comendador de Santiago, antiguo compañero de Ignacio en Alcalá y Salamanca, ofreció a Ignacio para sí o para algún otro de la Compañía, su obispado de Chiapas, en [[NUEVA_ESPAÑA;_Virreinato_de_la | la Nueva España]], para el que había sido preconizado.<ref>''MHSI Fontes narr. (=Fontes narrativi de S. Ignatio de Loyola et de Societatis Iesu initiis'' 4 vol.) l, 170 no 8. Aviso 18.10.39, ejecución 22.XI.40. (+8.9.41 Veracruz, antes de entrar), Arteaga era preceptor de Don Luis de Requesens, hijo de Don Juan de Zúñiga, ayo y mayordomo mayor del Príncipe, a quien Iñigo había visitado, en Madrid, en la Casa del Príncipe, en 1535.</ref>
  
Fundada la Compañía de Jesús, como orden (27 septiembre 1540), el Dr. Juan Bernal Díaz de Luco, del Consejo de Indias, amigo de Ignacio, le pidió, en 1542, compañeros para España e Indias. La respuesta de Ignacio fue la misma que se había dado a Gouvea, tres años atrás, pero no ocultaba su interés para que se realizara. Así le escribía:
+
Fundada la Compañía de Jesús, como orden (27 septiembre 1540), el Dr. Juan Bernal Díaz de Luco, del [[CONSEJO_REAL_DE_INDIAS | Consejo de Indias]], amigo de Ignacio, le pidió, en 1542, compañeros para España e Indias. La respuesta de Ignacio fue la misma que se había dado a Gouvea, tres años atrás, pero no ocultaba su interés para que se realizara. Así le escribía:
  
“Quanto al deseo tan bueno y sancto para mayor prouecho spiritual de las ánimas, [que] fuesen algunos desta mínima congregación nuestra, los vnos para España, los otros para las Indias, cierto yo lo deseo en el Señor nuestro lo mismo, y para otras muchas partes; mas como no somos nuestros, ni queremos, nos contentamos en peregrinar donde quiera que el vicario de X.º nuestro señor mandando, nos inbiare; á la voz del qual resonando el cielo, y en ninguna parte la tierra, en nosotros no siento alguna pereza ni moción alguna della”.<ref>Ignacio a Díaz de Luco. Roma, 16 enero 1543. MHSI EppIgn l, 241.</ref>
+
''“Quanto al deseo tan bueno y sancto para mayor prouecho spiritual de las ánimas, [que] fuesen algunos desta mínima congregación nuestra, los vnos para España, los otros para las Indias, cierto yo lo deseo en el Señor nuestro lo mismo, y para otras muchas partes; mas como no somos nuestros, ni queremos, nos contentamos en peregrinar donde quiera que el vicario de X.º nuestro señor mandando, nos inbiare; á la voz del qual resonando el cielo, y en ninguna parte la tierra, en nosotros no siento alguna pereza ni moción alguna della”.''<ref>Ignacio a Díaz de Luco. Roma, 16 enero 1543. ''MHSI EppIgn'' l, 241.</ref>
  
En 1547 era el obispo de Michoacán, Vasco de Quiroga, quien por sí y por medio de su agente en Nueva España, el canónigo Negrón (identificado como Diego Pérez Gordillo Negrón), amigo de Ignacio, pedía al provincial de España, Antonio de Araoz, jesuitas para su diócesis.<ref>Araoz a Ignacio. Madrid, 24 abril 1547. MHSI Epp mixtae (=Epistolae mixtae ex variis Europae lociis ab anno 1537 ad 1556 scriptae. 5 vol. Madrid 1898-1901) l, 360. Aquí se le nombra Negrete.</ref>En 1551, el mismo Quiroga insistía personalmente a Ignacio.<ref>MHSI Polanco Chron. (= Vita Ignatii Loiola et rerum Societatis Iesu historia. Auctore J.A. DE POLANC0. 6 vol. Madrid 1894-198) 2, 321 no 314.</ref>
+
En 1547 era el obispo de Michoacán, [[QUIROGA,_Vasco_de | Vasco de Quiroga]], quien por sí y por medio de su agente en Nueva España, el canónigo Negrón (identificado como Diego Pérez Gordillo Negrón), amigo de Ignacio, pedía al provincial de España, Antonio de Araoz, jesuitas para su diócesis.<ref>Araoz a Ignacio. Madrid, 24 abril 1547. ''MHSI Epp mixtae (=Epistolae mixtae ex variis Europae lociis ab anno 1537 ad 1556 scriptae.'' 5 vol. Madrid 1898-1901) l, 360. Aquí se le nombra Negrete.</ref>En 1551, el mismo Quiroga insistía personalmente a Ignacio.<ref>''MHSI Polanco Chron. (= Vita Ignatii Loiola et rerum Societatis Iesu historia''. Auctore J.A. DE POLANC0. 6 vol. Madrid 1894-198) 2, 321 no 314.</ref>
  
En 1549, al enviar los primeros jesuitas a Brasil, por mandato de Juan III [de Portugal], Ignacio propuso a Francisco de Estrada y a Miguel de Torres destinar jesuitas a Nueva España<ref>Ignacio a Estrada y a Torres. Roma, 12 enero 1549. MHSI EppIgn 2, 302. La expresión utilizada en los puntos de la minuta (lo único que se conserva del este despacho), es indicativa de la resolución de Ignacio: «4.º Al México inbíen, si le pareze, haziendo que sean pedidos, ó sin serlo».</ref>. En 1553, Miguel de Torres, desde Lisboa, se ofrecía a ir, con otros, a las Indias del rey de Portugal o a las del rey de España, adonde marchaba un eclesiástico amigo de los jesuitas, que Torres no nombraba.<ref>Torres a Ignacio. Lisboa, 6 enero 1553. MHSI Epp mixtae 3, 30</ref>
+
En 1549, al enviar los primeros jesuitas a Brasil, por mandato de Juan III [de Portugal], Ignacio propuso a Francisco de Estrada y a Miguel de Torres destinar jesuitas a Nueva España<ref>Ignacio a Estrada y a Torres. Roma, 12 enero 1549. ''MHSI EppIgn'' 2, 302. La expresión utilizada en los puntos de la minuta (lo único que se conserva del este despacho), es indicativa de la resolución de Ignacio: «4.º Al México inbíen, si le pareze, haziendo que sean pedidos, ó sin serlo».</ref>. En 1553, Miguel de Torres, desde Lisboa, se ofrecía a ir, con otros, a las Indias del rey de Portugal o a las del rey de España, adonde marchaba un eclesiástico amigo de los jesuitas, que Torres no nombraba.<ref>Torres a Ignacio. Lisboa, 6 enero 1553. ''MHSI Epp mixtae'' 3, 30</ref>
  
Entretanto, los jesuitas del Brasil expresaban sus deseos de pasar al Paraguay para la atención de españoles e indios. En 1554, marchaban dos jesuitas a los indios Carijós, pero fueron asesinados por ellos.<ref>MHSI MonAntFlor 28*-33*.</ref>A Ignacio no le pareció conveniente que fueran al Paraguay jesuitas desde Brasil, y encargó a Borja que, si juzgaba expediente erigir el colegio del Paraguay, enviase algunos de España para instituirlo.<ref>MHSI Polanco Chron. 6, 647-648.</ref>Llegado este caso, se solicitaría el apoyo del Príncipe Felipe.<ref>Polanco a Ribadeneyra. Roma, 3 marzo 1556. MHSI Epplgn 12. 85.</ref>
+
Entretanto, los jesuitas del Brasil expresaban sus deseos de pasar al Paraguay para la atención de españoles e indios. En 1554, marchaban dos jesuitas a los indios Carijós, pero fueron asesinados por ellos.<ref>''MHSI MonAntFlor'' 28*-33*.</ref>A Ignacio no le pareció conveniente que fueran al Paraguay jesuitas desde Brasil, y encargó a Borja que, si juzgaba expediente erigir el colegio del Paraguay, enviase algunos de España para instituirlo.<ref>''MHSI Polanco Chron.'' 6, 647-648.</ref>Llegado este caso, se solicitaría el apoyo del Príncipe Felipe.<ref>Polanco a Ribadeneyra. Roma, 3 marzo 1556. ''MHSI Epplgn'' 12. 85.</ref>
  
En 1554, se piensa tanto en Nueva España como en Perú: Gregorio Pesquera ofrecía a la Compañía la dirección de la casa de huérfanos, o niños de la Doctrina, que había fundado en México al estilo de la establecida por Ignacio en Roma,<ref>Bustamante a Ignacio. Valladolid, 9 mayo 1554. MHSI Epp mixtae 4, 171-173.</ref>e insistía, al año siguiente, con Borja sobre lo mismo.<ref>Pesquera a Ignacio. Valladolid, 29 abril 1555. MHSI Epp mixtae 4, 620.</ref>Ignacio dejó a éste la última determinación.<ref>Polanco (ex comm.) a Bustamante. Roma, 13 junio 1555. MHSI EppIgn 9, 142.</ref>
+
En 1554, se piensa tanto en Nueva España como en Perú: Gregorio Pesquera ofrecía a la Compañía la dirección de la casa de huérfanos, o niños de la Doctrina, que había fundado en México al estilo de la establecida por Ignacio en Roma,<ref>Bustamante a Ignacio. Valladolid, 9 mayo 1554. ''MHSI Epp mixtae'' 4, 171-173.</ref>e insistía, al año siguiente, con Borja sobre lo mismo.<ref>Pesquera a Ignacio. Valladolid, 29 abril 1555. ''MHSI Epp mixtae'' 4, 620.</ref>Ignacio dejó a éste la última determinación.<ref>Polanco (ex comm.) a Bustamante. Roma, 13 junio 1555. ''MHSI EppIgn 9,'' 142.</ref>
  
Por las mismas fechas, el Provincial de la provincia franciscana de los Doce Apóstoles, de México, fray Juan de San Francisco, electo obispo de Yucatán, solicitaba al Consejo de Indias llevar consigo jesuitas.<ref>FRANCISCO MATEOS Antecedentes de la entrada de los jesuitas españoles en las misiones de América (1538-1565), en Missionalia Hispanica I (1944) 109-166; 122.</ref>
+
Por las mismas fechas, el Provincial de la provincia franciscana de los Doce Apóstoles, de México, fray Juan de San Francisco, electo obispo de [[YUCATÁN_EN_EL_TIEMPO._Enciclopedia | Yucatán]], solicitaba al Consejo de Indias llevar consigo jesuitas.<ref>FRANCISCO MATEOS ''Antecedentes de la entrada de los jesuitas españoles en las misiones de América (1538-1565),'' en ''Missionalia Hispanica'' I (1944) 109-166; 122.</ref>
  
En cuanto al Perú, la Princesa de Portugal, Doña Juana, en su testamento dejó 500 escudos de renta para la fundación de un colegio de la Compañía en Jerusalén y otros 500 para otro colegio en “la India de Perú”.<ref>Polanco (ex comm.) a Laínez. Roma, 8 febrero y 19 mayo 1554. MHSI EppIgn 6, 299; 7, 28: «Mi disse N. P. scriuessi a la R. V. che saria bono ricordar a la signora duchessa quello che fece la principessa di Portogallo; auanti del suo parto, cioé far testamento, et in quello lassó 500 escudos de intrata per un collegio de la Compagnia nostra in Jerusalen, et altri 500 per altro collegio nella India de Perü. Non faria mal de imitarla per la parte sua, et almeno in Fiorenza dotare quel collegio che ha fatto cominciar, cui pouertá è stata tanto grande, quanto V. R. sa meglio. Et certo, par'assai indecoro a signori tanto potenti, etc.»</ref>La ocasión para marchar a ese reino se presentó con la petición del nuevo virrey del Perú, marqués de Cañete, a Borja, de darle dos padres. En agosto 1554, Borja le envió tres jesuitas a Sevilla.
+
En cuanto al Perú, la Princesa de Portugal, Doña Juana, en su testamento dejó 500 escudos de renta para la fundación de un colegio de la Compañía en Jerusalén y otros 500 para otro colegio en ''“la India de Perú”.''<ref>Polanco (ex comm.) a Laínez. Roma, 8 febrero y 19 mayo 1554. ''MHSI EppIgn'' 6, 299; 7, 28: «Mi disse N. P. scriuessi a la R. V. che saria bono ricordar a la signora duchessa quello che fece la principessa di Portogallo; auanti del suo parto, cioé far testamento, et in quello lassó 500 escudos de intrata per un collegio de la Compagnia nostra in Jerusalen, et altri 500 per altro collegio nella India de Perü. Non faria mal de imitarla per la parte sua, et almeno in Fiorenza dotare quel collegio che ha fatto cominciar, cui pouertá è stata tanto grande, quanto V. R. sa meglio. Et certo, par'assai indecoro a signori tanto potenti, etc.»</ref>La ocasión para marchar a ese reino se presentó con la petición del nuevo virrey del Perú, marqués de Cañete, a Borja, de darle dos padres. En agosto 1554, Borja le envió tres jesuitas a Sevilla.
  
Ignacio aprobaba “así los motivos como la determinación” de su Comisario,<ref>Ignacio a Borja. Roma, 28 mayo 1555. MHSI EppIgn 9, 80: «Acerca de la misión que hazéys para las Indias, no tengo otro que dezir, sino aprouar así los motiuos como la determinatión, y rogar á Dios N. S. dé comienço á mucho seruicio suyo y ayuda spiritüal de muchas ánimas con este tan débil principio, pues no es más difficil á su potencia infinita con pocos que con muchos hazer grandes cosas a onor y gloria suya».</ref>y Polanco, de parte de Ignacio, le ratificaba que “en cosas semejantes, procediese V. R. con libertad, haziendo cuenta que de todo puede disponer como N. P., y que tiene su mente y voluntad; porque, quando no ay lugar ó tiempo para consulta, él se remite á V. R.”.<ref>Polanco (ex comm.) a Borja. Roma, 29 mayo 1555. MHSI EppIgn 9, 87.</ref>Pero, a falta de la licencia del Consejo de Indias, que el virrey no había solicitado, la misión no tuvo 1ugar.<ref>MATEOS Antecedentes... 123-129</ref>  
+
Ignacio aprobaba ''“así los motivos como la determinación”'' de su Comisario,<ref>Ignacio a Borja. Roma, 28 mayo 1555. ''MHSI EppIgn'' 9, 80: «Acerca de la misión que hazéys para las Indias, no tengo otro que dezir, sino aprouar así los motiuos como la determinatión, y rogar á Dios N. S. dé comienço á mucho seruicio suyo y ayuda spiritüal de muchas ánimas con este tan débil principio, pues no es más difficil á su potencia infinita con pocos que con muchos hazer grandes cosas a onor y gloria suya».</ref>y Polanco, de parte de Ignacio, le ratificaba que ''“en cosas semejantes, procediese V. R. con libertad, haziendo cuenta que de todo puede disponer como N. P., y que tiene su mente y voluntad; porque, quando no ay lugar ó tiempo para consulta, él se remite á V. R''.”.<ref>Polanco (ex comm.) a Borja. Roma, 29 mayo 1555. ''MHSI EppIgn'' 9, 87.</ref>Pero, a falta de la licencia del Consejo de Indias, que el virrey no había solicitado, la misión no tuvo 1ugar.<ref>MATEOS ''Antecedentes..''. 123-129</ref>
  
 
==Comisión de Ignacio á Borja para los asuntos de Indias==
 
==Comisión de Ignacio á Borja para los asuntos de Indias==
  
Con el progreso y extensión de la Compañía, Ignacio comienza, a partir de 1546, a delegar su autoridad y facultades, de modo permanente, a provinciales a quienes encarga territorios. Así nombra a su compañero, Simão Rodrigues, provincial de Portuga1,<ref>Ignacio a Rodrigues. Roma, 25 octubre 1546. Epp. Ign. l, 241-242</ref>y a Antonio de Araoz, provincial de España.<ref>Ignacio a Araoz. Roma, 1 septiembre 1547. Ibidem 586-587.</ref>En 1549 designa a Xavier para la India,<ref>Id. a Xavier. Roma, 10 octubre 1549. Ibidem 2, 557-558.</ref>y en 1553, a Manuel de Nóbrega para Brasi1.<ref>Id. a Nóbrega. Roma, 9 julio 1553. Ibidem 5, 142-143.</ref>
+
Con el progreso y extensión de la Compañía, Ignacio comienza, a partir de 1546, a delegar su autoridad y facultades, de modo permanente, a provinciales a quienes encarga territorios. Así nombra a su compañero, Simão Rodrigues, provincial de Portuga1,<ref>Ignacio a Rodrigues. Roma, 25 octubre 1546. ''Epp. Ign.'' l, 241-242</ref>y a Antonio de Araoz, provincial de España.<ref>Ignacio a Araoz. Roma, 1 septiembre 1547. ''Ibidem'' 586-587.</ref>En 1549 designa a Xavier para la India,<ref>Id. a Xavier. Roma, 10 octubre 1549. ''Ibidem'' 2, 557-558.</ref>y en 1553, a Manuel de Nóbrega para Brasi1.<ref>Id. a Nóbrega. Roma, 9 julio 1553. Ibidem 5, 142-143.</ref>
  
 
En enero de 1554, Ignacio dividía la provincia de España en tres: Andalucía, Aragón y Castilla y, además de los respectivos provinciales, nombraba, al ya Padre Francisco de Borja, su Comisario para los reinos Ibéricos.  
 
En enero de 1554, Ignacio dividía la provincia de España en tres: Andalucía, Aragón y Castilla y, además de los respectivos provinciales, nombraba, al ya Padre Francisco de Borja, su Comisario para los reinos Ibéricos.  
  
Por el mismo tiempo, Ignacio asignó a cada uno de sus cuatro Asistentes, o consejeros, el cuidado de una región, lo que quedó consagrado en la Congregación General I (1558) que eligió a Diego Laínez, compañero de Ignacio. Estas cuatro Asistencias fueron: Italia, Portugal, España y Germania. A la de Portugal se le asignaron la provincia de Portugal y las dos establecidas en las  «Indias del Rey de Portugal»: India y Brasil, que coincidían con los territorios a los que se extendía el Padroado.  
+
Por el mismo tiempo, Ignacio asignó a cada uno de sus cuatro Asistentes, o consejeros, el cuidado de una región, lo que quedó consagrado en la Congregación General I (1558) que eligió a Diego Laínez, compañero de Ignacio. Estas cuatro Asistencias fueron: Italia, Portugal, España y Germania. A la de Portugal se le asignaron la provincia de Portugal y las dos establecidas en las  «Indias del Rey de Portugal»: India y Brasil, que coincidían con los territorios a los que se extendía el [[PADROADO_PORTUGUÉS | Padroado]].  
  
 
La misma política se siguió con la Asistencia de España, cuando la Compañía se fue estableciendo en las «Indias del Rey Católico de España: Américas y Filipinas». Ignacio, resuelto a que la Compañía pasase también a las Indias de Castilla, como lo había hecho con las de Portugal, fio a la capacidad y espíritu de Borja, como a su «alter ego», todos los asuntos de Indias y le otorgó poderes cada vez más amplios para actuar en su nombre y con su autoridad, acentuando, siempre más, su confianza en sus gestiones.
 
La misma política se siguió con la Asistencia de España, cuando la Compañía se fue estableciendo en las «Indias del Rey Católico de España: Américas y Filipinas». Ignacio, resuelto a que la Compañía pasase también a las Indias de Castilla, como lo había hecho con las de Portugal, fio a la capacidad y espíritu de Borja, como a su «alter ego», todos los asuntos de Indias y le otorgó poderes cada vez más amplios para actuar en su nombre y con su autoridad, acentuando, siempre más, su confianza en sus gestiones.
  
Así, en junio 1555, el secretario de Ignacio, Polanco, avisaba a Borja que, en caso de ser consultado en asuntos relativos a las Indias de Portugal, Brasil, Congo o Etiopía, o a las Indias de España, tenía plena facultad y libertad para decidir lo que le pareciera aunque, si hubiera tiempo, era mejor comunicarlo a Ignacio y esperar respuesta.<ref>Polanco (ex comm.) a Borja. 10 junio 1555. MHSI EppIgn 9, 133-134.</ref>
+
Así, en junio 1555, el secretario de Ignacio, Polanco, avisaba a Borja que, en caso de ser consultado en asuntos relativos a las Indias de Portugal, Brasil, Congo o Etiopía, o a las Indias de España, tenía plena facultad y libertad para decidir lo que le pareciera aunque, si hubiera tiempo, era mejor comunicarlo a Ignacio y esperar respuesta.<ref>Polanco (ex comm.) a Borja. 10 junio 1555. ''MHSI EppIgn'' 9, 133-134.</ref>
  
EI 13 noviembre 1555, Ignacio enviaba una patente a Borja confirmándolo en su cargo de Comisario general «in regnis Hispaniarum et Indiarum eiusdem Societatis», es decir en la provincia de Portugal y en las de Andalucía, Aragón y Castilla así como en las Indias, tanto del rey de Portugal como del de España. Ignacio aprobaba, confirmaba y ratificaba cuanto Borja había hecho desde el momento en que recibió el encargo hasta entonces, declarando todo lo actuado de su entero agrado y comunicándole su propia autoridad con la que podía proceder 1ibremente.<ref>Ignacio a Borja. Roma, 13 noviembre 1555. Ibidem 10, 116-117; MHSI Polanco Chron 5, 556 n. 1526.</ref>  
+
EI 13 noviembre 1555, Ignacio enviaba una patente a Borja confirmándolo en su cargo de Comisario general «in regnis Hispaniarum et Indiarum eiusdem Societatis», es decir en la provincia de Portugal y en las de Andalucía, Aragón y Castilla así como en las Indias, tanto del rey de Portugal como del de España. Ignacio aprobaba, confirmaba y ratificaba cuanto Borja había hecho desde el momento en que recibió el encargo hasta entonces, declarando todo lo actuado de su entero agrado y comunicándole su propia autoridad con la que podía proceder 1ibremente.<ref>Ignacio a Borja. Roma, 13 noviembre 1555. ''Ibidem'' 10, 116-117; ''MHSI'' Polanco Chron 5, 556 n. 1526.</ref>  
  
En abril del año siguiente, 1556, Polanco comunicaba a Borja que su autoridad respecto de los asuntos de ambas Indias era la misma que la que tenía para las provincias de España y Portugal y que, en consecuencia, podía “por sí, determinar y risolver lo que le pareciere sin sperar consulta de Roma, specialmente en las cosas que no sufren dilación» usando «libremente desta auctoridad».”<ref>Polanco (ex comm.) a Borja. Roma, 16 abril 1556. MHSI EppIgtat ll, 116-117.</ref>
+
En abril del año siguiente, 1556, Polanco comunicaba a Borja que su autoridad respecto de los asuntos de ambas Indias era la misma que la que tenía para las provincias de España y Portugal y que, en consecuencia, podía ''“por sí, determinar y risolver lo que le pareciere sin sperar consulta de Roma, specialmente en las cosas que no sufren dilación» usando «libremente desta auctoridad».''”<ref>Polanco (ex comm.) a Borja. Roma, 16 abril 1556. ''MHSI EppIgtat'' ll, 116-117.</ref>
  
Polanco se refería a la procura notarial omnímoda que, pocos días más tarde, el 21 de abril 1556, Ignacio otorgaba a Borja, plenitud de poderes como a su “nuntium et commisarium seu vicarium generalem et spetialem in  provinciis Castellae, Aragoniae, Baeticae et Portugalliae ac in Indiis et Brasilia” para actuar, en su nombre y con su autoridad, en todas las regiones dichas, en cuantos negocios espirituales y temporales se ofreciesen.<ref>Ignacio a id. Roma, 21 abril 1556. Ibidem 278-280.</ref>Este fue el último acto de Ignacio en relación con las Indias Orientales y Occidentales, confirmando su plena confianza en la gestión de Borja. Tres meses después, moría (31 julio 1556).
+
Polanco se refería a la procura notarial omnímoda que, pocos días más tarde, el 21 de abril 1556, Ignacio otorgaba a Borja, plenitud de poderes como a su “''nuntium et commisarium seu vicarium generalem et spetialem in  provinciis Castellae, Aragoniae, Baeticae et Portugalliae ac in Indiis et Brasilia”'' para actuar, en su nombre y con su autoridad, en todas las regiones dichas, en cuantos negocios espirituales y temporales se ofreciesen.<ref>Ignacio a id. Roma, 21 abril 1556. ''Ibidem'' 278-280.</ref>Este fue el último acto de Ignacio en relación con las Indias Orientales y Occidentales, confirmando su plena confianza en la gestión de Borja. Tres meses después, moría (31 julio 1556).
  
 
Estos datos son suficientes tanto para afirmar la preocupación de Ignacio por las Indias del Rey de España, como para comprender el futuro desvelo de Polanco y Borja en la implantación de la Compañía y su método misional. Aparece ya en el memorial de Polanco dirigido a la Primera Congregación general, al exponer la urgencia de encontrar métodos adecuados para traer a los infieles a Cristo, tanto en las Indias del Rey de Portugal (Brasil, China, África), como en las del rey Felipe de España. Convenía abordar con seriedad la entrada en la Indias de Castilla: bien a través del Paraguay, o por otro camino, con ocasión o simplemente con solicitarlo.
 
Estos datos son suficientes tanto para afirmar la preocupación de Ignacio por las Indias del Rey de España, como para comprender el futuro desvelo de Polanco y Borja en la implantación de la Compañía y su método misional. Aparece ya en el memorial de Polanco dirigido a la Primera Congregación general, al exponer la urgencia de encontrar métodos adecuados para traer a los infieles a Cristo, tanto en las Indias del Rey de Portugal (Brasil, China, África), como en las del rey Felipe de España. Convenía abordar con seriedad la entrada en la Indias de Castilla: bien a través del Paraguay, o por otro camino, con ocasión o simplemente con solicitarlo.
  
Polanco no hacía otra cosa que reflejar la mente de Ignacio con el que había colaborado estrechamente como su secretario. Por una parte, proponía fundar un colegio en el Paraguay no desde el Brasil sino desde España, para evitar posibles roces. Línea que prevaleció en Laínez (1561), Borja (1568) y Mercurián (1576).<ref>GRANERO 46-47; SERAFIM LEITE, Historia da Companhia de Jesus no Brasil (Lisboa 1938) I, 338-340.</ref>Por otra, era eco de las palabras de Ignacio a Miguel de Torres, sobre la entrada de miembros de la Compañía de Jesús en Nueva España: “Al México inbíen, si le pareze, haziendo que sean pedidos, ó sin serlo”.<ref>Ignacio a Torres. 12 enero 1549. MHSI EppIgn 2, 304.</ref>
+
Polanco no hacía otra cosa que reflejar la mente de Ignacio con el que había colaborado estrechamente como su secretario. Por una parte, proponía fundar un colegio en el Paraguay no desde el Brasil sino desde España, para evitar posibles roces. Línea que prevaleció en Laínez (1561), Borja (1568) y Mercurián (1576).<ref>GRANERO 46-47; SERAFIM LEITE, ''Historia da Companhia de Jesus no Brasil'' (Lisboa 1938) I, 338-340.</ref>Por otra, era eco de las palabras de Ignacio a Miguel de Torres, sobre la entrada de miembros de la Compañía de Jesús en Nueva España: ''“Al México inbíen, si le pareze, haziendo que sean pedidos, ó sin serlo”.''<ref>Ignacio a Torres. 12 enero 1549. ''MHSI EppIgn'' 2, 304.</ref>
  
Durante el generalato de Laínez, los intentos de enviar jesuitas a las Indias del rey de España se sucedieron: en 1557, a Nueva España, con el comisario franciscano, fray Francisco de Bustamante, hermano del provincial de la Compañía en Andalucía, P. Bartolomé de Bustamante.<ref>Borja a Laínez. Noviembre 1557. MHSI Borgia (= Sanctus Franciscus Borgia, quartus Gandiae dux et Societatis Iesu praepositrts generalis tertius 5 vol. Madrid 1894-1911) 3, 16.</ref>En 1559, pedidos por el nuevo virrey del Perú, conde de Nieva, para lo que Borja destinó a cuatro padres y dos hermanos coadjutores para acompañarle, pero hubo, al parecer, dificultades por parte del Consejo de Indias y se prefirió esperar hasta la vuelta del rey Felipe II que se hallaba en F1andes.<ref>MATEOS «Antecedentes...» 142-149.</ref>
+
Durante el generalato de Laínez, los intentos de enviar jesuitas a las Indias del rey de España se sucedieron: en 1557, a Nueva España, con el comisario franciscano, [[BUSTAMANTE,_fray_Francisco_de | fray Francisco de Bustamante]], hermano del provincial de la Compañía en Andalucía, P. Bartolomé de Bustamante.<ref>Borja a Laínez. Noviembre 1557. MHSI ''Borgia (= Sanctus Franciscus Borgia, quartus Gandiae dux et Societatis Iesu praepositrts generalis tertius'' 5 vol. Madrid 1894-1911) 3, 16.</ref>En 1559, pedidos por el nuevo virrey del Perú, conde de Nieva, para lo que Borja destinó a cuatro padres y dos hermanos coadjutores para acompañarle, pero hubo, al parecer, dificultades por parte del Consejo de Indias y se prefirió esperar hasta la vuelta del rey Felipe II que se hallaba en F1andes.<ref>MATEOS «Antecedentes...» 142-149.</ref>
  
En 1561, 1563 y 1564 hay peticiones para Nueva España, donde el marqués del Valle, Martín Cortés, pretendía que la Compañía se encargase del colegio de artes y teología, fundado en México por su padre, Hernán Cortés, solicitud apoyada por el consejero de Indias y visitador de Nueva España, Jerónimo de Valderrama. Por su parte, el arcediano de México elevaba al rey la súplica de enviar jesuitas con facultad de abrir noviciado, esperando se unirían a ellos muchos sacerdotes. En 1563, el franciscano fray Francisco del Toral, obispo de Yucatán, pidió al rey 24 jesuitas, solicitud que ratificó, en 1565, ampliando su número a 50.<ref>Ibidem 150-152.</ref>
+
En 1561, 1563 y 1564 hay peticiones para Nueva España, donde el marqués del Valle, Martín Cortés, pretendía que la Compañía se encargase del colegio de artes y teología, fundado en México por su padre, [[CORTÉS,_Hernán | Hernán Cortés]], solicitud apoyada por el consejero de Indias y visitador de Nueva España, Jerónimo de Valderrama. Por su parte, el arcediano de México elevaba al rey la súplica de enviar jesuitas con facultad de abrir noviciado, esperando se unirían a ellos muchos sacerdotes. En 1563, el franciscano fray Francisco del Toral, obispo de Yucatán, pidió al rey 24 jesuitas, solicitud que ratificó, en 1565, ampliando su número a 50.<ref>''Ibidem'' 150-152.</ref>
  
Para el Nuevo Reino de Granada (actual Colombia), el agustino fray Agustín de Coruña, obispo de Popayán (que, siendo novicio, había conocido a Ignacio en Salamanca) solicitó jesuitas a Antonio de Araoz y al Consejo de Indias. Laínez se los concedió, previa la obtención de la licencia del Consejo.<ref>MHSI MonAntFLor 39*-41*.</ref>Conseguida ésta, el obispo renovó su petición, en 1565. Borja, vicario general por muerte de Laínez, prometió interceder ante el nuevo general. El 2 de julio, fue elegido el mismo Borja, pero no hubo oportunidad de complacerle, ya que fray Agustín zarpó en agosto.<ref>Fray Agustín de la Coruña a Borja. Madrid, 8 abril 1565; Borja a Fray Agustín. Roma, 12 mayo 1565. MHSI MonPer 1, 69-77. </ref>
+
Para el Nuevo Reino de Granada (actual Colombia), el agustino fray Agustín de Coruña, obispo de Popayán (que, siendo novicio, había conocido a Ignacio en Salamanca) solicitó jesuitas a Antonio de Araoz y al Consejo de Indias. Laínez se los concedió, previa la obtención de la licencia del Consejo.<ref>''MHSI MonAntFLor'' 39*-41*.</ref>Conseguida ésta, el obispo renovó su petición, en 1565. Borja, vicario general por muerte de Laínez, prometió interceder ante el nuevo general. El 2 de julio, fue elegido el mismo Borja, pero no hubo oportunidad de complacerle, ya que fray Agustín zarpó en agosto.<ref>Fray Agustín de la Coruña a Borja. Madrid, 8 abril 1565; Borja a Fray Agustín. Roma, 12 mayo 1565. ''MHSI MonPer'' 1, 69-77. </ref>
  
Por las mismas fechas, el Adelantado Pedro Martínez de Avilés, con licencia expresa del rey de llevar jesuitas en su jornada para el desalojo de los hugonotes establecidos en la Florida, obtuvo de Borja tres padres y un hermano, pero, por la premura de tiempo, no alcanzaron la flota.<ref>Menéndez a Borja. Madrid, marzo 1565. MHSI MonAntFlor 1-3; Borja a Menéndez. Roma, 12 mayo 1565. Ibidem 8-10.</ref>  
+
Por las mismas fechas, el Adelantado Pedro Martínez de Avilés, con licencia expresa del rey de llevar jesuitas en su jornada para el desalojo de los hugonotes establecidos en la Florida, obtuvo de Borja tres padres y un hermano, pero, por la premura de tiempo, no alcanzaron la flota.<ref>Menéndez a Borja. Madrid, marzo 1565. ''MHSI MonAntFlor'' 1-3; Borja a Menéndez. Roma, 12 mayo 1565. ''Ibidem'' 8-10.</ref>  
  
Hasta ese momento el Consejo de Indias se había opuesto a ampliar el encargo de la evangelización de las Indias a otra orden, además de las antiguas, franciscanos, dominicos, agustinos y mercedarios. Sobre todo por su novedad y las prevenciones del emperador Carlos (que Borja trató de disipar) y de su hijo Felipe, después de su permanencia en Flandes y de los problemas que encontró, a su llegada a España, que tocaban también a la Compañía de Jesús; entre otros, el proceso contra el arzobispo toledano, Bartolomé de Carranza, defendido por los jesuitas y la inclusión en el Índice del Inquisidor General Valdés de las obras de Borja, la «huída» de éste a Portugal y su subsiguiente marcha a Roma, llamado por el papa (1562). Hechos complejos que ciertamente influyeron en el ánimo de Felipe II.
+
Hasta ese momento el Consejo de Indias se había opuesto a ampliar el encargo de la evangelización de las Indias a otra orden, además de las antiguas, franciscanos, dominicos, [[AGUSTINOS | agustinos]] y [[MERCEDARIOS_EN_LA_EVANGELIZACIÓN_DE_AMÉRICA | mercedarios]]. Sobre todo por su novedad y las prevenciones del emperador Carlos (que Borja trató de disipar) y de su hijo Felipe, después de su permanencia en Flandes y de los problemas que encontró, a su llegada a España, que tocaban también a la Compañía de Jesús; entre otros, el proceso contra el arzobispo toledano, Bartolomé de Carranza, defendido por los jesuitas y la inclusión en el Índice del Inquisidor General Valdés de las obras de Borja, la «huída» de éste a Portugal y su subsiguiente marcha a Roma, llamado por el papa (1562). Hechos complejos que ciertamente influyeron en el ánimo de Felipe II.
  
Sin embargo, para 1564 el presidente del Consejo de Indias, Dr. Juan Vázquez de Arce, y algunos consejeros eran favorables al envío de la Compañía.<ref>MATEOS Antecedentes... 153-165. Carlos I [V], en su camino hacia Yuste, hizo 1lamar a Borja y se entrevistó con él en Jarandilla. Borja le pudo desengañar de muchas prevenciones contra la Compañía.</ref>Todavía algunos jesuitas con influjo en la corte, como Araoz y los provinciales de Toledo, Gonzalo González, y de Castilla, Diego Carillo, se oponían al envío de jesuitas a Indias, mientras los colegios de España no estuvieran mejor atendidos. Por otra parte, reconocían que nada se podía hacer “si no fuesen enviados por el Rey y con su calor”, lo que aún no constaba en enero 1566.<ref>Carrillo a Borja. Valladolid, 7 y 30 enero 1566. MHSI MonAntFlor 31, nota 1.</ref>
+
Sin embargo, para 1564 el presidente del Consejo de Indias, Dr. Juan Vázquez de Arce, y algunos consejeros eran favorables al envío de la Compañía.<ref>MATEOS ''Antecedentes''... 153-165. Carlos I [V], en su camino hacia Yuste, hizo 1lamar a Borja y se entrevistó con él en Jarandilla. Borja le pudo desengañar de muchas prevenciones contra la Compañía.</ref>Todavía algunos jesuitas con influjo en la corte, como Araoz y los provinciales de Toledo, Gonzalo González, y de Castilla, Diego Carillo, se oponían al envío de jesuitas a Indias, mientras los colegios de España no estuvieran mejor atendidos. Por otra parte, reconocían que nada se podía hacer ''“si no fuesen enviados por el Rey y con su calor”'', lo que aún no constaba en enero 1566.<ref>Carrillo a Borja. Valladolid, 7 y 30 enero 1566. ''MHSI MonAntFlor'' 31, nota 1.</ref>
  
EI 3 marzo 1566 llegó el momento deseado por Ignacio, Polanco y Borja: Felipe II dirigía al P. Antonio de Araoz, en su presunta calidad de comisario del general en España (oficio suprimido por la Congregación General II, hacía unos meses) su «ruego y encargo» de destinar a las Indias a 24 sujetos de la Compañía para la conversión e instrucción de los naturales.<ref>El Rey a Araoz. Madrid, 3 marzo 1566. Ibidem 41*-42ªA'. Id. a los oficiales de la Casa de Contratación de Sevilla, 24 marzo 1566. Ibidem 625.</ref>
+
EI 3 marzo 1566 llegó el momento deseado por Ignacio, Polanco y Borja: Felipe II dirigía al P. Antonio de Araoz, en su presunta calidad de comisario del general en España (oficio suprimido por la Congregación General II, hacía unos meses) su «ruego y encargo» de destinar a las Indias a 24 sujetos de la Compañía para la conversión e instrucción de los naturales.<ref>El Rey a Araoz. Madrid, 3 marzo 1566. ''Ibidem'' 41*-42ªA'. Id. a los oficiales de la Casa de Contratación de Sevilla, 24 marzo 1566. ''Ibidem'' 625.</ref>
  
Borja encargó su ejecución: era la única puerta para Indias y, por su parte, no quería que se malinterpretasen posibles dilaciones, por lo que advertía a Araoz: “no quisiera que con verdad me atribuyesen descuido en lo que toca al servicio de Su Magestad, pues ni le tuve con el padre, ni espero tenerle con el hijo”.<ref>Borja a id. Roma, 8 y 30 abril 1566. MHSI MonPer l, 80-82. En cuanto a la frase de Borja quizás habría que leerla en el contexto de su «huída» de España cuando sus obras fueron puestas en el Índice del Inquisidor General Valdés en 1559 y hubo peligro de su arresto: véase C. DE DALMASES, San Francisco de Borja y la Inquisición española. AHSI 41 (1972) 48-135.</ref>
+
Borja encargó su ejecución: era la única puerta para Indias y, por su parte, no quería que se malinterpretasen posibles dilaciones, por lo que advertía a Araoz: ''“no quisiera que con verdad me atribuyesen descuido en lo que toca al servicio de Su Magestad, pues ni le tuve con el padre, ni espero tenerle con el hijo”.''<ref>Borja a id. Roma, 8 y 30 abril 1566. ''MHSI MonPer'' l, 80-82. En cuanto a la frase de Borja quizás habría que leerla en el contexto de su «huída» de España cuando sus obras fueron puestas en el Índice del Inquisidor General Valdés en 1559 y hubo peligro de su arresto: véase C. DE DALMASES, ''San Francisco de Borja y la [[INQUISICIÓN_APOSTÓLICA | Inquisición]] española. AHSI'' 41 (1972) 48-135.</ref>
  
Para el destino de los 24 sujetos pedidos en la Real Cédula hubo diversos tanteos en el Consejo de Indias. De los 12 primeros, 6 irían a Florida y los otros a donde luego se determinase. En enero 1567, el presidente Lic. Francisco Tello de Sandoval, propuso que fueran 8 al Perú y otros 8 a Nueva España.<ref>Ruiz de Portillo a Borja. Madrid, 20 enero 1567. MHSI MonPer 1, 104-105.</ref>Por el mismo tiempo, el Rey concedía al nuevo Gobernador de Honduras, Juan de Vargas Carvajal, cuatro jesuitas y, el 15 enero 1567, encargaba al provincial de Andalucía, Avellaneda, proporcionárse1os.<ref>MHSI MonAntFlor 45'P'. MHSI MonPer 1, 148, nota 16.</ref>
+
Para el destino de los 24 sujetos pedidos en la Real Cédula hubo diversos tanteos en el Consejo de Indias. De los 12 primeros, 6 irían a Florida y los otros a donde luego se determinase. En enero 1567, el presidente Lic. Francisco Tello de Sandoval, propuso que fueran 8 al Perú y otros 8 a Nueva España.<ref>Ruiz de Portillo a Borja. Madrid, 20 enero 1567. ''MHSI MonPer'' 1, 104-105.</ref>Por el mismo tiempo, el Rey concedía al nuevo Gobernador de Honduras, Juan de Vargas Carvajal, cuatro jesuitas y, el 15 enero 1567, encargaba al provincial de Andalucía, Avellaneda, proporcionárse1os.<ref>MHSI MonAntFlor 45'P'. ''MHSI MonPer'' 1, 148, nota 16.</ref>
  
Finalmente, dentro del contexto de la «Junta Magna» reunida en Madrid (sept-oct. 1568), bajo la presidencia del cardenal Diego de Espinosa, Presidente del Consejo de Castilla, el Rey expidió, el 1l octubre, una Real Cédula a Borja, como general de la Compañía de Jesús, con su «ruego y encargo» de enviar otros 24 de la Compañía, esta vez al Perú: acompañarían al nuevo Virrey, Francisco de To1edo.<ref>El Rey al General de la Compañía de Jesús. Madrid, 1l octubre 1568. MHSI MonPer l, 22-223.</ref>
+
Finalmente, dentro del contexto de la «Junta Magna» reunida en Madrid (sept-oct. 1568), bajo la presidencia del cardenal Diego de Espinosa, Presidente del Consejo de Castilla, el Rey expidió, el 1l octubre, una Real Cédula a Borja, como general de la Compañía de Jesús, con su «ruego y encargo» de enviar otros 24 de la Compañía, esta vez al Perú: acompañarían al nuevo Virrey, Francisco de To1edo.<ref>El Rey al General de la Compañía de Jesús. Madrid, 1l octubre 1568. ''MHSI MonPer'' l, 22-223.</ref>
  
 
Durante su generalato, Borja organizó seis expediciones: tres para Florida (1566, 1568, 1570), dos para el Perú (1567, 1571) y una para México (1572). El provincial de Andalucía, Diego de Avellaneda, a diferencia de los castellanos, apoyó desde el primer momento las expediciones para las que, según informaba, había abundantes ofrecimientos desde tiempo atrás.
 
Durante su generalato, Borja organizó seis expediciones: tres para Florida (1566, 1568, 1570), dos para el Perú (1567, 1571) y una para México (1572). El provincial de Andalucía, Diego de Avellaneda, a diferencia de los castellanos, apoyó desde el primer momento las expediciones para las que, según informaba, había abundantes ofrecimientos desde tiempo atrás.
Línea 115: Línea 115:
 
En abril 1568 la primera expedición peruana establecía, en Lima, el primer colegio de la Compañía en las Indias Occidentales. E1 segundo, de vida efímera, fue el de la Habana, planeado como centro de formación y de operaciones para la Florida. Debido a la enorme distancia y a la imposibilidad de gobernarla desde Perú, en 1570 Borja separó la Florida de la autoridad del provincial de la Indias Occidentales y la subordinó directamente a la del general.
 
En abril 1568 la primera expedición peruana establecía, en Lima, el primer colegio de la Compañía en las Indias Occidentales. E1 segundo, de vida efímera, fue el de la Habana, planeado como centro de formación y de operaciones para la Florida. Debido a la enorme distancia y a la imposibilidad de gobernarla desde Perú, en 1570 Borja separó la Florida de la autoridad del provincial de la Indias Occidentales y la subordinó directamente a la del general.
  
Al abandonarse, poco más tarde, con motivo de la muerte violenta de la mayoría de los misioneros y sus auxiliares, la región floridana, que comprendía, además del actual estado de Florida, los de Georgia (misión de Guale), Carolina (Santa Elena) y Virginia (Ajacán), Borja fundaba, en 1572, la provincia de México en virtud de las cédulas reales de 26 marzo y 4 mayo 1571, en que Felipe II encargaba el envío de 12 religiosos a Nueva España. A las Reales Cédulas había precedido, a fines de 1570, la súplica de la Ciudad de México al rey.<ref>La Ciudad de México al Rey. México, 1570. El Rey al Provincial de la Compañía en la prov. De Castilla. Madrid, 26 marzo 1571. Id. al General de la Compañía. Madrid, 4 mayo 1571. MHSI MorMex (=Monumenta Mexicana, ed. F. ZUBILLAGA, 8 vol. 1956-1991) l, 1-6.</ref>   
+
Al abandonarse, poco más tarde, con motivo de la muerte violenta de la mayoría de los misioneros y sus auxiliares, la región floridana, que comprendía, además del actual estado de Florida, los de Georgia (misión de Guale), Carolina (Santa Elena) y Virginia (Ajacán), Borja fundaba, en 1572, la provincia de México en virtud de las cédulas reales de 26 marzo y 4 mayo 1571, en que Felipe II encargaba el envío de 12 religiosos a Nueva España. A las Reales Cédulas había precedido, a fines de 1570, la súplica de la Ciudad de México al rey.<ref>La Ciudad de México al Rey. México, 1570. El Rey al Provincial de la Compañía en la prov. De Castilla. Madrid, 26 marzo 1571. Id. al General de la Compañía. Madrid, 4 mayo 1571. MHSI MorMex (=''Monumenta Mexicana,'' ed. F. ZUBILLAGA, 8 vol. 1956-1991) l, 1-6.</ref>   
  
 
A la muerte de Borja (30 septiembre 1572), la Compañía de Jesús contaba con tres provincias en América: Brasil, Perú y México. Todas gozaban las mismas gracias concedidas por la silla apostólica a los jesuitas que misionaban en las Indias del rey de Portugal.<ref>MHSI MonAntFlor 156 210.</ref>
 
A la muerte de Borja (30 septiembre 1572), la Compañía de Jesús contaba con tres provincias en América: Brasil, Perú y México. Todas gozaban las mismas gracias concedidas por la silla apostólica a los jesuitas que misionaban en las Indias del rey de Portugal.<ref>MHSI MonAntFlor 156 210.</ref>
Línea 126: Línea 126:
  
  
DALMASES C. de, San Francisco de Borja y la Inquisición española. AHSI 41 (1972)
+
DALMASES C. de, ''San Francisco de Borja y la Inquisición española. AHSI'' 41 (1972)
  
GRANERO Jesús Mª, La acción misionera y los métodos misiona1es de San Ignacio de Loyola, Bibliotheca Hispana Missionum VI, Burgos 1931
+
GRANERO Jesús Mª, ''La acción misionera y los métodos misiona1es de San Ignacio de Loyola, Bibliotheca Hispana Missionum'' VI, Burgos 1931
  
LETURIA Pedro de, Un significativo documento de 1558 sobre 1as misiones de infieles de la Compañía de Jesús. AHSI 8 (1939)
+
LETURIA Pedro de, ''Un significativo documento de 1558 sobre 1as misiones de infieles de la Compañía de Jesús. AHSI'' 8 (1939)
  
LEITE Serafim, Historia da Companhia de Jesus no Brasil (Lisboa 1938)
+
LEITE Serafim, ''Historia da Companhia de Jesus no Brasil'' (Lisboa 1938)
  
LOYOLA san Ignacio de. Obras. Edición manual. BAC 86, Madrid 51991  
+
LOYOLA san Ignacio de. ''Obras''. Edición manual. BAC 86, Madrid 51991  
  
MATEOS Francisco Antecedentes de la entrada de los jesuitas españoles en las misiones de América (1538-1565), en Missionalia Hispanica I (1944)
+
MATEOS Francisco ''Antecedentes de la entrada de los jesuitas españoles en las misiones de América (1538-1565)'', en ''Missionalia Hispanica'' I (1944)
  
MHSI DocInd = (Documenta Indica.) Ed. J. WICKI 14-16 coed. J. GOMES 18 vol. Roma: 1948-1988
+
MHSI ''DocInd'' = (''Documenta Indica''.) Ed. J. WICKI 14-16 coed. J. GOMES 18 vol. Roma: 1948-1988
  
MonAntFlor = (Monumenta Antiquce Florida 1566-1572) Ed. F. ZUBILLAGA. Roma 1946
+
''MonAntFlor'' = (''Monumenta Antiquce Florida 1566-1572'') Ed. F. ZUBILLAGA. Roma 1946
 
 
MHSI MorMex = (Monumenta Mexicana), ed. F. ZUBILLAGA, 8 vol. 1956-1991
+
''MHSI MorMex'' = (''Monumenta Mexicana''), ed. F. ZUBILLAGA, 8 vol. 1956-1991
  
MHSI DocInd = (Documenta Indica.) Ed. J. WICKI 14-16 coed. J. GOMES 18 vol. Roma: 1948-1988
+
''MHSI DocInd'' = (''Documenta Indica.'') Ed. J. WICKI 14-16 coed. J. GOMES 18 vol. Roma: 1948-1988
  
MHSI MonBras = ( Monumenta Bmsiliae) Ed. S. LEITE, 4 vol. 1956-1960
+
''MHSI MonBras'' = ( ''Monumenta Bmsiliae'') Ed. S. LEITE, 4 vol. 1956-1960
  
MHSI EppIgn = (Sancti Ignatii de LoyoIa Societatis Iesu fundatoris epistolae et intstructiones.) 12 vol. Madrid 1903-1911. Reimpresión 1964-1968
+
''MHSI EppIgn'' = (''Sancti Ignatii de LoyoIa Societatis Iesu fundatoris epistolae et intstructiones''.) 12 vol. Madrid 1903-1911. Reimpresión 1964-1968
  
MHSI Polanco Chron. = (Vita Ignatii Loiola et rerum Societatis Iesu historia). Auctore J.A. DE POLANC0. 6 vol. Madrid
+
''MHSI Polanco Chron''. = (''Vita Ignatii Loiola et rerum Societatis Iesu historia''). Auctore J.A. DE POLANC0. 6 vol. Madrid
  
MHSI Epp mixtae = (Epistolae mixtae ex variis Europae lociis ab anno 1537 ad 1556 scriptae). 5 vol. Madrid 1898-1901
+
''MHSI Epp mixtae'' = (''Epistolae mixtae ex variis Europae lociis ab anno 1537 ad 1556 scriptae''). 5 vol. Madrid 1898-1901
  
QUINTÍN ALDEA (ed.), Ignacio de Loyo1a en gran crisis del siglo XVI. Congreso Internacional de Historia. Madrid, 19-21 noviembre de 1991. Universidad Complutense. Bilbao 1993  
+
QUINTÍN ALDEA (ed.), ''Ignacio de Loyo1a en gran crisis del siglo XVI. Congreso Internacional de Historia. Madrid, 19-21 noviembre de 1991''. Universidad Complutense. Bilbao 1993  
  
  
 
'''FRANCISCO DE BORJA MEDINA, S.J. © Mar Oceana Revista del humanismo español e iberoamericano'''
 
'''FRANCISCO DE BORJA MEDINA, S.J. © Mar Oceana Revista del humanismo español e iberoamericano'''
 +
 +
<relatedtags>
 +
[[INQUISICIÓN_APOSTÓLICA|INQUISICIÓN APOSTÓLICA]]
 +
 +
[[MERCEDARIOS_EN_LA_EVANGELIZACIÓN_DE_AMÉRICA|MERCEDARIOS EN LA EVANGELIZACIÓN DE AMÉRICA]]
 +
 +
[[AGUSTINOS|AGUSTINOS]]
 +
 +
[[CORTÉS,_Hernán|CORTÉS, Hernán]]
 +
 +
[[BUSTAMANTE,_fray_Francisco_de|BUSTAMANTE, fray Francisco de]]
 +
 +
[[QUIROGA,_Vasco_de|QUIROGA, Vasco de]]
 +
 +
[[CONSEJO_REAL_DE_INDIAS|CONSEJO REAL DE INDIAS]]
 +
 +
[[YUCATÁN_EN_EL_TIEMPO._Enciclopedia|YUCATÁN EN EL TIEMPO. Enciclopedia]]
 +
 +
[[PADROADO_PORTUGUÉS|PADROADO PORTUGUÉS]]
 +
 +
[[BULA|BULA]]
 +
 +
[[NUEVA_ESPAÑA;_Virreinato_de_la|NUEVA ESPAÑA; Virreinato de la]]
 +
 +
[[BRASIL;_Afrodescendientes|BRASIL; Afrodescendientes]]
 +
 +
[[JESUITAS_(Compañia_de_Jesús)|JESUITAS (Compañia de Jesús)]]
 +
 +
[[MAYNAS;_Características_de_la_Misión|MAYNAS; Características de la Misión]]
 +
 +
[[LA_FLORIDA;_el_Castillo_de_San_Marcos|LA FLORIDA; el Castillo de San Marcos]]
 +
 +
[[EVANGELIZACIÓN_DE_AMÉRICA;_contribución_de_los_jesuitas|EVANGELIZACIÓN DE AMÉRICA; contribución de los jesuitas]]
 +
</relatedtags>

Revisión actual del 09:45 3 dic 2018

Indicaciones de San Ignacio, Diego Laínez y San Francisco de Borja

La Compañía nace en América, «iure pleno», como Provincia de las Indias Occidentales (1567).[1]La primera expedición, propiamente dicha, se establece en Perú en 1568, bajo el primer provincial, Jerónimo Ruiz de Portillo quien, antes de partir, en virtud de su cargo y autoridad, firmaba, en Sevilla (septiembre 1567), en su calidad de «Praepositus Provincialis Societatis Iesu in Indiis Occidentalibus», el nombramiento de Juan Bautista Segura como Viceprovincial de F1orida.[2]

En esta región, ejercían su ministerio, desde el año anterior, algunos jesuitas llevados, con licencia de Felipe II, por el Adelantado Pedro Menéndez de Avsiulés. Dejada la Florida, se crea la provincia de México (1571) coincidente, en sus límites geográficos, con el virreinato de Nueva España, mientras la provincia del Perú abarca todo el virreinato peruano. Ambas provincias se desarrollarán y darán lugar a nuevas demarcaciones provinciales: de Méjico nace la provincia de Filipinas (1594 viceprovincia/1604 provincia), cuyo primer establecimiento fue el colegio de Manila fundado en 1581.

En 1605, la extensa provincia del Perú se divide en las viceprovincias de Charcas y del Nuevo Reino y Quito. Esta se convierte en provincia en 1611. La primera desaparece dos años después, en 1607, aun antes de su constitución, para convertirse en provincia del Paraguay, que abarcaba los territorios de las actuales Repúblicas de Paraguay, Uruguay, Argentina y Chile. Ésta última región se desgaja, como viceprovincia dependiente de Perú (decreto 1624/ promulgación 1625).

Años más tarde, en 1683/1684 (fechas del decreto y su ejecución), será elevada a provincia «pleno iure», no obstante los intentos de unirla de nuevo con la provincia del Paraguay (1666-1669), o de suprimirla integrándola en la provincia del Perú (1676-1679), lo que no llegó a tener efecto.

El 24 de marzo de 1696 se ejecuta el decreto de erección de la Provincia de Quito, a la que se asignan, separándolos de la provincia del Nuevo Reino, los colegios y casas de los obispados de Quito, Panamá y Popayán (menos los partidos de Antioquia y Medellín) y las misiones de los Maynas y del Chocó. Aquí se trata de los territorios de estas siete provincias de América hispana y Filipinas como un todo orgánico y señalando los puntos de contacto con el Oriente, evangelizado por las provincias de la Asistencia Lusitana que van a marcar la primera pauta de la metodología misionera de la Compañía de Jesús.

Son de capital importancia, para comprender estas líneas generales comunes a ambas Indias, Orientales y Occidentales, además de la correspondencia de san Ignacio,[3]y la de sus sucesores Diego Laínez y san Francisco de Borja, el memorial de Juan Alfonso de Polanco de 1558, preparado para la I Congregación General,[4]y las instrucciones de Borja de 1567 a los visitadores de la India,[5]y del Brasi1,[6]y al P. Ruiz de Portillo.[7]Estas últimas normas serán recogidas en la instrucción, o «Recuerdos» del mismo Borja, de 1571, dirigidos al P. Pedro Sánchez, provincial de la recién erigida provincia de Nueva España.[8]

Delineación del método misional

A lo largo de 200 años, hasta la expulsión de 1767, estas líneas inspiraron, en sus elementos básicos, el método misional de la Compañía en América hispana y Filipinas. El tema es muy amplio, por lo hay que reducirlo a algunos principios fundamentales y aplicaciones concretas. Se centrará en el método misional delineado por Ignacio de Loyola, basado en la experiencia primigenia de la India.

Lo actuado aquí es importante pues tiene su origen en san Francisco Xavier y en la aprobación de Ignacio, de acuerdo con el espíritu del Instituto de la Compañía de Jesús que se va plasmando en sus Constituciones. Por ello, es posible hablar, en líneas generales, de un método misional o «modo de proceder» de la Compañía en la evangelización. El mismo Francisco de Borja, siendo general de la Compañía, expresará su respeto por el «modo de proceder» de la India, en el primer punto de los «Recuerdos» (10 enero 1567) al visitador de aquella provincia: “Porque aquella Provincia tiene particular experiencia para buen proceder en muchas cosas, no sea fácil en mudar cosa alguna aunque le parezca no conforme a lo que la Compañía usa destas partes de Europa...”.[9]

Envío a las indias de Castilla

Para encuadrar la acción y el método misional de la Compañía en las Indias Occidentales de España, hay que hacer unas observaciones sobre el interés de san Ignacio por éstas; y, segundo, se ofrecen unas notas sobre el papel de [los padres] Polanco y de Borja en el proceso de formación de la metodología misional de la Compañía en su aplicación a la América hispana.

En un Congreso Ignaciano, con motivo de los quinientos años del nacimiento de Íñigo López de Loyola, un autor de nota afirmaba la falta de interés de Ignacio por las Indias de Castilla en contraposición al mostrado por las Indias de Portugal. Afirmación que basaba en la producción literaria y cartográfica sobre el tema de los descubrimientos y conquistas que, según aquel autor, interesaban poco a la población española y, entre ellos, a Iñigo por lo que tampoco -estas son sus palabras -: “pudo influir sobre la acción misionera ulterior de la Compañía, pues se sabe que los Jesuitas llegaron muy tarde a las posesiones españolas, ya muy avanzado el reinado de Felipe II y, claro está, mucho después de la muerte de Ignacio”.[10]

Estas afirmaciones ni reflejan la realidad de la corte de Fernando el Católico, donde se formó Íñigo de Loyola (1507/8-1516), ni la de la familia Loyola con intereses y miembros presentes en Indias; entre éstos, Hernando de Loyola, hermano de Iñigo, muerto en Tierra Firme hacia 1516.[11]Tampoco es exacto afirmar, como se viene haciendo, que fueran los jesuitas a América bien avanzado el reinado de Felipe II, ya que éste no comienza a gobernar, en persona, como rey, los reinos de España, hasta su 1legada de Flandes en 1559: seis años después, en 1565, Felipe daba licencia al Adelantado de la Florida para llevar consigo jesuitas y, al año siguiente, ordenaba su envío a Perú y a Nueva España.

Por otra parte, y esto es más importante, la intención y solicitud de enviar compañeros de Ignacio de Loyola a las Indias de Castilla es anterior a la fundación de la misma Compañía, e incluso, a la invitación para ir a las Indias de Portugal; pero diversas circunstancias impidieron la realización de este deseo hasta el generalato de Francisco de Borja, fuera de algunas excursiones de los jesuitas del Brasil al Paraguay, a petición de sus vecinos castellanos, que solicitaban a su superior, Manuel de Nóbrega la fundación de un colegio en Asunción.

Por noviembre de 1537, 1legaron a Roma, procedentes de Venecia, Ignacio y dos de sus compañeros de París, Pedro Fabro y Diego Lainez y, por Pascua de 1538, el resto de los compañeros. Por ese tiempo, un obispo español (quizás Pedro Sarmiento, arzobispo de Santiago de Compostela, residente en Roma y uno de los favorecedores de Ignacio y sus compañeros, creado cardenal en 18 noviembre 1538) y el embajador del Emperador en la corte romana, Juan Fernández Manrique, trataron del envío de Ignacio y sus compañeros a las Indias para la evangelización de los “indios que los españoles estaban ganando para el Emperador”.

Pero el papa Paulo III, a cuya obediencia Ignacio y sus compañeros se habían ofrecido, los retuvo en Roma. Así consta de la respuesta de Pedro Fabro, en nombre de sus compañeros, a Diogo Gouvea, principal del colegio de Santa Bárbara de París, que les pedía para la India del rey de Portugal.[12]

Pocos meses antes, el mismo Gouvea había informado a Juan III de la partida de París para Jerusalén de Simáo Rodrigues y seis compañeros y del fruto que hacían en Italia. Proponía al rey portugués que, por medio de sus embajadores en Venecia y en Roma, invitaran a Rodrigues y a sus compañeros a ejercer su ministerio en la India.[13]dato curioso, aunque sea de paso: según Gouvea, “O principal delles hé hum Mestre Pedro Fabro, homem docto e de mui grande vida, e hum outro Inigo, castelhao”.[14]

Fabro explicaba a su antiguo principal, el «magister noster» Diogo de Gouvea, que todos cuantos se habían juntado en la Compañía, se habían entregado al Sumo Pontífice como supremo señor de toda la mies de Cristo, y le habían significado que estaban dispuestos a todo lo que, acerca de ellos, juzgare en Cristo. Se habían sometido al juicio y voluntad del papa por saber que tenía mayor conocimiento de lo que más convenía a toda la cristiandad.[15]

Este hecho constituía el cumplimiento de la segunda parte del voto de Montmartre (París), origen y fundamento remoto de la Compañía de Jesús: Ignacio y siete compañeros de la Universidad parisina, hicieron, el 15 agosto 1534, voto de peregrinar a Jerusalén para “gastar su vida en provecho de 1as ánimas” y esperar un año la nave en Venecia. Pasado el año sin embarcación, quedarían libres de este voto y se pondrían, en Roma, a la obediencia del papa para que los enviara a donde juzgase más conveniente.[16]

De aquí que, el ir o no ir a las Indias, ya fueran las del Emperador, como Rey Católico de Castilla y León, o las del Rey de Portugal, no dependiera de Ignacio y de sus compañeros sino del Papa. Este era el punto central y el que constituye la identidad de la Compañía: la puesta de sus personas a la disposición del papa para ser enviados a donde juzgara mejor convenir.

Este elemento, constitutivo esencial de la identidad de la Compañía, se expresa claramente en la Fórmula del Instituto aprobada por la bula de Paulo III «In Regimini militantis Ecclesiae» (27 septiembre 1540), acta de fundación de la Compañía de Jesús y, luego, de modo más explícito, por la bula de confirmación de Julio III, «Exposcit debitum» (21 julio 1550). En esto consiste el fin de la Compañía de Jesús y el sentido del 4º voto que hacen sus profesos.

Este era el fin: “Sub cmcis vexillo militare, soli Domino ac Ecclesiae Ipsius sponsae, sub Romano Ponti:í'ice, Christi in teris Vicario, servire ... ad fidei defensionem et propagationem ...”.[17]

El 4º voto de los profesos rezaba así: “Además del vínculo ordinario de los tres votos, con un voto especial, por el cual nos obligamos a ejecutar, sin subterfugio ni excusa alguna, inmediatamente, en cuanto de nosotros depende, todo lo que nos manden los Romanos Pontífices, el actual y sus sucesores, en cuanto se refiere al provecho de las almas y a la propagación de la fe; y a cualquiera región a que nos quieran enviar, aunque piensen que nos tienen que enviar a los turcos, o a cualesquiera otros infieles, incluso en las regiones que llaman Indias; o a cualesquiera herejes, cismáticos, o a los fieles cristianos que sea”.[18]

Como se ve, las Indias están presentes en el horizonte de los fundadores. Pero, en el caso de las Indias Occidentales, además del mandato, o «missio» del Papa, la única puerta para pasar a las Indias era el mandato del Rey Católico, en cuanto rey de Castilla y León ya que, por las bulas pontificias, la responsabilidad del envío para la evangelización radicaba en él.

A fines de 1539 o comienzos de 1540, el Licenciado Juan de Arteaga y Avendaño, comendador de Santiago, antiguo compañero de Ignacio en Alcalá y Salamanca, ofreció a Ignacio para sí o para algún otro de la Compañía, su obispado de Chiapas, en la Nueva España, para el que había sido preconizado.[19]

Fundada la Compañía de Jesús, como orden (27 septiembre 1540), el Dr. Juan Bernal Díaz de Luco, del Consejo de Indias, amigo de Ignacio, le pidió, en 1542, compañeros para España e Indias. La respuesta de Ignacio fue la misma que se había dado a Gouvea, tres años atrás, pero no ocultaba su interés para que se realizara. Así le escribía:

“Quanto al deseo tan bueno y sancto para mayor prouecho spiritual de las ánimas, [que] fuesen algunos desta mínima congregación nuestra, los vnos para España, los otros para las Indias, cierto yo lo deseo en el Señor nuestro lo mismo, y para otras muchas partes; mas como no somos nuestros, ni queremos, nos contentamos en peregrinar donde quiera que el vicario de X.º nuestro señor mandando, nos inbiare; á la voz del qual resonando el cielo, y en ninguna parte la tierra, en nosotros no siento alguna pereza ni moción alguna della”.[20]

En 1547 era el obispo de Michoacán, Vasco de Quiroga, quien por sí y por medio de su agente en Nueva España, el canónigo Negrón (identificado como Diego Pérez Gordillo Negrón), amigo de Ignacio, pedía al provincial de España, Antonio de Araoz, jesuitas para su diócesis.[21]En 1551, el mismo Quiroga insistía personalmente a Ignacio.[22]

En 1549, al enviar los primeros jesuitas a Brasil, por mandato de Juan III [de Portugal], Ignacio propuso a Francisco de Estrada y a Miguel de Torres destinar jesuitas a Nueva España[23]. En 1553, Miguel de Torres, desde Lisboa, se ofrecía a ir, con otros, a las Indias del rey de Portugal o a las del rey de España, adonde marchaba un eclesiástico amigo de los jesuitas, que Torres no nombraba.[24]

Entretanto, los jesuitas del Brasil expresaban sus deseos de pasar al Paraguay para la atención de españoles e indios. En 1554, marchaban dos jesuitas a los indios Carijós, pero fueron asesinados por ellos.[25]A Ignacio no le pareció conveniente que fueran al Paraguay jesuitas desde Brasil, y encargó a Borja que, si juzgaba expediente erigir el colegio del Paraguay, enviase algunos de España para instituirlo.[26]Llegado este caso, se solicitaría el apoyo del Príncipe Felipe.[27]

En 1554, se piensa tanto en Nueva España como en Perú: Gregorio Pesquera ofrecía a la Compañía la dirección de la casa de huérfanos, o niños de la Doctrina, que había fundado en México al estilo de la establecida por Ignacio en Roma,[28]e insistía, al año siguiente, con Borja sobre lo mismo.[29]Ignacio dejó a éste la última determinación.[30]

Por las mismas fechas, el Provincial de la provincia franciscana de los Doce Apóstoles, de México, fray Juan de San Francisco, electo obispo de Yucatán, solicitaba al Consejo de Indias llevar consigo jesuitas.[31]

En cuanto al Perú, la Princesa de Portugal, Doña Juana, en su testamento dejó 500 escudos de renta para la fundación de un colegio de la Compañía en Jerusalén y otros 500 para otro colegio en “la India de Perú”.[32]La ocasión para marchar a ese reino se presentó con la petición del nuevo virrey del Perú, marqués de Cañete, a Borja, de darle dos padres. En agosto 1554, Borja le envió tres jesuitas a Sevilla.

Ignacio aprobaba “así los motivos como la determinación” de su Comisario,[33]y Polanco, de parte de Ignacio, le ratificaba que “en cosas semejantes, procediese V. R. con libertad, haziendo cuenta que de todo puede disponer como N. P., y que tiene su mente y voluntad; porque, quando no ay lugar ó tiempo para consulta, él se remite á V. R.”.[34]Pero, a falta de la licencia del Consejo de Indias, que el virrey no había solicitado, la misión no tuvo 1ugar.[35]

Comisión de Ignacio á Borja para los asuntos de Indias

Con el progreso y extensión de la Compañía, Ignacio comienza, a partir de 1546, a delegar su autoridad y facultades, de modo permanente, a provinciales a quienes encarga territorios. Así nombra a su compañero, Simão Rodrigues, provincial de Portuga1,[36]y a Antonio de Araoz, provincial de España.[37]En 1549 designa a Xavier para la India,[38]y en 1553, a Manuel de Nóbrega para Brasi1.[39]

En enero de 1554, Ignacio dividía la provincia de España en tres: Andalucía, Aragón y Castilla y, además de los respectivos provinciales, nombraba, al ya Padre Francisco de Borja, su Comisario para los reinos Ibéricos.

Por el mismo tiempo, Ignacio asignó a cada uno de sus cuatro Asistentes, o consejeros, el cuidado de una región, lo que quedó consagrado en la Congregación General I (1558) que eligió a Diego Laínez, compañero de Ignacio. Estas cuatro Asistencias fueron: Italia, Portugal, España y Germania. A la de Portugal se le asignaron la provincia de Portugal y las dos establecidas en las «Indias del Rey de Portugal»: India y Brasil, que coincidían con los territorios a los que se extendía el Padroado.

La misma política se siguió con la Asistencia de España, cuando la Compañía se fue estableciendo en las «Indias del Rey Católico de España: Américas y Filipinas». Ignacio, resuelto a que la Compañía pasase también a las Indias de Castilla, como lo había hecho con las de Portugal, fio a la capacidad y espíritu de Borja, como a su «alter ego», todos los asuntos de Indias y le otorgó poderes cada vez más amplios para actuar en su nombre y con su autoridad, acentuando, siempre más, su confianza en sus gestiones.

Así, en junio 1555, el secretario de Ignacio, Polanco, avisaba a Borja que, en caso de ser consultado en asuntos relativos a las Indias de Portugal, Brasil, Congo o Etiopía, o a las Indias de España, tenía plena facultad y libertad para decidir lo que le pareciera aunque, si hubiera tiempo, era mejor comunicarlo a Ignacio y esperar respuesta.[40]

EI 13 noviembre 1555, Ignacio enviaba una patente a Borja confirmándolo en su cargo de Comisario general «in regnis Hispaniarum et Indiarum eiusdem Societatis», es decir en la provincia de Portugal y en las de Andalucía, Aragón y Castilla así como en las Indias, tanto del rey de Portugal como del de España. Ignacio aprobaba, confirmaba y ratificaba cuanto Borja había hecho desde el momento en que recibió el encargo hasta entonces, declarando todo lo actuado de su entero agrado y comunicándole su propia autoridad con la que podía proceder 1ibremente.[41]

En abril del año siguiente, 1556, Polanco comunicaba a Borja que su autoridad respecto de los asuntos de ambas Indias era la misma que la que tenía para las provincias de España y Portugal y que, en consecuencia, podía “por sí, determinar y risolver lo que le pareciere sin sperar consulta de Roma, specialmente en las cosas que no sufren dilación» usando «libremente desta auctoridad».[42]

Polanco se refería a la procura notarial omnímoda que, pocos días más tarde, el 21 de abril 1556, Ignacio otorgaba a Borja, plenitud de poderes como a su “nuntium et commisarium seu vicarium generalem et spetialem in provinciis Castellae, Aragoniae, Baeticae et Portugalliae ac in Indiis et Brasilia” para actuar, en su nombre y con su autoridad, en todas las regiones dichas, en cuantos negocios espirituales y temporales se ofreciesen.[43]Este fue el último acto de Ignacio en relación con las Indias Orientales y Occidentales, confirmando su plena confianza en la gestión de Borja. Tres meses después, moría (31 julio 1556).

Estos datos son suficientes tanto para afirmar la preocupación de Ignacio por las Indias del Rey de España, como para comprender el futuro desvelo de Polanco y Borja en la implantación de la Compañía y su método misional. Aparece ya en el memorial de Polanco dirigido a la Primera Congregación general, al exponer la urgencia de encontrar métodos adecuados para traer a los infieles a Cristo, tanto en las Indias del Rey de Portugal (Brasil, China, África), como en las del rey Felipe de España. Convenía abordar con seriedad la entrada en la Indias de Castilla: bien a través del Paraguay, o por otro camino, con ocasión o simplemente con solicitarlo.

Polanco no hacía otra cosa que reflejar la mente de Ignacio con el que había colaborado estrechamente como su secretario. Por una parte, proponía fundar un colegio en el Paraguay no desde el Brasil sino desde España, para evitar posibles roces. Línea que prevaleció en Laínez (1561), Borja (1568) y Mercurián (1576).[44]Por otra, era eco de las palabras de Ignacio a Miguel de Torres, sobre la entrada de miembros de la Compañía de Jesús en Nueva España: “Al México inbíen, si le pareze, haziendo que sean pedidos, ó sin serlo”.[45]

Durante el generalato de Laínez, los intentos de enviar jesuitas a las Indias del rey de España se sucedieron: en 1557, a Nueva España, con el comisario franciscano, fray Francisco de Bustamante, hermano del provincial de la Compañía en Andalucía, P. Bartolomé de Bustamante.[46]En 1559, pedidos por el nuevo virrey del Perú, conde de Nieva, para lo que Borja destinó a cuatro padres y dos hermanos coadjutores para acompañarle, pero hubo, al parecer, dificultades por parte del Consejo de Indias y se prefirió esperar hasta la vuelta del rey Felipe II que se hallaba en F1andes.[47]

En 1561, 1563 y 1564 hay peticiones para Nueva España, donde el marqués del Valle, Martín Cortés, pretendía que la Compañía se encargase del colegio de artes y teología, fundado en México por su padre, Hernán Cortés, solicitud apoyada por el consejero de Indias y visitador de Nueva España, Jerónimo de Valderrama. Por su parte, el arcediano de México elevaba al rey la súplica de enviar jesuitas con facultad de abrir noviciado, esperando se unirían a ellos muchos sacerdotes. En 1563, el franciscano fray Francisco del Toral, obispo de Yucatán, pidió al rey 24 jesuitas, solicitud que ratificó, en 1565, ampliando su número a 50.[48]

Para el Nuevo Reino de Granada (actual Colombia), el agustino fray Agustín de Coruña, obispo de Popayán (que, siendo novicio, había conocido a Ignacio en Salamanca) solicitó jesuitas a Antonio de Araoz y al Consejo de Indias. Laínez se los concedió, previa la obtención de la licencia del Consejo.[49]Conseguida ésta, el obispo renovó su petición, en 1565. Borja, vicario general por muerte de Laínez, prometió interceder ante el nuevo general. El 2 de julio, fue elegido el mismo Borja, pero no hubo oportunidad de complacerle, ya que fray Agustín zarpó en agosto.[50]

Por las mismas fechas, el Adelantado Pedro Martínez de Avilés, con licencia expresa del rey de llevar jesuitas en su jornada para el desalojo de los hugonotes establecidos en la Florida, obtuvo de Borja tres padres y un hermano, pero, por la premura de tiempo, no alcanzaron la flota.[51]

Hasta ese momento el Consejo de Indias se había opuesto a ampliar el encargo de la evangelización de las Indias a otra orden, además de las antiguas, franciscanos, dominicos, agustinos y mercedarios. Sobre todo por su novedad y las prevenciones del emperador Carlos (que Borja trató de disipar) y de su hijo Felipe, después de su permanencia en Flandes y de los problemas que encontró, a su llegada a España, que tocaban también a la Compañía de Jesús; entre otros, el proceso contra el arzobispo toledano, Bartolomé de Carranza, defendido por los jesuitas y la inclusión en el Índice del Inquisidor General Valdés de las obras de Borja, la «huída» de éste a Portugal y su subsiguiente marcha a Roma, llamado por el papa (1562). Hechos complejos que ciertamente influyeron en el ánimo de Felipe II.

Sin embargo, para 1564 el presidente del Consejo de Indias, Dr. Juan Vázquez de Arce, y algunos consejeros eran favorables al envío de la Compañía.[52]Todavía algunos jesuitas con influjo en la corte, como Araoz y los provinciales de Toledo, Gonzalo González, y de Castilla, Diego Carillo, se oponían al envío de jesuitas a Indias, mientras los colegios de España no estuvieran mejor atendidos. Por otra parte, reconocían que nada se podía hacer “si no fuesen enviados por el Rey y con su calor”, lo que aún no constaba en enero 1566.[53]

EI 3 marzo 1566 llegó el momento deseado por Ignacio, Polanco y Borja: Felipe II dirigía al P. Antonio de Araoz, en su presunta calidad de comisario del general en España (oficio suprimido por la Congregación General II, hacía unos meses) su «ruego y encargo» de destinar a las Indias a 24 sujetos de la Compañía para la conversión e instrucción de los naturales.[54]

Borja encargó su ejecución: era la única puerta para Indias y, por su parte, no quería que se malinterpretasen posibles dilaciones, por lo que advertía a Araoz: “no quisiera que con verdad me atribuyesen descuido en lo que toca al servicio de Su Magestad, pues ni le tuve con el padre, ni espero tenerle con el hijo”.[55]

Para el destino de los 24 sujetos pedidos en la Real Cédula hubo diversos tanteos en el Consejo de Indias. De los 12 primeros, 6 irían a Florida y los otros a donde luego se determinase. En enero 1567, el presidente Lic. Francisco Tello de Sandoval, propuso que fueran 8 al Perú y otros 8 a Nueva España.[56]Por el mismo tiempo, el Rey concedía al nuevo Gobernador de Honduras, Juan de Vargas Carvajal, cuatro jesuitas y, el 15 enero 1567, encargaba al provincial de Andalucía, Avellaneda, proporcionárse1os.[57]

Finalmente, dentro del contexto de la «Junta Magna» reunida en Madrid (sept-oct. 1568), bajo la presidencia del cardenal Diego de Espinosa, Presidente del Consejo de Castilla, el Rey expidió, el 1l octubre, una Real Cédula a Borja, como general de la Compañía de Jesús, con su «ruego y encargo» de enviar otros 24 de la Compañía, esta vez al Perú: acompañarían al nuevo Virrey, Francisco de To1edo.[58]

Durante su generalato, Borja organizó seis expediciones: tres para Florida (1566, 1568, 1570), dos para el Perú (1567, 1571) y una para México (1572). El provincial de Andalucía, Diego de Avellaneda, a diferencia de los castellanos, apoyó desde el primer momento las expediciones para las que, según informaba, había abundantes ofrecimientos desde tiempo atrás.

En abril 1568 la primera expedición peruana establecía, en Lima, el primer colegio de la Compañía en las Indias Occidentales. E1 segundo, de vida efímera, fue el de la Habana, planeado como centro de formación y de operaciones para la Florida. Debido a la enorme distancia y a la imposibilidad de gobernarla desde Perú, en 1570 Borja separó la Florida de la autoridad del provincial de la Indias Occidentales y la subordinó directamente a la del general.

Al abandonarse, poco más tarde, con motivo de la muerte violenta de la mayoría de los misioneros y sus auxiliares, la región floridana, que comprendía, además del actual estado de Florida, los de Georgia (misión de Guale), Carolina (Santa Elena) y Virginia (Ajacán), Borja fundaba, en 1572, la provincia de México en virtud de las cédulas reales de 26 marzo y 4 mayo 1571, en que Felipe II encargaba el envío de 12 religiosos a Nueva España. A las Reales Cédulas había precedido, a fines de 1570, la súplica de la Ciudad de México al rey.[59]

A la muerte de Borja (30 septiembre 1572), la Compañía de Jesús contaba con tres provincias en América: Brasil, Perú y México. Todas gozaban las mismas gracias concedidas por la silla apostólica a los jesuitas que misionaban en las Indias del rey de Portugal.[60]

NOTAS

  1. Cfr. Dionisio Vázquez (ex comm) aAntonio Sedeño. Roma, 27 agosto 1567. MonAntFlor (= Monumenta Antiquce Florida- (1566-1572) Ed. F. ZUBILLAGA. Roma 1946) 195-197. Los textos de los documentos citados se transcriben como en el original con la morfología y sintaxis propias de la época.
  2. Ruiz de Portillo a Juan Bautista Segura. Sevilla 28 septiembre 1567. MHSI MonAntFlor 205-206.
  3. Esta correspondencia ha sido tratada en la obra fundamental de obligada referencia: Jesús Mª GRANERO, La acción misionera y ¡os métodos misiona1es de San Ignacio de Loyola, Bibliotheca Hispana Missionum VI, Burgos 1931.
  4. «Quae ad finem Societatis nostrae praefixum divinae gloriae et cornmunis boni tractandae videtur» ARSI Instit. 18, fol. 43 l'-434'. Publicado y comentado por PEDRO DE LETURIA, Un significativo documento de 1558 sobre 1as misiones de infieles de la Compañía de Jesús. AHSI 8 (1939) 102-117.
  5. «Recuerdos que se dan al P. Visitador de las Indias de Portugal». 10 enero 1567. MHSI DocInd (=Documenta Indica. Ed. J. WICKI (14-16 coed. J. GOMES) 18 vol. Roma: 1948-1988) 7, 187-192; Segunda instrucción, lº octubre 1567. Ibidem 304-313.
  6. «Instrucción para el P Ignatio de Acebedo en la visitación de la Provincia del Brasil» [24 febrero 1566] y cartas al mismo visitador de 30 y fin de enero 1567. MHSI MonBras (= Monumenta Bmsiliae. Ed. S. LEITE, 4 vol. 1956-1960) 4, 323-329 357-381.
  7. «Instruction al Padre Portillo y a los otros Padres que van a las Indias de España en Marzo 1567» MHSI MonPer (= Monuinenta Peruana Ed. A. DE EGAÑA 7 vol. Romae 1956-1986) l, 121-124. Sobre estas instrucciones, véase FÉLIX ZUBILLAGA Métodos misionales de la primera instrucción de San Francisco de Borja para La América Española (1567) AHSI 12 (1943) 58-88.
  8. «Recuerdos para el Padre D. Pedro Sánchez y los que con él van a la Nueva España». Madrid, hacia 20 enero 1571. Véase FÉLIX ZUBILLAGA Instrucción de Borja al Primer Provincia7 de Nueva España (1571 ). Métodos misionales. Studia Missionalia 3 (1947) 155-206.
  9. «Recuerdos que se dan al P. Visitador de las Indias de Portugal» 10 enero 1567. MHSI DocInd 7, 187.
  10. J. CHARLES VERLINDEN, Iñigo López de Loyola y el descubrimiento de América, en QUINTÍN ALDEA (ed.), Ignacio de Loyo1a en gran crisis del siglo XVI. Congreso Internacional de Historia. Madrid, 19-21 noviembre de 1991. Universidad Complutense. Bilbao 1993. pp. 111-113.
  11. Sobre la relación de la familia Loyola con las Indias, puede verse mi artículo Íñigo López de Loyola: probable estancia en Sevilla (1508 y 1511 ) y su reflejo en los Ejercicios AHSI 63 (1994) 3-75; pp. 32-43.
  12. Pedro Fabro y compañeros a Diego de Gouvea. Roma, 23 noviembre 1538. MHSI MonBras 1, 98-10l; MHSI EppIgn (=Sancti Ignatii de LoyoIa Societatis Iesu fundatoris epistolae et intstructiones. 12 vol. Madrid 1903-1911. Reimpr. 1964-1968) I, 132.
  13. Gouvea «O Velho» a Juan III. París, 17 febrero 1538. MHSI MonBras 1, 87-97. ib. 94.
  14. Ibidem.
  15. «Deuouimus nosmetipsos Summo Pontifici, quatenus ipse est dominus vniuersae messis Xpi.; in qua quidem oblacione ei significauimus, nos esse paratos ad cuncta, quae ipse de nobis judicarit in Xpo.. Causa autem quare hoc pacto nos subiecimus ejus judicio ac voluntati fuit, quod sciamus penes ipsum majorem [esse] cognicionem eorum, quae expediant vniuerso xpianismo». Ibidem.
  16. San Ignacio de Loyola. Obras. Edición manual. Madrid 51991 (=BAC 86). I. Autobiografía (Ed. C. DE DALMASES) cap. VIII, n. 85, pp. 157-159.
  17. Julio III Exposcit debitum 21 julio 1550.
  18. Ibidem. La redacción de la bula Regimini mi1itantis Ecclesiae, decía «...o a cualesquiera otros infieles, incluso los que viven en las regiones que llaman Indias».
  19. MHSI Fontes narr. (=Fontes narrativi de S. Ignatio de Loyola et de Societatis Iesu initiis 4 vol.) l, 170 no 8. Aviso 18.10.39, ejecución 22.XI.40. (+8.9.41 Veracruz, antes de entrar), Arteaga era preceptor de Don Luis de Requesens, hijo de Don Juan de Zúñiga, ayo y mayordomo mayor del Príncipe, a quien Iñigo había visitado, en Madrid, en la Casa del Príncipe, en 1535.
  20. Ignacio a Díaz de Luco. Roma, 16 enero 1543. MHSI EppIgn l, 241.
  21. Araoz a Ignacio. Madrid, 24 abril 1547. MHSI Epp mixtae (=Epistolae mixtae ex variis Europae lociis ab anno 1537 ad 1556 scriptae. 5 vol. Madrid 1898-1901) l, 360. Aquí se le nombra Negrete.
  22. MHSI Polanco Chron. (= Vita Ignatii Loiola et rerum Societatis Iesu historia. Auctore J.A. DE POLANC0. 6 vol. Madrid 1894-198) 2, 321 no 314.
  23. Ignacio a Estrada y a Torres. Roma, 12 enero 1549. MHSI EppIgn 2, 302. La expresión utilizada en los puntos de la minuta (lo único que se conserva del este despacho), es indicativa de la resolución de Ignacio: «4.º Al México inbíen, si le pareze, haziendo que sean pedidos, ó sin serlo».
  24. Torres a Ignacio. Lisboa, 6 enero 1553. MHSI Epp mixtae 3, 30
  25. MHSI MonAntFlor 28*-33*.
  26. MHSI Polanco Chron. 6, 647-648.
  27. Polanco a Ribadeneyra. Roma, 3 marzo 1556. MHSI Epplgn 12. 85.
  28. Bustamante a Ignacio. Valladolid, 9 mayo 1554. MHSI Epp mixtae 4, 171-173.
  29. Pesquera a Ignacio. Valladolid, 29 abril 1555. MHSI Epp mixtae 4, 620.
  30. Polanco (ex comm.) a Bustamante. Roma, 13 junio 1555. MHSI EppIgn 9, 142.
  31. FRANCISCO MATEOS Antecedentes de la entrada de los jesuitas españoles en las misiones de América (1538-1565), en Missionalia Hispanica I (1944) 109-166; 122.
  32. Polanco (ex comm.) a Laínez. Roma, 8 febrero y 19 mayo 1554. MHSI EppIgn 6, 299; 7, 28: «Mi disse N. P. scriuessi a la R. V. che saria bono ricordar a la signora duchessa quello che fece la principessa di Portogallo; auanti del suo parto, cioé far testamento, et in quello lassó 500 escudos de intrata per un collegio de la Compagnia nostra in Jerusalen, et altri 500 per altro collegio nella India de Perü. Non faria mal de imitarla per la parte sua, et almeno in Fiorenza dotare quel collegio che ha fatto cominciar, cui pouertá è stata tanto grande, quanto V. R. sa meglio. Et certo, par'assai indecoro a signori tanto potenti, etc.»
  33. Ignacio a Borja. Roma, 28 mayo 1555. MHSI EppIgn 9, 80: «Acerca de la misión que hazéys para las Indias, no tengo otro que dezir, sino aprouar así los motiuos como la determinatión, y rogar á Dios N. S. dé comienço á mucho seruicio suyo y ayuda spiritüal de muchas ánimas con este tan débil principio, pues no es más difficil á su potencia infinita con pocos que con muchos hazer grandes cosas a onor y gloria suya».
  34. Polanco (ex comm.) a Borja. Roma, 29 mayo 1555. MHSI EppIgn 9, 87.
  35. MATEOS Antecedentes... 123-129
  36. Ignacio a Rodrigues. Roma, 25 octubre 1546. Epp. Ign. l, 241-242
  37. Ignacio a Araoz. Roma, 1 septiembre 1547. Ibidem 586-587.
  38. Id. a Xavier. Roma, 10 octubre 1549. Ibidem 2, 557-558.
  39. Id. a Nóbrega. Roma, 9 julio 1553. Ibidem 5, 142-143.
  40. Polanco (ex comm.) a Borja. 10 junio 1555. MHSI EppIgn 9, 133-134.
  41. Ignacio a Borja. Roma, 13 noviembre 1555. Ibidem 10, 116-117; MHSI Polanco Chron 5, 556 n. 1526.
  42. Polanco (ex comm.) a Borja. Roma, 16 abril 1556. MHSI EppIgtat ll, 116-117.
  43. Ignacio a id. Roma, 21 abril 1556. Ibidem 278-280.
  44. GRANERO 46-47; SERAFIM LEITE, Historia da Companhia de Jesus no Brasil (Lisboa 1938) I, 338-340.
  45. Ignacio a Torres. 12 enero 1549. MHSI EppIgn 2, 304.
  46. Borja a Laínez. Noviembre 1557. MHSI Borgia (= Sanctus Franciscus Borgia, quartus Gandiae dux et Societatis Iesu praepositrts generalis tertius 5 vol. Madrid 1894-1911) 3, 16.
  47. MATEOS «Antecedentes...» 142-149.
  48. Ibidem 150-152.
  49. MHSI MonAntFLor 39*-41*.
  50. Fray Agustín de la Coruña a Borja. Madrid, 8 abril 1565; Borja a Fray Agustín. Roma, 12 mayo 1565. MHSI MonPer 1, 69-77.
  51. Menéndez a Borja. Madrid, marzo 1565. MHSI MonAntFlor 1-3; Borja a Menéndez. Roma, 12 mayo 1565. Ibidem 8-10.
  52. MATEOS Antecedentes... 153-165. Carlos I [V], en su camino hacia Yuste, hizo 1lamar a Borja y se entrevistó con él en Jarandilla. Borja le pudo desengañar de muchas prevenciones contra la Compañía.
  53. Carrillo a Borja. Valladolid, 7 y 30 enero 1566. MHSI MonAntFlor 31, nota 1.
  54. El Rey a Araoz. Madrid, 3 marzo 1566. Ibidem 41*-42ªA'. Id. a los oficiales de la Casa de Contratación de Sevilla, 24 marzo 1566. Ibidem 625.
  55. Borja a id. Roma, 8 y 30 abril 1566. MHSI MonPer l, 80-82. En cuanto a la frase de Borja quizás habría que leerla en el contexto de su «huída» de España cuando sus obras fueron puestas en el Índice del Inquisidor General Valdés en 1559 y hubo peligro de su arresto: véase C. DE DALMASES, San Francisco de Borja y la Inquisición española. AHSI 41 (1972) 48-135.
  56. Ruiz de Portillo a Borja. Madrid, 20 enero 1567. MHSI MonPer 1, 104-105.
  57. MHSI MonAntFlor 45'P'. MHSI MonPer 1, 148, nota 16.
  58. El Rey al General de la Compañía de Jesús. Madrid, 1l octubre 1568. MHSI MonPer l, 22-223.
  59. La Ciudad de México al Rey. México, 1570. El Rey al Provincial de la Compañía en la prov. De Castilla. Madrid, 26 marzo 1571. Id. al General de la Compañía. Madrid, 4 mayo 1571. MHSI MorMex (=Monumenta Mexicana, ed. F. ZUBILLAGA, 8 vol. 1956-1991) l, 1-6.
  60. MHSI MonAntFlor 156 210.

BIBLIOGRAFÍA

DALMASES C. de, San Francisco de Borja y la Inquisición española. AHSI 41 (1972)

GRANERO Jesús Mª, La acción misionera y los métodos misiona1es de San Ignacio de Loyola, Bibliotheca Hispana Missionum VI, Burgos 1931

LETURIA Pedro de, Un significativo documento de 1558 sobre 1as misiones de infieles de la Compañía de Jesús. AHSI 8 (1939)

LEITE Serafim, Historia da Companhia de Jesus no Brasil (Lisboa 1938)

LOYOLA san Ignacio de. Obras. Edición manual. BAC 86, Madrid 51991

MATEOS Francisco Antecedentes de la entrada de los jesuitas españoles en las misiones de América (1538-1565), en Missionalia Hispanica I (1944)

MHSI DocInd = (Documenta Indica.) Ed. J. WICKI 14-16 coed. J. GOMES 18 vol. Roma: 1948-1988

MonAntFlor = (Monumenta Antiquce Florida 1566-1572) Ed. F. ZUBILLAGA. Roma 1946

MHSI MorMex = (Monumenta Mexicana), ed. F. ZUBILLAGA, 8 vol. 1956-1991

MHSI DocInd = (Documenta Indica.) Ed. J. WICKI 14-16 coed. J. GOMES 18 vol. Roma: 1948-1988

MHSI MonBras = ( Monumenta Bmsiliae) Ed. S. LEITE, 4 vol. 1956-1960

MHSI EppIgn = (Sancti Ignatii de LoyoIa Societatis Iesu fundatoris epistolae et intstructiones.) 12 vol. Madrid 1903-1911. Reimpresión 1964-1968

MHSI Polanco Chron. = (Vita Ignatii Loiola et rerum Societatis Iesu historia). Auctore J.A. DE POLANC0. 6 vol. Madrid

MHSI Epp mixtae = (Epistolae mixtae ex variis Europae lociis ab anno 1537 ad 1556 scriptae). 5 vol. Madrid 1898-1901

QUINTÍN ALDEA (ed.), Ignacio de Loyo1a en gran crisis del siglo XVI. Congreso Internacional de Historia. Madrid, 19-21 noviembre de 1991. Universidad Complutense. Bilbao 1993


FRANCISCO DE BORJA MEDINA, S.J. © Mar Oceana Revista del humanismo español e iberoamericano